silvia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por manuelete.
SILVIA,Era la sobrina mimada,tenía tan solo once años, me encantaba su figura inocente.Hermosa por donde se la mirara.Su belleza de mujer comenzaba a emerger en su cuerpo.Delgada con unas lindas tetitas, un culito levantado y duro.Toda su sonrisa iluminaba los días cuando llegaba a mi casa.Se tiraba en mis brazos, se sentaba en mis piernas y acomodaba su culo hermoso sobre mi miembro erecto.Asi quedaba un rato largo sin decir palabras, cuando notaba que mi erección era mas evidente, jugaba ,moviéndose entre mis piernas y cuando notaba el peligro salía corriendo, besándome los labios,como sin querer.
Cierta tarde,me pidió que le ayudara en sus tareas escolares.Su madre y mi esposa , salieron para hacer compras en el shopping. Yo sabìa que demorarían mucho tiempo, asi que después de cerrar con llave la puerta principal, me dirigì con Silvia hacia mi escritorio.
Mi sobrina no usaba corpiños, sus pezones se notaban desafiantes a través de la delgada remerita, que además era sumamente corta-Comencè a analizar sus carpetas y vi que Silvia tenía una foto mia entre sus cosas –sonriò cuando vio mi descubrimiento, se dirigió hacia mi pc y abriendo un documento de Word escribió algo.Leelo, me dijo, me da vergüenza decirte esto,y se alejò para mirar un cuadro de la pared.
Me acerquè a la compu y lei:”quiero ver tu coso”Me acerque nervioso a mi sobrina que seguía de espalda.La tomè de la cintura y levantè mis manos hasta sus senos y comencé a acariciarlos.Ella no decía nada ,pero bajò su mano hacia mi pantalòn.Yo abrì presuroso el cierre con una mano, mientras la otra seguía tocando sus tetitas pequeñas.Ella me sobaba con mucha suavidad mi erguida verga.
Esta muy calentita, susurrò, mientras se retorcìa por mis caricias .bajè mi mano hacia su conchita y mi dedo acariaban su clítoris-Silvia,agitò mas su manito y la eyaculación explotò violentamente.Ella se agachò y tomò mi miembro y lo colocò en su boca.Luego se puso de pie y se dirigió hacia el baño.
Fui hacia la puerta de entrada y le quite el cerrojo para permitir el paso de mi esposa y mi cuñada, que pronto volverìan.Me sentè y me pusè a terminar las tareas de mi sobrina
seguiremos contando como desvirguè a la flaquita
manuelete
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