SOY UN BUEN PADRE (Cap. 1)

Empecé a hacer cosas sin sentido, preparaba café, pero a la vez había sacado una lata de cerveza de la heladera, de pronto vi que tenía dos cigarrillos encendidos en dos ceniceros distintos, respiré hondo, me apoyé en la mesada de la cocina, sacudí con fuerza mi cabeza y dije en vos alta “¡Soy un bu.
Ella se había puesto unos shorts de lycra, tenía la misma remera, estaba apoyada en el marco de la puerta y me dijo divertida “Nadie lo duda papito”
Se acercó, me puso de frente, cruzó sus brazos por mi cintura, apoyo su cabeza en mi pecho, algo muy normal, pero su cintura se movió de un costado al otro repetidamente. Mi erección que habia prácticamente desaparecido tuvo en ese momento su punto máximo, ella me estaba refregando su pubis contra mi pene que estaba incómodamente ubicado hacia abajo haciendo fuerza para quedar para arriba.

Por momentos empujaba hacia adelante, aflojaba y volvía a empujar, yo me dejé hacer, ¡era una combinación de muchas cosas.!

Sentir su rosto en mi pecho, sus manos entrelazadas en mi espalda, su perfume y ese roce erótico que me daba una sensación de placer indescriptible.
Estuvimos así unos cuantos minutos, levantó su cabecita y me miró directamente a la cara

Luego miro fijo mi boca, miraba mis labios, si hubiéramos seguido segundos más, nos hubiéramos besado.
La agarré suavemente de sus caderas, recien entonces dejó de moverse, y la fui alejando lentamente, no sin antes tirar para mí con fuerza, quería sentir su papo contra mi verga…
Ya se me ocurrían palabras sin delicadeza, ya era morbo aun en los términos que utilizaba mi mente.

Ella se separó, acomodo su hermoso pelo “largo hasta pasar su cola” y miró alrededor, mientras giraba la mirada dijo: “O calentás el café o saca otra lata del refrigerador, pero algo convídame” y rio, su vista panorámica quedo detenida en mi erección.
Creí que por la hora y la temperatura lo mejor era brindar con un par de birras….

Caminé con algo de dificultad, así que cuando ella quedo a mis espaldas, metí rápidamente la mano en mis calzoncillos y tire mi pija para arriba porque se me estaba doblando y me dolía, cuando retire la mano la tenía llena de precum.
Yo soy medio degeneradito con las chicas con las que salgo, o sea siempre trato de cumplir alguna fantasía, pero esta era mi hija de sangre, la cosa era distinta.

Tomé una lata con la izquierda apropósito y la abrí con la derecha que estaba con bastante “baba de mi poronga” y raspé la palma sobre el borde, dejando una buena cantidad cerca del orificio.

Le di esa lata a Nancy, agarre otra, pero antes de abrirla me lamí la palma de mi mano.

Ella tomo más de un cuarto de lata de un sorbo, tenía sed y no sé si se dio cuenta que estaba tomando algo de mi líquido.

Tenía deseos locos de masturbarme, me quería sacar esa enfermiza calentura.

Pero la mente te juega malas pasadas, así que mientras tomábamos y caminábamos por la cocina le pregunté “¿Tuviste muchas relaciones?”   “¿a qué tipo de relaciones te referís?” preguntó.

Dudé mi respuesta, no encontraba las palabras, así que dejé la lata y metí el dedo índice de la derecha en un círculo que hice con el pulgar y el índice de la izquierda.

“¡Ha! Penetraciones decís vos” “y…tuve, no muchas, además no sos muy específico”

“Por la vagina, empecé a los once, fue con un novio de mamá, desde ese entonces que prácticamente no nos hablamos, habré tenido una docena de esas más o menos”

Tomó otro sorbo de cerveza, miro mi pantalón que parecía tener una lata de cerveza debajo del cierre.

“Por la cola dos veces y todabia sigo siendo media virgen, porque nunca lo pude hacer del todo por dolor” …a mí se me caía la baba mientras escuchaba, baba de la boca y sentía que también del pito.

Se acercó y puso su rostro frene a mi cara y dijo entonces: “Si te referís por la boca podría asegurarte que fueron más de cien” dicho esto hizo un giro y se alejó.

¡Que culo mi Dios! Se hizo un largo silencio, dejó la lata vacía y me preguntó: “¿te desilusione papito?”

Carraspeé y le dije que no me habia desilusionado para nada, mentí diciendo que eso era lo más normal, levanto sus brazos y grito “¡YUPIII!”.

Cuando levantó los brazos pude ver bien sus tetas, eran súper redonditas y no pequeñas, no necesita sostén, estaban paraditas…era muy obvio que me quedé viéndolas, así que le pregunte ya degeneradamente, señalando sus pechos: “¿Te las han chupado muchas veces?”
respondio entre risas “¡Hay papá, lo único que falta que me preguntes es cuantas vaginas he chupado!”
En voz baja dije que me hubiera gustado saber, ella dijo: “a mí también” y nos reímos un largo rato.

Mi calentura había pasado de ser un cargo de conciencia a una calentura normal y con expectativas extrañas, quería que me hablara de sus relaciones, eso me cachondeaba, pero verla también.

“! ¡Bien!”  Dijo golpeándose los costados, como poniendo fin a la conversación “me voy a bañar”
Se fue a su habitación y volvió enseguida con su ropa.

Yo me había quedado inmóvil, abstraído en mi pensamiento. Se me estaba bajando la pija, pero sentía que tenía un pantano hasta mis bolas.

Pasó a mi lado hacia el baño hizo un saludito simpático con la manito y se fue a bañar.

Busque unos calzoncillos limpios y pude ver que hasta mi pantalón tenía manchas así que también agarre uno, me fui al lavadero, me desvestí de la cintura para abajo y me lave con una esponja en el piletón, solo había agua fría, pensé que era mejor para sacarme la calentura.

Me cambié y me vestí, cuando me estaba poniendo el cinturón, escuché a Nancy llamarme desde el baño insistentemente.

“¿Qué pasa mi cielo?”, del otro lado de la puerta me pidió que le alcanzara un toallón rosado del cajón del placar. “hay toallas en el baño” le dije, pero gritó “¡Quiero mi toallon rosa!”
Se lo traje y abrí apenas un poco la puerta del baño, metí la mano con la toalla y le llamé.

“¡Entrá hombre!” Grito del otro lado, yo me repetía para mis adentros “Soy su padre” y entré.