Sonia mi vecina de 5 años I
Con mis 12 años pude dar rienda suelta al estar con mi vecina de 5, bello momento..
Me llamo Fabio tengo 50 años desde chico me gustaba leer relatos sobre sexo, buscaba la forma de buscar revistas eróticas que contengan dicho tema, siempre me intereso mucho el sexo y más las nenas pequeñas, a lo largo de mi vida tuve varios encuentros con ellas.
Vivo en Santa Fe República Argentina, antes de ello viví y crecí en un pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe, siempre estuve rodeado de primas y vecinas pequeñas que daba rienda suelta a mi lujuria por ellas, buscaba la forma de estar cercas de ellas, tocarlas y manosearlas todas.
Esta historia que les voy a narrar era cuando yo tenía 12 años y trata de la primera vez que estuve con mi vecina Sonia ella es una nena de 5 años, de piel trigueña ojos marrones oscuro, pelo hasta la cintura castaño, unos lindos labios, colita bien paradita y unas hermosas piernas desde que llego al pueblo la consideré una presa que tenía que cazar. Ella vivía con su papá Omar de 32 años, su mamá Karina de 30 años, su hermanos Luis de 7, Sonia de 5 y Estefanía de 3 años. Mi familia estaba compuesta por mi papá Beto de 45 años, mi mamá Beti de 35 años, mi hermano Sergio de 15 años, yo Fabio de 12 años y mi hermana Susana de 10 años.
Recuerdo ese día mi familia y la de ella estábamos reunidos en el pueblo porque era la fiesta patronal donde había feria, carreras de caballos, carrera de sortijas, juegos de bocha, kermes para los chicos y muchos juegos más. A la noche hubo una cena donde los mayores comían y bebían hasta el hartazgo y nosotros los chicos aprovechamos para jugar a las escondidas (juego muy popular en Argentina donde uno tiene que buscar a los demás chicos que se escondieron), como somos muchos chicos armamos parejas de niños, un varón y una nena. Empezaron a elegir los más grandes, como yo estaba entre ellos la elegí a ella Sonia como mi pareja, a ella pareció gustarle. En la inmensidad del campo era realmente imposible que nos encuentren, se habían formado varias parejas por lo que tardaban tiempo en encontrar a todas, era muy lindo jugar así.
Nos toco contar a nosotros según el sorteo que hicimos, así que yo y ella rápidamente buscamos a todos para que reinicie nuevamente el juego y poder escondernos, cuando nos toco escondernos busqué un lugar apartado donde había poca luz y desde donde podía observar el desarrollo del juego. Se asustó un poco al lugar donde la había llevado ya que era un galpón viejo sin uso, donde había una pequeña habitación con una ventana desde donde se veía todo el predio donde ocurría la fiesta. Se observaba a lo lejos a los demás chicos escondido ya que era una noche de luna llena y también a la pareja de chicos que buscaban sin suerte a los otros.
Yo: – Tenes miedo
Sonia: – Si mucho, vamos a la luz que tengo mucho miedo.
Yo: – No temas que estas conmigo, yo te voy a cuidar mucho y te voy a protegar. La abracé fuerte.
Sonia: – Bueno si vos lo decís..
Entonces le indique que se ponga delante de mí para que se le pase el miedo mientras yo la abrazaba desde atrás arrodillado para estar a su altura. La empecé abrazar desde atrás cuando sentí que mi pene se empezó a poner duro y comencé a calentarme, la coloqué de tal manera que su cola quedara entre medio de mi pene, sintió duro en su colita y se trato de zafar de esa situación pero ya la agarré fuerte y la volví contra mí. Ella se quedo quieta al sentir como mi pene latía entre sus hermosas nalguitas, hizo la mano para atrás para tocar eso que se le estaba metiendo entre su colita, lo palpo y me dijo que duro tienes tu pipi, yo le dije se llama pene y de ahora en adelante será tuyo.
Ella me dijo y que puedo hacer con el, contestándole muchas cosas puedes hacer. Note que se relajo y como que le empezó a gustar ese palo atrás, aproveché y le daba besos en el cuello, ante esos besos ella empezó a gemir un poco, descubrí uno de sus puntos débiles, mientras más la besaba más rápido tenía la respiración. Me pregunta porque le daba tantos besos, a lo que le dije no te gusta te dejo de besar. Ella me volvió a contestar sigue sigue que me gusta, mientras la besaba me movía con mi pene en su colita como si la estaría penetrando, igual que los animales que teníamos en el campo. Ella hacía para atrás la colita señal que también lo estaba disfrutando, estábamos en nuestro mundo cuando oímos los gritos de los demás chicos que nos buscaban, salimos de nuestro sueño y nos reunimos con los demás.
Proseguimos con el juego, y nos toco otra vez escondernos, ella me agarró de la mano para llevarme al mismo lugar de antes. Se puso delante de mí esperando que yo hiciera lo mismo que antes, por eso busqué un banco donde sentarme así estaba más cómodo. Ella vestía una falda hasta las rodillas y una remera ajustada al cuerpo, yo estaba con un pantalón corto y una remera. La traje contra mí levantando su falda y yo bajando mi pantalón así quedo su colita pegada a mi pene, dio un brinco al sentir ese aparato que ya estaba medio baboso del líquido preseminal que ya estaba tirando. Busqué su cuello y empecé nuevamente a besarlo, le chupaba el lóbulo de la oreja haciendo que esa nena gimiera de a poco, notando ella como la estaba mojando toda la cola con mi líquido, con mis manos la sostenía bien contra mí, baje una de ellas hasta donde empezaba su bombachita tratando de meter mis dedos para palpar su clítoris, cuando sintió mi mano ahí se tiro más atrás encajando más mi pene en su colita logrando una agradable sensación. Comencé con mi mano a buscar su conchita, cuando empecé a jugar con mis dedos noté que ya estaba mojada logrando resbalar muy fácil mis dedos en su rajita.
Le pregunté si le estaba gustando, con la cabeza me indicaba que si, notaba en su respiración que estaba disfrutando de todo aquello, le dije al oído que eso que estábamos haciendo nos hacía novios, y que desde ahora nosotros eramos novios. Ella emocionada me dijo que le encantaba ser mi novia, y que si siempre íbamos hacer eso, yo le dije que si.
Como la estaba tocando toda y mi verga estaba incrustada en sus nalguitas no pude durar mucho así que descargue toda mi leche sobre su bombachita, ella se noto toda mojada diciéndome que le había hecho pis, mi hiciste pipi decía. La tranquilice diciendo que la iba a limpiar, busqué un trapo viejo y la sequé lo mejor que pude.
Me dejaste toda la bombacha mojada decía, le insinue que cuando nos acerquemos al grupo de chicos pida ir al baño y le diga a la mamá que no había llegado a bajarse bien la bombachita por eso se la mojó un poco. Así se quedo más tranquila.
Cuando íbamos caminando al grupo le dije, este es nuestro secreto y no se lo debes contar a nadie, es palabra de novios, ella feliz me dijo si no le voy a decir a nadie y esbozó una sonrisa.
Continuará…..
wow
Me ha gustado mucho tu relato
Por fin… ¿tenía 3 o tenía 5 años?
5, la de tres es la hermana