-silencio nos escucharan 2…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Aquel rechinido nos hizo volver súbitamente a la realidad de lo que ocurría, los colores se nos subieron al rostro, me sentía muy caliente, mi papa estaba en el umbral de la puerta, sus ojos casi se salían de su cara, fueron segundos eternos y solo alcance a decir -Hola papá…-
Estaba ahí parado Roberto, un hombre de 45 años, alto, fornido gracias al trabajo duro, tez morena, ojos cafés que se clavaban en todos lados, él siempre había sido un hombre muy atlético ya que jugaba futbol en su juventud y siempre fue fan del gimnasio y el box, todas mis amigas veían en él un “suggar daddy”.
Llevaba puesto un pantalón entallado negro muy formal, camisa blanca y un saco negro que la verdad lo hacían lucir muy bien.
Yo nunca había pensado en mí papa de una manera sexual, siempre fue el trato común y corriente, aunque he de confesar que muchas veces tuve en mi imaginación lo que pasaba detrás de la puerta de su recamara y de lo que solo tenía una historia a medias gracias a los gemidos que mi mama soltaba estando con él.
L- Papa, puedo explicarlo… dije titubeante, la verdad sus ojos eran tan penetrantes que no sabía cómo iba a reaccionar después de verme en aquella situación….
O- Tío, tranquilo… solo alcanzo a decir mientras papa empuñaba ambas manos, su cara estaba rojísima, por un momento creí que lo golpearía….
La tensión se elevó al máximo en la habitación, aunado al calor que había y la excitación que aun flotaba en el aire, pero….
Que es lo que veo, el pantalón de papá estaba reaccionado ante lo sucedido, creí que era mi imaginación pero no!, su enorme pene se notaba en su pantalón, crecía y crecía adentro, la verdad, se escondía un paquete enorme abultado hacia la derecha como si apuntara a su bolsa…
R- Nunca creí que mi hija fuera así de puta, muy bien entonces te trataremos como la puta que eres… quiero creer que era el enojo el que estaba hablando, pero debo admitir que me puso cachondisima que mi papá usara ese lenguaje conmigo, ya que rara vez decía groserías.
En ese momento escuche el tintineo de la hebilla de su cinturón abriéndose, mi primo trato de incorporarse, su pene estaba perdiendo su erección al ir entrando a su pantalón cuando mi papa interrumpió…
R- No, No, No… (Gritó) no se guarde nada! Jálesela a ver si muy hombrecito… mi papá estaba furico aunque fue confuso, su mirada denotaba una lujuria tremenda como si él si me hubiera visto de una manera diferente todo este tiempo.
L- Pero papá! Que estas haciendo?….
aun no terminaba la frase cuando saltó sobre mí, me tomó del brazo derecho y me levantó.
Y así sin más me plantó un beso que hizo erizar mi piel, tenía un sabor extraño, era una mezcla de leche de mi primo, con vino tinto, creí que se detendría al sentir el sabor del semen, pero no! Como si fuera el más rico dulce su lengua entraba y salía de mi boca.
Llevó mi mano derecha a su pantalón y vaya que herramienta se escondía ahí dentro! Abrí su pantalón como si fuera un obsequio anhelado… con desesperación, y de él salió un pene maravilloso como de unos 20 cms pero un poco más delgado que el de mi primo, mis ojos se abrieron al ver semejante monumento rosado…
Estábamos mi primo y yo de frente a él, mi mano derecha subía y bajaba en su largo tronco, cuando de repente tomó la mano izquierda de mi primo y la llevó a su pene!!! Mi mente dio un vuelco al momento que mi boca se abrió!, ¿Qué estaba pasando? ¿Mi papá era gay de closet? La confusión y la curiosidad se apoderaron de mí…
De pronto mi papá con una voz de general dijo – desnúdense – ante la orden mi vestido se escurrió hasta el piso, mi primo hizo lo propio, su pantalón ya en las rodillas para ese entonces y con una vibrante erección nuevamente se reportaba “listo para el deber”
Ahí estaba yo con esos dos hermosos hombres, duros como rocas, y con unos penes que se movían al palpitar de sus acelerados corazones.
Mi papá nos hincó ante él como un par de niños regañados, mi instinto fue meterme su rosado pene a la boca (hasta yo me sorprendí de lo puta que me estaba volviendo) echo su cabeza para atrás y con un profundo suspiro tomo mi cabeza con su mano izquierda y a mi primo con la derecha, su pene salió de mi boca y nos quedó en medio, su voz dictatorial dijo –chúpenlo- mi primo tenía una cara de interrogación y miedo, negando con la cabeza dijo – no puedo- mi papá sonrió y sin mucho vuelo abofeteo a mi primo y tomándolo por el pelo le metió el pene a la boca…
Era una vorágine de sentimientos, estaba confundida por lo que estaba ocurriendo, tenía miedo de que otro familiar se nos uniera, sentía culpa por que mi vagina estaba empapada y mucho deseo de ver a ese macho alfa que mi papá nunca había mostrado.
Con mi primo casi atragantándose mi papa se sentó en una silla alta de las de la barra, y me conducía a lamer sus bolas, era una pelvis perfectamente depilada, levantaba más su pierna izquierda y mi lengua alcanzaba a llegar a su ano, lo toque levemente con mi lengua y mi papá dio un brinco, tomando mi cabello con la mano izquierda me apretaba más diciendo – hazlo de nuevo putita – seguía lamiendo su pequeño hoyito y mi primo se dedicaba a comer todo el pene casi a la fuerza.
Llego un punto en que mi primo se contagió con la excitación que mi papá nos estaba provocando, se puso de pie y le planto un beso a mi papá, desde abajo podía ver sus lenguas jugar, eso definitivamente me hizo perder lo que me quedaba de decencia y de moral, mi vagina chorreaba de lubricación, mi excitación era tanta que solo atiné a ponerme de pie y de espaldas a mi papa sentarme en su miembro erecto, mi papá casi grita, afortunadamente el beso con mi primo amortiguó el sonido, comencé a mover mi cadera en círculos, mi papa me tomó por la cintura y me movía ligeramente hacia arriba y hacia abajo, mi primo abandonó su misión en la boca de papá y corrió a hincarse frente a mí, fue una experiencia deliciosa, mi papa me estaba penetrando más vigorosamente y mi primo me estaba comiendo el clítoris como si su vida dependiera de ello, mi botoncito estaba tan hinchado que el fresco del aire casi me hacen tener un orgasmo…
Mi papa estaba aferrado a mis tetas, estaba moviéndome más bruscamente, giré mi cabeza hacia la izquierda y me encontré con la boca de mi papá que mordía mi cuello, nos fundimos en un profundo beso que ahogaba mis gemidos, mi papa me empujó hacia adelante hasta ponerme de perrito, mi primo se puso frente a mí y comencé a chuparle la verga a él, cual brocheta me sentía llena, el vaivén hacia que papa me penetrara profundamente y la verga de mi primo entraba hasta mi garganta, tomo mis manos hacia atrás de mí y con eso hacia fuerza para empujarme.
La habitación lucía como un sauna lleno de vapor emanado por nuestros cuerpos, la excitación comenzó a matarme cuando escuche –quien es la putita de papá- eso con los gemidos de mi primo, hacían una melodía magnifica en mis oídos…
De pronto mi papá se detuvo y dijo – esta noche le voy a romper el culo a uno de ustedes – mis piernas temblaron de miedo y la mirada de mi primo se perdió, francamente siempre había querido experimentar esa sensación, pero me aterraba que fuera a ser muy doloroso como me habían platicado, mi cara pasó de ser una puta callejera a la de una niña de primaria castigada por tener malas notas, con una voz de lujuria disfrazada de ternura le susurré al oído – a mi papi, rómpele el culo a tu hijita- pude ver la pasión en el rostro de mi papa cuando de pronto me puso contra la barra donde todo lo que había en ella se cayó, mi papá se agacho detrás de mí y empezó a comerme el culo de una manera riquísima, su lengua jugaba con mi estrecho hoyito, la sensación era tan fuerte que los músculos de mi abdomen se contraían, nunca nadie me lo había hecho así que fue una sensación incomparable, parecía como si hubiese guardado esas ganas por mucho tiempo, sus manos agarraban con brusquedad mis nalgas y una nalgada enrojecía mi trasero solo para él, mi primo se sentó en la silla y comenzó a masturbarse viéndonos.
Papá se puso de pie, escupió en su mano y como desenvainando una espada lubricó su pene que ya estaba dispuesto a entrar a ese virginal orificio.
Mi papá se acercó a mí, con su mano le dio dirección a su poderosa herramienta, estaba ya en la entrada y comenzó a presionar, sentía como su cabeza rosada estaba tratando de abrirse paso atreves de mi ano, el dolor se hacía cada vez más intenso, mi espalda comenzó a arquearse mientras él con su mano derecha ayudaba a empujar su pene y con la izquierda tomaba mis tetas rodeándome, dejo caer algo de saliva en su pequeña cabeza, de un momento a otro empujó más y más, sentí como empezó a entrar la cabeza, no había vuelta atrás, podría sentir como mi ano estaba abriéndose conforme entraba la verga de mi papa, sentía unas ganas increíbles de ir al baño, mi respiración se aceleró y dije – no papá, sácala, no aguanto me duele mucho- a lo que mi papá con una voz tranquila y suave (muy diferente a como nos habló al principio) me dijo – tranquila bebe ya comenzará a gustarte- empujó aún más y centímetro a centímetro su verga se adentraba en mí, mi ano abrazaba por completo su pene, mis rodillas se volvieron de papel cuando sin avisarme mi pequeño ano se vio invadido por completo por ese intruso tan viril y delicioso, y ya para cuando tome conciencia mi papá ya me bombeaba con singular alegría de perrito, y ahora solo sosteniéndome por la cadera con ambas manos, el ritmo de mi primo era frenético al vernos, sus ojos desbordaban deseo y lujuria…
Mi papa sin dejar de penetrarme hizo que nos acostáramos en el suelo juntos, él estaba detrás de mí, y yo en una posición como un pequeño cangrejo, mi primo entendió perfecto la indirecta y se apresuró a encimarse para penetrar mi muy lubricada vagina, el ritmo era sensacional y sentir las dos vergas adentro era lo máximo, era un poco difícil la posición pero realmente en ese momento el cansancio y la incomodidad eran lo de menos, el ritmo aumentaba de velocidad y sentía que ambos tenían muchas contracciones, al igual que yo, mis piernas comenzaron a temblar y en los lapsos es que mi primo sacaba su verga comenzaron a brotar unos pequeños chorros de líquido, mis piernas no dejaban de temblar y me fundí en el más delicioso orgasmo que jamás haya tenido, mi papa apresuro a ponerse de pie, quede hincada frente a los dos mástiles que habían sostenido el maravilloso encuentro familiar, era hipnotizante el movimiento de las manos en sus vergas frente a mí, el mejor momento fue comenzar a sentir los chorros de leche que brotaron del pene de mi padre, seguido por el orgasmo de mi primo que fue a terminar en mis tetas y mi boca, los dos se unieron en un suspiro largo y relajado, y yo no podía creer lo que había pasado.
La cara de mi papa se transformó en el hombre reservado, maduro y serio que debía volver a ser antes de llegar a la mesa –limpien y vuelvan cuanto antes- nos ordenó, mi primo y yo nos miramos y soltamos una carcajada de nerviosismo e incertidumbre, nos apresuramos a limpiarnos mutuamente, el sudor aun corría en nuestras frentes y también debía limpiar el baño de leche fraterna que había recibido.
Mi primo se alisto primero y yo aún me quede sentada asimilando lo que había ocurrido.
Llegue a la conclusión que fue la mejor navidad de mi historia, pero esto me dejaba más preguntas que respuestas, y más fantasías de las ya cumplidas.
Ese día terminó y yo me quede húmedamente impaciente por que al fin terminara el año….
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