Tania con casi 10. Capítulo 11
Llega esme a unirse a tania.
Nota del autor: hola a todos, como siempre una disculpa a todos por la tardanza, pero como ya saben los edito y reedito una y otra vez. Entrego el capítulo 11, espero que disfruten leerlo así como yo escribirlo.
saludos, besos y abrazos.
adalberto1979.
Capítulo 11
Tania y yo estábamos tomados de la mano, mirábamos en la misma dirección, mirábamos en la dirección por la que Esme llegaría de su vuelo, sentía como ella me apretaba mi mano, estaba ansiosa, la suavidad de sus dedos me recordaba todo lo que habíamos hecho juntos, la desfloración de sus dos huecos, lo que batallé para penetrarla, después para dejarla descansar de mis penetraciones, luego cuando ya pudimos volver hacer, todo lo que disfrutamos juntos, la participación de lupita, el como ella se adaptó de inmediato a una vida sexual muy intensa, todo a pesar de ser una niña pequeña.
- ¿Tío?—me preguntó Tania volteándome a ver.
- ¿Si mi amor?—contesté sin verla, buscaba a Esme que de un momento a otro llegaría.
- ¿Qué le vamos a decir a mamá?
- ¿De qué bebé?—pregunté volteando a verla, pero regresé la mirada al andén.
- Pues de que cogemos y lo de… lupita—bajo su tono de voz para que solo yo la escuchara, pero me gustó la simpleza con la que dijo “cogemos”.
- Nada, de momento nada y jamás mencionaremos a lupita, ¿de acuerdo?
- Si—dijo seria, lo noté y tenía que tranquilizarla.
- Tranquila bebé, yo lo manejo con tu madre, ¿confías en mí?—me voltee hacia ella y le tomé su barbilla para mirarla a los ojos
- Si tío, confío en ti—dijo finalmente con una sonrisa de tranquilidad.
- Entonces no te preocupes, solo deja que yo maneje a tu mamá.
- Si, tío—me contestó con un tono más tranquilo, sentí como apretó mí mano.
Regresamos los dos la mirada al andén y de entre la gente, a unos 20 metros emergió Esme, venía con un pantalón holgado, de tela suave color blanca, sin cinto, era algo transparente sin caer en lo vulgar, se atoraba en su cadera de una forma muy sensual, traía una blusa que tenía un nudo al frente enseñando su hermoso ombligo, lentes grandes y oscuros, y por último un sombrero de ala ancha, parecía una celebrity o algo así, simplemente se veía hermosa.
- Es muy bella mi mamá ¿verdad?—me dijo Tania emocionada de ver a su madre.
- Sí, es hermosa ¿y sabes qué?–Tania negó con la cabeza a mi pregunta retórica—tú te pareces mucho a ella.
Tania sonrió agachando un poco la vista con sus mejillas rojas, pero volvió a apretar mi mano, sentí su emoción. Los dos levantamos la mano libre saludando, Esme nos vio y nos correspondió, atrás de ella venía un tipo con un carrito repleto de maletas.
- Hola, los extrañe—dijo abrazándonos al mismo tiempo
- ¿Y Carlitos?—preguntó Tania mirando en la dirección por donde venía Esme, como esperando verlo correr tras su madre.
- No lo van a creer—dijo emocionada mirándonos con sus ojos verdes y hermosa sonrisa.
- ¿Qué pasó?—pregunté yo.
- Tu mamá insistió que se quedara con ella, me dijo que quería pasar tiempo con él.
- ¿Y se lo dejaste así como así a mi mamá?—volví a preguntar.
- Claro que no, me hice la difícil, tu mamá insistió mucho, casi me rogó—se acercó a mi quedando nuestras bocas muy cerca—pero la verdad, estaba brincando de emoción.
- ¿Por qué?—pregunté yo tomándola de la cintura.
- Porque estaremos solos nosotros tres el resto del verano.
Me besó, pero no fue un beso prolongado, ni siquiera apasionado, solo fue un rápido piquito, Tania sonriendo nos miraba.
- ¿Eso te emociona?—pregunté sonriendo y jalándola de la cintura.
- Mucho—miró a todos lados buscando quien nos miraba y se acercó más a mí y susurró cerca de mi oído—de hecho, me excita mucho, pienso todo lo que haremos.
Me besó, ahora si duró más y hubo algo de lengua, tenía a Tania tomada de la mano y la apreté cuando me sentí emocionado.
Tomé de la mano a Esme y caminamos seguidos por el chico con las maletas, llevaba a cada una de la mano, parecíamos una familia; llegamos al auto, Tania amablemente le cedió el asiento delantero, le di propina al chico y se fue, apenas desapareció Esme se abalanzó sobre mí.
- Mi amor, te extrañe mucho—me dijo mientras me besaba desesperadamente.
- Y yo a ti—le dije correspondiéndole y acariciando su cuerpo.
Estábamos dentro de mi auto, los vidrios oscuros nos ocultaban, Esme estaba casi sobre mí, me besaba de lado, podía sentirá a plenitud su boca y su lengua que me recorría por dentro, sentí su mano que acarició mi verga dura como roca, sin dejar de besarme, bajó la cremallera y la sacó, yo no llevaba ropa interior, sabía que iba a ser mamado por mis hembras, lupita y Tania de ida y Esme de regreso.
- Te quiero mamar la verga—dijo sin importarle si Tania escuchaba.
Arranqué mi auto, Esme se separó de mí, la veía deseosa, ella miraba mi verga, me la iba a chupar, se le veía ese deseo en sus ojos verdes como esmeraldas, sus ojos rimaban plenamente con su nombre, se hinco a mi lado y me miró, después miró a mi verga, casi babeaba, tomó el borde superior de su pantalón y lo bajo, mi verga brincó mientras veía como ella movía sus caderas de un lado a otro para bajarlo, lo hacía lento y sensual.
- ¿Me quieres dedear mientras te mamo la verga?—lo dijo pasando lascivamente la lengua por sus labios.
Sabía que me gustaba meterle dedos en su raja y culo mientras me mamaba la verga y lo hacía sin que yo se lo pidiera, pero como les dije, lo hacía muy sensual, quería excitarme a tope.
La miré hincada con su pantalón a medio muslo, su hermosa y sexy tanga blanca aún estaba puesta. Tomó su pantaleta y repitió su sensual movimiento dejándola junto a su pantalón, no me dejaba de mirar mientras lo hacía, los dejó a medio muslo y después se masturbó un rato para mí, mi verga brincaba mirando como ella se estimulaba solita, me sonrió y pasando su lengua por los labios se agachó a mi entrepierna, antes de hacerlo volteo a ver a Tania, sus miradas se cruzaron.
- Tania, estoy cansada del viaje, me voy acostar en las piernas de tu tío en lo que llegamos a la casa—lo dijo como intentado sublimar el hecho que se agacharía a meterse mi verga a su boca.
- Si mami, descansa—dijo Tania mirándola pícaramente.
Esme sonrió levemente y se perdió en el asiento, creo que ya no fue una sonrisa de culpa, fue más una sonrisa de “en un rato te veo”.
- Aaahhh, que rico siento tu boca en mi verga… aaahhh—gemí yo al sentir la boca de Esme, recé porque no detectara el sabor de lupita y Tania, pues me habían mamado todo el camino de venida.
Pase mi mano por sus nalgas, las apreté mallugándolas, la levanté y la dejé caer sobre una de ellas, el chasquido retumbó en el auto, Esme movió su cadera inquieta, ya había agarrado el gustillo a ser nalgueada.
- Mmmggghhh… Mmmggghhh… Mmmggghhh—gemía con mi verga dentro a cada nalgada que le di.
Repetí la acción, ahí iba yo manejando con una mano en el volante y con la otra golpeando las nalgas de Esme, así como lo haría un proxeneta con una de sus putas, no me detuve hasta ver que se pusieron muy rojas las dos, Esme estaba más que excitada, lo aseguro porque me mamó con más fuerza.
Voltee por el retrovisor y miré a Tania que me miraba también, me sonreía sabiendo que su madre me daba una mamada mientras yo la nalgueaba, le hice una seña para que se acercara, ella lo hizo, tomé su mano, le escupí dejándole un charquito de saliva y la llevé a la raja de su madre, que inquieta movió las caderas al sentirse estimulada.
- Mmmggghhh—fue el gemido que dio ahogado por mi verga dentro de su boca.
Tania empezó a mover su manita en la raja materna, lo hacía suave y sensual, lupita le había enseñado como masturbar a una mujer, desde cómo empezar hasta como hacerla orinar de gusto.
- Aaahhh—Esme sacó mi verga para voltear a donde Tania la masturbaba, gimió y regresó a mi verga.
Yo iba en el paraíso, sentía como Esme me mamaba con desesperación, al mismo tiempo que era estimulada por su hija, el auto olía a vagina por todo lo que emanaba de la raja de Esme, Tania aumentaba su movimiento haciéndola vibrar, después bajaba la intensidad y lo hacía sensualmente.
Tania era una esponjita, absorbía todo, el conocimiento para ella era rápidamente captado, no tuvo problema en aprender de lupita, su gran maestra.
- ¿mami descansa bien?—preguntó Tania sin dejar de mover su mano.
- Si mi amor—contesté yo—pero acaríciala más, así descansa “más rico”.
- Aaahhh—gimió Esme al sentir el rápido movimiento de los dedos de su hija dentro de su raja, yo con mi verga dentro de su boca, sentía como vibraba de placer.
Le metí los dedos a la boca de Tania, que amablemente los chupó mientras ella seguía estimulando a su madre, una vez que estuvieron bien lubricados los llevé al culo de Esme, se quedó quieta para facilitar meterle, primero uno y después otro, mis dedos no batallaron para entrar, me asombro lo laxo que estaba, ella me había comentado que con mi hermano nunca había tenido sexo anal y que no pensaba hacerlo con él, sin embrago su culo decía otra cosa o tal vez solo se relajó al sentirme.
Para cuando acordé ya habíamos llegado a mi casa, Esme seguía pegada a mi verga como un becerro a la ubre de su madre, sentía esa succión, mis dedos taladraban su culo y los de Tania su raja.
- Mi amor, ya llegamos a la casa—le dije, Esme se enderezó mirando mi casa.
- Llegamos muy rápido—dijo mientras con el dorso de su mano limpió su boca.
- Es que tenía “ganas” de llegar ya—le dije arrastrando el “ganas” mientras le sobaba una teta por encima de su blusa.
- Te entiendo, yo también muero de “ganas”—dijo sonriendo y poniendo cara de lujuria mientras dijo “ganas”.
Bajamos los tres, Esme se subió su tanga y pantalón, aunque no quedaron muy acomodados, si alguien la hubiera visto, habría notado lo desalineado de su ropa, deduciendo lo obvio.
De la mano entramos los tres, ni si quiera nos molestamos en bajar las maletas, ya habría tiempo, cerré la puerta y Esme me soltó de la mano y se colgó de mi cuello.
- Tenía tantas ganas de verte—me besó nuevamente, Tania no dejaba de vernos—vamos a tu recámara, Tania por favor espera en la sala, mira la tele o haz algo, tu tío y yo vamos a tomar una siesta—le dijo a Tania como diciendo “haz lo que te dé la gana, pero no molestes”
- No mami—dijo Tania defendiendo su punto—no me quiero quedar sola, mejor los acompaño a tomar la siesta, así descansamos los tres.
- Pero no cabemos mi amor, la cama de tu tío es para dos personas—Lo dijo como excusa para sacar a Tania de la situación.
- Bueno, eso no es del todo cierto—dije yo mirándolas—mi cama en kingsize y cabemos perfectamente los tres, creo que hasta cuatro cabríamos cómodamente.
Esme me volteo a ver fulminándome con sus ojos verdes, quería estar a solas conmigo, pero su hija se auto incluyó y no recibió apoyo mío para que su hija no nos acompañara.
- Paco, quiero estar contigo a solas—me dijo al oído.
- No pasa nada mi amor, deja que nos acompañe, de igual manera no sería la primera vez que nos vea.
- Pero paco, por favor entiende algo, ando muy excitada y ganosa de ti, no podré evitar gemir ni gritar, y honestamente ya no sé qué tantas cosas pueda yo decir—podía verle las pupilas dilatadas de excitación, pero también de preocupación—y no quiero que Tania me vea así, ya ha visto y HECHO—dijo abriendo mucho sus hermosos ojos verdes—demasiadas cosas y tengo miedo que se traume.
- Mi amor, ya te dije, no pasa nada, tómalo con la naturalidad que es, es algo normal que pasa entre dos personas adultas y sanas—le dije yo abrazándola tomándola de las nalgas, la quería poner cachonda.
- Sí, somos hombre y mujer, pero soy la esposa de tu hermano y ella una niña y además tu sobrina—dijo con ojos preocupados—ya suficiente es que me deje coger por ti por todos lados, como para dejarte hacérmelo enfrente de mi hija.
- Esme, mi amor. Tienes que relajarte, dejar que pase natural, ya te dije tómalo como lo que es y ya, anda entremos los tres, pero primero sería bueno tomar un baño, ando muy sudado, ¿Tú quieres?—le dije a Esme, ella iba a asentir cuando Tania habló.
- ¡Sí!—casi gritó—un baño, quiero bañarme, sudé mucho esperando a mamá.
Esme la vio y después me miró a mí, se veía angustiada, como si estuviera perdiendo el control de la situación, la llevé de la mano mirando como Tania brincaba frente a nosotros, brincaba mientras se despojaba de su ropa, yo desvestí a Esme, que como un mero muñeco se dejó hacer.
Cuando le quité su sexy pantaleta, pase mis dedos por su vulva, Esme me miró entrecerrando los ojos y abriendo un poco su boca, era hembra caliente y solo era cuestión de saber que botón oprimir y en qué momento, para excitarla mucho y hacer locuras con ella.
- Paco—entrecerró sus ojos en súplica—detente por favor, no me pongas caliente, de verdad me preocupa hacer cosas frente a Tania.
- Tranquila mi amor—le dije pegándome a ella y con mis dedos acaricie su vulva arrancándole un gemido que no pudo evitar—lo haremos con clama para que Tania no se traume y lo vea natural.
- ¿Estás seguro que estará bien?—preguntó abriendo su boca por mi estimulo.
- Si mi amor, todo estará bien—me acerqué y la besé, nuestras lenguas se enroscaron, sus manos se enredaron en mi cuello
Las dos estaban desnudas frente a mí, Tania entró a la regadera y yo empuje suavemente a Esme para que entrara, abrí la llave y regulé el agua, me desnudé, pero saqué un bóxer del cajón y me lo puse, no quería presionar demasiado a Esme.
- ¿Te vas a bañar así?—pregunto Esme mirándome algo desconcertada.
- Pues esta Tania, ¿quieres que me lo quite?
- No, creo que no, es mejor así, con ropa interior.
Nos turnamos para mojarnos en el chorro de la regadera, mi bóxer al ser de algodón se pegó a mi cuerpo y marco mi verga que estaba dura, tomé el jabón y empecé a lavar a Esme, sentí como se relajó al sentir mis manos pasar por todo su cuerpo, agacho su cabeza cuando pase mis manos por su cuello esparciendo el jabón.
Estaba en la espalda de ella, Tania al frente, estábamos algo juntos por las dimensiones de la regadera, de hecho estábamos en la misma regadera donde ella y yo nos bañamos juntos por primera vez tallándonos descaradamente el cuerpo, hice más espuma en mi mano y se la pasé a Tania.
- Ten bebé, ponle por delante a tu mamá… mientras yo le pongo por atrás—esto último se lo dije al oído a Esme que se estremeció con mis palabras.
Tania fue directo a los senos de su madre, Esme se estremeció sintiendo las manitas de su hija, yo fui bajando por la espalda hasta llegar a sus nalgas, las cuales magree más que lavar, pase mi mano por el canal intra glúteo y sentí su esfínter posterior, estaba apretado, tenía todo ese que no me vio sin usarse, muy seguramente le dolería a Esme la enculada que le pondría.
Esme estaba con los ojos cerrados, se dejaba llevar por nuestra bañada, le acariciaba suavemente su culo y con la mirada le dije a Tania que fuera a la raja materna.
- Aaahhh—fue el gemido que dio Esme al sentir la manita de Tania lavarle la raja, Tania ya era experta masturbando
Esme volvió a cerrar los ojos, su hija lo hacía suavemente, parecía como si no supiera lo que le hacía a su madre, como si fuera tan inocente que para ella fuera solo un baño, creo que eso fue lo que tranquilizó a Esme que se fue recargando en mí, yo sin pensarlo liberé mi verga del bóxer y la coloqué entre sus nalgas.
- Aaahhh—volvió a gemir cuando sintió barra dura entre sus nalgas.
Hice un movimiento y pase mi verga a su raja, no la metí solo la deslice por encima de su vulva, la tallaba ahí, la quería excitar mucho, sentí toda esa humedad saliendo de su raja sobre la cara dorsal de mi verga que movía de adelante a atrás y viceversa, Tania seguía lavando la raja materna, pero al desliza mi verga esta quedaba entre su manita y la raja de su madre, Tania al sentirla subía su mano para oprimirla contra la raja materna, incluso tomaba mi verga y movía su manita de adelante atrás, rozando con el dorso de su pulgar la raja de su madre, creo que para Esme era demasiado, la sentí temblando de emoción, pero aún tenía algo de cordura, porque entre balbuceos me dijo.
- Paco… aaahhh… Tania, no… no debe… tu verga… aaahhh… aaahhh… aaahhh—gimió sin poder evitar su orgasmo, aunque le preocupó el que pasara mi verga por la mano de su hija.
Así pegada a mí, la metí al chorro de agua, le enjuagué el jabón ella dócilmente se dejó hacer por mí, la recargue en la pared, me puse frente a ella, nos miramos, puse mi verga en su vulva, nuevamente solo por encima, sin penetrarla y mientras me moví asemejando una cogida la besé metiéndole lengua, sentí como sus labios estaba totalmente flojos, tanto los de su boca como los de su vulva, cuando sentí que estaba muy excitada me volteé a Tania y la metí al chorro de agua.
Esme nos miraba recargada en los azulejos aun respirando agitada, Rápidamente me lavé y lavé a Tania, pero no fue sensual ni lascivo, solo fue un mero baño, solo que olvidé guardar mi verga que seguía dura como roca, Tania la miraba y reía, finalmente terminé y salimos para secarnos, Tania no dejaba de verme.
- Mami ¿Tu sabes por qué el tilín del tío está así?—preguntó Tania sin dejar de ver mi verga erecta, Esme despertó de su estupor y se puso roja sin saber que decir.
- Tania, bebé, ya te lo había dicho que si estoy así, es porque estoy muy contento de que estén aquí conmigo las dos, solo para mí… la dos—dije esto y jalé a Esme para besarla.
Le metí lengua a Esme y ella cerró sus ojos dejándose llevar, después jale a Tania y besé en los labios, Esme seria nos miró, no fue un beso apasionado, solo juntamos nuestras bocas por dos segundos.
- Ay, por cierto Esme, se me había olvidado comentarte algo, Tania y yo somos novios—dije sonriendo, Tania también lo hizo y se abrazó a mí quedando muy cerca de mi verga erecta.
- ¿Ah son novios?—dijo Esme arqueando su ceja y sonriendo–¿Y tú señorita, a quién le pediste permiso para tener novio?—dijo arqueando más su ceja, pero no era un reclamo verdadero, porque su sonrisa nuca desapareció.
- Perdón mami, fue un momento de debilidad, es que el tío Paco me gusta mucho, pero ahora si te pregunto ¿Me dejas tener novio? ¿me dejas que mi tío sea mi novio?—pregunto con la cara de inocencia más pura del mundo.
- ¿Y sabes lo que significa tener novio?—preguntó arqueando la ceja.
- Si mami, es para abrazarlo, que me cuide, que me compre helado, que me lleve al cine y muchas cosas más—dijo Tania suavizando el concepto de novio–¿entonces si me dejas tener a mi tío de novio?
- Si mi amor, está bien, te dejo tener novio—dijo sacudiendo el mojado cabello de su hija—te doy permiso de que seas novia de tu tío, que te quiere mucho y te cuidará siempre, pero con una condición, esto es secreto, no debes andar diciendo por ahí que tu tío es tu novio, porque lo puedes meter en problemas.
- Si mami, secreto, así me gusta más, ser novia en secreto de mi tío—dijo abrazándome más fuerte, esto hizo que su costado tocara mi verga.
- Y también debes guardar el secreto de que tu tío te besa en la boca, aunque sea de cariño —continuó diciendo Esme—tampoco puedes decir que se bañan juntos desnudos y mucho menos, pero mucho menos, andar diciendo todas las cosas que pasan en esta casa, ¿De acuerdo?
- Si mami, todo lo que el tío nos haga a las dos será secreto también—se veía emocionada,
Sentí como me abrazo más fuerte sintiendo la complicidad de su madre, incluso se puso frente a mí, quedando mí verga dura oprimida por su abdomen. Esme sonriendo, frunció el entrecejo como pensando porque Tania diría eso.
Tania me volteo a ver y se puso de puntillas, paró sus labios y me reí mirando a Esme que también me sonrió y se encogió de hombros, como diciendo “dáselo, no importa, es solo un piquito” voltee a Tania y la volví a besar, deje mi boca pegada a la suya pero ahora por más segundos, Tania abrió sus labios y yo los míos, ella estaba abrazada a mi abdomen y yo pase mis manos a su espalda acariciándole, este si era un beso de novios, al final Tania con sus labios atrapó mi labio inferior chupándolo un poquito, pero lo suficiente para estirarlo, pude sentir su lengua acariciando mi labio.
- Vaya, ese beso estuvo más intenso—dijo Esme mirándonos.
Esme sonreía, pensaba que era un juego inocente entre su hija y yo, a pesar del apasionado beso que nos acabábamos de dar, creo que no tenía idea de lo duro que le había dado a su hija por todos sus agujeros, haciéndola chillar de gusto.
Caminamos los tres a mi recámara, me había quitado el bóxer, así que los tres íbamos desnudos, puse la mano de Esme sobre mi verga, ella la dejó sonriendo mientras caminábamos, Tania lo notó.
- Tío ¿Por qué mi mami te agarra así tu pilín?—dijo mirando como su madre apretaba y levemente masturbaba mi verga.
- Es para que no se caiga, ya ves que trae los pies mojados y el piso es resbaloso—le dije sonriendo.
- Ay, pues yo tampoco me quiero caer—dijo a modo de reclamo y tomó mi verga de la parte libre que quedaba, Esme abrió sus ojos asustada, la miré y la tranquilicé haciendo ademanes de no darle importancia.
Miré la recamara al fondo, ese sería el santuario donde iniciaría a Esme en compartir momento íntimos con su hija, sería una prueba de fuego, pero estaba seguro que la aprobaríamos con honores, las tomé a las dos de las nalgas, las dos me voltearon a ver y sonrieron, mi verga brincaba en las manos de las dos.
Así entramos a la recámara, las dos tomando mi verga masturbándome suavemente mientras caminábamos, Esme me soltó y empezó a levantar las sabanas para meterse en ellas, volteó a vernos y parpadeó desconcertada mirando como Tania seguía tomando mi verga y la movía suavemente de arriba bajo, hable distrayéndola.
- Esme, mi amor, hace calor, ¿No será mejor estar encima de las sábanas?—le dije tranquilo.
- No paco, mejor debajo—me miró con esos ojos verdes, veía su angustia—por favor, anda, debajo de las sábanas ¿Si?
- Está bien—dije dejándola descansar tantito de su estrés.
Sabía que íbamos a coger, su hija iba a estar presente y no quería ser tan obvia, se acostó en medio de la cama de lado, yo me puse atrás de ella, Tania se pudo enfrente, pero Esme la volteó dejándola de espaldas a ella, la jaló abrazándola y la beso en su cabello.
- Duerme, descansa bebé—la volvió a besar con mucha ternura, Tania se volteó a verla.
- Tú también mami, descansa—se giró más para darle un beso en los labios.
Esme sonrió le correspondió, Tania continuó hasta que las lenguas de ambas salieron y se enrocaron en una danza lasciva, Esme ya estaba excitada nuevamente, ya que yo estaba manipulando en su raja para penetrarla.
Me acomodé mejor, apunté mi verga a la raja de Esme y empujé, estaba tan lubricada que no tuve problemas para entrar en ella, Esme lanzó un suspiro que terminó en gemido.
- Mmm… aaahhh… paco, mi amor, te extrañe—dijo dejando de besar momentáneamente a su hija, Tania solo la dejo descansar un segundo y la besó de nuevo, de hecho se volteó quedando de frente.
- Mami ¿Por qué tiemblas?—preguntó Tania con falsa inocencia, mirando a su madre estremecerse con mi verga dentro— ¿te duele algo?
- La cabeza… un poco… aaahhh—dijo ella, me reí por el doble sentido que tenía, le dolía la cabeza, pero la de mi verga entrando en ella.
- ¿Si te doy besitos te sentirás mejor?—preguntó mordiendo su meñique.
- Sí, mi amor—contesté yo, metiendo y sacando la verga de la encharcada raja de Esme—anda, dale muchos besos.
Tania empezó a darle besitos tiernos en toda la cara, Esme tenía sus ojos cerrados y su boca abierta, era sacudida levemente por mis estocadas que iban en aumento, Tania se detuvo en su boca y la volvió a besar con esa pasión prohibida entre las dos.
- Mmmggghhh—fue el gemido que dio Esme cuando empecé a masturbarle el clítoris.
Mi verga seguía entrando y saliendo de su encharcada raja, sentía como vibraban sus nalgas cuando mi pelvis chocaba con ellas, empecé a acelerar.
- Aaahhh… aaahhh—gimió más fuerte Esme.
Sentía como mi verga se deslizaba dentro de ella, la sentía tan mojada, estaba totalmente excitada, su vagina se contraía apretando mi verga, sentía mucho placer al estarla penetrando así.
Pasé mi brazo por debajo de su cabeza y ella se recargó en él, después la sujete con mi otra mano de la cadera y aceleré, con mis dos brazos hice palanca para sujetarla y poder cogérmela fuerte, Esme lo sintió y gimió a grito abierto, tanto que hasta Tania dejó de besarla para mirar todas las caras que hacía mientras era penetrada por mí.
- Aaahhh… Aaahhh… Aaahhh… Aaahhh…
Gimió gritando, yo aceleraba como loco, le daba tan fuerte que sentí mis huevos querer explotar, pero aún no la iba a dejar descansar. Se la saqué para evitar mi eyaculación, Esme siguió moviendo sus caderas como si aún la estuviera penetrando, vibraba de emoción, su boca temblaba, sus ojos estaban cerrados y a rato se abrían un poco para demostrar su mirada nublada de excitación.
- Paco… aaahhh… te amo… aaahhh—dijo titiritando de placer—dame más verga.
- Y yo a ti mi amor y ahí te va otra vez la verga—le dije volviéndosela a enterrar en su mojadísima raja.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh.
Esme gemía a ratos y otros se dejaba besar por Tania, yo le seguía dando, pero mis manos no se quedaban quietas, le apretaba los pezones, le machacaba el clítoris, la nalgueaba, sentí que era tiempo de cambiar de posición, movía a Tania apartándola un poco de nosotros y me giré quedando arriba de Esme, que terminó boca abajo, puse a Tania igual que su madre y empecé a bombear a Esme.
- Aaahhh… Aaahhh… Aaahhh… paco…
A Esme le encantaba esa posición, jalé a Tania y le metí dos dedos en su vagina que estaba igual de húmeda, sin dejar de penetrarla me senté en los muslos de Esme y desde ahí se le metía al mismo tiempo que masturbaba a Tania que empezaba a gemir.
- Aaahhh—gimió la pequeña con sus ojitos cerrados y abriendo sensualmente su boquita.
Miré el deformado culo de Esme, escupí en mi mano libre y lo embarré en él, después mientras la penetraba, le metí dos dedos de una vez, la quería dilatar rápido para cogérmela por ahí.
- Esme, te voy a meter la verga en el culo—dije moviendo mis dedos en su esfínter.
- Paco… está Tania… aaahhh—dijo en un intento de cordura.
- Lo sé—le dije al oído dejándome caer sobre su espalda—pero quiero joderte el culo, lo necesito.
- Aaahhh… paco—dijo en un hilo de voz, le encantaba que le hablara sucio.
- Pídemelo—le dije en su oído moviéndome más intenso en su raja.
- Aaahhh—gimió vibrando su cuerpo, sintiendo como la dominaba.
- Pídeme que te joda el culo, quiero oírlo—le dije moviendo mi cadera hacia arriba para estirarle la vagina con mi verga.
- Sí, Paco… sí… hazlo, jódeme el culo… aaahhh
- ¿Enfrente de Tania?—pregunté malicioso.
- Si, házmelo, no me importa.
- Dilo más fuerte—le volví a decir aumentando la intensidad de mis penetraciones.
- ¡Métemela en el culo!—casi gritó
- Dime que te de fuerte, dímelo—le di fuerte por su vagina para excitarla más.
- Si paco, dame fuerte, hazlo fuerte… quiero que me duela… aaahhh… quiero sentirte… quiero sentir toda tu hombría dentro de mí, hazme gritar… aaahhh… Aaahhh… Aaahhh… Aaahhh—miré su cara desfigurada con su boca abierta y sus ojos casi en blanco.
Esme fue un gemido tras otro, la hice tener un orgasmo incitándola a que me dijera que le diera por el culo, se la saqué y puse mi glande en su esfínter.
- Entonces ¿quieres que te por el culo?
- Si, paco, métemela por el culo
- No importa que te duela—le dije moviendo mi glande de arriba abajo en su culo.
- No, no me importa, anda ya penétrame—dijo Esme moviendo ansiosa sus caderas.
- Te lo voy a llenar de leche—le dije estimulando su vagina con mi verga.
- Si, lléname de tu leche, la quiero sentir.
- ¿Harás lo que sea por mí?
- Si mi amor, haré lo que quiera… aaahhh… aaahhh… ya métemela.
- Si, te voy a encular muy fuerte como mi hembra que eres, te voy a dejar llena de leche—le dije moviéndome intenso en su vagina, la quería seguir excitando cada vez más—y cuando acabe de llenarte, le vas a dar la leche a Tania desde tu culo, ¿oíste?
- Aaahhh—gimió con una fuerte estocada final que le di—si mi amor, haré lo que tu quieras, le daré a Tania tu leche con mi culo… aaahhh… aaahhh
Se la saqué y la dirigí a su culo, empujé y mi verga se fue dentro, no ocupó lubricante, la saliva fue suficiente para lograr esa deliciosa penetración anal, Esme arqueó su cabeza sintiendo como iba entrando en ella por su hueco posterior, me detuve cuando mis huevos chocaron con su mojadísima raja.
El bombeo empezó, mi mano regresó a la vagina de Tania, dos dedos en su rajita y una en el culo, le pellizcaba así a Tania que feliz miraba como enculaba a su madre, me miró, nuestras miradas se cruzaron, sonreímos en complicidad, para cuando menos esperara ya estaría cogiéndome a las dos, este sería el segundo trío olímpico (Madre e hija) en mi vida.
La cambié de posición varias veces, Esme se dejó hacer de todo, incluso cooperó acomodándose o haciendo algún movimiento para facilitar mi cogida.
Y el momento cumbre llegó, ya no pude aguantar mi eyaculación, empecé a sentir ese cosquilleo que indica que la leche está por estallar, le daba de lado, al sentir esto me moví y volví a quedar sobre ella y aceleré como loco gimiendo de placer, al terminar le dejé solo el glande dentro, para que mi leche quedara más cerca de la superficie.
- Esme, te dejo mi leche, como me gusta tu culo, aaahhh—vibre por las salida de mi leche.
Caí fulminado, pero aun así tomé fuerza y puse a Esme de lado, ella quedó frente a mí, tenía sus ojos cerrados y su reparación era agitada, besé su boca que estaba totalmente floja lo mismo que su culo, sentí la suavidad de sus labios, estaba totalmente relajada, creo que hasta se estaba durmiendo del placentero descanso post coito.
Habíamos llegado al punto cero, lo que pasara a partir de aquí marcaría nuestro rumbo, abrazándola y besándola, la sostuve, la mantuve de lado, no la iba a dejar moverse, le hice una seña a Tania, ella entendió de inmediato, se fue hacia las nalgas de su madre, se acostó de lado y con ambas manos las separó, el oscuro agujero apareció con rastros de mi leche.
- ¡Paco!—Esme abrió sus hermosos ojos verdes, sorprendida al sentir la boca de su hija.
- Tranquila mi amor, déjate hacer por Tania, lo ha esperado mucho—le metí mi mano en su entrepierna y acaricie su vulva, Esme volvió a aflojar su boca.
- Pero paco, Tania me esta… aaahhh—gimió al sentir que Tania pegaba su boca al culo de ella y chupaba para extraer mi leche.
- Déjala hacerlo, desde que te escuchó no ha dejado de decirme que lo quería hacer, que sacie su curiosidad.
- Aaahhh, Tania, no, así no… aaahhh—gimió Esme sintiendo como Tania le chupaba y cuando salía mi leche escurriendo por sus bordes ella pasaba su lengüita recogiendo mi viscosa y nutritiva leche.
Tania siguió chupando y lamiendo el culo materno, yo besaba suavemente a Esme y la acariciaba lentamente, ella ya estaba relajada, cerraba sus ojos cuando la besaba, los abría me miraba con esos ojazos verdes, su mirada era nublada, estaba excitada y confundida, el estímulo era demasiado, Tania ya era experta en hacer eso, practico mucho con lupita.
- Paco, siento muchas cosas… aaahhh—decía Esme en un susurro de voz.
- Déjate hacer, no le digas nada, para ella es solo una curiosidad que ha tenido.
- Pero me estimula mucho.
- Ese es tu recompensa por ser una buena madre, tierna y comprensiva con su hija.
- Aaahhh… aaahhh—gimió sintiendo las chupadas que Tania le daba para seguir extrayendo mi leche.
- Tío, ya casi no sale—dijo Tania mirándome para que hiciera algo.
- Esme, mi amor, puja tantito para que Tania te saque toda la leche.
- Pero paco, yo… no…
- Hazlo mi amor, anda—le dije acariciando su vulva, mientras la volvía a besar metiéndole la lengua.
Con mis dedos en su vulva pude sentir como ella hizo presión dentro de su cuerpo, al principio lo hizo tímidamente, después pujó más, se escuchó como chorreo el resto de mi leche, se escucharon suaves flatulencias, yo besaba a Esme, ella se separaba de mi para tomar aire y seguir pujando, tenía sus ojos cerrados concentrándose en sacar mi leche con su valsalva, Tania prendida al culo de su madre recogía toda la leche que salía espumosa por el pujo de ella.
- Ya paco, ya no sale—dijo Esme, casi pidiendo clemencia.
- Tania, bebé ya no chupes el culo de tu madre, ya salió toda la leche—dije dejando descansar a Esme, que abnegada se había dejado hacer.
- Si tío, ya no sale leche, pero queda el sabor en los bordes, solo lo lamía para sentirlo.
- ¿Ya estas satisfecha?—le pregunté a Tania, que se sentó limpiando su boca con el dorso de su mano.
- Si tío, ya sé a qué sabe, gracias mami por dejarme probar la leche de tu culo—dijo a su madre que seguía de lado, solo que su mirada ya demostraba preocupación por lo que había hecho.
- Paco, tengo que darme un baño—dijo Esme parándose rápidamente.
- Si, ve mi amor—le dije mirando cómo se perdía en la puerta.
Había sido un evento muy intenso, eso debía admitirlo, fue un gran paso en lo que planeaba, tenía que dejarla descansar, muy seguramente regresaría toda arrepentida y avergonzada por lo que habíamos hecho, tendría yo que ser muy cuidadoso como lo manejara con ella.
Continuará
Te comes acentos, mayúsculas y otros signos de puntuación. Tu atención en los detalles está en otro lado, y con esto me refiero a lo meticuloso que eres en el morbo del relato, en eso no hay quien te supere por acá. Lo que te convierte en uno de los autores más esperados, al menos por mí. Se que ya te han dicho otros lectores/autores, que no tardes tanto y si bien, yo podría sumarme a esas peticiones, entiendo que muchas veces los tiempos para escribir no son los ideales. Sea cuando llegue el siguiente, acá lo espero.
Saludos.
Me encantan tus relatos.
Sigue
Muy excitante y tiene mucho morbo, espereo la continuacion pronto.
Muy excitante y tiene mucho morbo, excelente serie.