Tamara 4
Vacaciones inolvidables. .
Después que el avión se perdió entre las nubes, volví al departamento. Lo encontré vacío, me acosté en la cama y pensaba en ella.
Esa noche no podía dormir, al otro día tenia que trabajar, pero no conciliaba el sueño, la imagen de ella, su calor y su olor estaban impregnados en la cama.
Me levanté y me serví un whisky, pensando en ella me serví otro trago.
En la cama me daba vueltas, la erección no bajaba, comencé a masturbarme pensando en ella. Finalmente terminé de masturbarme en el baño, me lavé, sequé y me acosté quedándome dormido.
Los primeros días eran la solución para dormir, whisky y masticación. No puede ser que me pase ésto, es mi hija y cada vez que pienso en ella tengo una erección.
A medida que pasaban las semanas, el problema iba disminuyendo poco a poco.
Tenía que cambiar de departamento, la próxima que ella venga tengo que tener un departamento con dos dormitorios. No puedo seguir durmiendo con ella porque lo que va a pasar es inevitable.
Conversando con un colega en la empresa, le conté que deseaba tener un departamento con dos dormitorios.
Justamente para fin de año se estaría terminando un edificio.
Tuve a oportunidad de escoger la orientación y el piso, lo dejé reservado. Dos meses antes me entregaron el departamento, me cambié y dejé arrendado el otro.
Era chico pero ideal para un persona sola y está bien ubicado.
La llamé por teléfono, le deseé una feliz navidad y le conté que tendría dos semanas de vacaciones a mediados de enero.
Ella estaba feliz, incluso me dijo que quería venir antes. Le dije que no podía porque tenía mucho trabajo y ella iba a estar sola. No le gustó pero en fin.
Fui a buscarla al aeropuerto, ahora con 15 años estaba preciosa, se me abalanzó a los brazos y me besó en la mejilla, algo cuneteado, es decir mitad mejilla mitad labio.
Tomé su maleta con ruedas y nos dirigimos al estacionamiento. Le abrí la puerta del copiloto y después puse la maleta en el maletero, me subí al auto y antes de darle partida al motor, tomó mi cara y me besó en la boca.
– Te tengo una sorpresa – me dijo feliz.
– Yo también te tengo una sorpresa – le dije.
– Cuál? –
– En el departamento te lo digo –
– Pero qué cosa es? –
– Entonces no sería sorpresa –
– Llegamos al edificio, entre al estacionamiento nivel -2.
– Este es otro edificio? – preguntó porque notó la diferencia en los estacionamientos.
Subimos en el ascensor, piso 27, el 2 y el 7 son mis números preferidos.
Entramos al departamento y nos sacamos los zapatos.
El living y el comedor tenían pisos de madera y encima alfombras por todos lados porque me gusta andar a pie desnudo.
– Oh, que lindo – dijo mirando todo.
– Esta es mi sorpresa –
Esta es la cocina – con piso de cerámica, enteramente amoblado y con un lavadero después de una puerta.
Entre el living y el comedor comenzaba el pasillo alfombrado. A la derecha un dormitorio amoblado con un gran clóset.
– Éste es tú dormitorio – le indiqué.
– No voy a dormir contigo? – me preguntó.
– No, tu sabes que no podemos ni debemos dormir juntos – bajó la cabeza con tristeza.
La puerta de enfrente era el baño.
– Este es tú baño, como puedes ver es un baño completo –
Al final de pasillo estaba la puerta del dormitorio principal.
– Éste es mi dormitorio, la cama es King y el televisor es de 62 pulgadas –
– Oh, que grande que es, ése es el baño? –
– Si, pasa, la tina tiene unos chorros de agua en los costados , se llama Jacuzzi –
– Esta otra puerta es el clóset –
– Una pieza para el clóset? –
– Si, se llama walkingcloset –
A pesar de ser un departamento con dos dormitorios, tenía 140 metros cuadrados, incluyendo la logia y la terraza.
– Te ayudo a desempacar? – le pregunté con la intención de que se empoderara de su dormitorio.
– Quiero una ducha, te vas a duchar conmigo? – mi corazón me dió un vuelco, era lo que me temía.
Comenzó a desnudarse y me pidió que la ayudara.
Estaba preciosa desnuda, no parecía de 15 años salvo por su carita, una hermosa mujer.
– Ya, ahora tú – comenzando a desabrochar mi pantalón. Me saqué la polera mientras ella bajaba mis pantalones. Parecía que todo lo que había hecho, todo lo que me costó el departamento con dos dormitorios, no serviría de nada. Después de mover mi erección de arriba abajo, lo metió en su boca y succionó.
– Qué rico, no sabes cuanto lo eché de menos – no quise decir lo mismo por no incentivar el deseo.
– Vamos a la ducha – dije sacando mi miembro de su boca.
En la ducha fue como siempre, una serie de masajes con jabón. Ella después de lavar mi miembro, comenzo a pasarlo por su clitoris.
– Espera, es mejor que vamos a la cama – con la intención de dilatar lo evidente, mientras pensaba qué otra cosa hacer.
Después de secarnos la llevé a la cama, me acosté a su lado para conversar.
– Cómo está tu mamá? –
– Feliz, ella también salió con vacaciones y yo era un estorbo para ella y su novio. Aunque no para su novio, él estaba feliz de saber que iría con » sus » dos mujeres de vacaciones –
– Todavía anda desnudo en la casa ? – le pregunté.
– Sí, cada vez que mi mamá no está me muestra su erección –
– Y tú, que le dices? –
– Nada, que le voy a decir? No voy a dialogar con él en esas condiciones –
– si, tienes razón, y lo tiene grande? – pregunta estúpida.
– mmm como éste, pero no es su verga lo que me molesta, es él, entero, no lo trago. En cambio éste lo trago y lo disfruto – estuvo todo el rato moviendolo y metiéndolo en su boca.
– Espera, qué haces? – le dije cuando vi que se levantó y se puso sobre mí –
– No te he dado mi sorpresa – dijo pasando mi miembro entre sus labios genitales.
– No, cuál es? – esperanzado con cambiar la conversación.
– Hace dos meses que estoy tomando anticonceptivos para este momento – dijo intentando sentarse
– Bueno, ten cuidado, si te duele lo dejamos para otro día –
Ella cerró los ojos, comenzó a bajar lentamente, arrugó su frente, luego abrió los ojos y la boca dejando escapar un largo suspiro.
Yo sentía su cálida, húmeda y estrecha vagina que me daba apretones. Me recordó a su madre la primera vez que la penetré, tendría la misma edad.
Ella comenzó a moverse lentamente, me daba cuenta que lo estaba disfrutando, doblé mis rodillas y tomándola de los muslos, la acomodé para una penetracion completa. Después de éso, apoyado en las plantas de mis pies seguí su ritmo en sentido contrario, de manera que sus nalgas chocaban contra mí pelvis una y otra vez.
Ella gemia y se quejaba, sus pechos aunque firmes subían y bajaban, su pelo saltaba, cubría su cara por momentos dejando mechones pegados a su rostro por la transpiración.
Fue algo grandioso, como fuegos artificiales que duró menos de 5 minutos.
Después vino la calma y ella se recostó sobre mí pecho como cuando era niña, mi niña, y ahora seguía siéndolo.
– Te amo papi – me susurraba al oído teniendo aún mi miembro dentro.
– Soy toda tuya, puedes hacer lo que quieras conmigo – dándome pequeños besos en la cara y el cuello.
– Yo también te amo hija, eres lo más valioso que tengo. Yo y todo lo que tengo es tuyo.
Me di cuenta que el otro dormitorio ya no sería necesario. Y así fue, las dos semanas que se quedó conmigo, dormimos juntos en mi cama. Y como los dos estábamos de vacaciones, nos levantabamos al baño y a comer, el resto del tiempo en la cama viendo televisión o cogiendo.
Un día encontró en el cable un película porno.
– Oh, cuanto le mete – dijo asombrada.
– Es un actor porno y lo eligen por el tamaño de su verga – le dije.
– No es el tamaño normal? –
– No, el tamaño normal es más o menos como el mío –
– Ah, entonces la del Mario, el novio de mi mamá es normal. Es que no he visto más que el tuyo y el de él –
– Y qué te pasa cuando se lo ves parado ? – le pregunté.
– Porqué me preguntas éso? –
– No sé, sólo quería saber qué sentías –
– Me da rabia, podías ser tú en lugar de él, y si aveces me he excitado, me he ido a mi cama a masturbarme pensando en ti –
– Yo también lo hago pensando en ti –
– Bueno, ahora estamos juntos y vamos a aprovechar cada minuto del día – dijo.
Y así lo hicimos, salíamos a comprar comida un par de veces a la semana y el resto en la cama con fiebre de amor.
Una noche vimos un tipo que le hacía sexo anal a una chica con su tremenda verga.
– No le dolerá? – preguntó.
– No, ya está acostumbrada a éso – le dije.
– Yo también quiero – dijo poniéndose en 4 mirando la película. Me puse detrás de ella, lubriqué mi miembro metiéndolo en su vagina, después de varias estocadas a fondo lo puse en su ano y empujé lentamente, se agarró de la cama, bajó la cabeza y apoyó la cabeza lanzando un quejido entre sus dientes. Me detuve inmediatamente.
– Sigue, sigue, no te detengas –
Después me di cuenta que si me detenía le dolía más, entonces tenia que seguir sin importar sus quejidos hasta su orgasmo anal.
– No me quiero ir – me dijo el domingo en la mañana después de haber cogido rico como todas las mañanas. Ése domingo era el último, en la tarde tomaba el vuelo hacia su casa..
– Yo tampoco quiero que te vayas – le dije apretándola contra mi y bañándola de besos
– Me puedo quedar? –
– No, no puedes, mañana tengo que trabajar y si no llegas tu mamá va a armar un escándalo y capaz que no te deje venir más –
– Tienes razón papi, el próximo año voy a venir por todo el mes y que ella lo sepa –
– Si, es mejor que lo sepa antes –
– Tengo hambre – dijo
– Vamos a ducharnos y después a comer – dije
– Y después a coger – dijo ella con una risita.
– Sabes papi? El anal no me dolió nada, estuvo muy rico y el orgasmo que tuve fue genial – dijo mientras estábamos abrazados bajos la ducha de agua tibia.
– Que bueno hija, yo también lo disfruté mucho –
– Te gusta mi trasero? –
– Si, me encanta –
– A mi también, me gusta dormirme sintiendo tu dureza entre mis malgas. De chica me gustaba cuando me abrazabas y yo te sentía – dijo.
– Pero en ése tiempo eras chica, tendrías 6 o 7 años? –
– Si, pero igual me gustaba, no podía dormir si no te sentía atrás, me daba seguridad –
– Y ahora también ? –
– Ahora con mayor razón – dijo riéndose.
Cuando volví del aeropuerto, que frío y vacío encontré el departamento.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!