SI Me esperas, volveré para que continuemos hermanito.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Sidorf.
Realmente no sabía que pensar sobre lo que había ocurrido unos momentos antes, todo en perspectiva me parecía muy raro, si, había deseado tener mi hermana como una mujer en mi cama y follarla como en mis fantasías, tan sólo algunos momentos antes todo se había realizado, pero era mi hermana, ¿que pasaría con nosotros después? ¿Nos podríamos llevar bien todavía?
Esa noche nos quedamos dormidos juntos, desnudos en la obscuridad, podía sentir el calor que daba el cuerpo de mi hermana, al despertar la vi ahí tendida, aun durmiendo y boca abajo, mostrándome ese trasero que me volvía loco, la vi moverse y despertarse, me vió a los ojos y preguntó:
-¿Qué pasa? ¿Todo bien?
-Si, es sólo que me puse a pensar en como lo que ha pasado puede afectar en la relación de hermanos que tenemos.
-¿No te gustó lo de anoche?
-Si, pero ¿vamos a seguir tratándonos igual?
-Podemos hacer como que nunca pasó nada si es lo que quieres, piensa que sólo fui una mujer mas con la que pasaste la noche y ya.
-Tal vez, o tal vez sea que aun te deseo.
-¿Ah si? Tal vez podemos solucionar eso- dijo mi hermana en un tono distinto al serio, con una sonrisa leve en sus labios.
Se acercó a mí y me abrazó, empezó a besarme el cuello y eso me prendió de golpe, bajando mi mano por su abdomen llegué hasta su concha, insertando dos dedos comencé a moverlos de forma lenta e incrementando la velocidad poco a poco, escuchaba como soltaba pequeños gemidos y se pegaba cada vez mas a mí, en un punto sentí como se movía de placer y como tenía un orgasmo, vi en su cara una enorme sonrisa y se lanzó contra mí para darme un beso apasionado, cambié de posición para poder quedar sobre ella y lentamente baje por el cuello hasta los pechos, jugué con ellos un rato, mordiéndolos besando y succionando, moviendo mi lengua al rededor de los pezones, tenía una erección nuevamente y ella lo sintió.
-No aguantó mas, quiero que me folles, quiero sentirte dentro, hazlo ya, folla a tu hermana.
Sin decir nada mas, dejándome llevar por el momento, la penetre y al hacerlo ella gritó levemente de placer, sólo podía oír su respiración y sus gemidos, estuvimos en ese ciclo un tiempo prolongado, hasta que decidí cambiar de posición, la puse de rodillas en la posición del perrito y viendo ese hermoso culo me volví loco, mi hermana, toda para mí, la penetré tan duro y tan fuerte que gritaba, que no sabía si los gritos eran de dolor o placer al inicio, pero debió ser la segunda porque me pidió que lo hiciera mas rápido.
-Así mi amor, ayyyyy así, no pareees no pareees.
Su voz llena de placer hizo que mi excitación subiera aun mas y subí el ritmo, quería hacer eso siempre, quería tenerla en mi cama para follarla día y noche.
Cuando estuve apunto del orgasmo le dije que acabaría, ella entre gemidos me pidió acabar dentro, que la llenará y que no me saliera hasta que no me quedara una sola gota, lo hice con mas intensidad y llegó el momento del orgasmo, la llené de leche y ella volvía a tener otro orgasmo también, esa mujer, mi hermana, me volvía loco, era el mejor sexo de mi vida.
Nos quedamos tendidos sobre la cama, con respiraciones rápidas y con perlas de sudor en el cuerpo, verla así desnuda, con ese cuerpo y una cara de satisfacción ve ponía al cien.
Ella me dijo que debía trabajar, pues trabaja los sábados también hasta medio día, se levantó, con temblores en las piernas, entre risas.
-Mira lo que me provocas.
-Pero se nota que lo has disfrutado.
-La verdad, si, no imaginé que mi hermanito pudiera hacerme sentir así, me encantaría pasar el día contigo, pero no puedo.
Eso último me desanimó, imaginaba que podría faltar al trabajo y tener un día con ella en casa, pero sabía que no podía faltar a su trabajo, nos metimos a bañar juntos y aprovechamos para jugar un poco de forma sexual, a ratos me frotaba el pene diciendo que me lo estaba enjabonando y eso, yo la atraía hacía mí y apretaba esas nalgas que tenía, salimos y ella fuimos a su cuarto, con el pretexto de que le ayudara a escoger que ropa interior le quedaba mejor, se puso algunas tangas y boxers con encaje que le resaltaban ese par de nalgas tan hermosas, al final eligió unos boxers rojos que iban a juego con su brasier, se veía hermosa y sólo quería saltar a ella y cojerla tantas veces pudiera, pero ya se le hacía tarde, salió no sin antes darme un largo beso que subió de intensidad y me dijo:
-Si me esperas, volveré para que continuemos hermanito.
Con una sonrisa traviesa se fue, y lo único que pasaba por mi mente era que iba a ser un fin de semana increíble a su lado.
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