Tania con casi 10. Capítulo 10
continuan Tania y Lupita complaciendo.
Nota del autor: pido una sincera disculpa por la tardanza, pero el trabajo de verdad que me ha dejado sin tiempo para escribir. Aparte lo escribo y lo reescribo, creo que nunca lo acabaré si no lo publico. gracias a todos los que me leen, espero que lo disfruten tanto, como yo al escribirlo.
Atte. adalberto1979
Capítulo 10
Lupita se quedó con nosotros y fue una semana de locos, lupita y Tania prácticamente se volvieron mejores amigas, si lupita era un periquito, Tania se convirtió en otro, hablaban hasta por los codos, resultó que tenían los mismos gustos en cuanto música y artistas juveniles, a veces yo solo las veía hablar, eso me divertía mucho.
Me gustaba como se juntaban y se ponían de acuerdo para hacer travesuras conmigo, hacíamos de todo, como lupita se quedó a dormir toda la semana, obviamente el sexo nunca paró, me sentía agotado de tanto coger, así que mejor las dejaba que solas se dieran placer, aunque he de decir que lo hacían de una forma tan sensual que terminaba cogiéndomelas a las dos.
A veces ellas decidían cocinar para mí, la cocina quedaba hecha un desastre y la comida ni se diga, ellas emocionadas me veían comerla, yo hacía un esfuerzo por poner cara de satisfacción con esos horrendos guisos que improvisaban, la verdad no sabía si lo hacían a propósito para burlarse de mí.
*****
Creo que lupita notó que no me gustaba mucho la comida que ellas hacían para mí, un día se levantaron temprano y Lupita fue por mí para desayunar, me llevó de la mano, yo iba aun adormilado y casi llegando a la cocina me tapo los ojos para que fuera una sorpresa, cuando me descubrió los ojos la visión me hizo despertar.
Tania estaba acostada en la mesa, desnuda con una sonrisa de oreja a oreja, tenía crema chantillí en sus pezones y otro chopo pequeño en la vagina, tenía cerezas en cada chopo de chantillí, había unos waffles sobre su plano abdomen infantil con un poco de miel.
- Anda mi amor—me dijo lupita invitándome a sentarme—sírvete tu desayuno, espero te guste.
Como un bobo, sin dejar de ver a Tania, me senté, iba a tomar un poco de chantillí con mi dedo y lupita me detuvo.
- No mi amor, ese se debe tomar directo con la boca—sonrió con malicia cuando lo dijo.
Me levanté y con mi boca tomé la crema chantillí, lo bueno es que puso poquito, ya sabía que a mí no me gusta mucho lo dulce, cuando retiré mi boca, aún quedaba crema, lupita la vio.
- Mi amor, debes limpiar bien el plato, pues—me dijo señalando el pezón manchado de crema.
Me regresé al pezón de Tania y escuché como ella gimió cuando pasé mi lengua y terminé chupándolo con fuerza, de reojo vi como lupita se tocó la vagina masturbándose viendo la escena, mi verga ya estaba dura como roca, el bote de crema espumosa estaba ahí en la mesa, lo tomé y me puse un poco en la verga.
- Mi amor, tú también tienes que desayunar, anda, come para que empieces el día con energía—le dije a lupita jalándola hacia mi verga.
Lupita sin resistencia alguna se hincó frente a mí, tomó una liga que traía en la muñeca y se hizo una coleta, sus rizos quedaron atrapados en un sexy chongo, después tomó mi verga y le fue lamiendo la crema chantillí, yo regresé a chupar a Tania, que se movía ansiosa por sentir mis mal sanas caricias; caricias impropias de un adulto hacia una niña, que además es su sobrina, aunque cabe mencionarlo, también es su novia.
- Aaahhh—gimió Tania cuando empecé a lamer la crema de su raja.
Ya me empezaba a excitar de más, el juego con la comida era muy estimulante, retiré el waffle y lamí la miel que cayó el ombliguito de Tania, que se remolineaba con mis caricias, ya no tenía más crema chantillí, ahora era el turno de lupita.
La cargue cuan liviana era y la acosté en la mesa, solo que a ella la puse boca abajo, tomé la crema y abriendo sus nalgas le puse un poco en su culo, jalé a Tania que se subió a la mesa y se hincó entre las piernas de lupita, se agachó y empezó a lamerle la crema de su esfínter posterior, yo me puse más crema en mi verga y me fui al extremo donde estaba la cara de lupita y le metí la verga en su boca, sentí como su lengua se enrolló en mi glande saboreando el chantillí.
Me sentía en la gloria, vi como Tania se acabó la crema, la acosté boca abajo y ahora repetí la acción, le puse crema en el culo y puse a lupita a lamérsela, ahora fui con Tania y previa aplicación de chantillí, se la metí en la boca, ella gustosa se dejó coger por la boca por mí.
El momento era único e increíblemente erótico, deje de cogerme la boca de Tania y fui tras lupita, la recargué en la mesa y se la metí en la raja, la bombee un rato.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh…–gemía lupita afianzándose de la mesa, recibiendo gustosa mis arremetidas.
Sentía mi verga como entraba en la raja de lupita, estaba muy mojada, ella jaló a Tania para tenerla más cerca y metió su cara entre las nalgas de mi sobrina, que gimió al sentirse estimulada.
- Aaahhh… aaahhh
Se la saqué a lupita y ahora era el turno de Tania, ella giró su cabeza hacia atrás para ver cómo me la iba a coger, la jalé dejándola de frente a mí, ella abrió sus piernas, se relamía los labios en un gesto lascivo, invitándome a cogérmela.
- Te voy a meter la verga bebé y lo voy hacer muy fuerte—le dije con voz ronca.
- Si tío—contestó ella con sus pupilas muy dilatadas.
Agarre mi verga y la puse en la entrada, hice un poco de esfuerzo y metí la mitad, en un segundo intento sentí como mis huevos chocaron con su culo, ella estaba apoyada con sus codos en la mesa, mirando como la penetraba, cuando se sintió toda empalada; empecé el mete y saca, que fui aumentando conforme sentí que su vagina infantil se adaptaba a mí.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—gemía a cada metida profunda que le daba.
- Te amo mi amor—le dije acelerando las estocadas.
Le daba fuerte, le daba como si fuera una mujer adulta, pero solo era una niña, creo que el hecho de habérmela estado cogiendo por esos días, había facilitado mis penetraciones, ya estaba dilatada de todos sus agujeros, así que no era problema el penetrarla, bueno, al menos no mucho como la primera vez.
Pensando en la primera vez que me la cogí, el cómo se entregó a mí, como aguantó el dolor, que aunque el dilatador ayudó, como quiera presentó dolor, pero aun así se entregó a mí; me entregó su primera vez, fui el afortunado que la desfloró por todos los lugares de donde se puede desflorar una mujer, o una niña en el caso de Tania.
Sentí que mis huevos explotaban, pero ahora no lo quería hacer en la raja de Tania, se la saqué y la hinqué, lupita estaba cerca de mí, me besaba y abrazaba como podía, sin obstaculizar el cogerme a mi sobrina y novia, cuando vio que hinqué a Tania, ella solita se hincó a un lado de ella, las dos abrieron sus bocas y sacaron sus lenguas, tal y como en una película pornográfica se vería.
- Me vengo mis amores, aaahhh, tomen su lechita, aaahhh… tomen su desayuno… aaahhh—gemí como loco.
Descargué mucha leche, esta cayó por todos lados, boca, nariz, ojos, mejillas, al terminar las dos se lamieron, yo caí casi desfallecido en una silla mirando la escena, y ese solo era el comienzo del día.
*****
Debido a que Lupita permaneció todo el tiempo con nosotros, tuvimos que ir a la casa de ella por ropa, Toña salió a saludarnos, se me quedó mirando como diciendo “¿Cuándo nos vemos?”, yo solo le guiñe el ojo discretamente, dándole a entender que la buscaría. Y si, una tarde les dije a mis dos princesas que iría a mi trabajo, cosa que no necesito hacer, pues trabajo desde casa.
Salí y le mensaje, casi al instante me contestó.
- Hola guapo, que milagro—fue lo que escribió.
- Había estado ocupado, cómo pudiste ver, pero me di una escapada, tengo ganas de partirte el culo en dos—le escribí poniendo caras de diablito sonriendo.
- Huy que romántico andas, jajaja—contestó con un emoticón de corazones.
- Ando más caliente que romántico, ¿entonces qué? ¿Nos vamos?
- Claro, solo deja me baño y pasas por mí.
- ¿Y tu marido?—le pregunté desde mi celular.
- En la cantina, regresará tarde, así que tenemos mucho tiempo para nosotros dos y te pongas “romántico” conmigo—escuché como endulzó su voz, esa que ponía cuando estaba excitada y sabía que me la cogería salvajemente.
- Traigo la verga muy caliente, me pondré muy romántico con ese culo que tienes.
- Jajaja ay mi amor, me encantas, no sabes cómo me excita pensar que te veré, no tardes.
Pasé a su casa y esperé solo alrededor 10 minutos, salió toña, traía una blusa color claro algo transparente (de esas que levantas los brazos y dejan ver el abdomen) y un short azul de tela de algodón muy delgada, con flores blancas estampadas y encaje en el borde inferior, ese short hacía resaltar mucho esas hermosas nalgas que dios le había dado a esa mujer y para rematar unas sandalias, se veía muy natural, muy antojable.
- ¿Me tarde?—me preguntó recargándose en la puerta de mi lado, podía ver sus tetas a través del escote.
- No mucho.
- ¿Cuál es el plan?—me pregunto mostrando sus hermosos dientes.
- Coger, coger como bisontes hasta que te reviente toda—le dije comiéndome sus tetas con la mirada.
- Jajaja, te digo que andas en modo romántico pues—dijo carcajeándose—pero ¿dónde? Mi casa está sola—dijo volteando a ver la puerta del cuarto independiente de lupita.
- No, aquí no, sube.
Nos fuimos a un motel, mi casa estaba ocupada, ella me ofreció la suya, pues tenía la certeza de que su marido tendría racha larga en la cantina, pero no me quise arriesgar, nos fuimos al motel más cercano que encontramos, toña me la fue mamando todo el camino.
- Que rico mi amor, ya extrañaba tu aroma—decía oliéndola para volver a metérsela en la boca.
Llegamos a la caseta y toña seguía mamándome la verga, su cabello lleno de bucles se notaba desde la caseta, se podía ver como subía y bajaba mamándome la verga, la chica se me quedó mirando y tuve que hablarle para que me diera una habitación, brincó cuando casi le grite que quería un cuarto, me dio el vale después de que pague y me dirigí a la habitación asignada.
Una hora después tenía a toña boca abajo dándole por su culo, ella gemía bufaba, se remolineaba, podía sentir al fuerza de sus nalgas al ordeñar mi verga.
- Si, paco, que rico siento, ya te extrañaba, aaahhh
- Yo también extrañaba partirte el culo en dos—decía yo apretando mis dientes y sosteniéndola por las caderas con ambas manos, era fuerte y sostenía mi peso sin problemas.
Empecé a dar estocadas cada vez más fuertes en el culo de toña, hasta que ya no pude más y descargue toda mi leche en un enema.
- Me vengo toña, me vengo en tu culo… aaahhh
- Si, vente, chíngame el culo, dame fuerte hasta que lo llenes de leche, aaahhh
Me moví como loco sintiendo como le echaba chorro tras chorro, caí a un lado de ella fulminado, toña aun recuperando el aire, se volteo y se dirigió a mi verga, sentí un choque eléctrico al sentir la tibia boca de toña rodeando mi verga.
Terminó de limpiarme y se acostó a mi lado usando mi brazo como almohada, acariciaba mi pecho con las yemas de sus dedos, la veía tranquila, feliz.
- De verdad te extrañe todo este tiempo—decía dándome un besito tierno en mi tetilla.
- Y yo a ti, pero ya ves que tengo visitas y pinta que van para largo.
- Ya sé, creo que no nos veremos seguido ¿verdad?
- No mi amor, lo siento.
- Pues deberías compensármelo—dijo dándome un pequeño golpecito en mi tetilla con la palma de su mano.
- ¿Cómo?
- Pues deberías llevarme a bailar o al cine, algún lado, no sé, algo que no sea coger.
- ¿Y tu marido te va a dar permiso?—dije yo sonriendo arqueando la ceja, ella se quedó pensando.
- ¿Y si me diera permiso?—ahora era ella la que arqueaba la ceja en reto.
- ¿Cómo?—pregunté yo volteándola a ver.
- Está tan contento de que le hayas ayudado y sobre todo de que no la estés cobrando, que si le digo que te voy a llevar a cenar para agradecerte, me va a decir que sí.
- ¿Tú me invitas a mí?
- No, tú me invitas a mí—dijo dándome otra palmadita suave en mi pecho, a modo de reclamo—pero eso le diré a él para que me deje ir.
- Bueno, nos ponemos de acuerdo por mensaje ¿ok?
- Si, de verdad que me va a gustar salir contigo, pues.
Estaba de lado mirándome, sus tetas caían hacia la cama, su piel morena brillaba un poco por el sudor de la reciente cogida, su mirada era felina, la puse boca arriba y la empecé a besar en el cuello, ella sonriendo se dejaba.
- Mmm, que rico hueles—le dije oliendo su cuello.
- ¿Te gusta mi olor?
- Mucho
- ¿Y a que huelo?—preguntó abriendo su boca de placer al sentir mis caricias.
- A hembra caliente—le dije mientras le chupaba un pezón.
- Pues así me tienes—dijo abriendo su boca al sentirme—aaahhh…
Le fui besando y lamiendo toda su piel, quería extraerle la esencia, creo que sus feromonas se quedaban impregnadas en mí y se pasaban de mujer a mujer, lupita tenía el mismo ciclo menstrual que toña, podría ser porque eran madre e hija y vivían juntas, pero mis otras amigas tenían los ciclos muy similares, lo notaba porque no me gustaba coger con menstruación, y tardaba en localizar a una que no estuviera en su periodo, creo que de forma indirecta reaccionaban como si fueran mi manda de hembras.
Volví a chupar su pezón, después me fui al otro, sentía como se ponían duros con mis chupadas, me fui al lado izquierdo de la areola izquierda y chupé con más intensidad, quería dejarle marcas en la piel para que se acordara de mí.
- Aaahhh, paco—gimió toña tomándome de la nuca para que no me separara.
Chupe con más fuerza y de reojo vi como toña tenía la boca y los ojos muy abiertos, su ceño fruncido, sentía ese dolor que se presenta cuando chupas a alguien para marcarlo, podía ver como ese dolor agónico le provocaba un orgasmo.
- Te voy a dejar toda marcada—le dije con mi voz ronca.
- Hazme lo que quieras, no me importa si me ve mi marido, aaahhh
Mi verga se volvió a poner dura, ella la sintió y poco a poco fue abriendo sus piernas quedando yo entre ellas, mi verga se posicionó sobre la raja, solo tuve que empujar un poco y esta entró, miré a los ojos a toña, sentía como se iba lubricando su vagina cada vez más, abría su boca cuando mi verga doblaba su cérvix.
Así en esa posición me la estuve cogiendo, por alguna razón sentía tan rico el cuerpo de toña que no la quería cambiar de posición, sentía como estaba ella totalmente abierta de pirnas para que yo me la cogiera, ella colaboraba jalando mis caderas con ambas manos, gemía intenso, en una metida intensa que le di ella me miró y me dijo.
- Me gusta mucho que me cojas así… aaahhh
- Me encantas toña, te voy a llenar de leche la panocha, aaahhh—mi lenguaje empezaba a ensuciarse, pero le hablaba así y ella se excitaba más.
- Paco, aaahhh… tengo que decirte algo… aaahhh—dijo moviendo sus caderas para facilitar la penetración.
- ¿Qué?—dije yo al mismo tiempo que le chupaba la otra teta marcándosela.
- Desde hace dos meses que no tomo las pastillas—dijo refiriéndose a sus anticonceptivos—aaahhh… aaahhh.
- ¿Y por qué las dejaste?—dije sin dejar de penetrarla.
- Porque engordé un poco, y como ya casi no tengo sexo con mi marido y a ti hace mucho que no te veo, las dejé, aaahhh… aaahhh
- ¿Sabes que eso me excita más?—dije penetrándola más intenso.
- ¿Qué? Aaahhh… aaahhh.
- Que te puedo embarazar.
- ¿Sí?—contestó algo desconcertada, ella sabía que su hija usaba anticonceptivos.
- Si, el saber que te voy a rellenar de leche hasta que quedes panzona de mí, y tu marido crea que es de él.
- Aaahhh… aaahhh… paco—dijo mi nombre excitada.
- Para después te entregues a mí y ver cómo va creciendo tu vientre con mi bebé, cogerte mientras lo acaricio a través de tu piel.
- Aaahhh… paco—se estaba excitando con lo que le decía al oído.
- ¿Te vas a dejar preñar?—dije sujetándola de una nalga para mejorar mis estocadas.
- Si paco, si… aaahhh… hazlo, aaahhh—frunció su entrecejo y abrió y cerró su boca ansiosamente mientras me sujetaba de una nalga y pegaba sus muslos a su pecho para que mi penetración fuera más profunda.
- Ahí va todo, te dejo mi leche, aaahhh.
- Si paco, la siento… aaahhh… la siento toda… embarázame, no me importa si mi marido se entera… aaahhh
Ya no aguanté más, honestamente nunca había sentido a toña tan mojada como en ese momento, creo que ese había sido nuestra mejor cogida, fantaseando que la embarazaba, me descargué en ella mientras la besaba con loca pasión, cuando sentí que no salió más leche, me moví más lento, saboreando el momento, nos besábamos como si fuéramos las dos personas más enamoradas del mundo.
Caí a su lado todo sudado, la cogida había sido muy excitante, toña respiraba agitada aún, sus pierna permanecían abiertas, su pecho subía y bajaba, su mirada nublaba marcaba que aún estaba en el séptimo cielo, un poco de leche salió de su raja, ella la tomó y la regresó dentro.
- Paco, no sabes lo arrecha que me pusiste, sentí que se me salía el alma por la panocha, aaahhh, aun siento tu leche que se quiere salir.
Me sonreí cuando vi que puso sus pies hacia arriba recargándolos en la pared, elevando su cadera para que mi leche se fuera más adentro.
En esa posición se quedó el resto del momento, platicábamos ya de cualquier cosa, de cómo me llevaba con la familia de mi hermano, obvio que no le mencioné la cogidota que nos dábamos, me dijo que cuando podríamos salir, le dije que vería que día podría, pero no le aseguraba que fuera pronto, no tenía una excusa para salirme toda la noche, al menos no tan fácil.
Nos bañamos juntos, nos lavamos mutuamente, el cuerpo de toña era el de una diosa, sus caderas estaban bien formadas, sin llegar a ser exageradas, veía mucha genética de ella en lupita.
La llevé a su casa, me detuve una cuadra antes en un callejón, ella se fue, no sin antes besarme con pasión, tomó mi mano y la llevo a su vientre, me miró a los ojos.
- Ojalá y si pegue—dijo refiriéndose al embarazo, le di un último beso metiéndole lengua y me fui.
Llegué a la casa, las dos estaban desnudas, ansiosas por coger, pero mis huevos estaban vacíos, les dije que había sido un día muy duro en el trabajo y que necesitaba descansar, ella fueron y me arroparon para que durmiera el resto de la tarde, me dejaron descansar, pero en la noche no sé de donde saqué fuerzas y las partí en dos con mi verga.
*****
En mi casa todo fue sexo, recuerdo una ocasión que ellas se levantaron primero, entre a la cocina con una erección matutina, lupita y Tania platicaban amenamente de sus cosas, riéndose de una tontería u otra, estaban una frente a la otra, estaban desnudas, aun traían las señales del sexo del día anterior, me paré atrás de lupita y la levanté, ella sin dejar de hablar se dejó hacer, la incliné en la mesa y le apunté mi verga en su raja, ella como si nada con ambas manos, separó sus nalgas para exponer su raja para mí.
- Si, si los veo, pero casi no me gustan, porque los confundo entre ellos… aaahhh—gimió al sentirse penetrada, pero siguió hablando—aunque si están muy guapos, eso sí lo reconozco… aaahhh
Tania atenta la escuchaba, estaba sentada frente a ella y apoyaba su cabeza en sus dos manos juntas y sus codos sobre la mesa, sonreía cuando lupita abría su boca del placer que sentía, y por cómo, sin poder evitarlo, cerraba sus ojos y fruncía el entrecejo cuando yo la penetraba hasta doblarle su cérvix.
La tomé por la cadera con ambas manos, ella vibraba a cada embestida que le daba, sentía la lubricación de su vagina que empezaba a chorrear, sentí su vagina contraerse una y otra vez.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh, papi, me vengo… aaahhh
Se dejó caer en la mesa, pegando su cara al sentir mi verga penetrarla una y otra vez, ella tuvo su orgasmo con la oreja pegada a la mesa, ya no habló, solo gimió una y otra vez.
- Aaahhh… aaahhh—gimió cada vez más suave, relajándose y respirando más pausadamente, yo se la metía lento y profundo, saboreando su vagina.
Se la saqué haciendo un sonido tipo chasquido al desacoplarme de ella, caminé hacia Tania que atenta me miraba, sonreía al mirar mi verga dura como roca, goteando algo de líquido pre seminal, llegué con ella y la sujete de la nuca, la jalé hacia abajo, ella entendió y sonriendo de felicidad abrió su boca mientras yo la dirigía a mi verga.
- Aaahhh—gemí al sentir la tibia boca de Tania.
Sentí como absorbía mi líquido pre seminal, se lo tomaba como un buen desayuno, pero sentí la necesidad de moverme, la sujete con ambas manos de la nuca y moví mi cadera, Tania se acomodó quedando completamente de frente a mí, se sujetó con ambas manos de cada uno de mis muslos para facilitar mi cogida oral.
- Aaahhh—gemí soltando un poco más de líquido en la boquita de Tania y casi termino eyaculando sintiendo su lengüita tallar mi frenillo—bebé, que rico… aaahhh
Tuve que sacársela, de lo contrario soltaría la leche en su boca y aun no se la había metido, la levante y la besé, sentí mi propio sabor en su boquita y eso me excitó más, acaricié de su cuerpo infantil el lugar donde algún día nacerían suculentas tetas, como las de su madre; bajé mis manos a sus nalgas, lo hice suave y lentamente, una mano se fue a su rajita, la acaricié sintiendo como ya estaba mojada de excitación y como se iba mojando más.
- Como me gustas hermosa—le dije al oído mientras mi dedo medio se iba dentro de su vagina.
- Aaahhh… ¿De verdad tío?… aaahhh… ¿si te gusto?—me dijo emocionada recibiendo mis caricias mal sanas.
- Mucho, por eso eres mi novia—le dije lamiéndola toda de una forma tan obscena, que hacía grotesca la escena.
- Aaahhh—cerraba los ojos abría su boca dejándose hacer las caricias mal sanas que un adulto no debe hacerle a una niña, mucho menos si es su sobrina
- Tania, de deseo
- Tío, ya méteme tu verga, dámela—dijo Tania ansiosa, desesperada por tenerme dentro.
La fui girando lentamente mientras la besaba, la apoye en la mesa, ella puso sus codos en ella, lupita ya se había sentado y miraba atenta lo que hacíamos.
Una vez que Tania estuvo totalmente de espaldas a mí, con sus coditos apoyados en la mesa y sus piernas separadas, abrió sus ojos para mirar a lupita, sus miradas se cruzaron, las estaban serias, una atenta a la reacción de la otra, Tania sabía que lupita y yo teníamos historia, a pesar de que Tania ya era mi novia, sabía que se tendría que ir y solo me quedaría con lupita.
Lupita por otra parte, me había entregado no solo su cuerpo, también su alma y todo su ser, sin embargo Tania en poco tiempo había logrado lo que ella no había podido en años, ser mi novia.
Noté la mirada de las dos y por primera vez sentí competencia entre ellas, no era abierta, era mental, las dos eran inteligentes y receptivas, y yo no quería eso, me apuré a penetrar a Tania que gimió al sentirse penetrada profundamente por mí.
- Aaahhh—abrió su boca y entrecerró sus ojos al sentirlo, no dejo de ver a lupita.
Miré a lupita que sería miraba la penetración, me volteo a ver y con una seña le dije que se acercara, ella se puso de pie y mirándome se puso a mi lado, moví lentamente mi cadera penetrando la rajita infantil de Tania, pero tome de la cintura a lupita y la jalé hacia mí.
- Te amo mi amor—le dije antes de besarla, noté como se emocionó.
Besé a lupita mientras penetraba a Tania, tenía a lupita sostenida su estrecha cintura con una mano y la otra la tenía en la cadera de Tania, empecé a moverme con más entusiasmo, sentía las caricias de lupita, que amorosamente lo hacía y también sentía la excitación de Tania con su raja toda mojada.
Tomé una mano de lupita y la fui guiando a la entrepierna de Tania, la solté y lupita llegó sola al clítoris infantil de Tania, que brincó por el estímulo de su compañera sexual.
- Aaahhh—gimió al sentir la mano de su nueva amiga.
Sentía la tibia lengua de lupita en mi boca, se enroscaba en la mía, recorría mis carrillos bucales, como explorándolos, su mano libre acariciaba suavemente mi espalda, mi mano pasó de cintura a sus nalgas, las apreté, ella gimió tensándose un poco, para después volver aflojar su lengua dentro de mi boca, mi mano se fue por el canal intragluteo y ahí llegué al esfínter anal, lo acaricié por encima, sentí como lupita movió su cadera ligeramente hacia atrás para facilitar mi dedeada.
- Aaahhh—volvió a gemir Tania al sentir como le di una fuerte estocada.
- De verdad no sabes cuánto te amo—le dije a lupita que abrió sus ojos para darme su hermosa sonrisa.
- ¿Si mi amor? ¿Me amas?—dijo mostrando sus perfectos dientes, sin dejar de tener esa mirada de lujuria.
- Con toda mi alma—le dije volviéndola a besar.
Tania escuchaba, pero estaba recibiendo verga, notaba su raja mojada, estaba muy excitada al sentirse penetrada por su novio y tío al mismo tiempo; no le importaba que le dijera a lupita en frente de ella, cuanto la amaba, ya estaba comprendiendo el roll de novia de alguien como yo, alguien que tiene muchas parejas sexuales.
Empecé acelerar mis estocadas, sentí la necesidad de eyacular y cuando ya estaba a punto, se la saqué a Tania hincando a lupita al mismo tiempo, se la metí en la boca descargando toda mi leche.
- Aaahhh… lupita, mi amor, te la dejo toda en la boca, aaahhh.
Sentí como lupita movió su lengua como cucharita para retener toda mi leche en ella, Tania se enderezó de la besa mirando la escena, veía mis gestos de placer abriendo y cerrando mi boca de forma ansiosa.
Terminé de eyacular en la boca de lupita y fatigado caí en la silla; ahí, recuperando el aire, vi como lupita mirando a Tania se puso de pie, su boca tenía el desfiguro de contener liquido dentro, el cual no quería tirar, pero tampoco tragar, se paró frente a Tania, las dos desnudas y algo sudadas por la cogida mañanera.
Tania tenía recargadas sus nalgas en la mesa, miró hacia arriba a lupita que era más alta que ella y abrió su boca sabiendo lo que le iba a dar, lupita la besó abriendo su boca al mismo tiempo, un pequeño hilo de semen salió de entre ellas, eso lo hizo más sensual.
Las dos se besaban compartiendo mi leche, siempre lo hacían, no importa donde eyaculara, la otra le chupaba la leche, no importaba si fuera del culo, la vagina o la boca, la que chupaba la leche se la compartía a la otra, esta vez no fue la excepción.
- Te amo—le dijo lupita a Tania
- Y yo a ti—le contestó Tania.
- ¿si mi bebé?—le preguntó lupita sin dejar de acariciarla.
- Si mi amor—le contestó Tania como sabiendo lo que era amar, la volvió a besar.
La dos se decían que se amaban mientras los pulgares de lupita acariciaban los pezones de Tania y al mismo tiempo las manos de esta, amasaban las nalgas de lupita.
Sin decirme nada y tomadas de la mano las dos se fueron a duchar, se veían hermosas caminando de la mano, sudadas con sus nalgas rojas por la reciente cogida que les había dado, las dos tenían un hueco en la entrepierna, algo así como un triángulo invertido, y a través de este se veían ambas rajitas mojadas, brillaban como perlas al dar el paso.
Escuché como la regadera se abrió liberando el agua que lavaría el pecado que habían cometido conmigo.
Tomé un momento para reflexionar mi vida, veía a través de lupita y Tania lo afortunado que era, había personas que nacían con estrella y otros que de plano nacían estrellados, creo que yo estaba por encima de esos grupos, siento que pocos humanos podrían presumir lo que yo había logrado en mi vida…
*****
Fueron unos días deliciosos, Tania y lupita hacían cada momento inolvidable, salíamos todos los días a pasear, lupita le presentó sus amigas a Tania, se llevaron bien, nadaban por horas en la playa, obviamente que visitamos playa virgen, donde las hice mías en todas las posiciones humanamente posibles.
Las dos me acompañaron a mi juego de futbol, gritaban apoyándome, lupita le enseño a Tania las porras que había inventado para mí, mis compañeros se burlaban diciéndome, “ahora adoptaste otra ¿o qué?”
El regreso era delicioso con las dos turnándose para chuparme mi verga, lupita le enseño a Tania a tolerar y disfrutar el olor a sudor genital, incluso le enseño a lamer mi ingles cargadas e feromonas.
Yo me acostaba boca arriba en la cama y jalaba mis piernas al mismo tiempo para dejar completamente expuestos mis genitales, las dos se hincaban y me lamian mis ingles al mismo tiempo, lamían mi culo, chupaban mis huevos, podía sentir como con sus lenguas raspaban mis ingles intentando exfoliarlas para después tragar el epitelio.
Pero el tiempo no perdona y nunca se detiene, el final de nuestros días juntos se llegaba a su fin, esmeralda llegaría pronto y obviamente que lupita no podría quedarse más y no sabíamos si nos íbamos a poder ver pronto o si no llegaríamos a ver sería tal vez por corto tiempo.
*****
Tania abrió sus ojitos, se sentó en la cama estirando su delgado cuerpo, estaba desnuda, así le gustaba dormir, agudizó su oído y escuchó los gemidos que venían de mi recámara, fue al baño y orinó, se lavó los dientes y después se dirigió a mi habitación. Entró y nos vio a lupita y a mí.
Lupita estaba hincada de espaldas frente a mí, una de sus manos me sostenía hacia atrás de mi nuca, se movía lento lo mismo que yo, la penetraba por su culo lento y profundamente, la sacaba casi toda para regresársela hasta la raíz, el lubricante ayudaba a que mí verga se deslizara como si entrara en yogurt tibio.
- Aaahhh—gemía lupita sintiendo mis lentas y profundas penetraciones.
La noche anterior fue la última noche que pasaría con nosotros, le pidió permiso a Tania para pasarla ella y yo solos, Tania obviamente accedió, nos dejó solos, ni siquiera me pidió sexo antes de dormir, le dejó todo a lupita, que feliz entró a mi cama desnuda para pasar ella y yo, juntos toda la noche.
Nos amamos apasionadamente toda la noche, tuvo un orgasmo muy intenso cuando la tenía en cuatro y le daba fuerte por su raja, la jalé para besarla y le susurré al oído cuanto la amaba mientras me descargaba en ella.
Ahora Tania observaba nuestra cópula anal, veía como nuestros movimientos eran lentos, apasionados, como si quisiéramos disfrutar cada segunda de esa penetración, era como si nos moviéramos en cámara lenta.
Lupita tenía los ojos cerrados, su boca ligeramente abierta, estaba totalmente concentrada en disfrutar la penetración que le hacía, disfrutaba centímetro a centímetro mi verga que le entraba y le salía.
Tania miró más a detalle a lupita y pudo ver que de sus ojos salían lágrimas, ella sabía que lupita estaba muy enamorada de mí y de verdad le dolía el no verme por un tiempo que no sabíamos ni cuanto sería, estaba tan enamorada que me aceptaba así, aunque fuera parcialmente compartido, por eso quería tener un hijo mío, para sentir que tenía algo de mí que solo le pertenecería a ella.
Tania se acercó lentamente a lupita y la beso tiernamente, al hacerlo lupita abrió sus ojos y la vio, vio la comprensión que tenía Tania en su mirada, que tiernamente le beso sus ojos lamiéndole sus lágrimas, como consolándola, cosa que solo provoco más llanto en lupita, yo seguí en lo mío, si algo he aprendido es a no meterme entre dos mujeres que se consuelan.
Seguí con mis apasionados movimientos, escuche sollozar a lupita, eso me partía el alma, lentamente se la saqué y la lleve a su raja, esta estaba más que mojada, eso y el lubricante hicieron que sin el más mínimo problema llegara hasta el fondo doblando su cérvix.
- Aaahhh—gimió lupita, eso me gustaba más.
La tomé con mi mano derecha de su cadera y le di fuerte, lupita era un gemido tras otro, ahora sus manos estaban entrelazadas con las de Tania, que como buena compañera la asistía para que cogiéramos lo más rico posible.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh
Le di cada vez más fuerte, cuando sentí que ya iba a eyacular, pase mi mano a su parche anticonceptivo y se lo arranque, ella gritó más de placer que de dolor, sabía lo que eso significaba.
- Aaahhh—gimió abriendo sus ojos mirando entre excitada y asustada a Tania.
- Mi amor, te amo—le dije moviéndome como loco—te dejo mi leche dentro para hacerte un bebé… aaahhh.
- Si mi amor, déjamela toda, déjame un bebé—gritó lupita desesperada sintiendo mis estocadas cargándola de leche—aaahhh… aaahhh… aaahhh… aaahhh…
Gimió gritando con sus ojos muy abiertos, lo mismo que su boca, su mano pasó hacia atrás sujetándome de la cadera, como queriendo evitar que me arrepintiera y me saliera para no dejarle mi leche dentro, cosa que yo pensaba hacer, le metí mi verga lo más profundo que pude.
- Aaahhh… aaahhh—lupita seguía gimiendo a grito abierto, seguramente alguien nos escucharía.
Caímos en la cama, yo sobre ella aun bombeándole su raja, sintiendo como mi verga le seguía escupiendo mi leche, Tania apenas si tuvo tiempo de hacerse a un lado; lupita nunca quitó su mano de mi cadera, jalándome hacia ella, no importó que se golpeara la nariz en la cama cuando caímos, yo sobre ella cogiéndomela salvajemente.
- Si, sale toda a tu raja, que rico siento—dije en un grito agónico.
Me prendí de su cuello chupándolo, lupita lejos de inhibirse con su mano libre, me tomó de la nuca sintiendo como le marcaba el cuello.
Deje de mover mi cadera cuando ya no salió más leche, pero no deje su cuello, creo que ya llevaba 3 o 4 marcas en lado derecho del cuello, mi verga había perdido dureza, pero seguía semidura, se la saqué la voltee y tomándola de la base para ponerla un poco más dura, se la metí en la raja, lupita gimió al sentirse nuevamente penetrada por mí, ataque ahora su lado izquierdo del cuello, otras tanta marcas quedaron ahí, lupita me sonreía acariciando mi nuca cuando sentía como la quería dejar toda marcada como la más baja de las putas, pero ella luciría orgullosa ese collar morado que le hacía.
- ¿Acabaste mi amor?—dijo a modo sarcástico, pero tierno, mostrando sus dientes al sentir que ya no chupaba su cuello
- Si bebé, ya te deje toda marcada y llena de leche para que te acuerdes de mí.
- Vaya que me voy acordar, no dejaste ni un pedacito bueno, jajaja
- Te amo
- Y yo a ti—dijo acariciando mi rostro, yo aún estaba arriba de ella con mi verga aguadándose en su raja—crees que si tenga un bebé
- Jajaja, no mi amor, no creo—le dije enternecido por su inocencia—pero si sentí muy rico el imaginar que te embarazaba, ¿sabes algo?
- Que mi amor—dijo con esa mirada de amor que no podía evitar.
- Creo que ya estoy listo para tener otro bebé—dije finalmente.
- ¿Otro bebé?—dijo con cara de asombro, como olvidando el hecho que acababa de decirle que quería un bebé con ella–¿tienes otro bebé?
- Si, hace mucho, es una larga historia, pero ahora estoy listo para tener un hijo contigo—acaricié su abdomen bajo, eso hizo que olvidara lo que le había dicho
- ¿De verdad mi amor?—su cara era de emoción pura–¿no me engañas?
- No, ya veremos cómo le hacemos, pero si, ya quiero planearlo contigo
- Si mi amor, no sabes lo feliz que me haces.
Eran cerca de las 8 am y esmeralda llegaría su vuelo alrededor de las 10:30 am, por lo que tuvimos tiempo de desayunar juntos los tres, Tania no mostró el más mínimo signo de celo o incomodidad hacia lupita, al contrario, se emocionó que su nueva amiga sería mamá de mi bebé.
Dejamos a lupita en su casa antes de pasar al aeropuerto, todo el camino me la fue mamando, llegamos y no eyacule, ella me masturbaba, pero no sacaba mi leche.
- ¿Por qué no quiere salir?—me decía con cara de angustia sin dejar de mover su mano.
- Porque ya estoy seco de los huevos, mi amor—dije deteniendo su mano—tengo que descansar, ya abra tiempo.
- Está bien paco, te dejo descansar-
Se bajó del auto algo decepcionada, me beso por la ventana de mi lado y se fue, ya no dijo nada, Tania brincó al frente como un chapulín y cuando arranque sustituyo a lupita.
- Espera bebé, déjame descansar—dije yo tratando de apartarla de mi verga.
- ¿No quieres soltar tu leche? ¿no quieres que te saque la leche de tu verga?—me encantaba como sonaba la palabra verga en su vocecita de niña.
- Mi amor, entiende que cuando llegue tu mamá lo primera que va a querer es verga, y si no tengo leche para darle, va a sospechar que algo pasa y aún no es prudente decirle ¿De acuerdo?
- Está bien tío, pero te la iré mamando como quiera, así me tomó el agüita que sale antes ¿sí? ¿Por fis?—juntó sus manitas en súplica, refiriéndose a mi liquido pre seminal.
- Está bien mi amor, anda bájate y sígueme mamando la verga, solo no lo hagas muy intenso o eyaculo.
- Si tío, prometido—dijo levantando su manita—te mamaré la verga para que sientas rico, pero no te haré eyacular, para que llegando mamá te la puedas coger
Me enterneció tanto, miré como se agachó a mi entre pierna y se metió mi verga a su boquita angelical, mi mano acarició sus nalguitas por encima del short, ella se enderezó y sonriendo se bajó el short y su pantaleta, se agacho y regresó a mi verga, su raja y culito quedaron a mi merced, le fui metiendo dedos mientras ella me iba mamando.
Llegamos al estacionamiento del aeropuerto y estuvimos un rato en al auto, Tania se esmeraba, pero yo aguanté, las 10:30 sonaron en la alarma, Tania seguía mamando, no sé cómo pude aguantar, al final le metía tres dedos en su culo, ella feliz se meneaba.
- Tania, bebé, es hora de ir por tu mamá—le dije sacándole los dedos en señal de terminación del acto.
- Si tío—dijo ella limpiándose la boca con el dorso de su manita, para después chupar mis dedos que recién le había metido en el culo, los saboreó mirándome a los ojos, sabía que eso me gustaba.
Nos bajamos y de la mano nos dirigimos a la puerta del aeropuerto a recibir a su mamá, muchas cosas tendría que explicarle y convencerla de lo que seguiría pasando.
Continuará.
Excitante Y tiene erotismo y amor.
Que rico relato, muy caliente
Eres por mucho el mejor autor de relatos, siempre que veo tu seudónimo se que va a ser algo maravilloso, espero de verdad puedas hacer tus relatos más seguido y retomes otros relatos que daban para más como «pervirtiendo a una jovencita», «ciego» o «tiburón». De verdad muchas gracias tu trabajo es increíble