Soy una chupadora
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola.
Publico este relato en incestos porque empecé con mi hermano, pero si hubiera un apartado de felaciones, allí que iría.
Y digo felaciones porque se trata de eso, pero, al elegir “incestos” trataré de las chupaditas que le hacía a mi hermano.
Como comenzó todo: éramos pequeños, o yo era pequeña, unos 10 años, y mi hermano más mayor, 6 años más, o sea, que mientras que yo todavía tenía el cuerpo pequeño, mi hermano ya me parecía a mí que tenía el cuerpo de un adulto.
16 años es un chaval, pero para una niña de 10, me parecía todo un hombretón.
Llegas a una edad donde la desnudez y lo sexual empieza a ser algo gracioso, morboso y erótico.
Ya no jugamos inocentemente a los desnudos entre las niñas y los niños, y las risas inocentes ya no lo son tanto.
En lo que respecta a mi hermano, es verle el culo y reírme y decir tonterías (cuando le pillo cambiándose de ropa en su habitación o en el cuarto de baño).
Le veo el culo, pero me esconde sus genitales y si me pongo pesada, me pega gritos.
Jajaja, lo normal.
Ni insisto ni le doy trascendencia.
Pero una vez, estando él sentado en la taza del WC, veo que no está cerrada la puerta del baño, y entro yo.
Él está inmovilizado y me dice que me vaya…, pero yo me acerco porque está completamente desnudo (se iba a duchar), y vislumbro una mata de pelo en su entrepierna, cosa muy curiosa para mí.
Él se tapa con las manos los genitales que cuelgan en la taza del wáter y que yo no puedo ver aunque estoy encima e intento quitar sus manos para verle “la colita”.
Bufff, resopla mi hermano: “mira, y ahora te vas”.
Se quita las manos, se incorpora un poco, y veo su pene.
Vaya…, ¡qué descubrimiento! Pelos del pubis, cilindro del pene, dos huevos colgando.
Es más de lo que me esperaba.
Como no me iba, en plan de broma, mi hermano toma mi mano y me la lleva a su pene.
Él esperaba que retirara mi mano, pero no la retiro, sino al contrario, agarro su pene.
Supongo que, como él ya notaba excitación en su pene, me dijo si quería que éste creciera.
Yo digo que sí.
El pene empieza a crecer, y se hace un hueco para que suba por encima de la taza del WC.
Vaaaaaya.
Eso sí que es interesante.
Se empieza a bajar el pellejo que cubre el glande, que empieza a aparecer, cada vez más hinchado.
Y, voilá!, un inmenso pene apuntando al cielo aparece ante mí, que me quedo con la boca abierta.
“¿Te ha gustado?”, pregunta mi hermano.
Siiii, digo yo.
“Pues vete ya, que me tengo que duchar”, me responde.
Como mi hermano se queda con la copla de que me ha gustado ver su pene, esa noche me lo recuerda si quiero verlo de nuevo.
Como digo que sí, esperamos a que la noche caiga y toda la familia esté acostada, para ir yo a su habitación y ver su pene de nuevo.
¿Qué sabía yo de los penes masculinos en esos años? Pues que los niños de clase hablaban de hacerse pajas, y se las hacían.
Eran unos guarrillos.
Yo miraba alguna vez en el salón de actos a los niños pajeros, pero sus penes tan pequeñitos eran como dedos meñiques.
Ni comparación con lo que vi yo de mi hermano.
Pero el caso es que sabía que los chicos se masturbaban y, en teoría, se lo pasaban muy bien cuando lo hacían.
De algo así hablamos esa noche, y me propuso mi hermano que se lo hiciera a él.
Pues empecé a pajearle, como él me decía porque nunca había hecho algo parecido, y solo conocía aquello por las pajas que se hacían mis compañeros de clase, las que había visto, en la lejanía…
Yo, teniendo semejante pollón en mi mano, estaba entusiasmada.
Me explicaba mi hermano todo lo relacionado con los genitales masculinos, la polla, los huevos, la leche, etc… Y, esa primera noche, ya vi como disfrutaba (confirmé que es cierto que se lo pasan bien, jajaja), como se excitaba y el culmen, cuando le salía la leche.
Yo también me excitaba, porque me daba morbo.
Ahora cuento cómo se la empecé a chupar: No hacía pajas a mi hermano muy a menudo.
Casi se lo tenía que pedir yo, jajaja.
Bueno, él me lo sugería de vez en cuando.
Pero solo pajas.
Con esa edad yo ya sabía que esas cosas había que guardarlas en secreto.
Jueguecitos de mayores, jeje.
El caso es que, varios meses después, la situación cambia.
Son dos chavales de la misma edad, mi hermano y un amigo suyo.
Pero hay dos niñas en esa situación: yo y mi amiga, que era hermana del amigo de mi hermano.
Estamos en su casa.
Nosotras hacíamos los deberes (éramos de la misma edad), y ellos hacían sus cosas.
Llegado un momento, nos llama a las dos el amigo de mi hermano con sonrisita.
– ¿Así que le has hecho unas pajillas a tu hermano?
Y mira de reojo a su hermana (mi amiga), mientras yo estoy seria porque no me acaba de gustar que ese secreto se sepa.
– ¿Y no le has chupado la polla ni una sola vez?
¿Yoo??? Ni se me había ocurrido.
No.
Sigue hablando el amigo:
– Mira.
Ven Celia (el nombre de mi amiga), vamos a enseñar a (mi) cómo chupar bien
Miro a mi hermano, como no entendiendo, mientras mi amiga (sí, Celia) se afana en hurgar la cremallera del pantalón de su hermano, sacando su polla y empezando a masajearla.
¡Hala!, pienso, pajeándole aquí en público (y al mismo tiempo, pensando que lo que yo hacía a mi hermano era más común de lo que pensaba).
El amigo nos dice a mi hermano y a mi:
– Venga, haz lo mismo a tu hermano.
Miro….
, pasan unos segundos, y como veo a mi amiga ya lanzada con su mano en la polla de su hermano, y como mi hermano no dice que no, pues voy y hago lo mismo.
Encamino mis manos a su bragueta y empiezo a bajar la cremallera.
Está blandita su polla, pero en pocos segundos empiezo a notar que se expande, que se endurece, que crece y se alarga y que se pone a tope en poco tiempo.
Pues ahí estábamos ambas chicas pajeando a nuestros hermanos.
Vaya escena.
Y llega el momento, que lo avisa el amigo con antelación: “Ahora, me chupas como tú ya sabes” le dice a su hermana, y me dice a mi “a ver si haces tú lo mismo a la polla de tu hermano”.
Mmmm, tengo su glande a pocos centímetros de mi cara.
Veo la rajita en ese glande brillante por donde debe salir la leche, todo tan cerca de mi… E imito a mi amiga: saco mi lengua y doy lametones a la cabeza de la polla de mi hermano, y luego introduzco ese glande en mi boca.
Veo a mi hermano como alucinado.
Yo también me excito participando de aquella escena.
Hago lo mismo que mi amiga.
Chup, chup, chup subo y bajo mi cabeza introduciendo el glande y poco más en mi boca.
Ellos se bajan los pantalones para tener más libertad, piernas y culo al aire, huevos flotando y chup chup chup.
Cuando llega la hora de eyacular, avisan antes (primero el amigo).
La cuestión es tragar la leche que alimenta mucho (eso dice él).
Y casi mejor, porque en las pajas que le hacía a mi hermano, siempre salía la leche disparada y luego había que limpiar.
Ya sé cómo olía el semen, pero no su sabor.
Eyacula el amigo y mi amiga traga todo.
Ahora me avisa mi hermano, que mantiene su glande en mi boca y empieza a expulsar leche.
Trago y trago, algo se me cae, y cuando acaba es cuando saboreo los últimos restos de semen (porque los primeros, me los trago y no los saboreo).
¿A qué sabe? Bueno…, no tiene mucho sabor.
Yogur soso.
Le falta azúcar, jajaja.
Me dice el amigo que algún día tengo que probar su semen, a ver si sabe distinto al de mi hermano.
Todo entre risas.
Yo estoy nerviosa, excitada y al mismo tiempo, me gusta todo lo que ha pasado.
A partir de entonces, las pajas que le hago a mi hermano son con chupada y semen tragado al final.
No es que esté todos los días mamando su polla, pero sí de vez en cuando.
Sí…, me excitaba y me daba morbo tomarme el semen (además de haberme creído que era un alimento nutritivo, la leche de hombres).
El amigo de mi hermano vino una vez a mi casa a hacer no sé qué trabajos con mi hermano, y aprovechó para recordar que tenía leche pendiente para darme.
Y así fue: me tomé la leche de los dos.
Crecí alimentada por leche de hombres, y por eso mismo, no le cogí miedo a los penes y al semen…, pero sí esa inseguridad femenina a los embarazos no deseados.
El semen son espermatozoides, por mucha proteína que tengan, si se encuentran con un óvulo, embarazo que empieza.
Lo digo porque en mi vida adulta he tenido muchos encuentros sexuales, pero el 99 % han sido felaciones.
Con novietes, con rollos de una noche, con amigos, etc.
Lo dejaba bien claro, incluso con hombres que no pensaban follar conmigo esa noche, se lo explicaba bien.
Yo chupo todo lo chupable: me bebo todo lo bebible…, pero follar no.
Con un noviete llegué a follar (mi primera vez) porque yo quise (estaba muy caliente, y me dio morbo hacer sexo en medio del parque….
, a las 5 de la madrugada).
Pero, lo normal es que le pajeara y le mamara la polla hasta correrse.
Y eso con muchos hombres.
Les vaciaba antes de que se lo pensaran, en el parque, en el coche, en la calle.
Me encanta ver su polla enhiesta solo porque se la miro y se la chupo.
Me encanta tenerles dominados, con los pantalones en los tobillos, completamente inertes, totalmente a mi merced.
Me da mucho morbo.
Y luego, a beber leche.
Nada de correrse en mi cara, como algún estúpido quería hacer.
¡Qué es eso de desperdiciar leche!, con lo cara que está, jajajaja.
Mi ración de biberón lácteo humano la necesitaba.
Y en estos tiempos, si hay algún rollete de una noche que parece que va a ir a más, le planteo mi proposición: irnos a cualquier sitio, sacar la polla y metérmela en la boca hasta que se corran.
Como fin de fiesta nocturna lo habré hecho muchas veces.
No tengo el miedo de un folleteo donde estén los riesgos que una mujer teme, pero al chico lo mantengo contento.
Me he especializado en eso.
Publico este relato como anónima, porque si me hubiera registrado, seguro que muchos me mandarían proposiciones de biberón lechero con patas, jeje.
Quizá me registre algún día (lo intenté hace un tiempo, pero no pude entonces)
Aunque no tenga tu nombre la propuesta está echa quisiera que me sacarás la leche… ja ja ja
Saludos
Me he sentido muy representada, pues a mi me pasó casi lo mismo. De descubrir de pequeña como la chica del relato, y terminar probando la leche de mi hermano. Sí, toda la parte primera me siento como si fuera yo quien lo escribiera. Y me gusta el relato. Un 10 le doy
¿Cómo se puede poner en favoritos algunos relatos? Este, concretamente. No encuentro botón de favoritos o un corazoncito o un like… Y es que, he llegado a este relato por casualidad, siguiendo los relatos del usuario sexosintabues, pero, a saber como encuentro este relato despues
Lo encuentras en el buscador por el nombre del relato.
Hola cariño. Por desgracia de momento no hay cómo guardar y yo luego para pajearme copio el relato en word junto al enlace y así me queda.
Besos.
Excelente relato, me recuerdas a una amiga, como tú, su pasión el oral y tomar leche; por años lo hicimos, desde que estábamos en la secundaria.
Saludos