SORPRESIVA PRIMERA VEZ
Todo comenzó una vez que regresé de estudiar eran la cuatro de la tarde y encontré a mi madre en su habitación muy triste, había tenido una discusión con mi padre porque él le había prometido que regresaba de su viaje de trabajo el viernes y lo había pospuesto por una semana más..
Todo comenzó una vez que regresé de estudiar eran la cuatro de la tarde y encontré a mi madre en su habitación muy triste, había tenido una discusión con mi padre porque él le había prometido que regresaba de su viaje de trabajo el viernes y lo había pospuesto por una semana más.
Ella estaba con una bata de seda y era evidente a primera vista que debajo no tenía nada, estaba totalmente desnuda. Después de saludarnos y contarme el asunto con mi padre, me dijo que tenía mucho dolor en su pierna, que si por favor le daba un masaje y me alcanzo un frasco con una crema. Yo puse un poco de esta crema en mis manos, la frote y comencé con el masaje y en la medida que esto sucedía, la bata de mi madre como dije era de seda se fue deslizando quedando mas a la vista sus piernas de la rodilla para arriba e igual con la parte superior de su bata que al deslizarse comenzaron a aparecer sus hermosos senos.
En principio yo estaba concentrado en el masaje de su pierna de la rodilla hacia abajo, pero en algún momento que levanté la vista me encontré con el espectáculo de sus piernas, ya que la bata las dejaba al descubierto totalmente hasta llegar a su concha que la tenía muy bien depilada, además ya se notaba buena parte de sus senos.
Siempre vi a mi madre como lo que era, pero esta vez la estaba observando como mujer y creo que ella a mi como hombre, quizás por la decepción de las ausencias prolongadas de mi madre y me pareció que estaba dudando de la fidelidad de él.
Mientras le daba el masaje en su pierna ella comenzó a acariciar mi brazo muy sensualmente y quizás ver su concha y sus senos me generaron una tremenda erección.
Así que me acerque a su boca y nos dimos un primer beso que ella me correspondió haciéndome acostar para luego ella subirse sobre mí. Al hacerlo su bata se abrió totalmente, apareciendo su precioso cuerpo. Ella comenzó a desnudarme y yo hice lo propio con su bata y estando los dos en almendra, mi madre comenzó a masajear mi verga la cual creció hasta donde era posible. Luego se inclino para empezar a darme una sesión de sexo oral, metiendo mi verga en su boca hasta su garganta provocándome espasmos que me hacían contorsionar el cuerpo.
Luego me levanté y comencé a chupar y mamar sus senos y hasta llegué a morder suavemente sus pezones, lo cual le agrado mucho. A continuación, la hice acostar y separando sus piernas me consumí en su sexo tratando de follarla con mi lengua y en la medida que ella gemía, mis deseos por penetrarla crecían, pero morbosamente distanciaba ese momento, esperaba que ella me lo pidiera y cuando me concentre en su clítoris sus gemidos crecieron y me dijo… quiero sentir tu verga dentro de mí y acomodándome en posición de misionero, ella tomo mi verga y la puso en el lugar adecuado de su concha y gracias a su lubricación y la saliva que yo le había dejado allí, mi verga se deslizo maravillosamente.
En la medida que la follaba sus gemidos crecieron y me pedía que le clavara mi verga con más y más fuerza, que la quería muy adentro y así pasaron unos cinco minutos, pero ella no llegaba a su orgasmo. Entonces la hice acomodar en cuatro o de perrito y desde atrás le clave mi verga con fortaleza como ella lo pedía, adicionalmente una de mis manos comenzó a aprisionar uno de sus pezones, mientras la otra mano motivaba su clítoris y pronto comenzó a gemir mas fuerte y luego a gritar y decir… eso, eso, así, así, dame mas duro, le di un par de palmadas en sus nalgas y hasta atrevidamente la trate como una puta diciéndole… vamos perra mueve ese culo y trágate mi verga y de esta manera su excitación creció al límite y comenzó a convulsionar disfrutando su orgasmo, de manera que cuando dijo…ya, ya, para, para, mi deseo de correrme dentro de ella no escuchó razones y continue al menos un minuto más, mientras ella seguía diciendo… ya, ya, me muero, para, para. Pero finalmente explote llenando su concha con mi semen, para luego quedarme pegado a ella sobre su espalda.
Cuando nos separamos me pregunto… ¿Lo disfrutaste?
Si, fue maravilloso, le respondí.
Y ella agrego… este será nuestro secreto, nadie lo puede saber
Por supuesto, nadie lo va a saber seguiremos follando todas las veces que mi padre te descuide con su ausencia.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!