Sometido por papá
Nunca pensé que me gustaría tanto el sadomasoquismo.
Hola después de tanto tiempo, siempre paso algún tiempo sin publicar y es que a veces salgo de la ciudad para relajarme del trabajo, pero esta vez pude hacerlo con mi papá quien últimamente hemos agarrado un gran cariño padre-hijo, y no solo porque lo hacemos muy a menudo sino porque nos llevamos bastante bien, hablamos mucho, pero sobre todo experimentamos en cama las cosas mas locas que se nos ocurren; una de ellas fue el disfraz de Sailor, y por otra parte el sexo duro, tanto así que terminando noviembre compre en una sexshop un kit bondage, con collar y cadena, esposas, un par de puños, cuerda, un antifaz, una mordaza y un látigo, todo para dejar volar nuestra imaginación.
Luego de preparar todo para la acción, nos reunimos en mi casa el domingo, pues mi madre iba a estar trabajando todo el día hasta tarde, y mi padrastro venía hasta el siguiente día, llegamos del centro luego de comprar las cosas necesarias, incluyendo lubricante y aceite para el cuerpo; dimos una vuelta por la casa pues era la primera vez que invitaba mi papá a mi casa, llegamos hasta mi habitación, pusimos una sabana nueva sobre mi cama para no mancharla con aceite y todo lo que se viniera luego; nos desnudamos un rato, de vez en cuando masajeaba su verga y luego platicábamos, y así un buen rato, no había prisa, teníamos todo el día y apenas eran las 12:00. Decidimos darnos una ducha, comencé por enjabonar la herramienta que se carga mi jefe y la enjuagaba para chuparla, en un momento salí y fui por mi dildo para ir empezando con la diversión, tome los dos penes frente a mi y me los metí como pude a la boca, tenían casi el mismo tamaño, me prendí de inmediato, me vino a la mente repetirlo pero con las vergas de mi papi y Martín, uff me emocioné tanto que casi eyaculo; luego pegué el dildo a la pared a la altura de mi culo y empecé a introducirlo mientras seguía mamando la verga de mi papá; el vaivén era lo máximo, entraba un pedazo de carne en mi boca y salía un trozo de goma en mi pared anal.
Luego me hinqué y puse mi dildo debajo y continué chupando, lo hacía muy rico, papá empezó a gemir, no quería que se viniera así que paré; seguimos bañándonos, me dio la vuelta y me empezó a dar nalgadas con ambas manos, eso me gustaba mucho últimamente, ya no podía esperar para probar el kit bondage; terminamos y nos fuimos así desnudos a mi cuarto, encendimos la tele y nos secamos un poco, inicié por ponerme aceite sobre todo el cuerpo, hice lo mismo con papá, en eso me dio la vuelta y tomo mi plug rojo, le coloco algo de lubricante, el se sentó con las piernas cruzadas en la cama y me giró boca abajo, acercó mi trasero sobre su verga erecta y me empezó a nalguear muy fuerte; yo me las agarraba pero entonces me puso las esposas sobre un borde de la cama para no moverlas y en eso comenzó a meterme el plug en mi culito, eso le gusta mucho, lo sacaba y me lo llevaba a la boca para lamer y volverlo a introducir; y entonces continuo con mi dildo, lo metía con mucha fuerza y lo empujaba hasta adentro, dolía un poco por la posición, luego ató mis tobillos con los puños y con las piernas juntas empezó a cogerme muy lento, pero luego aumentaba y bajaba el ritmo; con el látigo me daba de golpes en la espalda y en las nalgas.
Mi trasero terminó muy rojo ese día pero casi sin heridas graves, mi pene ya no aguantaba mucho, brotaba todo el precum que podía, no podía tomar nada, mis manos estaban esposadas; luego me desató y volteó para atar mis manos de nuevo a la cabecera y mis pies sobre mi cabeza, se reposó encima de mí y me penetró, mis pies casi tocaban sus hombros, mi espalda se arqueaba y mi ano a su disposición me llenaba con su mástil duro, me colocó la mascara para no ver nada, ahora sé lo que sentía Anastasia en 50 Sombras de Grey; se sentía genial sentir el aceite en mi cuerpo. Después de eso, me quitó de la cabecera y me volteo de nuevo boca abajo y puso mis pies y manos por atrás de mi espalda, algo incomodo pero logramos hacer una buena forma de coger, resultaba incomodo para el por lo que me puso casi al borde de la cama y me siguió follando, era increíble y delicioso.
Luego me desató y subió encima de mi, puso mi pierna izquierda sobre su lado izquierdo mientras mi pierna derecha por debajo de su pierna derecha, me colocó el collar con la cadena y levantó mi cabeza a la altura de su cabeza, como si fuera un sándwich, era la gloría en su máxima expresión, cosas que nunca antes habíamos probado; eventualmente me volteó boca arriba y me ató de los pies de nuevo y me enredó las piernas con la cuerda hasta los tobillos, dobló mis rodillas y las hizo hacía un lado, levantó mis nalgas y prosiguió a meterme la verga hasta adentro, yo le dije que para porque ya me iba a venir, pero continuó hasta que eyacule sobre mi pecho, gemí como una putita, me decía: «¿te gustó perrita?», yo le respondía: «sí, papi, me gustó mucho, sígueme cogiendo».
Después hicimos una que me incomodó bastante, quitó la cuerda y me ató las piernas dobladas por detrás con mis pies en mi trasero, me recostó y todo el peso caía sobre mis piernas, con las manos de nuevo atadas a la cabecera, me penetraba fuerte y rápido, no se como no se venía ya. Luego lo hicimos de lado, con mis manos por detrás, la mayoría eran posiciones incomodas realmente pero no le quitaba lo cachondo. Luego paramos para ver todo el desmadre que hicimos, nos pusimos a pensar como pasamos de ser unos desconocidos a una relación sado padre-hijo, yo realmente no le di importancia, siempre me ha gustado el sexo, solo que ahora el incesto estaba de por medio.
Pasamos a hacerlo de perrito, quitando ya las cuerdas y todo eso, menos la correa, me jalaba hacía el. Me volvía a dar con el látigo, hicimos las tradicionales, como coger de pie, misionero, aunque todas con los ojos tapados.
Ya por ultimo me puso boca abajo y levantó mi culo, me perforaba el ano, hasta que se saco su verga y con mi dilatado ano, comenzó a chorrear su semen dentro de mi agujero, uff se sentía rico y calientito, lo sostuve como pude y me giré para quedar con el trasero levantado lo mas que pude, pegado a la pared de la cama, mientras intentaba que saliera el semen de ano y cayera por encima de mi pene y entrara hasta mi boca, tuve que sincronizar muy bien toda la movida jeje, una sonora flatulencia salia de mí para dar paso al liquido que tanto me gusta, comenzó a bajar por mis pelotas, fue algo difícil por la postura, pero al final caía como lluvia hacía mi boca, fue tanta la excitación que me vine también en mi boca, lo máximo que la pasamos ese día. Nos tomamos un respiro y al cabo de unas horas continuamos haciéndolo.
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