Sobrino se coje a su tía borracha
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La comida y la cena del bautizó se pronlongó hasta las 8-10 de la noche, entre las bebidas, brindis, y mucha cerveza, todo el mundo terminó durmiendo tirado por donde quiera. Mi compañero tenía 18 años igual que yo, era más alto, esbelto, como todos a esa edad. Él me mostró la habitación en la que dormiría, dicha estaba separada por una pared falsa y tenía como puerta una cortina de tela gruesa solamente.
Como a las 11:46 me fui según a dormir, me topé con una chica de unos 26-27 años posiblemente que dormia junto a la habitación en la que yo estaba, alta delgada, unos pechos enormes, caderas anchas y grandes, cabello largo y negro, cara redonda, en pocas palabras estaba buenísima. Ya la había visto en la fiesta, llevaba puesto un vestido color rojo mucho más arriba de las rodillas, además estaba escotado, así que permitía ver muy bien sus atributos.
Antes de irme a dormir, le pregunté a mi compañero si conocía a la chica que dormia en la habitación junto a la mia, y me dijo –- sí –-, se llama Karen, es mi tia. Yo dije –- ups, lo siento, bueno me iré a dormir ya.
Me fui a costar, y casi listo para dormir tranquilamente, media hora después, se apagaron las luces, en toda la habitación, y me percaté que había un ajugero en la pred falsa que dividía la habitación, estaba cerca de donde colgaba la fotografía de la hermana de mi compañero.
Comencé a escuchar ruidos de la otra habitación, no pude evitar espiar, así que quite la fotografía, y… !!!!wow¡¡¡¡ era mi compañero, lo reconocí, porque había luces en los pasillos lo cual filtraba suficiente luz para poder ver claramente lo que pasaba.
Nait, ya que así le dicen a mi compañero, estaba parado a pie de la cama, en frente de ella, Karen estaba dormida en forma de feto, así que él solo la observaba, se veía que estaba ansioso por aventarse encima de ella. Nait se tocaba entre la pierna, como acomodando su miembro, se notaba que estaba esperando por este momento. Karen de pronto se movió, quedo boca arriba, formando un 4 con las piernas, Nait se agachó para que no lo viera. Nait comenzó a tocarla, primero los pies, luego pasó a las piernas, subió por los muslos, la acarciaba lentamente, como disfrutando el momento. De pronto, él metió la mano dentro de sus pechos, los comenzó a frotar, tocarlos, aplastarlos, pero aún con delicadeza, Karen parecía inmovil, aunque diría que se estaba haciendo la dormida.
Nait comenzó un intento por chuparle los pezones, al primer intento logró hacerlo, le bajó el sosten de los brazos, y los chupó, los mordió, se veía ansioso por continuar. Karen por su parte, comenzaba a moverse, pero no podía yo distinguir si ya estaba despierta o solo eran parte del reflejo mientras dormia. El se bajo de la cama, se acostó a lado de ella, la destapó completamente, el vestido rojo que traía puesto, estaba subido hasta el estómago de Karen.
Sin pensarlo al parecer, Nait, le acarició la panocha sobre la tanguita que traía puesta su tía. Se estaba divirtiendo, bajaba y la subía, por toda la rajada de su tía. Nait se colocó entre las piernas de su tía, en posición del misionero, con una mano acariciaba los pechos, de manera suave y sensual, los mordía, los besaba, mientras se movía si ya se lo estuviera insertando, como si la envestiera una y otra vez.
Con la mano derecha deslizó la tanga de su tía y colocó su miembro dentro la rajada de su tía, colocó ambas manos cada una a los costados, y comenzó a moverse lentamente. Sus manos temblaban, pero continúo, lo estaba disfrutando, no sé si ambos, pero al menos él sí. Comenzó a moverse, el clásico meter y sacar, una y otra vez, mamaba los pezones, los jugaba, los lamia con lujuria, como si fuera su último día sobre la tierra. En cada envestida que le daba a Karen, ella se movía, pero ni aún así se movia, me parecía raro que no lo hiciera, supuse que se estaría haciendo la dormida. Era imposible no despertarse con esos movimientos que él hacía, a menos que ella estuviera borracha.
El seguía como loco, lo metía y lo sacaba una y otra vez, así estuvo por media hora, me sorprendí con el tiempo que duró. Estaba a punto de venirse, lo supe porque sus gemidos de él aumentaron, de pronto se quedó quieto, se estaba corriendo dentro de ella. Lo hizó, ni siquiera se inmutó por eso.
Luego se bajó de la cama, la limpió y salió de la habitación. Karen ni siquiera se movia, yo ya estaba al 100 por querer ir e intentar con ella. Pero mejor me quedé en la cama, viendo la foto de su hermana, que tenía 14 años, perfecta para mi.
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