Sobrino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Adriana.
Mi hermano regreso a casa despues de vivir cuatro años en el extranjero. Fue una alegria reencontrarme con el y con mi sobrino, que acababa de cumplir 18 años y ya era todo un hombre. Yo tengo 44, estoy casada, tengo una niña de 17 y por un momento pense que tendria que cuidar a los chicos, porque ya se sabe que entre primos suelen suceder ciertas cosas… Lo que nunca imagine fue que mi sobrino se interesara en mi y no en mi hija.
Mi hermano Alberto, su esposa Susana y su hijo Rodrigo se quedaron un tiempo en mi casa hasta comprar una nueva para ellos. Fue el ultimo verano, y pasabamos largas tardes en la piscina. En esos dias descubri que mi sobrino me miraba de una manera muy especial. Al principio crei que era solo mi imaginacion, pero termine convencida de que no me sacaba los ojos de encima porque yo le atraia.
Para una mujer de mi edad, ser la atraccion de un joven tan guapo como Rodrigo no es poca cosa. Una a veces cree que ya no puede seducir a nadie, y no es asi. De manera que empece a prestar atencion a sus miradas, y en cierto modo me divertia provocarlo (tambien me excitaba hacerlo, pero al principio no era muy consciente de ello). Todo esto sin que ni mi marido ni mi hermano se enteraran, era una especie de secreto que solo mi sobrino y yo conociamos aunque no hubieramos hablado del asunto.
Hacia mucho calor, pasabamos el tiempo en la pileta, asi que Susana y yo estabamos casi siempre en bikini listas para tirarnos al agua. A la noche me quitaba la parte superior del bikini y me ponia una blusa liviana que se transparentaba un poco, con un escote profundo. Disfrutaba viendo a Rodrigo que espiaba hacia mis pechos que se movian suaves, libres, y estoy segura que adivinaba mis pezones largos y oscuros marcando la tela.
Otras veces yo me ponia una falda corta hasta la mitad de los muslos y me sentaba enfrente de el con las piernas ligeramente abiertas para que viera mis bragas. Durante la cena, cuando yo me ocupaba de la mesa llevando platos de aqui para alla, buscaba la ocasion para apoyarle mis pechos en la espalda (el sentado, esperando que yo le sirviera su plato). El chico estaba cada vez mas entusiasmado, le costaba ocultarlo y empece a temer que hiciera una locura de modo que deje de provocarlo por un tiempo.
Entonces una tarde sucedio algo que yo no me propuse. Estabamos jugando en la piscina, tirandonos al agua. En una de esas veces que me lance al agua, se me quito por accidente la parte superior del bikini y me quedo enredada en el cuello. Cuando sali del agua, sin darme cuenta, tenia los pechos al aire.
En ese momento solo Rodrigo y yo estabamos en la piscina. El no podia quitar los ojos de mis senos y yo, con toda la paciencia del mundo, sin dejar de mirar a mi sobrino, volvi a colocarme el bikini. Luego me arroje otra vez al agua, como si nada. Se me pusieron los pezones durisimos por la excitacion.
Rodrigo me devolvio la jugada en forma descarada. Al dia siguiente estabamos otra vez solos en la piscina, el se arrojo al agua y cuando salio tenia el pantalon de baño a la altura de las rodillas. No dije nada y me hice la distraida, pero pude verle claramente el pene. Lo tenia a medias erecto, la situacion de estar practicamente desnudo delante de mi lo excitaba, y me parecio hermoso. En plena ereccion debia ser una herramienta formidable.
Descubri que fantaseaba con mi sobrino tanto como el conmigo. Nunca habiamos hablado del tema, pero los dos lo sabiamos. Las miradas que intercambiabamos, que nadie mas veia o comprendia, lo decian todo. Me halagaba que mirara mis pechos y mi trasero, y yo hacia lo mismo con su entrepierna. A veces el usaba pantaloncitos ajustados, que le marcaban el bulto, y no pocas veces se lo acariciaba con disimulo cuando yo dirigia mi vista hacia alli.
Mi hermano y su esposa tuvieron que viajar de urgencia otra vez porque les surgio un problema, y nos preguntaron a mi marido y a mi si no teniamos problemas en que Rodrigo se quedara con nosotros unas semanas. Por supuesto, no hubo el menor inconveniente. Senti que podia suceder algo entre mi sobrino y yo, la oportunidad se acercaba.
Una tarde mi marido y mi hija se fueron al cine. Nos invitaron, pero Rodrigo dijo que se sentia enfermo y preferia quedarse en su habitacion. Yo invente otra excusa y tambien me quede en la casa.
Apenas mi marido y mi hija se fueron, Rodrigo me llamo a su habitacion. Estaba en su cama, a medias cubierto por una sabana. Podia verle el pecho desnudo.
-Tia, ¿me preparas un te por favor?
-Claro, ¿que sucede, te duele el estomago?
-Si, lo tengo como endurecido, mira.
Me sente a su lado en la cama, de frente a el, con las piernas ligeramente entreabiertas, y le toque el estomago por encima de la sabana. Lo note normal. Mi sobrino tomo mi mano e hizo que la bajara.
-Es un poco mas abajo -me dijo.
Baje mi mano y descubri que estaba muy duro pero no era su estomago, sino su verga. Rodrigo tenia una ereccion monumental.
Deje mi mano quieta, como si nada pasara y lo mire a los ojos. De pronto empece a dudar. A todas luces era incorrecto hacer eso.
-¿Crees que podras hacer algo para que se me pase esto tia? -me pregunto Rodrigo.
Yo estaba inmovil, no podia siquiera hablar, con mi mano suavemente apoyada en su pene por sobre la sabana. Mi sobrino deslizo entonces su mano entre mis muslos, por debajo de mi falda, rapidamente llego a mi entrepierna y apoyo un dedo sobre mi vagina, por encima de mis bragas.
Empezo a mover su dedo con muchisima suavidad y rapidamente me di cuenta de que me excitaba. Era un placer sentir su carne dura y palpitante en mi mano, me transmitia toda la fuerza increible de su calentura juvenil, mientras su dedo me acariciaba de esa manera. Abri la boca pero no me salieron palabras, solo un suspiro.
-Quiza tu sientes algo parecido tia, y podemos curarnos juntos -me dijo Rodrigo.
Cerre entonces mi mano sobre su verga, siempre por encima de la sabana, y empece a masturbarlo. Suave al principio, rapido despues. Yo miraba a la cara de Rodrigo, el cerro los ojos y gimio de placer. En apenas un minuto solto un torrente de su savia, y crecio una gran mancha en la sabana. Su excitacion era enorme, no habia resistido mas.
Me puse de pie, me baje la falda que se me habia subido al sentarme en la cama y sali de la habitacion, aunque mi sobrino me pedia que no me fuera en ese momento.
De pronto me descubri pensando que todo aquello era una locura y quise olvidarme del tema. Fui al comedor y estaba ordenando la vajilla cuando llego Rodrigo y me abrazo por detras. Senti claramente su verga, que estaba dura otra vez, apoyada con firmeza en mis nalgas por sobre la tela de la falda.
Las manos de mi sobrino subieron hacia mis tetas, que estaban libres bajo la blusa, y se pego mas contra mi mientras me besaba la nuca. Gire hasta estar frente a el para decirle algo pero me planto un beso en la boca, profundo, largo, humedo. Nuestras lenguas excitadas se entremezclaron.
Rodrigo puso sus manos sobre mis hombros e hizo fuerza empujandome hacia abajo. Como en un sueño empece a deslizarme hasta terminar de rodillas. Su verga quedo pegada a mis mejillas. Ahora podia verla bien. Era tan deseable… gruesa, firme, con una vena hinchada que la recorria a lo largo, la piel algo replegada dejaba al descubierto una cabeza abultada en forma de hongo. ¿Cuantas chicas la habrian disfrutado ya? No muchas, estaba segura. Mi sobrino no era virgen, pero tampoco tenia demasiada experiencia. ¿Cuantas veces habria sentido una boca de mujer comiendose su virilidad con las ganas que yo tenia de comermela, cuantas vaginas habria penetrado haciendo gritar de placer a la mujer debajo suyo, como yo queria sentirlo?
Sin embargo, yo seguia paralizada. Como vio que no hacia nada, mi sobrino la tomo con su mano desde la base y me paso la punta por mis labios cerrados, pintandomelos con el jugo de su excitacion. Apenas abri un poco la boca dio un fuerte empujon hacia delante y me clavo su lanza de carne hasta la garganta.
Me dio una arcada pero no se detuvo, era un chico algo salvaje. Tiro de mis cabellos con ambas manos mientras movia sus caderas obligandome a tragar mas y mas. Me estaba cogiendo la boca. Ahora era todo un hombre conquistando a su hembra, sometiendola.
Trate de detener su ritmo poniendo mis manos sobre su vientre para frenar sus embestidas e inicie una mamada mas lenta aunque igual de profunda. Queria disfrutar de esa verga maravillosa, saborearla con toda mi lengua, sentirla recorrer el interior de mi boca. Solo se oian nuestros gemidos y el ruido que yo misma hacia con la succion. Tenia la boca llena de saliva que me corria por los bordes de la boca. Se la chupaba sin tocarla con las manos, mis dedos estaban ocupados porque con ellos me apretaba los pezones, los estiraba y retorcia. Mi calentura era tremenda.
-Ahhh tia -dijo el con voz ronca- nunca me la habian chupado de esta manera. Que boca tienes, eres una mujer mamadora increible.
Se la chupe largo rato, cada vez mas entusiasmada. Me la saque de la boca, se la pegue contra el vientre y le comi las bolas, una a una, delicadamente, pasandole la lengua primero y metiendomelas de a una despues. Las tenia duras, rebosantes de leche aunque hacia apenas unos minutos habia descargado una buena cantidad. Era un chico maravilloso. Se la mame un rato mas, como premio. Se lo merecia. Le di suaves chuponcitos y mordisquitos en la cabeza y me la comi entera, pegando mi nariz contra su vientre.
Rodrigo me tomo por las axilas y me hizo subir, para apoyarme sentada en el borde de una mesa. Se arrodillo el ahora, subio mi falda, tiro de mis bragas hacia abajo y clavo su boca en mi vagina. Lance un bramido de placer cuando me metio la lengua.
Junto con su lengua me metio tambien dos dedos, y yo a mi vez me meti otros dos. El parecio sorprenderse, se alejo un poco con los labios brillantes de mis jugos y me susurro:
-Abretela bien.
Separe los labios mayores y meti los dedos indice y mayor de cada mano en mi concha, y la abri todo lo que pude como me ordenaba.
-Me enloquece ver tu agujero asi de abierto tia -me dijo el con un suspiro- Crei que me gustaban las vaginas estrechas pero esta concha tuya es increible. Mantenla asi.
Se puso entonces de pie, sujetando otra vez su verga como una lanza, y me la enterro con un solo movimiento. Senti la cabeza y el tronco deslizarse dentro de mi hasta hacer tope en el utero. Solo sus pelotas quedaron afuera. Lance otro bramido.
Mi sobrino me sujeto por las caderas, me clavo los dientes en las tetas y empezo a empujar con toda su potencia, metiendome y sacandome su pedazo de carne dura sin piedad. A cada empellon se me escapaba un grito. Me estaba cogiendo sin piedad, la sentia llegar a fondo, salirse casi por completo y clavarse otra vez. Tuve la fantasia de que me llenaria de leche y me dejaria preñada.
Rodrigo suavizo un poco sus empujones para no venirse. Yo para entonces tenia una cadena de orgasmos ininterrumpida, mis jugos me llegaban hasta los muslos y escuchaba el chas chas chas de su verga clavandose en mi concha inundada.
Hubiera querido tirarlo al piso y montarlo, cabalgar sobre el con todas mis fuerzas, pero justo en ese momento lanzo su densa descarga dentro de mi. Lo hizo dando un alarido, clavandome su verga bien adentro. Senti toda su leche caliente inundandome y volvi a tener un orgasmo.
Se retiro de a poco, y me dijo "tocate". Obedeci. Lleve una mano a mi concha donde sus abundantes jugos se mezclaban con los mios. Tenia en los dedos una buena cantidad de una mezcla viscosa, casi transparente; ante su atenta mirada, me meti los dedos en la boca y me lo comi todo.
Nos bañamos juntos. Bajo la ducha le hice otra mamada, muy tierna, larga, mirandolo a los ojos, y deje que se viniera en mi boca. Pude saborear su leche, se la mostre en mi lengua antes de tragarla.
Cuando mi marido y mi hija regresaron del cine, Rodrigo seguia en su cuarto simulando estar enfermo y yo tenia casi lista la cena. No sospecharon nada, ni siquiera mi marido noto algo raro cuando a la noche cai rendida en la cama y me dormi antes de decir una palabra. Aun guardaba el sabor del semen de mi sobrino en la boca, y la sensacion de tener plantada su verga en mi entrepierna.
Pasaron dos o tres dias de tranquilidad. Yo tenia terror de que alguien descubriera algo pero mi sobrino, despreocupado, seguia con el juego. Me miraba en forma lasciva y se acariciaba el bulto cada vez que podia delante de mi. El queria mas y por supuesto que yo tambien, pero no encontraba la ocasion.
La suerte estuvo entonces de nuestro lado. Con mi marido tenemos una pequeña casa en un pueblito junto al mar, a tres horas de viaje. Un vecino nos llamo por telefono para avisarnos que habia ocurrido una tormenta muy fuerte que habia provocado algunos destrozos en la casa, que debiamos ir a arreglar ese asunto.
Mi marido no podia ir por su trabajo, mi hija tampoco porque estaba preparando un examen. De manera que me ofreci a viajar yo, y por supuesto Rodrigo tambien se entusiasmo con la idea.
Salimos al otro dia bien temprano a la mañana en mi automovil. Yo conducia; llevaba un vestidito corto, de verano, con un escote profundo, y Rodrigo se habia puesto un pantaloncito corto y una camiseta sin mangas de jugador de basquet.
Dejamos atras nuestra ciudad y apenas estuvimos en la carretera, Rodrigo me pidio que lo dejara conducir el automovil. Estuve de acuerdo. Me detuve a un costado y sin salir del vehiculo me pase al asiento del acompañante, de manera que quede sentada sobre mi sobrino. Mi trasero quedo pegado a su bulto. Nos miramos con complicidad, yo me movi con sensualidad para excitarlo un poco; luego el tomo mi lugar en el sitio del conductor.
Rodrigo manejaba pero no dejaba de echarle miradas a mis piernas. El vestido era corto, ademas se me habia subido y por mi posicion en el asiento se me veian un poco las bragas. "Quitatelas", me pidio el.
Con un rapido movimiento me quite las bragas, gire un poco y me sente apoyada contra la puerta, de frente a mi sobrino. Separe mis piernas y con los dedos me abri la concha como a el le gusta.
-Oh tia, ese agujero que tienes… no sabes que loco me vuelve…
Volvi a la posicion original, mirando hacia el frente, estire uno de mis brazos y empece a acariciarle la verga. La otra mano la meti en mi vagina. Al rato estabamos tan calientes que me incline sobre su entrepierna, le baje el pantaloncito y empece a mamarsela.
Mientras Rodrigo conducia por la carretera a toda velocidad, durante varios kilometros, yo fui con su verga en la boca chupandosela. Me encantaba hacerlo, tenia una firmeza, un sabor, increibles. Pasaron muchos otros automoviles, creo que algunos me vieron en esa posicion. Cuando me di cuenta de que mi sobrino estaba por venirse me detuve, la expulse tiernamente de mi boca y volvi a sentarme.
-Espera a que lleguemos -le dije.
Por fin arribamos al pueblo y a nuestra casa de verano. Los destrozos no eran tan importantes como nos habian dicho, la reparacion podia esperar. Frente a la puerta de la casa me temblaban las manos con las llaves hasta que finalmente pude abrir.
Nada mas entrar nos abrazamos como dos lianas y nos besamos. Rodrigo metio su lengua en mi boca, me alzo en andas como si fuesemos recien casados, me llevo hasta el dormitorio y me tiro en la cama boca arriba.
Solo se quito el pantaloncito, subio mi falda, abrio mis piernas y me la clavo de un golpe con ese salvajismo que tanto disfrutabamos.
Lance un grito de placer. Era la primera vez que lo haciamos en una cama y resulto fabuloso. Rodrigo bombeaba mientras me mordia las tetas por sobre el vestido.
Luego se puso de rodillas sin sacarmela, subio mi pierna derecha hasta apoyarsela en su hombro y la derecha la mantuve sobre la cama. Asi la concha me quedaba mas abierta, como a el le gustaba. Se escuchaba el ruido de su penetracion en mis jugos.
Crei que se vendria rapidamente, pero a cambio de eso la saco, me dio vuelta con suavidad y quede completamente boca abajo. Se puso sobre mi, aplastandome con el peso de su cuerpo, y con una mano me abrio las nalgas. Con la otra guio su verga hasta apoyar la cabeza en el agujero de mi ano.
-Despacio amor -le rogue- despacio hasta que me acostumbre.
No me hizo caso. Empujo con fuerza y grite de dolor cuando me abrio el anillo del ano. Senti cada centimetro de su carne abriendose paso, avanzando sobre los pliegues de mi esfinter, mientras yo mordia las sabanas y clavaba mis uñas en ellas.
Cuando entro hasta el fondo se quedo quieto un momento y me dijo al oido:
-Tienes un culo tremendo tia, desde que te lo vi soñaba con el momento de rompertelo.
Empezo a moverse, lentamente al principio, mas rapido despues. Al cabo de un rato el dolor desaparecio y empece a gozar de sus empujones.
Me hizo alzar el culo en pompa, con la espalda quebrada y la cabeza sobre las sabanas. El flexiono sus piernas y caia con fuerza sobre mi, manteniendo mis nalgas separadas todo lo que podia con sus manos.
-Quiero abrirte el culo como tienes de abierta la concha -me dijo entre jadeos.
Mientras yo me acariciaba el clitoris y gozaba mas y mas, mi sobrino estuvo largo rato dandome por atras hasta que lo logro. Podia metermela hasta el fondo, sacarla por completo y volvermela a meter sin ningun esfuerzo. La tenia cada vez mas dura.
-Asi, asiiii -se entusiasmo- ahhh tia, si pudieras verte… tienes el agujero del culo completamente abierto, metete los dedos, sientelo.
Me toque y quede impresionada por estar tan dilatada. Tres dedos me entraron sin esfuerzo.
-Me matas Rodrigo, me haces gozar como nadie -susurre.
Con un alarido de placer, mi sobrino me echo gruesos chorros de esperma en las nalgas y la espalda y cayo a mi lado.
Dormimos un rato para recuperar fuerzas. Nos desperto el ruido de la lluvia contra las ventanas. Llame a mi marido, le menti que la situacion era mas grave de lo que pensaba, que debia hacer muchas reparaciones y que regresariamos recien al otro dia.
Rodrigo me propuso salir a caminar un poco bajo la lluvia. Las calles estaban desiertas, ibamos de la mano como dos enamorados. Mi vestido completamente mojado se transparentaba y se veia claramente que no llevaba nada debajo. Se me marcaban la redondez de las tetas, los pezones duros y oscuros y el escaso vello de mi entrepierna. Me sentia una niña otra vez.
Mi sobrino me apoyo contra la pared de una casa y nos besamos larga y profundamente. Apoyo su verga contra mi entrepierna, era increible pero la tenia dura otra vez. La saco alli, en plena calle, subio un poco mi falda y me la clavo.
-Aqui no mi amor, pueden vernos -le dije.
Pero el no se detuvo y me cogio de pie en plena calle, apoyada contra esa pared. Pasaron algunos automovilistas que se sorprendieron con la escena. Las piernas me temblaban, Rodrigo saco una de mis tetas afuera y me mordio con fuerza el pezon hasta hacerme doler, sin dejar de mover sus caderas bombeandome verga. Ese chico me tenia todo el dia mojada y con la concha estirada, deseando mas y mas de su carne dura.
-Basta -le impuse, luchando contra mi calentura- Vamos a la casa, rapido.
Corrimos bajo la lluvia y regresamos a la casa. Antes de seguir con el sexo tome un baño, y luego Rodrigo hizo lo mismo. Mientras el estaba en la bañera me peine, me puse otro vestido y lo espere. Pero en eso tuve incontenibles deseos de ir a orinar. Y la casa tiene un solo baño.
Entre, Rodrigo seguia en la tina.
-No aguanto, tengo necesidad de orinar -le explique.
Rodrigo me miro lascivamente y me dijo:
-Meate sobre mi verga.
Vacile un poco, pero el me estiro la mano invitandome. Me quite el vestido, entre a la bañera, de pie frente a el, y cerre los ojos para concentrarme. Al fin el chorro me salio. Las primeras gotas cayeron sobre la verga de mi sobrino y empezo a masturbarse, pero despues le moje tambien el pecho. Entonces el se incorporo un poco y mi meada le cayo en pleno rostro. Cuando termine me chupo la concha y se tomo las ultimas gotas.
-Ahora es mi turno -dijo.
Se puso de pie, yo me acoste en la bañera y abri mi vagina. Nunca habia hecho algo asi y no estaba segura de si me gustaria. Le salio un poderoso chorro de meada que fue directo a mi clitoris, luego lo dirigio a mi vientre, a mis tetas y a mi rostro. Yo no podia creer cuanto me calentaba aquello.
-Tragate mi meada tia.
Claro que si, queria tragarme todo lo suyo. Abri la boca al maximo, todo lo que pude y Rodrigo de pie frente a mi dirigio su chorro directo a mi garganta. No hacia tiempo a expulsarlo todo y trague bastante mientras me masturbaba con mis dedos.
-Tia eres fabulosa, la mujer mas increible -suspiro mi sobrino cuando termino.
Se inclino sobre mi, tomo mi cabeza y me metio la verga en la boca. Movio sus caderas salvajemente, cojiendome otra vez en forma oral. Yo queria eso y mas, deseaba todo lo suyo.
Me puso de pie, dandole la espalda. Apoye mis manos contra las paredes del baño, inclinada en angulo recto hacia delante. Rodrigo me la metio en la concha y en el culo alternativamente, en el agujero que dejaba libre de su verga metia sus dedos. Era increible, su ereccion no terminaba nunca y mis orgasmos tampoco. Finalmente me puse de rodillas ante el para mamarsela, y recibi con infinito placer la descarga de su leche cremosa en la boca.
Esa larga noche me cogio varias veces mas con los dedos y con la lengua mientras reponia fuerzas. El amanecer lo sorprendio encima de mi, otra vez con una ereccion, metiendomela suavemente y comiendose mis tetas hasta vaciarse en mi concha.
A la mañana reparamos rapidamente todo lo que la tormenta habia dañado y regresamos. Al tiempo sus padres volvieron de viaje, compraron otra casa en las cercanias y Rodrigo se fue con ellos. Ahora el tiene novia, pero igualmente de vez en cuando nos reencontramos para revivir esos dias hermosos que pasamos juntos.
Autor: Adriana(Upskirt@uole.com)
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