Sora | Angel y Angela (Venganza)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Soraangels.
Crecimos juntos y fuimos a los mismos colegios, nos bañamos juntos, peleamos y nos reconciliamos, compartimos juguetes e historias.
Hasta que cumplimos los doce años nunca antes vi a mi hermana de otra manera ademas de la que era.
Mi hermana.
Pero el tiempo pasa y las personas cambian, quizás fue que a mi mi madre me mimo mas, quizás fue que a mi me consoló mas cuando la familia se rompió por culpa de las drogas de mi padre y las estupideces de mi tío.
Ahora bajo tierra el hombre de la casa y mi tío encerrado por trafico.
Como le explicas a un niño que papa no regresara mas.
Angela comenzó a verse con amigas poco amigables yo entre a la academia de arte después de la escuela y así nuestros caminos hasta entonces iguales se separaron para siempre.
Venganza
– ¿es lindo no crees? – le pregunto una amiga a mi hermana mientras me veía pasar agarrado de la mano de la que entonces era mi novia, una inteligente niña de sexto año, me lleva dos años, tenia yo 16.
– ¿Quien?, el tonto ese, no, no te lo creas, es de todo menos lindo, esconde de la peor pornografía en su computadora, puras cosas raras – levanto la voz lo mas que pudo para que jeni quien era mi novia escuchara claramente.
– lastima que anda en tan mala compañía – agrego la amiga levantando la mandíbula para señalar a jeni, estaba al tanto que no era la mas casta de las chicas de la escuela pero era buena persona, no tenia la culpa de la estupidez de su ex-novio.
– ¿Quieres algo hermanita? – pregunte para intimidarla
– de ti nada – le lance una mirada cortante para largarla pero ella respondió con una similar.
Sus grandes ojos café claro se parecían tanto a los míos que era como verse a un espejo, eso quiere decir que yo a pesar de ser un chico tenia facciones bastante femeninas en el rostro, cosa por la que muchos me molestaban, ademas de esto se sumaba que tenia algunas mañas amaneradas como pararme raro y mover demasiado las manos, cosas que evitaba cuando me concentraba pero la costumbre es fuerte y aveces me pescaban solo para burlarse, a eso se sumaba que la maldita de Angela estaba atenta para recalcarlo cada que podía.
– vamonos – agrego cansada jeni, tengo clases.
– si vamonos –
– oye nise – era como me decía, mi madre era japonesa de tercera generación nacida en panamá y hablaba japones, nosotros por tradición también lo hacíamos, esa palabra, esa palabra tenia mucho podre en particular significaba “falso, el falso, algo copiado” era como le gustaba decirme para molestarme.
– callate perra –
– hay me levantaras la voz, no crees que deberías mejor ponerte duro con alguien mas – movió la mandíbula hacia jeni.
– me han llegado comentarios de un nuevo maestro de ciencias que frecuenta tu nena, yo tu no le hacia nada, ya sabes a mama no le gustaría tener que gastar mas dinero en tus enfermedades, suficiente el asma no crees, el sida sale mas caro.
– a esto solo podía apretar fuerte el puño, mi papa me inculco no pegarle a las damas.
Pero ella estaba haciendo méritos.
– Angela, puedes meterte tus comentarios por favor, vamos amor –
la amiga quien le acompañaba solo miraba atenta la escena mientras mantenía cierta distancia de lo sucedido.
– si vamos amor, pero recuerda Angel, perra una vez, perra para siempre –
el aire en mi rostro se movió rápidamente y luego un “clap” seco.
La mano de jeni se plasmo en la blanca mejilla de Angela.
Una sonrisa en la cara de mi hermana apareció mientras lamia un poquito de saliva rosada que salia de sus labios.
– señorita andrews, ese comportamiento es inaceptable para una dama, mucho mas para una que es parte de esta escuela – la que regañaba era una vieja profesora de voz chillona quien vio solo la respuesta agresiva de jeni.
– yo solo estaba hablando con mi hermano y ella me a golpeado – se agacho y se agarro la mejilla.
Un hilo grueso de sangre roja salio de su boca y callo sobre si camisa blanca.
– me duele profesora, ayúdeme por favor –
– hay niña, que te paso –
estaba seguro que no había sido tan fuerte.
Seguro se había mordido la mejilla solo para molestar, hasta que punto podía ser perra mi hermana, casi le entro a golpes pero jeni me agarro la mano y me calmo.
Una hora de regaño seguido de un castigo para el resto del fin de semana fue el resultado de la actuación de Angela.
No era la primera vez que esto sucedía y estaba seguro que no era la ultima pero esto no minimizaba el dolor.
Ella con lagrimas en los ojos me dio un beso y se alejo de mi con solo un adiós en los labios.
Ya en casa entre a mi cuarto sin saludar a mama.
– que le pasa a tu hermano –
– ni idea, creo que lo dejo su noviesita –
– ángel, cariño ¿estas bien? – respondí dando un portazo y dejando caer en la cama.
No tardo en entrar en el cuarto mi madre, una amable madre japonesa, que se preocupaba siempre por el mas débil de los dos.
Odiaba tanto lo rápido que podía calmarme las lagrimas.
Era tan humillante poner mi cabeza en sus muslos y dejar de sollozar.
– Kasa (Mama), Angela me tiene cansado ya, se metió con jeni, hizo que la castigaran, me dejo mama, me dejo por culpa de la puta de mi hermana.
– hay ángel, esas palabras – se sorprendió, según ella eramos los hermanos cariñosos que se llevaban bien aunque pelearan, pero muy dentro de mi solo quería pegarle a esa puta, destrozarle la cara.
Hacerla sufrir.
– vamos no peles, ademas esa chicas, Jeni, nunca me gusto mucho era mayor que tu y bueno – no quise saber mas me levante y me metí en el baño.
– cariño, estará la comida dentro de un rato, bajas por favor – no respondí, sabia que estaba del otro lado de la puerta y antes que se preocupara respondí.
– hai kasa, dai yobu (si mama, estoy bien) – en casa la única manera que mama me entendiera bien era usar su idioma, aunque ya en nosotros casi no se notara las raíces japonesas.
Ella insistía en mantener esa cultura viva.
Abajo en la mesa esperaba la comida, la trague lo mas rápido que pude y regrese a mi cuarto.
Como todas las noches mama trabajaría, ella era cocinera en un restaurante de nuestro tio, por parte de madre quien era dueño de una cadena de restaurantes y era la fuente mas estable de dinero de nuestra disfuncional familia.
El carro salio de casa y todo quedo en silencio.
Abajo en la sala solo se escuchaba el monótono parloteo de una televisión.
El haber dejado la mitad de mi comida sin tocar me paso factura y baje en busca de un aperitivo y la encontré.
Llevaba un falda corta y sus pataletas blancas.
Supe el color por que estaba mirando la parte baja del refrigerador en busca de algún vegetal, la muy perra le gustaba tener buena figura y odiaba los dulces.
– permiso – dije para hacerme notar tras de ella.
– nani (que) spango warimasen (no entiendo español) – no respondí solo me quede allí parado mirándole el culo mientras ella rebuscaba en el cajón de las verduras.
– te gusta la vista, me has visto mas el culo a mi que a tu novia, que triste – no respondí, solo me quede esperando.
– podrías quitarte.
Solo quiero la leche para una hojuelas –
– eso es todo lo que te molesta, la puta leche – miro sobre su hombro.
Tenia un gran trasero blancuzco en el cual a través de sus pataletas podía ver unos abultados labios vaginales.
No era la primera vez que los veía, habíamos vivido juntos toda la vida.
– ¿quieres la puta leche? ¿eso es todo? –
– ¿Que quieres Angela? –
– yo, nada – se recostó a la nevera – pero tu no tomaras nada de aquí –
– Angela me estas enojando –
– y que, ¿que harás? –
– Angela quitate o – toque su brazo para empujar de ella lentamente.
Se resitio.
– ¿o que? – se coloco frente a mi, sus labios gruesos se deformaban en una mueca, sus ojos canela con pequeños cambios a dorado y verde se abrían con furia – ¿que harás?
– ¿cual es tu problema? –
– yo, nada, solo que estoy cansada de tener un marica de hermano, no crees que también me molestan a mi –
– quitate –
– no, mirame pendejo – me agarro la cara, la sangre me hervía.
– eres débil, Nise!, falso, debilucho, enfermizo, tonto, maricón, sigues siendo virgen a pesar de que andabas con la mas puta de la escuela, que desgracia de humano –
– ya angélica, suéltame la cara o te pondré un ojo morado te lo juro –
– intentalo –
por primera vez en mi vida la furia me gano, mi puño subió lo mas rápido que jamas se habia movido, y aterrizo justo en su… mano.
Me agarro el puño y lo retorció lentamente hacia abajo lastimándome el hombro.
– débil – dijo cuando caí al final al piso.
– la putita de tu novia siquiera tenia las agallas de intentar pegarme, tu al contrario te esfuerzas por seguir débil, por cosas como esa papa se mato.
– callate-
– no, lo sabes, el muy estúpido se mato –
– Angela callate –
– se puso un plomo en la cabeza por que lo atraparon con la droga, era débil y tu también –
– Angela – mi mano subió otra vez, no se lo espero.
Mi puño delgado y huesudo se metió en su estomago, justo debajo de sus pechos.
Ella se desplomo tan rápido que casi me sorprendió.
Intentaba agarra aire cuando le aseste otro golpe en la cien contra el piso.
Y ella se quedo quieta.
Lo primero que pensé fue en que la había matado, nunca antes le había pegado a nada tan fuerte.
Y ella no se movía.
Luego un pequeño soplido y su pecho se movió arriba y abajo.
– maldito – dijo y le deje caer otro golpe sin pensarlo.
Ella quedo de nuevo aturdida.
– eso querías verdad, querías que fuera un hombre verdad,querías que fuera un hombre ahora entonces.
Lo are, seré un hombre.
– las ideas en mi cabeza rebotaban con fuerza y de entre esa lotería de ideas estúpidas estaban dos.
Una era ahogarla con un trozo de verduras, otro era violarla.
La segunda gano.
Empece a chupetearle el cuello, ella solo se sacudía lentamente.
Su respiración era errática y fuerte.
Estaba perdida en su mente.
No quería eso, quería que estuviera despierta.
Así que tome su camiseta y se la saque hasta las muñecas y la ate fuertemente.
Empece a tocarle los pechos, siempre me parecieron grandes y hermosos, de pronto me encontraba mordiendo uno de sus pezones.
– hay! Que carajos, ángel, suéltame, dejame maldito – no respondí, solo le di otro golpe en el estomago para sacarle el aire.
Y así se quedo un momento solo tratando de conseguir aire.
Pase de sus pechos a su cuello y su boca, ella que no lograba obtener aire así que besarla casi la asfixia.
– ángel para ya idiota – esta ultima palabra la dejo salir mientras recuperaba el aliento.
Agarre aquellas pataletas blancas y de un tiron se las saque, quitando con un estampado de flores en la mano y sus partes expuestas.
Se podía ver la piel blanca de su cintura teñirse de rojo por la marca del panty destruido.
Mi pene estaba ya erecto y no tardo en salir.
Lo puse contra su entrada y ella intento alejarme con la manos y lo pies.
Tenia miedo, miedo en el rostro y la chica fuerte que abusaba de mi se había retirado a otro mundo donde los gritos de esta niña no llegaban.
– ángel no por favor para ya, mira no te molesto mas para ángel no !POR FAVOR! –
dejo salir un grito cuando entre en ella.
Se sentía magnifico, nunca antes había sentido semejante placer.
Era una sensación deliciosa del calor de sus muslos y su sudor, sus brazos me golpeaban el pecho pero no lograban nada, solo seguí empujándola hasta que sus ojos abiertos se cerraron mientras ahogaba un grito en su garganta.
Seguí besándola ella clavo su uñas en mi pecho pero yo llevaba una camiseta de lana gruesa muy estúpida pero fuerte, sus largas uñas se clavaron en el tejido y no tocaron mi piel.
– ángel no, no, no, no, – repetía mientras la envestía con fuerza.
No puedo mentir que me masturbaba a seguidamente, pero esto era mucho mejor, la sensacion de su vagina, el calor de su cuerpo.
La agarre de uno de sus pechos mientras ella clavaba sus uñas en mis brazos.
La acaricie suavemente.
Puse las manos en su cuello mientras me preparaba para correrme dentro de mi hermana, no había nada mas en mi mente mas que la satisfacción de ese momento.
Nada mas importaba cuando deje correr el semen dentro de ella, no escuchaba nada mas.
– ángel no, me preñaras – dijo con lagrimas en sus ojos.
– estas deliciosa – logre pronuncias y agarre mi pene por la base y comense a darle vueltas dentro de su vagina.
– que rica, parate – saque mi pene de su vagina y me pare primero, tome un cuchillo de cocina, ella estaba despeinada y no llevaba sus bragas las cuales en el frenesí habían sido destruidas.
– no eras virgen así que quita esa cara –
– ángel dame ese cuchillo, para ya esta estupidez, suelta eso –
– date la vuelta –
– ¿que? –
– que te des la vuelta no entiendes – ella me vio a los ojos y comprendió que no era nada lógico llevarme la contraria –
– pon las manos sobre la nevera – ella obedeció.
– ángel ya, mira no le diré a mama, solo dame el cuchillo, ya, vale –
no respondí, coloque mi pene sobre sus nalguitas y acaricie con la punta sus labios
– estas riquísima, ¿tu novio te goza así también? –
– ángel hermanito mira que… – no supe que quería decir.
Ella pego su cara al refrigerador mientras mi pene entraba de nuevo en su cuerpo.
Agarre sus nalgas y comencé a bombearla con fuerza y velocidad.
Ella agarro mi mano como esperando tocar el cuchillo pero ese lo sostenía con mi boca.
– que rica, dios que nalguitas, eres preciosa –
– ángel ya para, para que – se echo hacia atrás y se agarro el rostro.
Me di cuenta que ahogaba un gemido, lo estaba disfrutando, que chica en sus cabales disfruta esto, se supone que debería estar llorando de rabia o trabando de defenderse.
Eso me enojaba.
Le agarre un pezón con fuerza y lo retorcí.
– hay, duele – dijo, mi pene se encontraba muy dentro de ella y notaba que la primera corrida ya le había debilitado, así que apure y comencé a subir la velocidad, sus nalgas sonaban rápidamente y sentí un calor correr de mi cerebro a mi caderas, luego salio de mi cuerpo como un choque ecléctico, puse mi cabeza sobre su espalda y la solté.
Ella se dio la vuelta.
Me vio con sus ojos lloroso.
No dije nada, le di el cuchillo, estaba listo para lo que quisiera, había violado a mi hermana, no importa que tan mala era ella, yo le había echo algo peor así que no podía dejarlo así, espere parado ayi frene a ella que me apuñalara pero no lo hizo, se fue corriendo a su cuarto.
Su habitación estaba cerrada con llave, la abrí con la llame maestra que colgaba en gancho en el corredor.
Dentro estaba su falda arrugada y una camiseta echa nudo.
Dentro de el baño de ella caía el agua suavemente.
– angélica –
– largate –
– no –
– que quiere puerco, quieres acusarme mas –
– la verdad si, me gustaría tenerte mas, ya recupere la erección.
– dije sin poner mucha atención la rabia que despendia.
– pues vamos – dijo y salio del baño armada con una navaja, quizás un regalo del gigantón de su novio.
Tocame y te meto este cuchillo en la barriga.
Puede que mi amaneramiento me lograra malos tratos en la escuela pero también el apoyo de mama para protegerme, desde los once asistía a clases de defensa y sabia como quitarle el cuchillo.
Así que me arriesgue, valía la pena.
Avance y ella apunto ami barriga como me había advertido, lo desvié con la mano y la abrace agarandole la muñeca.
– suéltalo –
– ángel, no dejame –
– no quiero-
– que te pasa, estas loco –
– talvez – empece a besar su largo cuello del cual rodaban pequeñas gotas de agua tibia – creo que estoy loco, te deseo –
– estas arrecho, eso es lo que estas y te metes con tu hermana estúpido –
le calle con una cachetada
– callate, shiiit, vamos callate no llores, soy mas débil que tu no , se supone que puedes ganarme ¿no? – ella forcejeo pero estaba fuera de equilibrio y no logro separase.
– ángel que quiere –
– no entiendes que estas rica hermanita, dejame probarte mas, ¿no te gusto? –
– no – dijo cortante – das asco – comencé a acariciar su vagina con mi mano y a besarla, ella intento morderme lo evite entonces me mordió el hombro pero mientras ella apretaba sus dientes yo apretaba la piel de sus labios vaginales.
– no, mala niña deja que te toque no peles –
– le diré a mama –
– si lo se, no me importa – algo en mi voz sonó tan real que me asusto, tome mi pene y lo introduje nuevamente en ella, sus ojos se abrieron y luego hizo una mueca de dolor.
Tenemos la misma estatura así que estábamos frente a frente.
Exactamente.
– nunca antes había probado algo tan rico –
– eras virgen pendejo –
– si linda, eres tan deliciosa, ¿a ti no te gusta? – pregunte tontamente.
Mientras aumentaba el rimo.
Estábamos parados así que la empuje para que calleramos sobre su cama.
Ella dejo caer la navaja de su muñeca pues posiblemente se cortaría si caía con ella.
Agarre sus manos y luego empece a darle en misionero.
Incruste mi cara en sus grandes pechos y me corrí otra vez.
Me quede tirado en su cama y ella entro al baño.
La navaja estaba en el suelo.
Cerré los ojos.
Me quede alli esperando.
Interesante… aunque no me van los relatos de violencia… pero … interesante.