Sola en casa.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
No me atrevía a mover ni un párpado, el miedo me tenía paralizada, estaba sola en casa, me tendría que haber tomado mis tabletas para dormir, pero como mi hijo Paco estaba en una fiesta, había decidido esperar a que llegara.
El sueño me venció, y fue entonces que me despertó una mano, haciéndome cariño en el vientre, maldije mi mala costumbre de no cerrar la puerta principal con llave, para peor dormir con camisón y nada más. Era una mano grande de hombre, me acariciaba el pubis y sentí como esa mano abandonaba mi triangulo y me separaba suavemente una pierna, entendí que pretendía llegar a mi conejo y recordé de crimenes y violaciones, decidí que era mejor ser violada, que ser asesinada, temí que pudiera llegar mi hijo y le hicieran daño, así que decidí seguir haciéndome la dormida, también recordé que era mejor no ver la cara al agresor, para que no me mate.
Sentí las dos manos del violador separándome las piernas, con una de ellas llegó llegó a mi vulva y me abrió los labios, sentí el movimiento de su cuerpo sobre mi, para poner su cabeza entre mis piernas y de pronto sentí su lengua, lamerme la vulva con maestría, lamía del ano al clítoris provocándome sensacionaes extrañas, de rechazo y de placer. El tio era un experto, en pocos minutos sentí que me mojaba, no quería… no podía… no debía… pero el placer era inmenso, le habría apretado su cabeza contra el pubis. Recordé que no había tenido sexo en 10 años, cuando murió mi esposo. Ahora estaba sientiendo un placer diferente, era sexo no consentido, trataba de pensar en otra cosa, cuando sentí que me sacaba el camisón, lo hizo con mucho cuidado y mi cuerpo desnudo quedó a su merced, no dudo ni un segundo en abrirme completamente la piernas y subirse sobre mi, ya sabía lo que vendría, sobre todo que su lamida, me había dejado completamente lubricada, sentí que su mano me mojaba con un líquido, me imaginé saliva y entonces sentí el glande de su polla posarse en el vestíbulo vaginal, empujó una sola vez y sentí como nuevamente una polla ardiente invadía mi vagina, fue un placer enorme, quería abrazarlo y pedirle me follara toda la noche, volví a pensar en mi hijo y pensé ojalá que termine luego, no lo vaya a sorprender Paco y capaz que mate a mi hijo.
El desconocido comenzó a moverse cada vez con más fuerza, sentí cuando su polla se puso durísima, me tomó de los hombros, y comenzó a despedir chorritos de semen, me sentí muy bién, no me molestaba, al contrario, lo habría abrazado, besado, le habría amado como loca, pero era un violador y podía ser un asesino, se quedó unos minutos quieto. De prontó sentí que sus manos amasaban sin piedad mis senos, luego su boca se pegó a uno de ellos, luego al otro, sentí como su polla volvía a endurecerse en mi vagina y nuevos movimientos me tenían a punto de un orgásmo, pero el miedo era más fuerte, estuvo en un mete saca muy largo, hasta que lo sentí que venía un nuevo orgasmo, no resistí y me corrí con él, mis caderas comenzaron una dansa de placer, mi boca buscó la suya, nuestras lenguas se entrelazaron en una sinfonía de placer, lo abracé ya sin ataduras, con brazos y piernas lo pegué a mi cuerpo, escuché solo una voz gutural, gritar que me amaba, no me pude resistir y le dije
– También te amo, dame más, dame más, amooooooor – Y un segundo orgasmo me hizo sacudir todo el cuerpo, mientras él me apretaba los gluteos y su pene duro como una roca, lanzaba nuevas llamaradas de semen, en mi interior.
Quedé agotada, no sabía que pasaría, pero él no hizo amago de irse, al contrario se recostó a mi lado y nuevamente sus manos comenzaron a recorrer mi anatomía, mis muslos primero, las caderas, el pubis, el vientre, los senos, sentí su cabeza ponerse sobre la mia y besarme, lo besé con pasión, de pronto sentí una voz baja, muy varonil preguntarme
– ¿De verdad me amas? – No lo dudé ni un segundo, era mi vida y la de mi hijo y le respondí
– Si te amo, te amo como loca – Respondió
– ¿Me amarás toda la vida? – El temor era enorme, no dudé
– Si mi amor, seré tuya siempre que quieras, seré tu mujer, tu esposa, tu esclava si quieres… –
Nuevamente su boca se apropió de la mia y nuestras lenguas comenzaron su dansa esta vez llena de fuego y pasión, en pocos minutos estaba nuevamente sobre mi y mi vagina bastante saturada de su semen y mis propios jugos, volvió a recibir la entrada triunfante de ese falo duro y ya conocido y aceptado, comencé a exitarme, quería pensar que no, pero no me pude contener y me entregué a él con todo el amor y la pasión del mundo, me follaba como loco, era incansable y yo me convertí al cabo de un par de horas, en la mujer más follada del mundo y la más feliz, creo que pasé los 10 orgasmos y los de él fueron solo un par menos. No era un hombre cualquiera, era un hombre para mi. No lo dejaría ir, ya me arriesgaría y abrí lentamente los ojos, cuando lo hice me besó con mucha fuerza, con amor y pasión, así que respondí a su beso, entonces me dijo
– Yuli, te amo como loco, te amo mi amor, mi vida… –
El golpe fue brutal, era Paco, mi hijo y ahora mi amante, traté de justificarme
– No me tomé las pastillas esperando que llegaras… Es decir, no sabía que… – Me interrumpió
– ¿Que te amaba? No por supuesto que no, pero cuando te veía en ropa interior, cuando miraba tus piernas, tu culo, me tenía que masturbar como loco, por eso hoy llegué con la esperanza que dormirías profundamente y así podría hacerte mia. Bueno ya eres mia y te amo Yuli – No me quedó nada más que contestarle
– Yo también – Y le abrí completamente las piernas, para que me volviera a poseer, pero ahora con los ojos muy abiertos.
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