Soy la mujer de mi hijo 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego de la tremenda orgía que habíamos hecho mi hermana, sus hijos, mi hijo y yo, donde todos los chicos se escurrieron en mi cuca ya que si estaba embarazada, no quería saber realmente quien me había preñado, cuando tuviera relaciones sexuales con mi marido, tampoco me cuidaría, ya que sea quien sea el padre de mi hijo, siempre mi marido iba a creer que era suyo
Mi hermana y yo no duchamos, primero ella y luego yo, estábamos en su habitación poniéndonos algo de ropa, y yo la miraba, sus tetas enormes, bastante caídas, su culo de grandes nalgas, y su cuca completamente depilada, "pasamos bien con los chicos, verdad Lidia", me dijo mi hermana, viendo como me tocaba mi cuca mirando su cuerpo, "hay hermanita, que pasa, te gusto?", me dijo, pasando sus manos por mis tetas, que también son grandes y algo caídas, acercando su cara a la mía y dándome un beso en mis labios, ese beso fue como una descarga eléctrica para mi, mi hermana me seguía besando, ahora acariciaba mis tetas y yo las de ella, los besos se hacían mas profundos, nuestras lenguas se buscaban, mi hermana me abraza y me empieza a apretar mis nalgas, yo hacía lo mismo con su culo, hasta que Gerardo, el hijo mayor de mi hermana, abre la puerta de la habitación y nos encuentra así, besándonos, manoseándonos, nosotras lo miramos sin soltarnos, "hay mamá, tía, vengan al salón, así las vemos todos, y después les volvemos a dar verga", nos dijo, y volvió al salón avisando a los otros chicos, que nosotras nos íbamos a hacer el amor delante de ellos, mi hermana y yo nos miramos, y fuimos así tomadas de la mano y completamente desnudas, donde estaban los chicos, también desnudos
Ellos estaba bebiendo cerveza, mirando como mi hermana y yo nos empezamos a besar, a pasar nuestras manos por el cuerpo de la otra, como gemíamos poniéndonos cada vez mas calientes, como nuestros dedos entraban en la cuca de la otra, nuestros gemidos eran cada vez mas fuertes,, mi hermana muy suavemente me hace acostar boca arriba en la alfombra donde momentos antes estábamos cogiendo con los chicos, y me empieza a mamar la cuca, yo retorcía mi cuerpo de placer al sentir la lengua de mi hermana lamer y mamar mi cuca, sentía como me metía los dedos en mi culo, yo me apretaba mis tetas, las acariciaba mientras mi hermana se iba acomodando sobre mi dejando su cuca a la altura de mi boca, que la empecé a mamar como loca, era la primera vez que estaba con una mujer, pero el placer que sentía era inmenso, nunca me imagine disfrutar tanto estando con otra mujer, yo pasaba mi lengua por la cuca de mi hermana, la sentía muy mojada, lamía su ano, que estaba muy abierto, sentía como ella estiraba su cuerpo, y lamía mi ano también
Que placer sentir como mi hermana me mamaba el ojete, escuchábamos a los chicos gemir, pero nosotras estábamos en lo nuestro, mi cara estaba mojada por los jugos de la cuca de mi hermana, sentía el sabor de los jugos de mi hermana en mi boca, mi hermana fue bajando de encima mío, nos íbamos a poner a frotar nuestras cucas, hasta que vimos el espectáculo que estaban haciendo los chicos, mi hijo Esteban estaba sentado en la falda de su primo Matías, que se lo estaba cogiendo, le había metido toda la verga en el culo a mi hijo, y Carlos, mi sobrino mas chico estaba igual, sentado en la falda de su hermano mayor Gerardo, también ensartado en la verga, nosotras lo miramos y eso nos calentó más, nos pusimos cuca con cuca y nos empezamos a frotar, entre los gemidos de los chicos cogiéndose entre ellos y los de mi hermana y los míos, era para volverse locos, a medida que frotábamos nuestras cucas, cada una se acariciaba sus propias tetas, nos fuimos doblando hasta que nuestras bocas quedaron unidas en un beso de lengua, mejor que cuando me lo he dado con otros hombres, era distinto, mas apasionado, mas dulce, mi lengua lamía la cara de mi hermana que estaba mojada de mis jugos y ella lamía la mía, mientras veíamos como Esteban se bajaba de la verga de su primo Matías y se sentaba en la verga de Gerardo, y Carlos, hacía lo mismo en la verga de su hermano Matías, mientras mi hermana y yo nos hacíamos el amor, los chicos mas grandes se cogían a los mas chicos
Era una hermosa locura, estábamos disfrutando todos, jamás imagine que a mi hijo le gustara la verga, como disfrutaba con la verga de su primo cogiendo su ojete, ni que a mi me gustaran las mujeres, era una locura estar con mi hermana, que placer, estábamos locas las dos, yo había perdido la cuenta las veces que me había escurrido, y mi hermana lo mismo, aunque yo notaba que mi hermana no era la primera vez que estaba con una mujer, tenía mucha experiencia, me dirigía muy bien, llegaba a los puntos mas sensibles míos y me decía como llegar a los suyos, mientras mi hermana me chupaba las tetas, veía a mi hijo moverse en círculos sobre la verga de Gerardo, veía su cara de placer siendo cogido por su primo, "chicos, no se escurran, queremos su leche en nuestras bocas", les dijo mi hermana, que era la que llevaba la dirección en todo, Carlos y Esteban, que eran los que estaban siendo cogidos, tenían sus vergas duras de placer, "si mamá, pero apuren que ya casi no aguantamos", dijo Gerardo, haciendo que mi hijo suba y baje sobre su verga, abriendo bien el ojete de mi hijo, "ponte de rodillas y abre tu boca", me dijo mi hermana, haciendo ella lo mismo
Estábamos las dos arrodilladas de boca abierta esperando la leche de los chicos, Gerardo baja a mi hijo de su verga y corriendo viene y se escurre en mi boca, "no la tragues todavía", me dijo mi hermana, recibiendo la leche de su hijo Matías en la suya, su otro hijo Carlos, se hacía la paja frente a su madre y mi hijo hacía lo mismo frente a mi, que estábamos las dos esperando sus leches también, hasta que Carlos se empieza a escurrir dentro de la boca de su madre, yo acariciaba los huevos de mi hijo, hasta que me metió su verga en mi boca y se escurría también él, llenando por completo mi boca de leche, así mi hermana y yo teníamos las bocas llenas de leche, abiertas, mostrando a nuestros chicos la cantidad de leche que teníamos, y sin hacer ningún gesto cerramos las bocas y nos tragamos toda esa cantidad de leche
Nos lamimos los labios la una a la otra y con nuestras bocas limpiamos las vergas de los chicos, que la verdad estábamos tan satisfechos, tan cansados, que terminamos todos tirados en la alfombra, relajados, felices, sabiendo que esto lo íbamos a hacer siempre que quisiésemos, que ya no era la mujer de mi hijo solo, era la mujer de mis sobrinos también, al igual que mi hermana, era también la mujer de mi hijo, y mi hijo, y su primo iban a ser las mujeres de los chicos mas grandes, me había dado mucho morbo, ver como cogían a mi hijo, como disfrutaba teniendo una verga dentro de su culo, y yo haber tenido sexo con mi hermana, sabíamos que siempre que no estuviera mi esposo, íbamos a estar así, juntos, que íbamos a seguir con nuestra depravación, pero ya es tarde para volver atrás.
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