Sometiendo a mi compañera de trabajo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Ricard.
Trabajamos juntos, dia tras dia, no seria capaz de enumerar aqui los dias, menos aun los años. Mi memoria (como sabes) es erratica, un desastre para quienes me rodean. Trabajamos juntos y te he visto crecer, durante todos estos años has adelgazado, engordado, embarazado o enfermado. Tambien has cambiado tu pelo de color, de forma, de longitud. Trabajamos juntos y dia tras dia te he mirado de reojo sin atreverme a formular la mas minima de las proposiciones. Te has casado, has tenido hijos, han pasado muchas cosas y yo te veo cada dia mas lejos. Pero ni por un momento pienses que me he enamorado de ti. Simplemente quiero que seas mia.
Mi posesion. Que tu voluntad me pertenezca, que tus risas, tus llantos, tus miedos, tus alegrias, que todo eso (y mas aun por venir) sea provocado por mi. Hoy has llegado al trabajo como siempre, con esa media sonrisa colgada de la cara, tu pelo corto y castaño hecho un revoltijo, vistes unos pantalones de algodon blancos y una camiseta de tirantes. Hoy has llegado al trabajo como siempre repartiendo sonrisas, sonrisas que salen de tu mirada, nunca de tu boca. Pero hoy es diferente porque hoy es el ultimo dia antes de irte de vacaciones. Y hoy he decidido que seras mia, por tu propia voluntad perderas tu voluntad, por tu propia pasion perderas el control de tu pasion. Hoy he llegado antes al trabajo y te he dejado una nota en el cajon, dice simplemente "hoy seras mia" acompañada de una direccion de correo electronico.
Cuando has llegado has abierto el cajon, has mirado la nota pero no has dicho nada. Simplemente has observado a cuantos habiamos a tu alrededor trabajando (o aparentemente trabajando) y entonces te has ido a hacer un cafe. Durante toda la mañana he estado observandote, pequeña, delgada, moviendote entre todos de una manera deliciosamente, sonriendonos de todas las formas posibles. Y mientras hacia todo eso yo iba mirando el correo. Nada. Me he ido a comer. Cuando he vuelto tu ya no estabas, me he vuelto a conectar al correo y descubro que me has escrito.
"¿Quien eres?"
He contestado escuetamente a tu correo.
"Creo que ya sabes quien soy, la nota solo ha podido dejarla un compañero de trabajo. Si quieres jugar arriesgate. Solo se vive una vez y tu aun no has comenzado a vivir".
Inmediatamente despues de enviarle la contestacion ya me arrepiento de mi solemnidad. Me conozco, se que soy un gran amo pero tambien se que la solemnidad que en ocasiones me acompaña asusta a las novatas. Pero lo asumo, soy fruto de mis circunstancias. Cuando soy amo soy amo, cuando no soy amo sigo siendo amo y solo dejo de ser amo cuando tu me lo suplicas.
Ella vuelve al trabajo, ha ido a comer tambien. Se sienta en su mesa y lee el correo. Parece que esta contestando. Al poco rato me llega su contestacion.
"Puedes ser varias personas. ¿Estas todavia aqui?"
Contestarle que si es peligroso. Solo quedamos 6 hombres en toda la planta. Es verano. Miro a mis compañeros, quizas solo 3 (contandome a mi) podriamos haber escrito una nota asi. Y ella deberia saberlo. Quizas contestar es acotar demasiado el terreno a alguien de quien desconozco sus reacciones. Dicen que quien no se arriesga…
"estoy aqui" contesto
Observo de reojo que has recibido el correo, nos miras a todos, yo hago ver que trabajo (cosa que no creo haber hecho en todo el dia). De improviso tecleas algo y yo recibo un nuevo correo.
"Atrevete, ven a buscarme, vayamos a la sala de cafe y hablemos".
Es demasiado peligroso. Aqui, en el trabajo. Aunque bien pensado, quizas podria ir a buscarte a invitarte a un cafe y si te cabreas fingir que solo iba a invitarte a un cafe.
Me levanto y me dirijo a ti. Me ves llegar pero no sonries, ni tan siquiera con los ojos. Aun estoy a tiempo de dar la vuelta. Pero no lo hago. Yo nunca doy la vuelta ante una sumisa y algo me dice que tu eres una sumisa.
-¿Quieres un cafe?
-Bueno –contestas sin apenas emocion- asi podre consultarte algo.
Nos dirigimos a la sala de cafe, no hay nadie. Perfecto. Saco dos cafes y entonces soy yo quien pregunta.
-¿Que querias consultarme?
-No te hagas el idiota, desde el principio sabia que eras tu.
-¿A que te refieres?
-Mira, seamos serios, si tu me has escrito es por algo. Voy a escucharte, simplemente, pero no juegues conmigo. Dime a que te referias con la frase "hoy seras mia" ¿Hablamos de sexo?
-No.
-¿Entonces?
-No se como contartelo, asi de repente podria parecerte ridiculo.
-¿Te crees que soy una niña? Llevamos trabajando juntos 14 años, deberias saber que no soy una niña. Aclarame esto de la manera mas simple posible.
-Bueno, hoy te vas de vacaciones y yo no hago mas que pensar que estare un mes sin verte, ultimamente han sucedido cosas en mi vida, personas que han llegado y se han ido, te veo cada dia y cada dia me pregunto porque no podria tenerte a ti.
-A mi no me tiene nadie, ni mi marido.
Quizas haya llegado el momento de jugar con las palabras. Yo soy un maestro de las palabras.
-¿Nunca has sido propiedad de nadie?
-¿A que te refieres?
-¿Sabes lo que son la relaciones de dominacion y sumision?
Ella me mira pero no dice nada. Por un momento he creido adivinar un brillo en sus ojos. De repente me doy cuenta de que estoy en un callejon sin salida, si ella sabe lo que es se resistira como buena sumisa, pero si no sabe lo que es se asustara cuando se lo cuente.
-Se lo que es. ¿Que pretendes?
Me acerco a ella, mi cara esta a apenas unos centimetros de la suya, poso mi mano en su hombro y le digo lentamente.
-Que seas mia.
Pasan unos segundos. Ella esta pensando, sin mirarme a los ojos. Yo sopeso las posibilidades. No ha habido un rechazo inmediato. Ella dice saber lo que son las relaciones de dominacion y sumision. Veo que sus manos estan temblando.
-Tuve una relaciona si –comienza a decir sin mirarme a la cara- antes de casarme.
-¿Como la recuerdas?
Simplemente sonrie. Yo me vuelvo a acercar a ella y le digo
-Dentro de cinco minutos en la planta septima, la de la agencia de publicidad. Esta vacia, comenzaron las vacaciones la semana pasada. Esperame en la puerta de los lavabos de hombres.
Ella me mira pero no dice nada. Sigue temblando.
-¿Ahora? –pregunta simplemente.
-Ahora.
Y me voy dejandola en la sala de cafe. Vuelvo a mi sitio pero ella no aparece por el suyo. Transcurridos cinco minutos subo a la planta septima y me dirijo a los lavabos. Alli esta ella. Nadie puede vernos. Me acerco a su espalda y le cojo los brazos apretandoselos tras la espalda.
-¿Como me llamo? –le pregunto.
-Ricard –contesta con voz minima.
Le aprieto aun mas los brazos.
-Solo pregunto una vez las cosas. Como es nuestra primera conversacion hare una excepcion.
-Amo.
-Entra en el lavabo y desnudate, completamente.
-Espera… alguien podria venir.
La libero de los brazos y me coloco frente a ella, levanto la mano y ella se protege del golpe con los brazos. Entonces rapidamente le doy un suave puñetazo en el estomago que la obliga a doblarse. Casi no ha sido un puñetazo. Ha sido mas bien un golpe suave pero malintencionado. Ella me mira y asiente.
Entramos ambos al lavabo y comienza a quitarsela ropa. Su cuerpo es de lo mas normal para su edad (esta a punto de cumplir los 40), pechos pequeños, culo grande, estomago prominente, tobillos hinchados, la cicatriz de la cesarea. Su vello es abundante y de color castaño. Podria ser una mujer cualquiera de una ciudad cualquiera, pero aqui y ahora a mi me parece la sumisa mas fantastica que cualquier amo desearia tener. Tantos años esperando…
Me acerco a su cara y la miro directamente a los ojos.
-¿Me tienes miedo? –le pregunto.
-No lo se.
-Es normal, pero no debes tenerme miedo, tan solo respeto y obediencia. Si no me obedeces es entonces cuando deberas tener miedo…
Miro mi reloj, son las cinco de la tarde.
-¿Ha que hora has dicho a tu familia que volverias?
-Hoy es el primer dia de vacaciones y ellos han salido ya en direccion…
Sin dejarle continuar la frase le doy una bofetada. Ella me mira a la cara, sorprendida, sus mejillas estan rojas y blancas, cambiando de color. Pronto recuperan la circulacion.
-Te he preguntado por una hora.
-Mañana a mediodia deberia llegar al pueblo.
Sonrio. Aun te queda mucho por aprender hoy. Mas de lo que crees mi pequeña y novata sumisa.
Autor: Ricard(amo_ricard@hotmail.com)
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