Siempre soñe con tirarme a mi tía…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi tía Carla es una mujer de 60 años, pero siempre le he tenido ganas desde que era un niño. Yo soy un hombre de 36 años, pero deseaba poseerla pensé que esa posibilidad ya se había ido pero aquella noche que la tuve fué increíble.
El trabajo me tenía extenuado y necesitaba vacaciones, apenas llegaron viaje hasta el campo hasta donde mi tía. Hace más de 2 años que no la veía, ella es una mujer morena, robusta, con unas tetas inmensas y un culo impresionante a pesar de su edad. Separada hace muchos años y sus 2 hijos adultos ya no viven con ella.
Por lo tanto mi tía Marta pasa sola en su casa del campo, cuando llegué me recibió de manera muy efusiva y eso me agrado bastante, El cariño que me tiene es entrañable y se siente.
Los primeros días me dediqué a descansar ya que verdaderamente lo necesitaba, durante las noches nos dedicabamos a charlar y beber unos deliciosos vinos que tenía. Durante la tercera noche nuestras conversaciones fueron cambiando y todo comenzó a centrarse en las relaciones sexuales de pareja. Fué ahí que me dí cuenta que mi tía necesitaba el cuerpo de un hombre junto a ella.
En las noches hacía bastante calor y mi tía Marta vestía una polera sin mangas bien ceñida al cuerpo y sin sostén, además traía puesto un pequeño short que resaltaba su tremendo culo. Yo por mi parte llevaba una polera y un short de Jeans el que cada ves de mirarla me ponía una verga inmensa.
Fué durante una de esas noches que mi tía estuvo más insinuante de lo habitual conmigo y claramente me dió a entender que ella me deseaba tanto como yo…
Mientras bebiamos vino me levanté al baño y estaba orinando dejando la puerta abierta, al poco rato mi tía entró al baño y me vió con mi verga erecta…
En ese momento me dijo: Oh, lo siento disculpa no sabía que estabas acá. A lo que sin inmutarme solo señalé: No te preocupes tranquila pasa…
Ni siquiera me guarde mi verga y la tenía expuesta ante sus ojos, a lo que ella no despegaba su vista. Me voltié y mi tía empezó a orinar detrás mío… No sé que habrá sido, pero el olor que sentía de sus fluídos me volvió loco.
Cuando regresamos al living nos sentamos frente a la hoguera y las copas de vino fueron llevando a lo demás… Mi tía se sinceró conmigo y me dijo que estaba deseosa de estar con un hombre, pero que desgraciadamente no tenía nadie a su lado. A lo cual le dije: Pero tía, yo creo que cualquier hombre quisiera tenerte en su cama… creeme que si dependiera de mí yo te haría el amor en este preciso instante. Mi tía me miró y me dijo: De verdad me lo dices…
Claro que sí, quieres hacerlo conmigo. Aunque no lo creas desde que era un niño siempre te he deseado y lo único que espero es poder pasar una noche junto a tí.
Solo sentí el sonido de la hoguera y mi tía me abrazó dulcemente, yo tomé su cara y la besé, a lo que ella reaccionó un tanto incómoda diciéndome: No, Rubén por favor no me beses, solo te pido una cosa no me beses…
Accedí sin decir nada, mi tía se sacó su polera y quedaron ante mis ojos sus grandes senos, se recostó sobre la alfombra y yo saqué suavemente su short junto a su calzón. Mi tía Marta quedó desnuda ante mí. Yo me quité la polera, saqué mi short y quedé con mi verga dura ante sus ojos. Tía Marta sin decir nada abrió su boca y se metió toda mi pija … Dí un suspiro delicioso, ella succionada mis huevos y mamaba mi verga con una pericia total. Aunque estuvo mucho tiempo sin un hombre no había olvidado como satisfacerlo.
Me puse sobre ella y mi pija entre sus tetas se dió un festín… Cada embestida aprovechaba de chupármela rapidamente.
Me monté sobre ella y abrí sus piernas, tomé mi verga y lo puse en su vagina de golpe. Ella dió un gemido exquisito Ahh!! y yo fuí dando unas clavadas deliciosas.
Luego la voltié ante mí, se puso en cuatro pies y puse mi verga nuevamente en su humeda vagina, la bombeaba fuertemente y ella no decía nada… Con uno de mis dedos lo metí en su culo y ella reaccionó diciendo: No, rubén eso no… por mi culo no, eso si que no!!! Esas palabras me calentaron más, insistí con mi dedo hasta que finalmente Mi Tía Marta accedió: Bueno, ya pero hazlo despacio por favor…
Tomé mi miembro y lubriqué su ano, lo fuí metiendo de a poco hasta que sentí un grito de ella, el que me dió a entender que lo tenía todo dentro de su culo.
Comencé a follarla como un animal y mi tía gritaba más y más… Oh, Rubén cójeme así amor… si, siiiiii. Al poco rato Marta empezó a correrse quedando sin movimiento, yo me salí de atrás y me monté sobre ella. Tomé su cabeza y le señalé que quería una buena mamada, ella se dió cuenta y tomó mi verga engulléndola en su boca. Me dió una chupada que hace muchos años no tenía, de pronto quize explotar y le dije: Tía Marta, sal que voy a acabarte…
No, no quiero!!! dámelo Rubén quiero tragarme toda tu leche mi niño… Casi sin pensarlo empecé a derramar todo lo que tenía, ella tragaba y tragaba sin desperdiciar nada… era un momento irrepetible, de esos que sabes no se repetirán…
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