"Soy el hijo del entrenador"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
He practicado karate desde los 5 años, ahora tengo 16 y siempre he estado rodeado de karatecas, entrenadores, equipo y más desde que era pequeño.
Soy hijo de un señor de actualmente 36 años y una señora de 37; únicamente me tuvieron a mí, pues mamá se operó, por lo que soy el "orgullo" y el "amor de la familia", y en realidad soy el que mantiene unido la relación, pues papá siempre estaba viajando a otros países y estados para competencias y yo soy un nexo entre ellos.
Ahora que tengo edad y nivel para ir con papá a las competencias y dar lo mejor de mí en ellas, paso mucho más tiempo con papá, en aviones, autobuses, carreteras y hoteles.
Y en el último de estos pasó algo que no olvidaré.
Mi papá ha visto ya los cambios físicos que me han ocurrido, y siempre hablamos de lo diferente y bien que, según él, me quedan éstos, como mis "velludas axilas de brazos fuertes" o "el abdomen que hace derretir".
Algunos dicen que nos parecemos pero esto tampoco lo sabe mucha gente, en especial cuando estamos en otros lugares donde no nos conocen y me toca muy seguido decir "Soy el hijo del entrenador" como perico cada unos minutos.
Hubo una competencia importante (no entraré mucho en detalles en ésto) y en ésta gané el primer lugar, por lo que estaban muy felices y orgullosos mis padres, pues fui el mejor en mi categoría y recibí un trofeo.
Tuvimos que esperar a que se acabe la competencia y una vez que eso pase iríamos al hotel a refrescarnos y pedir pizza o algo por el estilo.
En el camino al hotel papá no dejaba de decir lo orgulloso y feliz que estaba de mí, y que no podía creer que su hijo haya superado a tantos en la categoría.
Una vez en el hotel y después ya en la habitación, la cual era muy bonita y lujosa por cierto (JAJAJA, por suerte no nosotros pagamos los hoteles) él se quitó la camisa, se recostó en la cama y se restregó la cara con las manos.
Él tiene un buen cuerpo, aunque no es un "sextoy", para su edad y su trabajo de entrenador tiene un físico más que bueno.
-Estoy molido, sólo quiero cenar y dormir-dijo él.
-Igual yo, pero quiero bañarme- grité desde el clóset sacando mi ropa-.
¿No que querías probar la tina de burbujas?
-Cierto- replicó él.
Yo me desnudé quedándome únicamente en los bóxers, él se paró y me abrazó, fue un abrazo tierno papá-hijo.
Yo le devolví el abrazo.
Él me miró y dijo viéndome a los ojos:
-Estoy muy orgulloso de tí.
-Gracias papá.
Y dicho ésto me besó en la boca! Es algo que nunca había hecho conmigo.
Duró tan solo unos segundos pero me dejaron impactados.
-Perdón, hijo- Dijo asustado de haber arruinado el momento.
-Descuida papá, está bien.
Y me volvió a besar, ésta vez más apasionadamente.
Yo, en ropa interior obvio comencé a tener una erección que pegaba justo en su abdomen.
Él me besó con lengua y yo, inexpertamente le traté de corresponder.
Sus manos bajaron lentamente por mi espalda desnuda hasta mis nalgas, las cuales agarró con suavidad, y recorrió lentamente.
Yo no sé en qué pensaba, jamás me había imaginado eso con mi papá.
Nos separamos, recorrió mi cuerpo con su mirada y sonrió.
-Eso es, campeón.
Vamos, ven.
Él me comenzó a guiar directo al baño donde estaba la tina de burbujas.
Como un experto él comenzó a llenar la tina prendiendo el agua, poniendo las sales, burbujas, jabones y más.
Yo estaba ahí parado, con una erección, muerto de pena y desconcertado viendo como papá preparaba nuestro juego prohibido.
No sabía qué hacer o qué pensar.
Una vez terminó dejó correr el agua, se giró hacia mí y me volvió a besar más apasionadamente.
Sus manos entraron debajo de mi única prenda tocando directamente mis nalgas, luego las puso en mis caderas y rozaba ligeramente mi pubis.
Me besó la cara, pasó al cuello, luego al pecho y abdomen hasta llegar a mi ombligo, donde una línea de vello bajaba hasta perderse dentro de la ropa, él la recorrió con su lengua y agarró el elástico.
Me miró a ver con una cara pícara, juguetona, traviesa y sexy justo antes de bajarlos por completo.
Él observó mi verga peluda, obviamente no imaginé que algo así pasaría, mucho menos siendo virgen aún.
Observó y comenzó a agarrar los huevos justo antes de metérsela a la boca.
La lamió unos segundos y yo gemí de placer.
Me volteó a ver con la misma mirada y yo asentí, como dándole permiso.
Me la chupó unos minutos pero Oh Vaya con lo bien que se sentía, nunca imaginé que él fuera un experto en esto.
Cerró la llave del agua y se quitó el pans que tenía quedando en bóxers.
Un bulto mucho más grande que el mío se marcaba, una tremenda erección que parecía una serpiente.
Una serpiente que esperaba para atacar ésa noche.
Me tocaba a mí, me tocaba chuparla a mí.
Me inqué y mi cara quedó junto al frente de su pene.
Con mi mano pasé sobre el bóxer todo el largo y sentí todo lo que me esperaba.
Él se quitó la prenda y una enorme tranca cayó con unos huevotes impresionantes.
Era notorio que su vello abarcaba mucho más que el mío, pero lo tenía corto, como a uno o dos cm, podría calcular.
Lamí y chupé hasta no poder más y él, deseando más me la metía y sacaba de la boca.
Tenía gran sabor y era caliente.
-Entremos a la tina- dijo después de separarme-.
campeón, tu premio soy yo.
Yo lo agarré y comencé a masturbarlo bajo el agua.
El sonido que hacía el chapoteo me excitó mucho.
Y seguí hasta que él, casi al correrse se zafó de mí.
-Todavía no, campeón.
Se dio vuelta y me miró de nuevo de la forma que sabe hacerlo.
Se puso empinado apoyándose en las bases de la tina.
Yo bajé hasta su culo y comencé a jugar con él.
Era peludo y extraño pero estaba limpio.
Lamí y metí mis dedos hasta tener 3 adentro.
-¿Sólo lo meto y ya?- pregunté.
-Sí, con cuidado.
-¿No necesito condón o algo?
-Sí quieres con saliva y ya.
Intenté meterlo pero se sentía muy extraño.
Muy lentamente sentía cómo sí succionara mi miembro, pero al igual sentí placer.
Podía ver la cara de mi padre.
Presa del dolor y placer, estrujaba su cara como si le doliera y pero respiraba entrecortado y soltaba aire de vez en vez.
Lentamente entraba y sacaba hasta que papá asintió y estuvo dispuesto a ir más rápido.
Rápido.
Rápido.
Rápido.
Agarré su cintura con ambas manos y hacia mis movimientos pélvicos.
De a ratos, cuando me cansaba paraba e iba un poco más lento.
Metí mi pene lo más que pude dentro de su ano y lo dejé ahí unos momentos.
-Tus pelos- Hizo una pausa para reír-.
Me gustan.
Y movió sus caderas como bailando.
-Me.
me vengo!!
Él se salió y rápidamente se arrodilló para meter mi pene a su boca pero fui más rápido y una cantidad descomunal de semen fue a parar directamente a su cara y boca.
Él reía y disfrutaba como loco.
Al igual que yo.
Se limpió y a carcajadas dijo:
-Ya vemos que eres campeón en las dos cosas.
Me besó.
Minutos después, limpios, desnudos y cansados estábamos en la cama.
-Ay papá.
No es justo, no tuviste placer.
-¿Bromeas?- se sorprendió-.
Me vine 3 veces mientras lo hacíamos.
Dos días después, en el avión de camino a casa él fue al baño y minutos después me mandó, por mensaje de texto una foto de él desnudo y erecto.
Él: "Tienes hambre, campeón?"
Yo: "Hummmmm :P, sólo espero a llegar a casa.
"
Él: "Así se habla:D"
Fin.
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