Sueño cumplido con papá – Parte 1
Soy gay y desde que tengo memoria he deseado sexualmente a mi padre, siempre fue mi mayor sueño tener algo con él, y cuál sería mi sorpresa cuando mi sueño se cumplió y llegó más allá de lo que yo había imaginado..
Lo que voy a contar nunca lo he compartido con nadie, pero pienso que es un buen momento para contar mi historia y recordar las cosas que pasaron en mi juventud, para disfrutarlas yo en mi memoria y que las disfruten ustedes leyendo.
Siempre fui muy precoz desde pequeño, aprendí a leer bastante rápido y era muy bueno en matemáticas, pero mi verdadera precocidad fue con mi despertar sexual; desde muy pronto descubrí la masturbación, tendría unos siete u ocho años cuando lo hice por primera vez y desde entonces se convirtió en un hábito que incluso hoy no he podido dejar. Junto con mis primeras pajas me di cuenta de que me gustaban los hombres y si eran mayores, mucho mejor, por eso no fue raro que desarrollara una fuerte atracción por mi padre. El tenía cuarenta años y yo once.
Papá era un hombre muy atractivo, era muy alto, blanco y bastante atlético pues hacía ejercicio frecuentemente. A mi me gustaba imaginar como sería su cuerpo desnudo y su pene, pues nunca lo había visto más que en calzoncillos por casa. En mis pajas pensaba en como se vería y se sentiría su cuerpo, y la sola idea hacía que me viniera a chorros.
También imaginaba como sería si el supiera que lo deseaba y me preguntaba cómo se comportaría conmigo, así que ideé un plan para tratar de incentivar a que ocurriera algo. Esta por demás decir que era un plan muy arriesgado. Todos los domingos pasábamos el día solos él y yo en casa pues mamá trabajaba hasta tarde, yo pasaba el día haciendo tareas y papá dormía o veía televisión en el sofá. Un domingo decidí que era el momento para dar el primer paso y mientras papá dormía decidí bañarme, intencionalmente dejé la puerta abierta con la esperanza de que el llegara, pero no ocurrió. Al salir de la ducha cubrí mi cuerpo preadolescente con una toalla enrollada en la cintura y salí hacia mi habitación, mi plan era quitarme la toalla cuando estuviera frente a mi papá para ver su reacción. Así lo hice, al pasar por la sala fingí que la toalla se me caía y quedé con toda mi desnudez frente a papá, el me miró tranquilo y sonrió, y eso fue todo, yo recogí la toalla lleno de excitación y seguí hacia mi cuarto; mi pequeña verga estaba dura como poste y tuve que hacerme una paja inmediatamente, ¡mi padre me había visto desnudo!
Durante toda la semana no pude pensar en otra cosa, no se cuantas veces me masturbé recordando lo sucedido y comencé a planear hacerlo nuevamente al siguiente domingo.
Cuando llegó el día, seguí de nuevo con mi plan, pero esta vez quería ir más lejos. En cuanto mamá se fue y quedamos papá y yo solos me metí en la ducha, al salir pasé por la sala y repetí la mímica de la toalla fingiendo que se me caía, cuando me agaché a recogerla lo hice muy lentamente y me incliné de modo que papá viera mi nalgas blancas y suaves. Mientras me colocaba la toalla de nuevo papá me miró y dijo: “vaya no me había percatado de lo grande que estás, hay que ver a un chico desnudo para ver cuanto ha crecido”, yo sonreí sin saber que decir y sin saber como comportarme. Después de unos segundos solo pude balbucear: “pero no estoy tan grande como tu, especialmente en ciertas partes”. Papá notó que me sonrojé y soltó una carcajada a la que yo me uní tímidamente. Me pidió que me sentara a su lado, le dije “espera me visto” pero el dijo que no me preocupara por eso, que así estaba bien y que solo quería pasar un rato conmigo, así que obedecí.
Luego un silencio que me pareció eterno papá me preguntó si ya tenía novia, yo le dije que no; me preguntó si había tenido sexo a lo que también contesté que no. Para ese momento yo estaba teniendo una erección inmensa y solo tenía la toalla para cubrirme, pero era tan evidente que papá dijo “vaya, veo que está bastante animado ahí abajo”, yo no supe que decir y el puso su mano en mi rodilla para calmarme. Me dijo que era algo normal y que a todos lo hombres nos pasa. Yo seguía duro como una roca. Papá movió la mano hacia arriba por mi pierna y lentamente comenzó a correr la toalla para dejar descubierta mi suave piel blanca, “te estás convirtiendo en un jovencito muy guapo y por lo que puedo ver estás bien dotado también, eso me llena de orgullo”. Yo temblaba de nervios. Me preguntó si estaba incómodo a lo que respondí que no, me dijo entonces que por qué no me quitaba la toalla y le permitía observar el cuerpo de su hijo. Yo estaba alucinando ¡papá me pedía que me desnudara, el mayor sueño de mi vida se hacía realidad!
Lentamente dejé caer la delgada tela que me cubría y mi cuerpo blanco, suave y sin un solo vello quedó al descubierto. Papá sonrió y poniendo su mano alrededor de mi cintura dijo que le gustaba mucho mi cuerpo. En ese momento noté que en sus shorts crecía una erección, él me descubrió mirando su entrepierna y me preguntó si quería ver su pene, yo feliz respondí que sí y el dijo: “si te portas bien hoy prometo enseñártelo la próxima vez. Hoy quiero disfrutar viéndote yo a ti”. Después de esto pasó su mano suavemente por mi pecho y bajó hasta un poco después del ombligo, luego repitió la acción pero esta vez desde las piernas hacia arriba. “Tienes un cuerpo tan bello, hijo”, dijo mientras acariciaba mis muslos. Yo estaba excitadísimo, no podía creer lo que estaba pasando y mi erección era tan grande que de mi pene comenzó a gotear un montón de precum, cuando papá lo notó recogió una gota con el dedo y lo puso en mis labios, yo estaba a mil y aún hoy me cuesta creer lo que siguió: ¡papá me besó con mi propio precum en los labios!
Mientras me besaba llevó sus manos a mis nalgas y comenzó a acariciarlas suavemente, formando pequeños círculos con los dedos. Yo sentía ese par de manos enormes en mi cuerpo mientras él metía su lengua en mi boca; yo no me imaginaba que un beso fuera así, pero disfrutaba cada movimiento y cada sensación que me generaba mi padre.
Así estuvimos un rato hasta que él me pidió que me sentara en sus piernas, yo seguía muy nervioso pero obedecí en el acto, con mi pierna podía sentir su erección bajo el short y el seguía acariciando todo mi cuerpo desde la punta de los pies hasta la cabeza, era demasiado excitante estar así, completamente desnudo, sentado sobre las piernas de papá completamente vestido. Papá me besaba apasionadamente y yo sentía sus manos por todo mi cuerpo, hasta que en algún momento sentí que su mano se acercaba lentamente a mi pene, la dejó quieta por un instante y luego acarició mis testículos con sus dedos; yo no resistí más y de mi pene salieron disparados tres chorros de semen. Dios, que sensación tan maravillosa.
De mis labios se escaparon sin querer las palabras “te amo papá” y el respondió con otro beso y diciendo “yo te amo a ti y ya verás cómo te lo voy a demostrar”.
Así estuvimos toda la tarde, solos en casa hasta que mamá llegó. Este fue solo el comienzo de lo que vendría después. Ya vendrán otros capítulos sobre lo maravillosa que fue la relación con papá.
vAMOS SIGUE CONTANDO MAS AMIGO BUEN RELATO SALUDOS.. 🙂 😉 🙂 😉
Que rico relato espero pronto la continuación
Ufff ya hubiese querido algo asi con mi padre. De niño/adolescente siempre fantaseaba con esto, sobre todo con sus besos. Debe ser un momento magico y de pura conexion sentir la lengua de tu padre en tu propia boca
si, amigo. Es de las cosas más excitantes que hay.
Pronto subiré la segunda parte.
Como me hubiera gustado tener esto… Habria sido el más feliz del mundo