Siempre te espere…Capitulo Primero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por upskirt.
Siempre te espere…
Capitulo Primero
Todavía no terminaba de sorprenderme la directora del colegio, que a pesar de mi historial o quizás por el, me hallan dado la plaza bacante. No dejaba de sorprenderme, pero en fin, fue el único centro educativo, que hizo caso omiso de el. El puesto, todavía no estaba bien definido, pero yo no estaba en condiciones de exigir demasiado. El aspecto de mi interlocutora, era rustico y muy formal más bien severo, pero se podía vislumbrar un par de pechos de considerable volumen, los cuales por sus ropas trataba de disimular, pero estando hablando con ella me fui dando cuenta, que todo era solo una postura dado su papel de directora. Pues se notaba que se sentía orgullosa del tamaño de sus pechos. Yo trataba de disimular y no mirarlos, pero debo decir que era casi imposible, no hacerlo. Mi represión era comprensible ya que se trataba del primer contacto y por lo tanto presentación ante ella. Terminadas las formalidades del papeleo. Ella se levanto y me dijo: Mañana por la mañana, yo personalmente, lo acompañare en una visita informal por las instalaciones y procederé a la presentaciones a los demás profesores. Mañana tendré para usted un resumen de los programas en vigencia y a emprender, en un futuro.
Al despedirme, la bese en la mejilla, y al acercarme con mis manos apoyadas en su brazo izquierdo, con mi pulgar roce su pecho. Sentí en ella una electricidad, lo cual confirme, por que llegue a notar, un leve enrojecimiento en sus mejillas. Y en ese mismo instante, ya me comenzaba arrepentir de mi osadía.
Me traicione al decir: Discúlpeme… hasta mañana.
Ah. No crea que no he leído su historial, es más le he prestado suma atención. Pero sepa que aquí no condenamos a nadie, como ya lo vera a lo largo de su estadía en esta su nueva escuela. Pero también debo decirle que aquí, somos muy discretos. Todo lleva su tiempo, se lo digo porque le deseo todo lo mejor y deseo que usted separa valorar y sopesar, nuestra forma de pensar y respetar nuestras normas.
Volví a repetir: Discúlpeme… Yo no quise… Me di vuelta a hacía la puerta, y ella me paro tomado mi brazo.
-No tiene, por que disculparse. Lo veré mañana, por la mañana y allí le presentare a mi esposo, él es pastor evangélico y también a nuestra psicóloga.
-Como usted disponga, señora directora.
Ella entonces, bajando la voz. Me dijo:
-Le vuelvo a repetir, mi esposo es pastor… O sea mañana, trate de ser más discreto, al mirarme los pechos. Todo tiene su momento…
Fue allí, donde yo me puse rojo. Sonriendo fue ella quien me beso la mejilla, y al hacerlo se arrimo mas que la vez anterior a mi y pude sentir sus tetas, contra mi pecho.
Al salir pensaba, en sus palabras y reflexionar sobre mi futuro, de mi nueva vida y estar listo para mañana.
Desde la escuela, cada media hora salían micros que te llevaban a la estación de san Fernando. Estando en el micro, sucede algo que me indico que llegue al lugar correcto y que cambiaría mi vida, pues esta historia que contare es larga y excitante como la vida misma.
Como los profesores entraban primero, me senté casi al final del micro cerca de la puerta trasera, por la cual se salía del micro. me senté y quede abstraído en mis pensamientos.
Pasando unos quince minutos, me vuelve a la realidad el ruido de los chicos, hablando todos al mismo tiempo. Me quede mirando el rostro de un niño y mi vista se fijo en el. En su rostro llevaba la inconfundible marca de la picardía, segundos antes de hacer una travesura, y del deseo de no ser descubierto. Al seguirlo con la mirada observo que al pasar junto a la maestra, la roza intencionalmente pasando toda la palma de su mano por la cola de ella. Ella ni lo noto pues trataba de controlar a una nena que llevaba del brazo, la cual parecía tener alguna dificulta de aprendizaje. Mi gesto inmediato fue una sonrisa… Era evidente que el chico disfruto de ello y lo va a disfrutar aun mas, en el recuerdo esa noche en su cama, después de comer y cuando lo manden a dormir. El chico se bajo en la que debería ser su parada. Todo en el micro siguió igual, no se noto para nada la bajada de un pasajero ni su audacia.
Mis pensamientos fueron retrocediendo a mis tiempos de escuela, y recordando que yo también tuve momentos tan preciosos como los que el niño había obtenido hace solo un instante…
En las épocas patrias, siempre se hacían actos que los chicos representaban, para los padres y maestros. Bien en recreo una semana antes de la fecha patria, ya se alistaban los preparativos. Mi asombro fue ver sobre el escenario a una maestra nueva que habría sido de los primeros años o de infantes, pues nunca la había visto antes, se encontraba trabajando, y llevaba puesta una minifalda y su guardapolvo era solo un poco mas largo y no cubría lo suficiente, cuando se ponía en cuquillas se le veía todo, por esa época ya había aflorado una de mis aficiones, la de husmear debajo de las faldas de las mujeres no solo en la escuela, en la iglesia y en mi familia. Al llegar a mi grado me ofrecí para ayudar a armar el escenario para las fiestas. Mi señorita me dijo que si, y en la segunda hora me llevo al escenario y me presento.
– Aquí te traigo ayuda, supongo que la necesitas.
– OH!! Si estamos un poco retrasados.
– Como te lamas?
– Alberto.
– Bien Alberto, yo soy la señorita Cristina. Y además de trabajar nos vamos a divertir, pues te voy a enseñar a decorar el escenario, veras que no te vas aburrir.
– Buenos los dejo antes del timbre de salida vendré, a buscarlo.
– OK.
Es día me deleité con sus piernas y sus pantys, que dejaban divisar una bombachita blanca. Conteniendo mis deseos de tocarla, más bien pensando como hacerlo. Ella en su inocencia, (eso creía yo). Se agachaba frente a mi mostrándome todo, en un momento al bajar del escenario por una escalerita estrecha. Me dijo.
– baja tu primero, para yo alcanzarte unas cajas y después bajo yo.
Baje y ella me pasaba las cajas estando para ello de cuquillas, mis ojos no podían separarse de su entrepierna, y al parecer ella lo había notado. Antes de bajar le dijo a dos nenas que también estaban de ayudantes.
-Chicas por que no van a la cocina y le dicen a la portera, que les de cuatro botellitas de agua y vasos.
Las chicas salieron corriendo y ella se dispuso a bajar.
– No corran o las voy a poner en penitencia esta claro.
– Si señor
Para bajar ella se dio vuelta, comenzó a descender , yo debajo de la escalera tenia la mas maravillosa visión, de sus grandes piernas y su entrepierna, me quede helado tanto así que ella siguió bajando y yo me quede inmóvil, mi cara golpeo con su cola. Ella se dio vuelta.
– OH, mi amor perdóname, pensé que estas mas abajo.
Yo me quede callado, o bloqueado.
No te pongas mal mi amor, yo no voy a decir nada, yo se que te dada vergüenza.
Yo con la cabeza gacha susurre:
– no me dio vergüenza.
Ella enmudeció….
-Te gusto verme debajo de mi falda. Diciendo esto, miraba como incomoda para todos lados por si regresaban las nenas.
-decirme la verdad, yo no se lo voy a decir a nadie, esto va a quedar entre nosotros sabes.
-Te gusto verme debajo de mi falda.
– Si. Ella sonrió.
En se momento llegan las nenas con el agua y al pasar unos minutos vino a buscarme mi señorita.
– Bueno Alberto ya es hora.
– Como se porto.
– Una maravilla, podrás traérmelo mañana.
– Te gustaría.
– Si Señor.
– OK te espero mañana.
Yo me iba de la mano de mi maestra, cuando miro atrás y estaba ella sonriendo.
– Alberto ven un minuto por favor. Te vas sin dame un beso.
Yo me pare y mi señorita dio su consentimiento soltándome la mano. Al llegar junto a ella se agacho para estar a mi altura y me dijo al oído.
-No te preocupes, yo no voy a decir nada.
Haciéndose de esa manera cómplice de mi travesura.
-Realmente quieres venir mañana.
-Si.
– Decime que color de bombachita llevo puesta mi amor.
– yo baje la cara y dije blanca.
Me dio un beso, y se despidió hasta mañana.
Al día siguiente, al llegar, ella me saluda con un hermoso beso.
Mira como vos fuiste ayer buen ayudante, decidí recompénsate y te tengo un regalo para ti.
Diciendo esto, separo las piernas y me digo.
-Mira hoy no me puse medias, así que me podrás mirar la bombachita toda la mañana, lindo.
No paso una hora, que ya no pude más y metí una mano bajo su falda, ella se dio vuelta sacándomela rápidamente, y miro a las chicas que estaban entretenidas recortando papel glasé y pegándolos en una cartulina, se dio vuelta.
Y me puse rojo.
– delante de las nenas no mi amor. (Viendo mi cara) No estoy enojada solo que no quiero que ellas vean, sabes. Llamo a las nenas.
-Chicas nos ayudan a traer las cosas del sótano al escenario, Alberto va a bajar y me las alcanza a mi en las escaleras y yo se las paso a ustedes y las acomodan arriba OK.
Baje al sótano y ella me dijo cuando me pases las cajas y yo se las doy a ellas, vas a tener tiempo de mirar y magrear mis bragas cabroncito, y me beso sobre los labios.
Fueron unos minutos eternos, yo la tocaba toda con mi torpeza y deseo, también notaba que ella se refregaba mas al contacto de mi mano. Al terminarse las cajas, le pidió a chicas que fueran por agua nuevamente.
A lo cual, las chicas, dijeron, la portera, a estas horas estaría limpiando, los baños…
– Bueno, vallan a buscarla, o si no la esperas a que ella regrese. pero no vengas sin el agua, por favor. Dicho esto, bajo al pequeño sótano.
– te gusto, eres muy chiquito para hacer esas cosas sabes. alguna vez le tocaste debajo de la balda a una señora?
-Si.
-Si. y quien te deja, hacer eso. Yo me quede callado.
– Veo que te gusto mucho. y se te paro la pijita, si me dices quien te dejar ver debajo de su falda. Yo te puedo tocar allí, (Era la primera vez que alguien me decía eso, ella debía saber eso)
– bueno ahora, antes que regresen las nenas te voy a hacer masajitos en tu pijita, lindo. Bájate el cierre.
– decime a quien se deja tocar por un niño, tan lindo como vos, dale dicime…
-mi tía..
la hermana de tu mama, tu tía debe ser una calentona como yo… Pero será tan puerca como yo.
Ahora yo me doy cuenta, que ella hablaba para si, que ello la calentaba mas. Ella antes de ponerse a mi lado de rodillas se saco su bombachita.
– Así que te gusta mi bombachita, mírala ahora y la vas a oler, es olor de hembra, de hembra caliente, mi amor. Sabes que vamos hacer con ella te voy a envolver tu pijita en ella y hacer una linda pajita. Mientras vos le miras la conchita peludita a la putita de tu señorita.
– Que edad tiene tu tía.
– no se, es tan grande como mi madre.
– Que hija de puta, que degenerada calentona es tu tía, sabes en todas las familias hay putitas que le gustan los nenitos lindos como vos.
Yo, no la escuchaba, sentía el rose de su penda mientras me pajeaba suave pero firmemente.
– no le tenes, que contar esto a nadie, solo se lo podes contar a tu tía, si te lo pregunta, así sabrá que una tan putita como ella también disfruto de su sobrinito… que degenerada…
A los dos o tres minutos y acabe sobre sus bragas ella me seco con ella, miro mi leche.
– cuanta leche que tienes ni amor. Ahora mírame como, me voy a frotar la concha con mi bombachita llena de tu lechita.
-Ahora mírame bien, lo golfa que es tu maestra, como se pajea con tu leche. Decile a la putita de tu tía, que te haga todas las noches, una paja como te la hice yo…
Seguro que tu madre es de igual de guarra y espía y se pajea viendo a su hermana, pajeando a su hijito….ah!!! que puta soy… y que puta es tu tía…. Mírame la concha…mírame como ahora tu maestra acaba con tu leche en sus bragas… en su concha ah!!!…
Con los ojos abiertos, me quede mirando, por primera vez a una mujer pajeandose y con mi leche en sus bragas.
Volviendo a la realidad, que delicia… al viajar por esos años… mientras no dejaba de mirar a la maestra, llevaba un guardapolvo blanco un poco mas corto que su falda negra plisada la cual le llegaba a la mitad de la pierna casi a la rodilla, su trasero era prominente era obvió el deseo expresado por el niño. En se momento veo que otro niño al pasar detrás de ella, corre los pliegues del guardapolvo blanco, para que su mano solo sea separada de su objetivo por la falda y repite la acción de su compañerito, esta vez pude ver con mas detenimiento como, pasaba su mano por un cachete y la deslizaba por la raya que los separa… fueron unos segundos eternos, se me seco la garganta… ella se dio vuelta sonrió… y le acaricio la cabeza y le dijo:
– hasta mañana, mi amor tenga cuidado al bajar.
El niño paso toco el timbre y el bus paro dejándolo bajar. No podía ser que ahora ella no se había dado cuenta, yo se que hay mujeres que disfrutan de ello… mi mente se disparo… ella era maestra, y de echo que esos chicos eran de su escuela y tal vez de sus grados.
Al llegar a la estación "San Fernando". Bajamos del micro yo y mi excitación.
San Fernando, era una Terminal, tan pequeña que no cumplía con su finalidad por la incomodidad dada la cantidad de gente que circulaba en las horas pico…y esperando en el anden que llegue el tren. Busque acércame a la maestra del bus.
– Hola mi nombre es Alberto soy nuevo en la escuela veo que vamos a ser colegas.
– Mucho gusto mi nombre es Clara.
– Siempre es así.
– Si lo dices, esto… todos los días a estas horas es un rió de gente.
– Mama tengo calor.
– Son tus hijas.
– Si te presento ella se llama Esther y ella Claudia… y acercándose un poco más me dice, ella tiene problemas de aprendizaje tu entiendes?
– Si claro!
Mientras estábamos hablando en el andes ella se iba sacando su guardapolvo blanco y después hizo lo mismo con los de sus hijas, para colocarlos en una bolsa de mano. las nenas no tendría más de años, pero Claudia, según me decía ella, mentalmente solo siete. Su figura ya me había impactado en el bus, pero más lo hizo como estaba vestida Claudita, ese día la nena, tenía una pollerita casi mini acampanada blanca y suéter rosa viejo encima de una remerita la cual dejaba adivinar sus insípidas pero hermosas tetitas.. Y su hermana Esther tenia una combinación muy parecida pero en color celeste, su cuerpo era mas pequeño y resaltaba la diferencia entre hermanas no solo por el problema de Claudia si no que el pelo de Esther era mas tirando a rubiecito.
Ya eran las siete de la tarde y el sol ya se ocultaba, algunas luces de la estación comenzaban a prenderse, y el tren no arribaba.
-Para colmo atrasado.
-Si y con la gente que hay. No creo que podamos tomar algún asiento.
-Asiento, yo ya ni sueño, hasta después de pergamino yo casi nunca me senté y con suerte.
-Allí viene!
Una vez que paro el tren subieron a tropel, la gente casi se mataba por subir deje que ella, subiera adelante mío. Pensé en aprovechar ese momento como lo había echo aquellos chicos, pero fui un poco mas precavido pues era la primera ocasión, deseaba entablar una amistad y no lo quería arruinarlo. Note que un tipo se había metido forcejeando a los demás gente detrás de la hijita, la verdad es que estaba apetecible la nena con su pollerita estaba terrible y era una situación que invitaba a aprovecharla, en ese instante lo mire y como conozco ese tipo de maniobras, pues yo las hecho, tome del hombro a la hija de Clara y la ubique a mi lado, como resguardándola de las intenciones del tipo, el entendió en seguida mi enojo, pues habrá pensado que era su padre.
Clara, mirando tal situación, sonrió he hizo un ademán o mueca de " con estos siempre igual". Al verme cuidar de sus hijas, creo que la hice sentir segura, de que con quien compartiría el viaje.
-Una no sabe que hacer, son unos desubicados.
Bueno, no todos son así, hay gente educada.
Acercándose a mi oído y con un tono de confesión y complicidad me digo muy bajito y sonriendo.
-hay si yo te contara, las cosas que he visto, no me creerías.
Bien en realidad, la nena ahora la tenía toda a mi disposición, de espalda frente a mi y pensaba como aprovecharme sin que la madre lo notara.
-Claudita, esta conmigo no te preocupes trata de entrar al vagón no nos quedemos en la puerta.
-OK!
Finalmente conseguimos entrar en el interior y continuamos hablando, entre ambos se encontraba Esthercita. Yo detrás de Claudita y con una mano sobre su hombro y con la otra tenia mi maletín, y su hermoso culito sobre mí pija que ya se me había parado… y la luz tenue del vagón ayudaba a mis intenciones.
Mientras hablamos yo note que un jovencito se había situado detrás de la madre de las nenas y me imaginaba lo que estaría pensando hacer, o lo que ya estaría empezando a hacer. El solo pensamiento me calentó tanto que deje el maletín entre mis piernas y dejar la mano libre a mis deseos ya que mi mano derecha la había bajado de su hombro a la cinturita de la nena.
Mientras conversábamos, creo que ambos sabíamos que teníamos la cabeza en otras cosas, como disimular hablándome y de vez en cuando asintiendo a las respuestas del otro. Mientras ella dejaba que el intruso a sus espaldas siga con su trabajo. Yo me daba cuenta de ello, pues veía una mano del muchacho, tomándola de la cintura, y dada la pasividad de Clara, estaría disfrutándola con creces.
Lo cual, me confirmo que ella al cambiar la conversación (y también algunos de sus alumnos tenían, un pacto tácito y les permitía ciertos privilegios, como los del autobús.)
-En estos amontonamiento, he visto cosas, que yo en mi inocencia no podía creer.
-Si siempre hay alguien que se abusan de las circunstancias no.
– Si entiendo, pero tan groseros, y degeneraros. una como mujer alguna vez tuve que soportar algún vivo pero…
Yo me di cuenta que ella misma, quería acentuar la excitación que sentía, dejando al chico pasar sus manos a su antojo y ella disimulando… relatándome sus experiencias…
Entrelace su mano con la mía y ella mirándome a los ojos recibiendo mi tácito entender su juego… le dije contame mas no me dejes asi…
-acércate no quiero que escuchen las chicas…
-No te preocupes, ellas están en sus cosas…
Atraje a Claudita para frotármela y pasármela bien con su hermoso culito. Viendo que como la madre era apoyada por un extraño, ayudado por la poca luz del vagón, el cual ya había empezado a levantar su falda. Todo ello creaba una atmósfera perfecta y yo realizaba la misma tarea con su hijita, ya no me cabía la menor duda que ella disfrutaba de estos viajes.
A verme atraer a su nena hacia mi…
-continuo… una vez vi. como un hombre se paso todo el viaje frotándose con un chica…
-y ella no decía nada..
-No hasta parece que le gustaba.
-no me digas.
-te lo podes imaginar… y lo peor y lo increíble…
Mientras que Claudia al igual que su madre no decía nada, me lance con todas mis cartas, fui subiéndole la pollerita, con dos dedos hasta llegar al pliegue de la faldita, al subirla comenzar a manosear su bombachita, la niña me miro y yo me quede helado. Pero enseguida, salí al frente.
– Te pasa algo Claudita…
– No señor (y me sonrió, dulcemente, siguió jugando con su hermanita, y de vez en cuando me volvía mirar sonriéndome.)Esas miradas, me dieron, paso libre a mis deseos…
Pasado el susto, y con el corazón en la boca, pero sin sacar la mano se su culito. Veía a la madre hablándome se la notaba mas contenta que un cascabel.
Pues su galán, ya había perdido todo recato, hacia movimientos de caderas sobre el culo de Clara que tenia su falda por la cintura.
-el tipo, acabo sobre ella, manchándola de leche hasta el pelo, ella y la madre se dieron vuelta, viendo al sujeto subirse el cierre del pantalón…
-Que lió se habrá armado.
-No te creas, el tipo le da un pañuelo a la madre y ella misma, limpia y se agacha y le da un beso a la chica. Y ai todo como si nada, lo podes creer.
– me dejas helado..
-Sabes que en la escuela son pocos con los que había podido entablar una amistad, yo diría contados con los dedos.
-Gracias, tu eres muy amable, y es muy bueno ya tener una nueva amiga en mi nuevo trabajo.
-Pues es difícil encontrar personas con los mismos gustos. (dicho esto puso su mano sobre la mía), la cual estaba en la cinturita de su nena.
La situación estaba cargada de morbo pues mi otra mano ya estaba bajo la falda y sobre el precioso culito de su hijita.
Su comentario no fue mal recibido por mi, fue un detonante en mi cabeza, entonces me baje el cierre y ya tenia mi pija sobre canalcito de su hija, la cual yo apretaba para que se quedara lo mas pegadita posible a mi. En ese tiempo, que fueron minutos interminables, le pase mi pija por todo su culito y entre sus piernitas. ella se dejaba hacer sin demostrar molestia, Era muy complaciente, y al ver que ella me dejaba actuar sin restricciones, hasta me anime a separar su calzoncito, para que no hubiera nada que me separe de esa carnecita fresca que está a mi alcance y disfrutarlo, quedando mi pija sobre su canalcito y atrapada por su calzón, el cual ya me lo imaginaba rosadito ya no me controla iba a acabar y tirar dos o tres lechazos sobre la nena. Todo mientras Clara arreglaba su ajetreada falda y mirándome de reojo mis movimientos.
De repente al ver que dos señoras se levantan, Clara me dijo vamos a sentarnos. Entonces con velocidad y miedo pues esta temblando baje la pollerita y me subí el cierre del pantalón, tratando de disimular que no encontraba el maletín. Clara me vio subirme el cierre pero no dijo nada, realidad hizo como que no vio nada. Solo comento risueñamente…
-Te ayudo.. y sin esperar mi respuesta, sonrió levemente y se dispuso a tomar asiento.
El momento era increíble y mi corazón explotaba, no daba crédito a lo que me estaba pasando.
Ella quiso tomar el asiento junto a la ventana, trate de serenarme, estudiar la situación, por fue inútil, todo me sobrepasaba…
Ya había bajado el sol y dentro del vagón había muy poca luz. Pero de igual manera al pasar frente a mí para sentarse, vi en su falda negra que tenia unas machas blancas y gotas de leche escurriéndose por los pliegues de su falda, eran los restos que su casual acompañante había derramado sobre ella, a la altura de sus nalgas, tres chorros abundantes de leche. El contraste era espectacular y deliciosamente morboso. Al ver esto, el clima se me torno realmente sensual y quede sin control de mi respiración.
Mi calentura era insoportable, nos sentamos y entre nosotros las dos nenas paradas para no estén solas en el pasillo, no había lugar para los cuatro, cuando de repente Clara dice:
– Te molesta si siento a Claudita sobre tus faldas y a Esther la tengo yo.
– No por favor, como me va a molestar..
Era una propuesta divina, ella tomo a Claudita y la ayudo a que se sentase en mis piernas, estoy seguro que noto mi bulto en el pantalón pues se había formado una mancha pre-seminal de la calentura que tenia.
Ella obvio esa visión, pero al sentarla levanto levemente su pollerita y demorando uno a dos segundos mas de lo usual. Como mostrándome que era ella, quien me iba a regalar tan hermoso momento, en ese instante pude confirmar el color rosa de su calzón y la puso casi encima de mi bulto. O sea que la pollerita me tapaba los costados y ella estaba sobre mi bulto tan solo en bombachita.
Su forma de hablar había cambiado. En vez de decir así te incomoda, como la senté, ella me dijo:
-Así te gusta, como la senté.
-y ahora te toca a ti.
Tomo la su otra hija sobre sus piernas, y seguimos hablando del colegio.
– Te voy a presentar a las personas indicadas dentro de la escuela, veras que te va a gustar tu nuevo puesto.
– Te agradezco, pero no se… mañana la directora me mostrara la escuela y me presentara, pero tengo algunas dudas, de que vuelva a revisar mi legajo y en verdad no es…
– No te preocupes, es amiga mía mañana temprano hablare con ella.
– Te agradezco, pero al decir verdad no esta muy limpio que digamos…
– Te entiendo todos tenemos debilidades… (sonriendo y mirando a su hija sobre mi falda).
Quedándome callado…
– Mira en este lugar tan apartado de las grandes ciudades, los maestros que ejercen aquí, lo hacen por dos razones, o nacieron en la zona o los mandan por que se portaron mal en algún otro lugar. Así que descuida.
– Y a ti cual de las dos razones te trajo a este lugar.
– Las dos, nací aquí y no soy tan buena como parezco… (Y se echó a reír).
No se, si ya te has dado cuenta, pero una forma de llevase bien con nuestra directora es elógiales, sus pechos.
Me lo dices, por que soy hombre.
A buen entendedor, pocas palabras. Si fueras mujer te diría lo mismo.
Y parece, tan recatada la esposa del pastor.
Esther se acerca a su mama para hablarle al oído, mientras tanto ya mi mano por debajo de la faldita de claudia ya había bajado a mi cierre..
– Dice que tiene frió, Allí tengo una manta, por favor me alcanzas el bolso.
– Si por supuesto. Saco mi mano del culito de su hija y se la alcanzo.
Ella nota mis movimientos sospechosos y me pongo colorado. Mientras ella pone sobre ella y su hija la manta me dice.
Se nota que estas incomodo, a ver Claudia levántame apenas un poquito para que Ricardo se pueda acomodar, todo esto lo decía en un tono pausado sonriéndome con una complicidad que yo no podía creer. Acomode mis piernas y se vio mi cierre bajo con mi pija afuera, un poco fláccida por los nervios, pues sentía los ojos de Claudia clavados en mí.
Así mi amor ahora apóyate y estate quietita y calladita así nosotros hablamos, mi amor.
Ella comenzó a acomodar a su otra hija sobre si. Claudia puso su cola sobre mí verga desnuda, y en dos segundos yo hacia fuerza contra su calzoncito, metiéndolo entre sus nalguitas. Era evidente que ella la sentía, pues se movía más como si se la acomodase para darse gusto.
Mientras Clara continuaba hablándome yo notaba que algunas veces miraba a su hijita moverse sobre mi, tuve pánico que le diga algo…
– estas incomoda mi amor, te pasa algo. Le decía a la hija.
– No mama, me gusta viajar así, no es divertido Esther?
– Si.
– Que ocurrencias estas chicas!!
– Ellas encuentran la diversión en todas partes no?
– Si es verdad, o si no nosotros tenemos que encargamos de que se diviertan y sean lo mas felices posible, no te parece.
– Si es verdad, eres toda una madre.
Y yo veía que una mano estaba debajo de la manta, la cual la movía lentamente, no lo podía creer lo que veían mis ojos.
-Yo trato de suplir todas las necesidades de mis hijas y mías también. Creo que todos buscamos eso.
Estaba masturbando a su hijita mientras me veía a mí. Para ese entonces la faldita de claudia se levanto un poco pues tenia mi pija parada entre las piernitas y rozando su conchita y mi cabeza levantaba su faldita.
Y si esas necesidades, no son bien vistas.
Bueno, estando con las personas correctas y siendo discretos, la vida nos da nuestros placeres. no te parece…
Era la segunda vez en el día que escuchaba la palabra. Discreción.
Decidí jugarme, dejando pocas dudas de lo que estaba haciendo, corrí la falda de Claudia sobre su pierna, para darle una vista de lo que sucedía debajo a la madre, sin dejar nada a la imaginación. Y comencé a mirarla expectante, para saber cual era su reacción.
Al ver eso Clara, se quedó en silencio mirándonos y comenzó a mover la mano con más velocidad debajo de la manta, y Esthercita se recostaba sobre su pecho y encerraba sus ojos…
Mi amorcito, mira a tu hermanita, como juega…y al abrirlos fijaba la vista en la entre las piernas de su hermana que sobresalía mi cabeza brillante y latente.
– esta es mi humilde bienvenida profesor… (corriendo un poco su manta, dejando ver su mano debajo de los calzoncitos de su niña), y sin dejar de moverla.
– Trato de darle lo mejor, si tuvieras hijas, no harías lo mismo.
– Si. Estuve esperando toda una vida una mujer como tu!
– Y yo alguien como tu!
Sonriendo me dijo: Que corto encuentro…. Es una lastima, pronto vamos a tener que terminar… la conversación pues me bajo en dos estaciones más.
Vamos a tener que terminar lo dijo en un tono tan diferente que solo podía ser lo que estaba pensando…
Entiendo, entonces te puedo pedir un favor…
– Si.
– Que me ayudes, pues tengo aquí un lió con las mantas.
– Si dame un minuto que termine yo.
– como veras yo también tengo problemas con mi manta (sonriendo).
Subí mas, la pequeña falda hasta la cintura y Clara, no podía sacar la vista de la caliente pija que se levantaba entre sus piernitas.
Continúo mirándome con los ojos fijos y vidriosos viéndome como magreaba a su niña y acelero la paja que le estaba haciendo a esthercita.
-ya esta mami.
-Si mi amor. Ahora voy a ayudar a tu hermanita.
– Bueno ya esta, haber que pasa aquí?
Clara se acerco a mi y Esthercita se había parado pero pude ver como ella se subía la bombachita que tenia casi por las rodillas, acomodo su pollera y comenzó a doblar la manta. Mientras la madre con sus manos bajo la falda de Claudia y rodeo mi pija que quedo levantando el vestidito de su hija por delante… separo las piernas de la nena puso su mano sobre la falda y presiono mi pija sobre la conchita de Claudita y comenzó a frotar con un movimiento lento de abajo hacia arriba.
– me haces sentir, como la madre que limpiaba la leche del desconocido había derramado sobre su niña.
-Clara metió su otra mano bajo su falda, y comenzó a masturbarse…
-esa leche… leche mucha leche…calentita…
Y tanto fue a si que acabe con tres tremendos chorros entre las piernas de su hijita, la nena se seguí moviendo como si fuera un juego para ella.
– Así mostrarle, tu leche a las chicas.
Fue tanta la leche que su pollerita comenzó a humedecerse, y Mirta lo noto. Y acercándose a mi oído me susurro.
– No te preocupes, las bombachitas las lavo yo… y mi marido nunca se entera de mis viajes.
Después, y mientras se levantaba para ir acercándose a la puerta de salida, me quede mirando la mancha de su pollera la cual ya se había secado. Pase la mano por su hermosa cola como aquel niño esta tarde.
No te olvides de este detalle blanco, o tu marido cree que es plasticola?
– Mañana te cuento…chau!!
Continuara…
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