Sexus vita parte 2
Descubrir mi pequeña hija cometiendo incesto con su primito, si el puede yo también..
Un par de meses después al llegar a casa luego de una jornada de trabajo me reciben que Tatiana estaba embarazada, yo estaba sorprendido, pero luego de reaccionar sentí que la alegría desbordaba de mi mientras abrazaba y besaba a Tati, ella se les salían las lágrimas porque pensaba que no iba a reaccionar bien ya que en un inicio quería por lo menos viviéramos en una casa propia no todos arrimados en las casas de nuestros padres, como en cualquier lugar los vecinos ya andaban enterados de la noticia por suerte tanto sus padres como los míos recibieron bien la noticia no como en otras ocasiones que te echan de la casa y siendo un viernes tenía mi fin de semana libre por lo que me quedé en casa de Tatiana. Luego al anochecer mientras estábamos acostados continuamos hablando de que sería niño o niña, pensando en nombres e incluso posiblemente en alquilar una casa o apartamento para ya vivir solo nosotros tres, pero al mismo tiempo había inseguridad de vivir solo ya que sería nuestro primer hijo y así seguimos por un buen rato hasta quedarnos dormidos.
Al día siguiente me despierto a eso de las 7 con la típica erección matutina y teniendo a Tatiana tan cerca en esa pequeña cama solo provocaría una cosa así que me quite mi ropa interior me ensalivé toda la verga y con cuidado le bajo lo suficiente sus pantaloncitos y se lo meto de golpe, justo en ese momento escucho como tomo aire y voltea su cara, —buenos días amor—, digo yo.
—tan temprano—, lo dice con tono somnoliento.
—precisamente porque es temprano me provoca y aun mejor ahora que estas embarazada te puedo rellenar toda sin preocupación—, en ese instante escuchamos los pasos posiblemente de su madre pasando cerca de la puerta y el interior de Tati me apretó y se mojó más así que le empecé a dar repetidas veces, pero lento tratando de que no se escuchara afuera y así sin darme cuenta paso más de una hora. Para cuando salimos del cuarto Tatiana se fue derechito al baño a vaciar su coño.
En el sexto mes de gestación los padres de Miguel habían tenido que hacer unas diligencias y no regresarían en tres días, pero eso no era todo también querían que le cuidaran la casa y Tatiana había aceptado, yo me enteré del asunto horas después, dos de esos días me encontré con lo mismo, miguel comiéndose el coño de mi mujer, pero en ambas ocasiones no participé llegaba muerto del trabajo, pero como el tercer día cayó un sábado no tenía que salir y podría dormir lo que quisiera o esa era la idea al principio ya que Tatiana me despierta con una buena mamada lubricándola bien y luego veo como acomoda su culo en mi verga y se deja caer lentamente, —hoy estas muy caliente—, le digo yo aunque ella no responde nada solo jadea mientras sube y baja. De repente entra Miguel —tía me puedes…—, y se queda mirando como desaparecía mi verga en el culo de su tía.
—deberías tocar, un día te meterás en problemas si sigue entrando de ese modo—, le digo mientras jadeaba paulatinamente.
—¿no se supone que por ahí se hace pupú? —, pregunta todo curioso.
—sí, pero a tu tía le encanta—, y la posiciono tipo vaquera inversa dejándole ver bien como le enterraba la verga en el culo mientras su coño babeaba, —¿quieres el coño de tu tía? —, y el asiente, si esperar mucho ya estaba sobre la cama bebiéndose el jugo de Tatiana a la vez que mi verga se enterraba en su culo y sin previo aviso Miguel se ahoga tras recibir el chorro de su tía y sentía como Tatiana temblaba. Por primera vez vi a Tatiana dejar salir un chorro así no fue nada espectacular, pero fue glorioso verlo le di unas cuantas palmaditas por encima de su coño y esta le daban unas fuertes contracciones musculares, luego me hago a un lado dejándola que termine de disfrutar su orgasmo a su vez Miguel terminaba de toser, —que asco me orinó la boca—.
—tranquilo no era orina simplemente es algo que las mujeres sueltan cuando les gusta mucho al ser penetradas—.
—es raro—.
—qué raro va a ser, es lo mismo cuando como cuando boto leche—.
Luego me limpie la verga con una media sucia y básicamente la lavé con saliva e hice que Tatiana se tragara mi verga hasta correrme, mientras Migue miraba con cierto asco le digo —cuando crezcas te encantará hacer las cosas que hago con tu tía—.
Meses después Tatiana da a luz nuestra hija la cual llamamos Camila, las lágrimas de felicidad en ese momento son indescriptibles, pero luego de la felicidad del momento vinieron los trasnochos tras ser despertado repetidas veces, el sentimiento era complicado ya que obstinaba mucho pero como que al mismo tiempo quisiéramos ser molestados en fin la travesía de cualquier padre por mucho que te fastidien tus hijos los amas con lo más profundo de tu ser.
Tras el parto por razones obvias no hubo sexo por un tiempo, pero cada semana que pasaba iba creciendo más y más, por lo que un día desperté con semejante mástil y veo a Tatiana sentada amamantando a la niña y tras darnos los buenos días saco mi verga y se lo acerco a la cara y ella casi por reflejo abre su boca y comienza a chupármela.
—si… así, ah… vamos chupa—, mientras escuchabas el cómo chupaba poco después empiezo a descargarle en su boca y ella sin problemas se traga cada chorro que le suelto, —eso, trágatelo toda, tú también tienes que tomar lechita—, y una vez que solté la última gota me dio una última chupada dejándome la verga limpia.
—mmm, especita—.
—mejor no digas nada sino me provocarás otra vez —.
Después de eso me lave los dientes mientras Tatiana continuó alimentando a la niña, al pasar mi lívido aumentaba en cambio Tatiana ya casi no tenía apetito sexual o simplemente no teníamos tiempo, pero su propia morbosidad no impedía que me diera unas buenas mamadas.
Pasado un poco más de tres años ya en espera de nuestro segundo hijo por lo que Camilita ya con tres añitos tendría un hermanito con quien jugar, no vimos problemas en tener un segundo bebé luego de que nos fuimos a vivir solos en una casa alquilada, aunque claro quedaba cerca de nuestros padres, por lo menos para sentirnos un poco más independientes, Camila crecía totalmente sana y estaba regordeta, pero un día vi una cosa que no creí que fuera a suceder por lo menos no tan pronto y fue ver en la habitación de nuestra casa a Miguel ya con 12 años lamiéndole la vaginita de Camila al parecer jugaba papá y mamá, pero ese nivel de juego ni yo llegué a jugarlo y la cosa no acaba allí ya que en vez de entrar y reprenderlos me quedé mirando sobre todo las expresiones de Camilita, esa carita traviesa sonriente acompañado de una ligeres expresiones un tanto morbosas y con unas ligeras risitas porque sentía cosquillitas.
—si…, mete la lengua—, mi hijita con tres años pedía que le metieran lengua.
—vale ahora te toca a ti—, Miguel se recuesta exponiendo su dura verguita con media cabeza expuesta ya que el prepucio no le bajaba más y viene Camila y se lo lleva de una a la boca y lo comienza a chupar como si la estuvieran amamantando mientras Miguel se la gozaba, luego veo como empieza a mover su cabeza de arriba abajo al punto que escuchaba los chupetes.
—¿te gusta?—, le pregunta con un dulce tono a Miguel.
—sí, eres muy buena chúpala un poco más—. y Camila reanuda su mamada, pero esta vez en un intento de un 69 ya que como era muy pequeña Miguel no alcanzaba a lamerle en cambio jugaba un poco usando las manos, ahí noté bien que Camila estaba replicando lo que hacía su mamá por las veces nos observó a escondidas cuando lo hacía con su mamá o las veces que puse a Tatiana a mamar cuando esta alimentaba a Camila, en fin, la situación que estaba presenciando ahora me estaba excitando mucho por ver como dejaba rienda suelta a la morbosidad de mi inocente hija siendo aprovechada por su primo entretanto yo me estaba empezando a manosear el ganso. Después vi como Miguel puso boca arriba a Camilita dejándole piernas abiertas y cuando veo las intenciones ahí entro de golpe —ya está bueno pues—, entro con una cara de enojo, lo cual asusta a los dos. —no me vayas a pegar papi—, decía casi a punto de llora, luego me pongo frente miguel —¡ajá!, ¿qué pensabas hacer? —, Miguel solo tartamudeaba, poco después simplemente lo dejé ir porque no iba a ganar nada reteniéndolo ni dándole un falso regaño. Para cuando quedamos solo Camila y yo ella me mira con sus grandes ojos al otro extremo de la habitación, viéndola así me agaché y le dije con amabilidad que se sentara en la cama y con algo de insistencia esta lo hiso y allí empecé a hablar con ella que esas cosas eran de gente grande, también que eran cosas que no debía enterarse nadie porque era malo y comenzaron sus inocentes preguntas a dar en todos los puntos como ¿Por qué su mamá y yo lo hacíamos?, solo le respondí porque nos queríamos, —¿y mamá te chupa el pipí porque te quiere?—. Casi me reía por la forma que lo dijo, pero le dije que sí, —¿entonces yo te lo puedo chupar? —, eso fue un shock mental el imaginar recibiendo una mamada de mi hija y por unos segundos me quedé en blanco, no estaba seguro que responderle porque me había excitado más de lo normal. —estoy feliz el saber que me quieres, pero eso no deberíamos hacerlo—, la doble moral peleaba dentro de mí de que si Tatiana estuviera cerca me la cogería hasta sacarle el muchacho por la boca. Camila me toca la verga sobre el pantalón —mi primo estaba así de duro cuando empezamos a jugar así que hice lo que mamá hacia—.
—pero la mía es muy grande para ti, no te cabria en la boca—, y dentro de mi (—¿que estoy diciendo? —).
—¿de verdad?—, lo dice con esa cara curiosa y mi excitación se disparaba más.
—está bien, pero no le digas a nadie, mira—, me saco la verga y ella sorprendida. —es grandota, y rara—
—¿cómo raro? —.
—toda esa vena y la cabeza es más grande también y huele feo —, y me reí un poco. Luego me empecé a masturbar lentamente.
—¿Por qué haces eso? —.
—porque tu mamá no está y me dio ganas—.
—¿y se siente bien? —.
—sí, pero puede ser mejor—, tomo una de sus manos y la pongo en mi verga, —ahora muévela como lo hacía yo—, y empezó a darle, aunque no muy bien así que puse su mano sobre las suyas para enseñarle después ella misma le empezó a dar con las dos manos, —si muy bien, ahora deja caer toda tu baba sobre la cabeza y continua—, —asco, ¿para qué? —. —no importa tu solo hazlo, luego te lavas las manos—, y empezó a babearme la verga mientras me masturbaba lento, su caliente babita acompañadas por sus pequeñas manos eran una maravilla, pero si continuaba de ese modo nunca iba a acabar así que la puse en cuatro y paso mi mano bien ensalivada por toda su vaginita y después me ensalivo bien la verga a la vez que le pedía que cerrara bien las piernas en la posición que estaba. Me acerco y comienzo a tantearle toda la raja con la verga y ella se ríe con cada pasada, —¿te gusta? —, y asiente su cabeza afirmativamente —¿dónde te gusta más? —, y restregaba rápidamente la punta de mi verga en su baboseada vagina y luego lo hice en todo su culito y ella aprieta las nalguitas echándose a reír —me haces cosquillas—. —no respondiste mi pregunta, ¿dónde te gusta más? —, y ella con una mano se toca el culo, —por aquí me gusta más, pero me pica más alante—. —me encanta que te parezca a tu mami, pero aun eres muy temprano para que tu culito reciba visitas—, y tras ensalivarme más la verga comencé a metérsela entre sus muslitos lo cual se sentían muy suaves y esponjosos a la vez que sentía como mi verga acariciaba su vientre hasta la barriga, desde mi perspectiva parecía que su pequeño cuerpo estuviera recibiendo toda mi verga, cosa que me excitaba más. Luego le pedí que se sentara sobre mí y vi como mi verga pasaba por su entrepierna y tocaba la parte superior de su abdomen, después le pedí que cruzara las piernas, la sujeto debajo sus brazo y comienzo a subirla y bajaba rápidamente al mismo tiempo que embestía, su tierno cuerpo me tenía extasiado, pero me asusté cuando escucho pasos afuera que se acercaban lo cual eche a un lado a Camila y le dije que se escondiera rápido, ella se metió muy veloz bajo la cama y yo continué masturbándome con los ojos cerrados hasta que abren la puerta y me ven en con la mano en la verga, por suerte era Tatiana el cual se había exaltado un poco.
—¿no puede haber en la que no pienses en sexo? —.
—por algo estoy contigo y por algo tú estás conmigo—, me levanto y me le pongo en su espalda mientras acaricio su barriga y le susurro al oído, —ya que estas aquí ¿Qué tal si te relajas un poco conmigo? —.
—para más tarde, ¿Miguel y Camila? —.
—Miguel se fue hace rato y Camila debe estar en su cuarto, anda no seas mala se que tu también quieres—.
—pero la niña…—.
—la niña que, sé que te enciende hacerlo cerca de la niña—.
—espera no sigas que mi mamá me está esperando yo venía por Camila—
ella no respondía nada solo se dejaba que le acariciara y chupara la oreja y el cuello mientras mi verga la punteaba. Por fin se resigna y me dice que sea rápido, tras unos breves besos se apoya sus manos en la pared y bajo sus licras a la rodilla, como no estaba usando ropa interior fue más cómodo lamerla.
—dale apúrate o me voy—, a la vez que se escuchaba su pe respiración toda pesada.
—bueno, bueno. Está bien—. Y comencé a darle con fuerza en el instante que noto a Camilita en agachada en un lado de la cama le tapo los ojos a Tatiana y le hago seña a Camila para que salga y esta sale con cuidado como en las caricaturas entretanto Tatiana trataba de ahogar sus gemidos, pero yo ya estaba en el límite y ella ya sabía por lo que se puso de rodillas y comenzó a mamármela, segundos después estaba poniendo a beber leche a Tatiana. Lo que noté que mientras estaba sacaba lo último miraba fijamente hacia afuera, pero no quise voltear a mirar ya que suponía que Camila y ella se estaban viendo. —rico—, expresa Tatiana.
Después tras limpiarse un poco en el baño, fue a casa de sus padres con Camila.
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