Soy Maruja, y mi sobrino me hizo volver a ser mujer 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego que Alberto mi sobrino me había llenado el culo de leche, haciendo que disfrute como jamás en mi vida había disfrutado, nos dormimos así, abrazados, desnudos, yo con mi coño y mi culo llenos de la leche de mi sobrino, no me había querido ir a lavar, quería sentirme así, llena, repleta, colmada de leche joven, sentía como se me escurría del ano y de la vagina, pero no me importaba, simplemente nos abrazamos y nos dormimos.
A la mañana, yo me desperté con muchas ganas de ir al baño, me levanté en silencio y fui, sintiendo no solo como salían mis deposiciones fecales, sino la leche de Alberto, de ese chico de 14 años que me había follado de una forma tan loca como jamás lo hice. Me metí en la ducha pensando que diría él de que su tía, la hermana de su madre se había dejado follar, que había sido su mujer, que había engañado a mi marido, su tío con él, todo eso pensaba mientras me enjabonaba el cuerpo, mientras lavaba mi ano, que si bien como dije lo tengo abierto, ya que con mi marido lo hemos echo muchas veces por atrás, ahora era mi sobrino el que me lo seguía abriendo, no estaba tan abierto como me lo deja mi marido, ya que la diferencia en el grosor de las pollas es superior la de mi marido, la polla de mi sobrino promete ser de buen tamaño, "hola tía, buen día", siento que mi sobrino me saluda sacándome de mis pensamientos, "buenos días cariño, como haz dormido?", le respondí, escuchando como él orinaba, "quieres ducharte conmigo?", le dije, abriendo un poco la mampara y asomando mi cabeza, "vale", me dijo, dándome un beso en los labios y metiéndose en la ducha. "Deja que yo te bañe", le dije, besando sus labios, apretando mis tetas contra su pecho de niño grande y acariciando su polla, que ya se estaba poniendo dura, le empecé a pasar la esponja con gel de baño por todo el cuerpo, mas que bañarlo, lo estaba acariciando todo, cogí la ducha y le empecé a sacar el gel del cuerpo, sin dejar de acariciar su polla y mi sobrino acariciaba mis tetas, tenía la polla dura, hermosa, "que piensas de tu tía?", le dije mientras me iba poniendo de rodillas, metiendo su polla en mi boca, mientras el agua caía sobre nosotros, "eres la mejor tía del mundo", me dijo mientras yo lo había cogido de su culo y hacía que su polla entre y salga de mi boca, yo a mi marido se la he chupado infinidad de veces, pero recuerdo que una sala vez le trague su leche, fue cuando recién nos casamos, pero me dio mucho asco, hasta casi vomito, pero con Alberto, mi sobrino, es distinto, quería que hiciera conmigo lo que él quisiera, quería tragar su leche, me había gustado su sabor cuando anoche le limpie su polla con mi boca, "quieres darle el desayuno a tu tía?", le dije, pasando mi lengua por todo el contorno de la cabeza de su polla, "si tía, haz que me corra en tu boca", me dijo con un hilo de voz y temblando de lo excitado que estaba, yo me metí toda su polla de nuevo en mi boca y se la seguí chupando con mas ganas, hasta que Alberto me coge de la cabeza y dando un fuerte suspiro, siento como empieza a correrse en mi boca, a llenarla con fuertes chorros de leche caliente, cremosa, sentía como sus chorros golpeaban mi garganta, mi paladar, como se deslizaba hacia mi estomago, yo tragaba su leche como si fuera el mejor de los manjares, paladeaba la leche que me quedaba en la lengua, succionaba su polla con fuerza, queriendo sacar hasta la última gota de la leche de mi sobrino, lo tenía cogido de sus nalgas, pasaba mi dedo por su ano para excitarlo mas, el gemía como loco, metiendo su polla en mi boca hasta mi garganta, limpié su polla con mi lengua, sacando hasta la última gota de leche de Alberto, había metido la primer falange de mi dedo en su ano, el me tenía cogida de la cabeza, "haaaaa tía, me gusta tu dedo en mi culo, sigue metiendo el dedo", me dijo, sacando un poco su culo hacia fuera, yo hice un poco de fuerza y le metía todo el dedo dentro de su culo, no podía creer lo que mi sobrino disfrutaba con mi dedo. Salimos de la ducha, nos secamos, él a mi y yo a él, y así los dos desnudos nos fuimos a la cocina a preparar el desayuno, yo sentía el sabor de su leche en mi boca, él me metía mano en todo el cuerpo, "tía, me vas a dejar seguir follándote?, me dijo, apretando mis nalgas, "siempre que quieras", le dije, dejando que mi sobrino me manosee a su gusto, "te gustó que te haya metido el dedo en el culo?", le dije, abriendo mis piernas para que mi sobrino me meta sus dedos en mi coño, que volvía a estar mojado, "si tía, fue una sensación rara, pero agradable", me dijo, metiendo dos de sus dedos en mi coño, haciendo que suspire de placer al sentir como me entraban, "ahora cuando volvamos a la cama, si quieres jugamos con tu culete", le dije abriendo mas mis piernas y sacando mi culo un poco hacia fuera para que Alberto mueva sus dedos mas cómodo dentro de mi coño, "si tía, vamos ahora", me dijo sacando sus dedo empapados de mis jugos vaginales, yo le cogí la mano y se los limpie con mi boca. Nos cogimos de las manos, como si fuésemos dos novios y nos fuimos a la habitación, donde yo duermo con mi marido y desde anoche era la cama donde estaba con mi joven amante, mi sobrino, donde le estaba poniendo los cuernos a mi esposo. Entre besos y caricias nos metimos nuevamente en la cama, nos acariciábamos todo el cuerpo, baje hasta su polla, volviendo a meterla en mi boca, no me canso nunca de chuparla, haciendo que mi sobrino gima de placer, lentamente lo fui poniendo boca abajo, dejando su culo para arriba
Le abro sus nalgas y le veo su ano, pequeño, apretado, sin poder resistir, empecé a pasar mi lengua por ahí, le lamía el ojete a mi sobrino, haciendo que casi grite de placer, se lo humedecía con mi saliva, le empecé a lamer su espalda mientras le metía el dedo dentro de su ojete, lo movía, "si tía, sigue así, como me gusta", me decía mi sobrino levantando mas su culo, empecé a meter otro dedo, despacio, lo sentía gemir, pidiendo que le meta mas adentro mis dedos, "quieres que traiga algunos juguetes?", le dije moviendo mis dos dedos dentro de su culo, "si tía, lo que quieras", me dijo, yo quité mis dedos de su ojete y me los metí en la boca, estaba muy cachonda, mi coño estaba tan mojado que mis jugos se salían, fui a mi armario, donde tengo una caja cerrada y cogí dos consoladores que uso cuando mi marido no cumple conmigo, uno que parece una polla y otro que es largo y flexible con dos cabezas que uso para meterlos en mi coño y en mi culo al mismo tiempo, Alberto me esperaba con su culo para arriba, le volvía a abrir sus nalgas y seguí lamiendo su ano, que había quedado un poco abierto por los dedos que le había metido, lo hice poner boca arriba, que levante bien sus piernas y le empecé a chupar su polla mientras tras lubricar bien el consolador simple, se lo empecé a meter en el culo, "haaaaa, que me haces tía?", me dijo, a medida que el consolador le entraba en su culo, "te estoy enseñando a jugar", le dije moviendo el consolador en su culo, y chupando su polla, "te gusta?", le decía, "si tía, me gusta, sigue", me dijo sin bajar sus piernas, dejando que le rompa yo su culo con mi consolador, le saco el consolador del culo, viendo lo abierto que le había quedado su ano, con algunas manchas de sangre, le empecé a pasar mi lengua limpiándolo bien, escuchando como mi sobrino gemía de placer, cogiendo el otro consolador largo se lo muestro, "quieres que te meta este ahora en tu culo, y yo me meto la otra punta en mi culo, y así hasta que quedemos culo con culo", le dije, metiendo la punta del consolador en mi boca chupando como si fuera una polla, viendo la cara de mi sobrino al verme hacer eso, estaba tan cachonda, tan salida, que creo que si hubiera entrado en ese momento mi marido, le hubiera pedido que me follen los dos.
Cogí lubricante, pasando bastante por el ojete de mi sobrino, lo notaba abierto, le metí bastante lubricante dentro, lubriqué mi ojete también, le acomodé una de las puntas en su ojete y la hice entrar, escuchando como mi sobrinos se quejaba de dolor y de placer al mismo tiempo, yo me puse en cuatro patas detrás de él y me acomodé la otra punta en mi ojete y así fuimos yendo para atrás, haciendo que el consolador se baya metiendo en nuestros respectivos ojetes, hasta quedar con nuestras nalgas pegadas, "tía, que puta eres, como me haces gozar", me decía mi sobrino, moviendo y restregando sus nalgas contra las mías, "te gusta como follas con tu tía", le dije, moviendo y restregando también mis nalgas contra las suya, mis dedos entraban y salían de mi coño con una fuerza de locos, estaba tan caliente, no recuerdo haber estado así de caliente, "Alberto, quita la punta que tienes dentro de tu culo, y mete tu polla en mi coño, quiero sentir como si me estuvieran follando dos polla juntas", le dije, cogiendo parte del consolador que estaba en mi culo, para que no se salga cuando mi sobrino saque de su culo la otra punta, mi sobrino se quita la parte que tenía en su culo, se coloca detrás mio, y siento como me empieza a meter su polla en mi coño, yo casi grito de placer, era la primera vez que sentía mi consolador y una polla juntas, follándome, había metido si ese mismo consolador dentro de mi culo y dentro de mi coño al mismo tiempo, pero una polla llenando mi coño, y el consolador llenando mi ojete
Nunca me atreví a pedirle a mi marido de hacer esto, que placer sentir la polla de mi sobrino entrar y salir de mi coño, con el consolador llenando mi ojete, sentir como se rozaban dentro mio las dos pollas que tenía, una de juguete y la otra verdadera, por dios, como estaba gozando, "Alberto, llena el coño de leche de tu tía, por favor, dale a tu tía esa lechita caliente que tienes, dame toda tu leche que me corro", le gritaba yo, corriéndome como una loca, con el consolador metido en mi ojete y la polla de mi sobrino follando mi coño, hasta que siento como mi sobrino Alberto, me mete su polla lo mas adentro de mi coño que pudo y comencé a sentir su leche caliente llenando mis entrañas, gritaba de placer aplastando mi cara contra el colchón para que nadie sienta mis gritos, "así, llena bien el coño de tu tía con esa deliciosa leche que tiene mi sobrino preferido", le gritaba, amortiguando los gritos contra el colchón, sentía los chorros de leche salir de su polla y llenar mi coño, yo estaba en un frenesí de orgasmos como jamás los había tenido
Alberto empezó a meter y sacar su polla de mi coño, haciendo que su leche y mis jugos vaginales, se me salgan del coño, manchando las sábanas, yo ponía mi mano para que caigan en ella y pasaba mi lengua, lamiendo lo que de mi coño salía, "hay sobrino, como haces gozar a tu tía, que bien me has follado", le decía, temblando los dos de placer, su polla seguía dentro de mi coño, y el consolador dentro de mi ojete, "quiero que me folles siempre que quieras, ya no quiero ser tu tía, quiero ser tu mujer", le decía moviendo mi cuerpo para adelante y para atrás, haciendo que su polla entre y salga de mi coño, lentamente me fui sacando el consolador de mi ojete, "guau tía, que abierto te ha quedado el ano", me dijo Alberto, "si sobrino, ese ano es tuyo todas las veces que quieras, o mi boca, o mi coño, por donde quieras follarme, quiero ser tu puta, hasta que te aburras de mi, quiero que me folles siempre que quieras, pero por favor, no digas a nadie de esto", le decía sin dejar de mover aunque ya estaba satisfecha y sentía que la polla de mi sobrino se estaba poniendo flácida, no podía dejar de mover mi cuerpo haciendo que entre y salga su polla de dentro de mi coño.
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