SOBRINA CHARITO
FUE A AYUDARME A RECOGER UNAS COSAS EN CASA, Y TERMINÓ MODELANDOME ROPA INTERIOR DE MI ESPOSA, PARA LUEGO…..
Mi pareja solía salir seguido a la ciudad vecina con motivo de compras y visitar a la familia. Se iba por unos dos o tres días. Yo me quedaba a trabajar y terminar pendientes de casa. Sin embargo, cuando ella no estaba me invadían ansias de todo tipo; veía porno, chateaba con chicas, de las muchas que salían por ahí con ansias de que las vieran en video y así satisfacer sus manías de exhibicionismo, y yo de masturbarme a mis anchas, que prefería a veces más que el sexo.
En los últimos viajes de mi pareja se me ocurrió aprovechar esos fines de semana para acomodar un cuarto y todo el tiradero que había, y en la última ocasión había invitado a que me ayudara a una sobrina, Charo, de unos 11 años, delgadita, hermosa, de un rostro muy expresivo y hermosos ojos negros, alta para su edad, pechitos en nacimiento, grandes pezones, piernitas bien torneadas y un trasero levantadito, discreto pero bien formado. Esto lo pude ver esa última vez en que me ayudó toda una mañana de un día primaveral; fui a su casa por ella, pues su mamá siempre nos apoyaba o permitía que fuera a casa, tanto a ayudarnos, como a pasar el día. Salió esa vez, en una mañana templada casi fresca, en un pants verde pistache semi estretch, su cabello lindo tomado en una cola de caballo, muy linda. Le invité a desayunar y luego luego nos pusimos a trabajar; le instruí en lo que iba a hacer en el cuarto, que estaba cerrado y con mucho desorden y bultos de cosas. Yo hice lo que iba a hacer y me fui a limpiar unas cajas y bolsas para guardar lo que se debía guardar. Ella puso música y se dispuso a hacer la tarea encomendada. Después de unos 45 minutos regresé y había avanzado mucho, aunque faltaban cosas aún. Eran ya como las 11 de la mañana; su frente estaba perlada de sudor, y se había quitado la sudadera del pants. Al entrar, me miró y me dijo:
_ Ayh tio, que calor siento! _ Y era verdad, ya el cuarto, al estar todo cerrado y no haber aire acondicionado, ni ventilación, se sentía caliente y más aún con el evidente esfuerzo que estaba haciendo en el trabajo que le di. Pero, no di importancia a sus palabras, ni al calor, sino a la pequeña blusa que llevaba bajo la sudadera; una pequeña prenda de algodón muy delgada de color blanco, de bocamanga con los tirantes largos sobre su pecho y un poco suelta, pero que evidenciaba sus pezones y botoncitos nacientes que eran sus bubis en ese tiempo.
_ Si, se siente calor aquí dentro_ le dije. _ Te voy a preparar algo de beber. Quieres coca, agua mineral, o una malteada de fresa?_ Le dije.
_ Me voy a quitar el pants tío_ fue lo que me respondió.
Con asombro, solo atiné a preguntarle:
_ Traes short bajo? Si traigo, bueno, solo mi bóxer, replicó.
Tratando de disimular lo perturbado que estaba por la naturaleza de sus respuestas, le dije:
_ Pues sí, ponte lo más cómoda que puedas, aunque ya no falta mucho. Igual, ya casi vengo a ayudarte,
le dije, con la idea de ver, obviamente que había debajo del pants. Me fui rápidamente a la cocina y no le pensé mucho, serví solo dos vasos de vidrio grandes con hielo y coca cola, me fui al cuarto y cuando me paré en la puerta le vi tomar el elástico de su pants de espaldas y deslizarlo hacia abajo por sus muslos; al hacerlo obviamente se agachó a hasta el suelo para sacarlo en sus pies y me brindó el espectáculo de su trasero paradito, hermoso, redondo. Sus boxers, negros le llegaban a donde comienza la nalga, por lo que al ceñirse en su muslo le daban más volumen a su trasero, además de que se metió entre sus nalgas, dando una vista muy sensual de su naciente cuerpo de mujer. Se giró, me vio y sonrió. Si, así no se siente tanto, me dijo. Le entregué su vaso de coca y le dio un gran sorbo. Muchas gracias tio, dijo, que rico está. No tengo nada que hacer, tú dices en que te ayudo. Tengo libre todo el dia. El diablo andaba ahí con toda seguridad; evidentemente usaba el bóxer como interiores, pues su sexo se notaba claramente entre sus piernitas; se metía en su rajita ligeramente abultada. Para colmo, dejó su vaso en la mesita junto a ella y dijo: Bueno, vamos a seguirle, al tiempo que jalaba su bóxer hacia arriba. La tela de lycra se metió agresivamente en su vagina, marcando una raya genial y realzando sus labios. Ni reparó siquiera en que no pude apartar la vista de ella totalmente desencajado. Sólo se dispuso a seguir con lo que le faltaba de lo que le había dicho hiciera. Salí del embrujo, y me fui a terminar lo que hacia afuera. Me apresuré a hacerlo para regresar pronto donde ella. Unos 15 minutos después regresé y estaba ella sentada en la cama con una pequeña caja de zapatos en sus piernas y viendo fotos. Al verme entrar se asustó y dijo: Ayh, disculpa tío. Me encontré esta caja y me puse a ver las fotos. Están muy bonitas. Los paisajes, los lugares, las personas. Tu las tomaste? Preguntó con curiosidad y admiración. Si, le dije, me encanta la fotografía. De hecho esa bolsa, mira, son mis cámaras, checa; esta es de las viejitas, de rollo y manual. Era un arte antes tomar las fotos. Y esta otra es la que uso hoy, digital, profesional. Por eso salen tan claritas y se ven tan bien. Ella quién es? Preguntó al ver unas de una chica en bikini. Fíjate que ni supe su nombre. Tomaba fotos en la playa en San Juan a unas gaviotas en el muelle, y ella al pasar con unas amigas me preguntó si era fotógrafo profesional. Andaban divirtiéndose, claro, jugando con coquetería. No, les contesté, solo aficionado, aunque sabía de fotografía. Me toma unas fotos? Me preguntó, como recuerdo de este lindo lugar. Y pues le tomé esas cinco o seis que andan ahí. Le hice llegar unas copias. Bonita la modelo y bonitas las fotos. Todo se dio para que salieran muy pro. Por eso me gustan. Si tío, están muy padres. Me deberías tomar unas a mí, dijo, y soltó una sonora carcajada, riendo luego con pena.
Guardó las fotos y siguió acomodando cosas sobre la cama. Al hacerlo estaba agachada, clasificando cosillas, poniendo aquí y allá, como le había dicho. Mis pensamientos vouyeristas estaban tranquilos, hasta que reparé en su blusa que colgaba bajo su pechito; podía ver con claridad su naciente pecho, sin más protección que cuando se movía un poco. Se veían divinas sus medias naranjitas, con una café oscuro aréola que contrastaba con lo apiñonado de su piel y ese pezón del mismo color hinchadito coronando bellamente sus cositas. Me dejó ver por varios minutos. A veces se daba vuelta y me mostraba el trasero donde seguía agachada, pero le seguía viendo sus naranjitas por la manga de su blusa, ya sin recato. Así estuvimos como una hora más, hasta que terminamos lo que teníamos que hacer. Para la hora de la comida casi le llevé a su casa y le di las gracias a su mamá. Está de más decir que de ahí en adelante le vi de otra forma a mi querida sobrina.
Ya bien entrado el verano, en el mes de agosto, mi pareja nuevamente salió a visitar a su familia. Esta vez pidió permiso en el trabajo y estaría fuera cuatro días, pues iría a hacerse un chequeo médico por unos problemas de salud que traía por ahí. Cautivado aún por la experiencia de primavera con mi sobrina, le envié un whats para decirle que si me podía ayudar nuevamente con unas cosillas en la casa al dia siguiente que se iría mi pareja. Ya le dije a mi mamá tio, respondió, me dijo que si. A qué horas pasas por mi? Te aviso más tarde, le dije. Finalmente, mi pareja se fue esa misma noche en el camión, para llegar al amanecer a Cd. Belmonte. Al dejarla en la central, le envié whats a Charito, así andaba de ansioso. Aunque tarde ella contestó rápidamente; aun estaba despierta. Esperaba tu mensaje tío, a qué hora pasas por mi? Me preguntó mi mamá. Para ver si me puedes ayudar igual tu, con una tarea que tengo. Ok, mira, le dije, te ayudo mañana con la tarea y pasado me ayudas tu con el trabajo. Paso por ti a las 9. Ok, gracias tío, te quiero mucho, respondió alegre. Buenas noches. Buenas noches, me despedí.
Al dia siguiente, a las nueve en punto ahí estaba en casa de mi sobrina. Ella ya me esperaba en la verja de la casa, con sus cuadernos y una mochilita. Ya me voy maa!! Ya llegó mi tio, se despidió y corrió a subirse al coche. Apenas le había visto en los meses anteriores, y cuando lo hice no pude ponerle cuidado, hasta hoy. Se había desarrollado notablemente en este tiempo. Mucho más mujer, más de todo un poco por aquí y por allá; más bolas y muy bien acomodadas. Acababa de cumplir 12. Traía un vestidito de gasa, blanco, muy ligero, por la calor seguramente que ya se sentía en el día, de bocamanga, podía verse fácilmente que bajo de este traía un bikini azul turquesa. En casa tenemos una pequeña piscina, donde a los sobrinos, que son pocos les gusta bañarse en verano. Este año Charito no había venido aún, seguramente recordó esas visitas de antes y se vino preparada, por si las dudas. Llegamos a casa rápidamente y nos fuimos a trabajar al patio trasero, donde está la piscina, hay un amplio y fresco corredor con muchas plantas y un gran jardín con un rico césped que contribuye al frescor del área. Nos sentamos en la mesita que dispuse para trabajar y saqué mi laptop. Comenzamos el trabajo de la tarea, que al final no fue tanto ni tan difícil. Platicamos muchas cosas, escuchamos música, me ayudó a podar unas plantitas, muy motivada por poder ayudarme. Ansiosa preguntaba de todo, de los cómo, los cuándo y por qué de muchas cosas, como las plantas. No había dicho que ella no tenía papá; había muerto en un accidente y ellos vivían de la pensión muy buena que tenían por ello. Tal vez por eso la cercanía conmigo y esos temas de plática. Todo pasó sin más esa mañana. Fue un rato agradable, y disfruté tenerle, verle tan linda, aunque sin más estímulo que imaginar sus formas bajo su vestido discreto. Vámonos, le dije, después de un rato. Casi es hora de tu escuela. Mmmh, refunfuñó, cierto debemos irnos….pero, tio, me dijiste que quieres que te ayude mañana también, verdad?…. Es queee….prosiguió diciendo, quiero que me ayudes, tu que eres experto, sonrió con picardía. Yo no tenía idea de que hablaba, así que le pregunté: En qué soy experto? Cómo quieres que te ayude? Quiero que me tomes unas fotos, aquí en tu jardín, está muy bonito. Ya le dije a mi mamá y está de acuerdo. Nomás que no te de mucha lata, me dijo Me ayudas por fa? Terminó implorando. Yo no sabía que decir, pero con cuidado pregunté: Qué tipo de fotos quieres? Y sin dudarlo, respondió: En bikini, como las de la chica que me mostraste de San Juan. Y sin decir más caminó hacia el césped cerca de la alberca y se despojó de su vestido. Mira, a poco no soy bonita, como la chica de las fotos, rio sonoramente al decir, soy mucho más bonita que ella creo. Muy perturbado me acerqué a ella. Ok. Mañana platicamos, ahora es tarde. Ok? Mmh, está bien me dijo. Vamos, pero mañana hacemos eso,. Ok?…Okeiiiiii? Preguntó insistente. Está bien, le dije. Toda la mañana me preguntaba porque no pasaba algo rico como la vez pasada, y al final explotó esa bomba. Me tomó por sorpresa totalmente. La levé a su casa. Quedamos de vernos igual a las 9 al día siguiente. No podía yo quitarme esa visión de mi mente; de Charito caminando descalza por el césped y moviéndose coquetamente en bikini. Esa noche viendo porno, casualmente en la búsqueda de jovencitas latinas, me salió una chica en bikini de cuerpo y cabello muy parecido a ella, no de la cara. Hacia strip y caminaba por su living, hasta quedarse en el sofá donde se pegaba una deliciosa dedeada. Está de más decir que fue objeto de una buenísima paja, aderezada con fantasías sobre mi sobrinita. Me caló tanto la visión y la fantasía que dos buenos chorros me llegaron a la cara al venirme sabrosamente acostado en mi cama. No me pasaba algo así desde la adolescencia, creo, cuando una chica me hizo mi primera paja en el coche al tiempo que metía su lengua en mi oído. Esa noche me dormí muy a gusto soñando con mi sobrina Charo, pero, por otro lado, con remordimiento de lo que pensaba y deseaba.
La mañana llegó; me levanté a las seis a hacer un poco de limpieza en el patio, filtrar la piscina y esto y lo otro. No podía calmar mis ansias; se me hacía eterno el tiempo que debía esperar a las nueve. Preparé una gran jarra de café y seguí haciendo cosillas, para matar el tiempo. Se me venían mil cosas a la mente, y la que me pareció buena idea y decidí emprender para recibir a mi sobrina y hacer más corta la espera, fue ir al cuartito de servicio que tenemos junto a la piscina para preparar algo que me dije, me caería muy bien.
Este cuartito de servicio es eso, un cuarto de servicio a la casa; para guardar cosas, herramienta, para visitas ocasionales de familia, y es el servicio de baño para cuando hacemos convivios familiares o de amigos en el jardín y/o la piscina. El baño está a la entrada junto a un servicio de lavado y ahí está el acceso a una pequeña bodega que tenemos arreglada como cuarto con una cama matrimonial y una cómoda con su luna. En un gabinete al fondo, de piso a techo, precisamente tengo guardadas más cosas de mis hobbies, entre ellas cámaras digitales de video, unas de estas, que compré en tiendas chinas, de las llamadas espías. Rápidamente devorado por la ansiedad preparé tres de estas, y las dispuse en diferentes sitios, maquinando ya un plan para cazar con la lente a mi sobrinita. Cambié la luz del centro para colocar un foco de luz led blanca de alta capacidad, para iluminar bien mi obra de video.
Se dieron las nueve más rápido de lo que pensé, entre que acomodaba mis cámaras y urdía mi plan. Llegué a casa de Charito, y ahí estaban ya mamá e hija esperándome ansiosas, más la peque que la mamá. Ella corrió y se subió al coche rápidamente, mientras su madre se acercó a mí por la puerta del acompañante. Ya valió! Pensé yo. Va a ir esta mujer también. Ni modo, es comprensible, pensé ya resignado. Sin embargo, falsa alarma. Se acercó y me pidió disculpas: Oye, me dijo, disculpa a esta chamaca, tiene días terca de que le saques unas fotos. Tu tío debe andar ocupado, le digo, como para estar perdiendo el tiempo contigo y tus locuras. Pensé ya con calma y me saqué la carta bajo la manga. No te preocupes le dije, se lo ganó la vez pasada, en primavera; hasta lástima me dio de todo el trabajo que hizo y luego muerta de calor encerrada en el cuarto de atrás. Ese día me dijo ya lo de las fotos pero no se había dado hasta ahora. Y este día igual le pondré a hacer algo después, no te apures, gratis no será, je je, terminé diciendo. Ah, bueno, Y tu hazle caso a tu tío, la inquirió. Si mamá, aayh! Cómo eres! Vámonos ya tío, no nos va a dejar esta mujer. Yo solo hice una mueca a su madre y: Nos vemos al rato, le dije. Ponla a hacer algo, hoy no tiene clases en la tarde, que no esté de floja. Aprovéchala, dijo, despidiéndose. Yo pensé para mis adentros: Eso haré este día, espero.
Charito llevaba una mochila de espalda, pero de buen tamaño, así que no pude reprimir mi curiosidad y por hacer plática le pregunté: Qué tanto traes ahí? De seguro vas a querer que te ayude a hacer tarea nuevamente. Y, por lo que veo debe ser mucha, mira nomás el tamaño de tu mochilita escolar. Aaayh! No tío, Aquí traigo algunas cositas, algunos cambios para diferentes fotos. Por ejemplo, me encantan los bikinis, dijo. Quieres verlos? Yo sentí correr algo muy especial por mi pecho y provocar una ligera comezón al llegar abajo a la punta de mi miembro, que dijo: Eh, aquí estoy, despierto!. A ver, dije, enséñame lo que traes ahí. Antes de sacar nada de su bolsa ya le veía con mucha calentura, imaginando a esa nena disponible de esa forma para mi. Ella hablaba y hablaba, y yo pensé entonces en otra opción; recordé que tía y sobrina eran casi del mismo tamaño, unos kilos más delgada esta, pero una talla similar. Repasé, no se por qué? Bueno, en realidad si se; pensaba en algo sexy o sugerente de mi pareja para ponérselo a Charito y fantasear nuevamente con ella. Sacó de la bolsa un bikini rosa mexicano, de una pequeñez tan exagerada que me sacó de mis pensamientos. Oye, que bonito color tiene ese! Dije con evidente interés, no en el color, sino en el tamaño y como lo luciría esta nena. No llegábamos aún y mi pene ya estaba bien parado. Te gusta tío? Traigo más aquí, todos muy bonitos dijo, que me gustaría usar en el agua, si me dejas claro meterme a la piscina. Verdad que si me dares chance? Dijo, poniendo una carita que me dijo que esta chica estaba creciendo muy a prisa en cuanto a las mañas de las mujeres. De hecho tenía muy buena maestra; su madre era algo así, muy melosa cuando de conseguir algo se trataba. Me imagino con los hombres era igual, aunque no le conocíamos ningún amorío. No quiere decir que no los tuviera; a mi siempre se me hizo atractiva, por no decir que muy buenota. Me vas a dar chance de bañarme? Repitió, haciendo carita de llorar. Histriónica pensé. Ok, le dije, pero yo me bañare contigo. Ooobviooo, recalcó como hablan los chavos ahora. Siguió sacando ropita, y había otras cositas además de bikinis; vestiditos cortos, shorts, lycras, y de pronto, sin querer sacó una tanga de satín. Oh, oh! Dijo, como se coló esta? Antes de que la guardara me aventuré a decir. Esa se te verá genial seguramente. Ayh, tío como eres! Esta es de mi mamá; ella está gorda, se me va a caer. Pero ya había hablado, no había vuelta atrás: Pero ahí hay ropita de tu tía, usada y nueva. Ella es de tu talla, le dije, te puedes probar algo, si te gustan las tangas, o si quieres experimentar? Dije con malicia y tratando de sonar cómplice. Ya eres grande. Puedes probarte ropa de mujer grande. Ayyh! Dijo. Mi mamá no me deja; cuando lo he tratado de hacer, solo para verme al espejo, ella se enoja y me quita todo. Muy cierto, tu mamá te verá aquí en la casa y se enojará mucho, le dije, poniéndome serio. Ella hizo una mueca de extrañeza y enojo y dijo: Como que me verá? De qué hablas tio? Exacto, le dije, señalándome la materia gris con el dedo. Cómo te va a ver o saber que lo haces? Pero…dudó, y veía la tanga en sus manos. Que podemos hacerlo y nadie sabrá nada, te quiero decir, le dije. Ah! Sonrió con malicia. Y se le iluminaron los ojos. Ya estás grandecita, le dije nuevamente. Estoy seguro que cualquier mujer adulta envidiaría como luces ropa íntima de mujer. Ya estas desarrollada, ya tiene tus, tus y me señalaba mi pecho. Bubis tio!! Gritó. Estás anticuado, dijo riendo. Así se dice verdad, que ya eres ruco, y te dan pena muchas cosas. Andale, dije yo, algo hay de eso. Pero yo soy moderrrna, dijo otra vez en tono de jovencita. Pero de verdad me dejarías ver la ropa de mi tia y probármela. Si tu quieres, dije, como restándole importancia, por mi no hay problema. Ayh tío, eres un amor, dijo, y me plantó un beso en la mejilla. Aaaahhh!! Pero con una condición, dije, yo debo verte y evaluar cómo te queda cada prenda. Oooobvioooo!! dijo nuevamente, haciendo esa mueca de joven fresa. Así se nos pasó de volada el tiempo, haciendo planes y llegamos a casa. Yo seguía intrigado por su actitud moderna, como decía ella. Delante de su tía, o de otras personas de la familia no le había visto así. En fin, llegamos a casa.
Pasamos a la casa y ella encantada; seguía con su coquetería con el tío: habías tenido acaso alguna modelo así de bella como yo, tio? Y se daba una vuelta como en pasarela. Se sentó en el fofa y preguntó: entonces qué onda tío, cuál es el plan? El plan? respondí, tu fuiste la de la idea; lo que tu digas yo trato de adaptarme. Yo solo te diré que para las fotos afuera, allá dispuse en el cuartito de servicio todo para que te cambies y arregles, como lo vayas a hacer. Allá está el espejo, el baño, hay algunos cepillos, bloqueadores, bodies, etc. Y recordé lo otro y con toda malicia le recordé: Ah! Pero si quieres pasamos y vemos primero lo de tu tía un rato. Ok? Está bien, respondió vamos pues y se encaminó a la habitación. Le vi subir las escaleras, pues iba detrás de ella, que me mostraba lo estilizado de sus piernitas; casi me dejaba ver el nacimiento de sus nalgas al balancearse en cada paso. Llegamos al cuarto y abrí todas las cortinas para iluminar la visión que quería tener con ella. Se sentó en la cama y me dijo: Ayh tio que calor! Que bárbaro! Deberías prender el aire. Lo dijo al tiempo que con el vuelo del vestido se echaba aire en la cara. Yo no pude evitar verle su entrepierna y su panty rosita. Ella lo percibió y no se qué expresión tendría en mi rostro que me dijo: Qué paso tío? Te awitas? Estamos en confianza hombre, no pasa nada. A ver dónde está lo de mi tía? Me muero de ganas de probarme algo. Y ya le guié donde mi señora tenía todo; en su primer cajón todo lo sexy o sensual que tenía para ocasiones especiales. En el siguiente su ropa interior normal, digamos, donde estaban sus tangas, unas de hilo discreto y otras de cachetero, como les dicen, otras más atrevidas, igual sus bra, de copa A, unos sencillos, otros muy sexys, de encaje o traslucidos, unos bodies, y lo que no me acordaba, sus camisones de dormir, muy muy hot que usaba mi esposa. Se le iban los ojos a Charito con todo aquello, lo que me daba a entender que de verdad le gustaba la idea de probarse la ropa y verse como mujer.. Como la ves? Le pregunté. Te gusta? Creo te verás hermosa con cualquier cosa que elijas. Por mi puedes probarte todo, le dije, ya soñando con poder verle probarse todo y tener sobre todo el tiempo y la tranquilidad de hacerlo. Ayh, tio! Es que no se por dónde empezar, está bien linda la ropa de mi tía. Se ha de ver muy hermosa con ella, eh picarón! La verdad si, le dije. Pero tu eres más hermosa aún, ya sin recato le expresé. Y pensé: por qué ir tan lento? Tomé un bodie para dormir casi como un babydoll color perla, muy transparente y muy corto, aunque con encaje en las copas y le dije: Con este tu tía luce muy sexy. Y lo combina con esta tanga, le dije, mostrándole una de color negro cachetera, muy sexy, en satín pero discreta, y claro, arriba no lleva nada. Mm, ok, dijo, dónde me lo puedo cambiar? Aquí, le dije. Y respondió asombrada: Aaayyyh, tío!! Qué malo. Te awitas? Le dije, que no estamos en confianza? Ya ves? Ahí está el baño, le dije, tratando de ir atrás, pero la idea era probar su audacia de momentos atrás. Nuestro baño tiene un walkin closet, con banco y un espejo de piso a techo casi. Se metió con las prendas, y en un minuto escuché un Wooow! No puedo creerlo, que cosa más hermosa. Puedo pasar? Le pregunté. Ayh tio, me da pena, respondió. Fui prudente, igual me queda la opción A, recordé. Está bien, como tu digas. Se que te queda muy bien, expresé. Tu tía se ve como una diosa con el. Me vuelve loco cuando usa esa combinación, y me di vuelta caminando hacia la venta del cuarto, De pronto escuché detrás mio: Me veo yo como una diosa tio? Y saltó a la estancia, motivada por el efecto de mis palabras. Creo que lo que yo había dicho solo por animarla, se quedó corto con la realidad ante mi. Cómo ves, me veo hermosa, verdad? Preguntó viéndome fijo a los ojos. Yo respondí recorriendo con la vista cada milímetro de su cuerpo con detenimiento. Todo le quedaba prácticamente a la medida, sin ceñirse mucho eso si. Bueno, el bodie era voladito, pero del talle y busto parecía hecho para ella. Sus bubis se le veían perfectas bajo la prenda; casi se apreciaban todo con detalle. Su vientre planito, abultado por el ejercicio en la zona baja alrededor del ombligo era un poema a la belleza. La tanga se le veía muy bien. Hasta dio una vuelta para lucir el trasero. Dios, que hermosura, hablo de su cuerpo. Así debe haber estado su madre pensé, por eso es el cuero que es ahorita aún. Me siento divina tio, decía sonriendo feliz. A ver qué más hay por ahí? Sacaba una cosa luego otra, y le dejé decidir, para ver sus motivaciones. De pronto tomó algo con su dedo índice y le dio vuelta, preguntando: Te acuerdas a cuál se parece? Claro, le dije. Recuerdas, me dijo, que dijiste que me miraría muy bien con ella? Deja me la pongo. Y entró al vestidor a cambiarse. Rápidamente salió diciendo: Cómo ves? Tenías razón? O no? Sin inmutarse tomó el vuelo del bodie y se lo levantó todo para mostrarme la panty, la tanga. Wow, no se ni como describirlo; simplemente hermoso, diría. Ya más relajada se mostró de una forma casi sensual, estudiada, Posaba, paraba la nalga, se giraba, me miraba a los ojos coquetamente. Su sexo se notaba bajo la estrecha tela de su pubis, que entre sus piernas ya se perdía en medio de sus nalgas. Por qué no haces un modelaje artístico? le pregunté. Cómo artístico tío? Respondió. Ah, bueno, mira por ejemplo. Ahí está la cama. Puedes hacer varias poses en la cama. Fingir dormir, acomodarte de diversas formas, etc. Y te puedo sacar algunas fotos…digo, pensé fotos para que tu guardes con privacidad, para ti. Se quedó pensativa, y reaccionó con alegría. Me parece bien, dijo. Y sin decir más, salí corriendo por mi cámara; regresé en un instante con ella en mano, con batería recién cargada, memoria vacía. Ayh Dios pensaba, que saldrá de todo esto. Anticipaba una grata tarde de masturbación con imágenes y videos de mi sobrina. Llegué y ella seguía viendo ropa. No pude evitar sentir unas ricas punzadas en mi sexo al ver sus nalguitas desnudas, con la tanga metida en su trasero. Ándale pues, le dije, la cama es tuya. Se subió muy sexy, y se recostó, diciendo, listo! tómale como quieras. Y yo obediente. Ándale pues, toma diferentes poses, yo te sigo con la cámara, y eso hizo, casi como experta, tenía idea de que le hablaba, como que había visto ya cosas en la tele o en la red. Cambiaba de posición y se quedaba quieta unos segundos, luego otra pose, Se ponía seria, sonreía, mirada sexy, actuaba. En una de esas quedó boca abajo y abrió un poco las piernas, mostrándome el rico tamalito de su sexo, luego se quedó inmóvil boca abajo, recta. Asi te ves hermosa, le dije, prueba ahora así como estas, a levantar tu pierna hacia adelante. Y lo hizo , llevó su rodilla hacia arriba; no lo podía creer, veía el hilo metido en su trasero y como más abajo se metía en su vagina; podía apreciar sus labios partidos por su prenda, y ligeros vellitos diminutos al lado. Finge dormir, le dije. Cerró los ojos y yo saqué fotos y fotos en esa pose, hice closeup de sus partes, su trasero, su carita, algo sublime. No pude evitar que mi pene se pusiera durísimo en unos instantes. Yo dejé las fotos, y para disimular la erección me senté en el sillón que tenía al pie de la cama, y cubrí mi miembro con un cojín que estaba ahí. Cambiemos de prenda le dije. Ella bajó de la cama y le vi nuevamente de una forma, que no pude evitar decirle nuevamente: Tu tía me vuelve loco con esa ropa, cuando quiere amor y pasión sabe que ponerse. Sacó otro babydoll y corrió al vestidor. Salio en un minuto, y yo con la boca abierta. Ayh tío este me encanta. Era un Babydoll negro, de satin o seda, no se. Transparente, y una minitanga transparente también. Yo sentí mi pene más duro bajo el short que traía, sport ligero. Oye tío, y a que te refieres cuando dices que te vuelves loco? La pregunta me sacó de onda, como dicen, pero yo abrí esa puerta. Sin dejar de verle le respondí. Esa ropa se usa para tener sexo por lo regular. Las mujeres la usan para que los hombres se emocionen al verlas, me entiendes? Es parte del juego del amor. Ah, solo dijo. Comencé a sacarle fotos desde donde estaba. Se acercaba y se alejaba, posaba, se giraba; hermosa. Cómo me queda tío? A mi me gustó mucho este también. Bueno, vas a decir que todos me han gustado, pero este más, la verdad. Si, le respondí, te ves muy hermosa, eres ya toda una mujer. Y nuevamente me agarró en curva con la pregunta: Y por qué no te has vuelto loco tío. Yo estaba ya muy embriagado con la calentura. Pero ella siguió: Crees que yo pueda volver loco a un hombre también? Claro hija, eres una chica muy linda; no tendrás problemas para ”volver loco” a cualquier hombre. Aaahh!! Lo dices porque me quieres mucho, porque eres mi tío. Te pregunto en serio, como hombre. Yo ya estaba trastornado, así que se me salió simplemente: Hija a mi ya me volviste… le dije. Je, je, je, respondió, no te veo loquito, dijo. Yo dudé un poco, pero me ganó la calentura nuevamente: Estamos en confianza, verdad? Le pregunté. Oooobviooo!! dijo con frescura. Te dije que esto era parte del juego del amor entre adultos; volver loquito a un hombre significa excitarlo, hacerlo desear hacer el amor a una mujer, a tener sexo, vaya. Mira, dije quitándome el cojín que me cubría. Y ahí estaba mi pene de 18 cm, grueso en la base y delgado hacia la punta. Mi short aguado no estorbaba para que este estuviera derecho hacia arriba, haciendo una carpa de circo con mi short. Como estaba recostado en el sillón, fue más evidente como se levantaba hacia arriba. Ella solo se quedó viéndolo, con curiosidad y excitación. Pero, dudó, esa es tu cosa verdad? Por qué está así? A eso me refería con volverse loco hija; te excitas como hombre, te calientas, como se dice vulgarmente. Pero, yo te provoqué eso tío? Preguntó asombrada. No me quedó más que ser honesto, en parte: Si hija, eres muy bella, tienes un cuerpo muy lindo, que cualquier hombre desearía tener, cualquier hombre, y esta es la forma en que el cuerpo de un hombre lo dice. Se acercó a mí y con ternura, que no entendí, me dio un beso en la mejilla. Osea que de verdad te parezco linda, dijo, y me miró a los ojos y me dio otro beso nuevamente. Eres muy linda, le dije de nuevo, embriagado por tenerla junto a mi tan cerca, prácticamente desnuda y en una confianza y naturalidad que no entendía. Vamos a casa si no estás a gusto, le dije, a lo mejor no es correcto lo que hacemos, dije en un acto de lucidez. Ayh, tío, no manches, no pasa nada. Quiero seguir probándome la ropa, además debemos ir a la alberca, recuerdas? Así eliminó cualquier rastro de conciencia que me quedaba. Se bajó del sillón pero al retirarse paso su cara muy cerca de mi pene, y no tuvo empacho en verlo detenidamente un breve instante. Siguió sacando cosas y se las probaba. Yo estaba tan turbado ya, que solo le grababa en video. Pensaba: Más tarde disfruto esto con calma. Ella se acercaba y se lucía en cada pieza. Cuando preguntaba algo, yo solo levantaba el pulgar, le sonreía y decía: hermosa, o más hermosa, dependiendo de su carita en busca de aprobación. Sacaba pantys, boxers, bras, sport bras, pijamas de lycra, de satín, muchas cosas lo más sexy. Hasta que en el cajón de lo usado más frecuentemente, no pude reprimir mi asombro e inquietud cuando ella sacó un camisón diminuto de seda color perla rosado, muy cortito, prácticamente transparente, con abertura en V en las caderas y las copas de seda muy transparentes y pequeñas también. Era el camisón que mi esposa usa para seducirme en modo ninfómana, digamos; se lo pone cuando ella anda ya caliente y con ganas de pene; cuando le gusta gritar y desbordar pasión, cuando me asfixia al subirse a hacer un 69 de media hora, cuando es seguro que le haré soltar grandes squirt antes de venirme en ella. Contuve la respiración. No tenía idea de que haría Charito con esta prenda; pensé de inmediato, la dejará ahí; le dará miedo o pudor, no se, mil cosas. Y si, la observó detenidamente y se la acomodó sobre su cuerpo como viendo la medida, la volvió a ver y pensé: no, no se animará a ponérsela. Me quedé helado cuando dijo sin recato: Este tío, es el más hermoso de todos, y se dio la vuelta hacia el vestidor. No podía creer lo que verían mis ojos en un minuto, y, casi sin aire, alcancé a decirle antes de que cerrara la puerta. Ese tu tía se lo pone sin nada abajo; es su favorito para enloquecerme, le dije, con seguridad y espanto al mismo tiempo por lo que le estaba diciendo a mi sobrinita. No me contestó nada. Pasó un minuto, dos, tres. Estaba ansioso y pensé: No, no se animó a salir con el. Era obvio. Me pegué una manoseada en el pene, solo con la fantasía en imágenes de cómo se vería. Me pegó un susto cuando abrió la puerta; solo se abrió, pero no salió. Tío…hizo una pausa con voz tranquila, muy seria. Por fa no te vayas a reír, Ok? Dijo muy seria. Chin, pensé, que se haría esta muchacha. No te preocupes, claro que no me reiré, dije. Pero qué fue lo qué pasó, que tienes? Pregunté. No nada, pero es que me da pena que te vayas a reír de mi, dijo casi con tristeza. No, pero por qué habría de reírme? le dije. No te quedó o qué? Pregunté por reflejo. Y salió del vestidor, caminando muy lento; ya no era la chica segura, moderna de hacía un rato, llevaba sus manitas agarradas enfrente. Yo no daba crédito igual a lo que tenía enfrente, y sólo atiné a decir: No es nomás el que más te gustó, es por mucho el que te queda mejor de todos. Estás for-mi-da-ble, muy hermosa, le dije y por dentro sentía mi pene reventar ante tal estímulo visual. De verdad tío? Preguntó sonriendo y camino más segura hacia mí soltando sus manos. Me quedé en shock, no me había contestado nada, pero no se puso tanga tampoco. Su monte de venus con un fino y delicado bello se veía perfectamente bajo la transparencia de la seda, lo mismo que sus pechitos del tamaño de una naranja grande; sus pezones grandes levantados se veían divinos. Se acercó hacia mi y ahora si me posó dejando poco a poco la vergüenza de su desnudez casi completa. Después de unos minutos que no dejé de grabarle con detalle, y ella sonreía y se giraba y hacía poses. Le dije: Te digo algo y no le dices a nadie? Dime tío, me respondió. Te queda mucho mejor que a tu tía, te ves más bella que una diosa, le dije, sabiendo el efecto que en ella tenía eso. De verdad? me dijo Entonces te estas volviendo loquito? Y yo: Totalmente desquiciado, le dije. A ver, dijo, e hizo por retirar el cojín que me había puesto nuevamente. Qué haces? Le dije sorprendido. Solo quiero ver si te estás poniendo loquito, respondió y movió el cojín. Mi pene estaba disparado hacia arriba; se podía ver palpitar bajo la tela. Ella se quedó viendo con mucho interés, sin decir nada. Yo, la verdad veía sus labios delgados cubiertos de fino bello; una delgada rayita eran sus labios, coronados por un pequeño punto hendido, donde seguramente descansaba ya un pequeño clítoris oculto. Sus bubis duritas igual, las tenía frente a mi cara; meloncitos de una belleza celestial. Sin despegar sus ojos de mi pene, tragó saliva y dijo de una forma muy tranquila, pausada: Tío…tu me quieres mucho verdad? Digo, quiero darte las gracias porque se que me quieres mucho. Gracias por compartir todo esto conmigo, por confiar en mi, hablaba sin dejar de ver mi pene. No entiendo, le dije, y la verdad es que no entendía del todo por donde iba. Es que ando casi desnuda delante de ti, me prestas la ropa de mi tia, que está muy bonita, me dejas hacer todo lo que quiero y mi mama no me deja, me dices cosas lindas, luego eso que te pasa con tu cosa y me dejas verla asi de esa forma, y me explicas todo como hombre, ves? …. CONTINUA LO MEJOR.
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