Soy una mujer incestuosa y bisexual Capítulo I..
El comienzo. Derribando tabúes..
A los seis años de edad sentí el primer cosquilleo ahí, en la zona más erógena por excelencia de la mujer, ahí donde explotamos de placer, si bien todo nuestro cuerpo y nuestro ser es erógeno y sensible a la recepción de todos los placeres, es nuestra vagina el punto culminante.
Ese cosquilleo inicial, placentero pero sin llegar al orgasmo despertó mi curiosidad y mi sexualidad aunque en ese momento no comprendiera absolutamente nada, ni el como ni el por qué de ese algo que me gustó tanto.
Sucedió jugando inocentemente con mi padre. Sin niguna intención ni provocación de su parte. Lejos de eso. Por supuesto en mi inocencia no podia expresar lo que sentí ni manifestarlo de ninguna forma porque no lo entendía. Y en la inocencia de mi padre que nunca advirtió lo que me pasaba hasta mucho después cuando yo fui por más a buscarlo y con el tiempo a provocarlo. Sí, fui yo quien fue a provocar sexualmente a mi padre. Y con el paso de los años, descaradamente.
Durante unos meses los juegos siguieron como habitualmente. Pero en cada uno ellos iba descubriendo que eso que tanto me gustaba se producia en ese contacto fisico con mi papá con lo cual fui intensificando ese contacto, buscando más asiduamente el jugar con papi.
Gradualmente todo fue saliendo de la normalidad hasta que un dia mi padre advirtió todo ante mi negativa a dejar el juego y mis ostensibles movimientos en el roce que ya no era juego ni inocente. Literalmente estaba fregando mi concha contra su pierna. Me gustaba mucho y queria mas.
Su reacción fue el rechazo total hacia mi y cualquier contacto. Casi dejó de hablarme y comenzó a tratarme mal, a estar siempre enojado. Y yo sin entender nada, sin saber que habia hecho mal para ganarme ese odio repentino y tan dramático para mí. Lo amaba con todo mi ser.
Mi vida de niña feliz y querida se esfumó por completo en un instante. Soy hija única, no tenía el refugio afectivo de hermanos. Tampoco podía contar con mi pobre madre que despues de mi nacimiento comenzó a sufrir trastornos psicológicos que fueron en aumento con los años. Poco a poco se fue convirtiendo en un objeto más de la casa, recluída en si misma, en su propio mundo, alejada de lo real y practicamente sin comunicación ni muestras de afecto.
Mi vida cambió drásticamente. La tristeza y la infelicidad me convirtieron tempranamente en una rebelde sin causa. Me transformé en un pequeño monstruo, mala alumna y mala amiga. Desprecié violentamente todo lo que antes estaba bien y me llené de odio.
Toda esa infelicidad transformada en odio y rebeldía por no comprender nada me llevaron por un camino que una niña de seis años no debe transitar. Empecé a refugiarme y a buscar las respuestas que necesitaba en chicos y chicas mucho más grandes de edad. También en personas mayores. Era una paria buscando desesperadamente lo que ya no tenía: afecto, comprensión y entender que habia pasado.
Ese mal camino o por lo menos anormal para esa edad me hicieron crecer de golpe. Y a los golpes también fui encontrando las respuesta y comprendiendo todo. Muchos intentaron abusarse de mi curiosidad y precocidad sobre temas sexuales. También tuve el carácter y la fortaleza anormales para rechazarlos firmemente. En el transcurso de un año también aprendí que quería y que no quería para mí.
Comprendí la reacción de mi papá. Entendí que no me odiaba sino que me amaba. Quizás más de lo que él imaginaba, quizás tampoco de la manera que nunca se hubiera imaginado.
Cambié la actitud e intenté volver a ser la de antes. Pero ya no lo era ni lo sería. Poco a poco fui intentando el acercamiento. Fui por él, dispuesta a hacer todo lo necesario para derribar esa barrera de culpa entre nosotros.
Iba a recuperar nuestro amor unico a cualquier precio.
Pronto sabrán cómo.
excelente relato malau espero saber de ti pronto en telegram. un saludo de parte d edu 😉