Tania con casi 10. Capítulo 4
Conviviendo mas con Esmeralda.
Nota del autor: continuo con la línea, insisto, se que es una historia de tania, pero a veces los personajes toman sus propias desiciones. Espero disfruten leerlo tanto como yo escribirlo.
saludos besos y abrazos.
atte adalberto1979
Capítulo 4
Estabamos en la cocina, Esme estaba con sus labios pegados a los míos, los empezaba a aflojar, en eso escuchamos pasos, ella brincó y se soltó de mí se fue a la estufa y en eso entró mi hermano con cara de golpeado.
- Buenos días nos saludó al mismo tiempo.
- Buenos días campeón del alcohol jajaja—saludé burlándome de él.
- Ya sabes que yo casi no tomo, ayer me excedí.
- Si te creo. Te excediste con 6 bebidas—reí con sarcasmo, pues seis bebidas para mí eran un chiste.
- 5, la última no me la pude acabar.
- Te mi amor—le dijo Esme llevándole un plato con los huevos con tocino.
- Si mi amor, aunque debería comer chilaquiles o algo más picoso.
- ¿Y para qué? Si tampoco toleras el picante jajaja—le dije recordándole cuando comíamos chilaquiles y él acababa llorando todo enchilado.
Reímos los tres, en eso bajó Tania ya bañada y cambiada, Carlitos seguía dormido, así que Esme subió a bañarlo y cambiarlo, bajo con él ya cambiado y le sirvió, los cinco comimos e hicimos una sobre mesa, los niños fueron a ver tele y nosotros planeamos el día.
- Bueno iremos nuevamente a playa virgen y después a comer mariscos, la noche no sé si quieran repetir de ir a bailar o a cenar—dije yo haciendo los planes, vi como Esme brincó al escuchar baile.
- Si, vamos a bailar—dijo ella mirando a su esposo.
- Bueno si, vamos a bailar, ayer nos la pasamos muy bien, pero ya no tomaré tanto—dijo Carlos levantando la mano en señal de promesa.
- Ay hermano, estas de vacaciones, tómate todo el alcohol de la playa, ya habrá tiempo de ser sobrio.
Reposamos un poco y preparamos las cosas para ir a la playa, llegamos nos instalamos bajo una palapa vacía, Esme dejo la canasta con la comida, Carlos se acostó sobre una tolla grande y cerró los ojos, creo que aún estaba con resaca y quería dormir, ni Esme ni yo lo interrumpimos en su descanso, Carlitos empezó a jugar con la arena y sus pequeñas tinas, Tania me miró y miró al mar.
- ¿Quieres ir al agua?—le pregunté a Tania
- Si—contestó Esme, pensando que era para ella la invitación, ya no quise corregir.
- Bien vamos los tres.
Las dos me tomaron de la mano y nos dirigimos al mar, las olas nos mecían, nos divertía como nos revolcaban las olas, Tania nadaba lejos de nosotros y luego se acercaba nadando a toda velocidad presumiendo lo que había aprendido en sus clases de natación.
En una de esas que Tania se alejó de nosotros, Esme estaba pegada a un lado mío, no me resistí y le pellizqué una nalga sobre su bikini, ella dio un brinquito, miró hacia dónde Carlos dormía y luego a mí, me sonrió abriendo sus hermosos ojos verdes como preguntando ¿Qué te pasa?
- Perdón, es te vi una espinilla y ya sabes que no resisto reventarlas.
- Coqueto—dijo mostrando sus dientes, le acaricié una nalga, ella ya no dijo nada solo me miro de reojo y dejo que mi mano la manoseara.
La jalé más hacía dentro del mar y el agua tapo nuestras cinturas, aproveche eso y metí mi mano por la parte superior de su bañador, mi mano paso entre sus nalgas y llegó a su raja, mi dedo entró.
- ¿Qué haces?—preguntó entre asustada y sorprendida, volteando nuevamente a ver a donde su esposo dormía.
- Te estoy lavando.
- ¿Estoy sucia?—preguntó algo divertida.
- No sé, pero es mejor asegurarnos—dije yo moviendo mi mano.
Se acomodó para facilitar mis movimientos, literal la estaba masturbando a unos metros de su hija que nadaba feliz a nuestro alrededor y a unos metros más de su esposo, que era mi hermano; su hija se nos acercaba y nos sonreía, ella le mostraba los dientes en una mueca de intento de sonrisa y se veía que luchaba por no cerrar los ojos y empezar a gemir.
- ¡Mírame mami!—gritó Tania a su mamá.
- Si, hijita te veo.
Tania se acercó nadando a donde estábamos, Esme se agachó un poco para abrazarla, eso facilitó mi movimiento, se puso de espaldas frente a mi semi agachada, eso tapo a su hija dónde estaba mi mano, esto era muy excitante para mí, ella no sacaba mi mano, solo ocultaba dónde estaba para que yo pudiera seguir en lo mío.
Tania quiso que yo la cargara Esme se pegó a mí y se giró un poco, me metí más hacia el mar para que el agua tapara lo que le hacía con mi mano.
Mi mano derecha estaba dentro del bikini de Esme acariciándole su raja y con mi brazo izquierdo cargaba a Tania.
- Que feliz soy que estén ustedes aquí conmigo.
- Tío te quiero—dijo Tania recargándose en mi hombro.
- ¿Y tú me quieres?—le pregunté a Esme, ella no contestó, solo recargo su cabeza en mi hombro derecho y cerró sus ojos dejándose masturbar por mí.
Así estuvimos meciéndonos con el vaivén de las olas, sentí como Esme me abrazaba mientras recargada en mi suspiraba con mis caricias, sentí que vibró y contrajo su vagina, su tierno orgasmo había llegado nuevamente, se separó de mí, me miró con la boca entreabierta y la mirada nublada.
Creo que en ese momento no pensaba con mucha lucidez porque me dio un beso en los labios, no fue un piquito, fue un beso a plenitud, Tania nos vio, Esme lo notó y se puso roja como tomate.
Yo me reí cuando vi como Tania abrió la boca y nos miró, a su corta edad sabía que en la boca solo se besan los esposos y los novios o los tíos cachondos con sus sobrinas. Acerque a Tania hacia mí y le di un beso en los labios, así como su mamá me lo había dado a mí.
- Te quiero bebé—le dije dándole otro.
- Y yo a ti tío—dijo volviéndome a besar, abría su boca descaradamente frente a su madre.
Esme descansó cuando vio que minimicé el beso que ella me dio distrayendo a Tania, lo que no imaginaba es lo que iba a hacer.
Saque mi mano de su bañador, con mis manos tomé a ambas de su cabeza y las junte para que se dieran un beso, las dos desconcertadas juntaron sus bocas, sus ojos muy abiertos se miraban la una a la otra, por reflejo las dos pararon sus labios cuando estos se juntaron, las deje un rato juntas, más del que estuvieron conmigo, las dos estuvieron con sus labios juntos todo el tiempo que yo las deje, ninguna puso resistencia, las solté y ellas se separaron, al hacerlo se escuchó el “muac” final de un beso.
- Mira Tania—dije yo explicándole– cuando una persona quiere a otra, como yo te quiero a ti, lo puede demostrar con un besito en los labios y no está mal.
- Si tío—Tania asintió entendiéndolo.
- Así como yo te quiero a ti y te beso—le di un besito en los labios—también quiero a tu mamá porque es mi familia.
Al terminar de decirlo voltee hacia Esme y le di un beso, solo que abrí un poco mi boca y ella hizo lo mismo, movimos nuestros labios unidos, sentí como ella se apasionó, apretó mi espalda, su lengua toco la mía, por primera vez tocaba su lengua y era frente a su hija, me separé de ella y voltee a Tania que atenta nos miraba.
- ¿Ves?— le dije mirándolo tranquila—no es malo, pero no debes decirlo a nadie, ¿de acuerdo?
- Si tío—dijo ella alegremente– ¿puedo darle otro besito a mami?
- Si bebé, todos los que quieras, pero solo cuando estén a solas.
Se acercó a su mamá y la besó como yo lo había hecho, Tania cerró sus ojitos al hacerlo y Esme los abrió como platos, me miró y yo le hice la seña de que siguiera para no levantar sospechas en la niña, Esme aflojó su boca y beso a su hija por un rato, creo que Tania se prendió, pues la beso mucho rato, incluso le metió la lengua, Esme no tuve más remedio que responderle con la suya, yo mientras acaricié las nalgas de Esme bajo el agua.
Creo que Esme también se prendió, sentí como apretó mi espalda y ladeo su cara para facilitar el beso de su hija, tiernamente las separé, mi hermano seguía dormido, yo vigilé en todo momento mientras ellas se besaban.
- Bueno bebé, creo que ya es hora de salir, debemos despertar a tu papá y tu madre que nos haga algo de comer—voltee hacia Esme— ¿verdad mi amor?
Me salió el “mi amor” tan natural que Tania sonrió alegremente ante su sonrojada y risueña madre.
- Si mi amor—contestó Esme sonriendo ante la sonrisa de emoción de Tania.
- A ver, solo espera un poco
Chupe mi dedo medio y lo dirigí a la parte posterior del bañador de Esme, mi dedo entró en su culo, que estaba algo flojo por lo relajada que estaba ella que abrió sus ojos medio sorprendida por mi osado movimiento, pero entrecerró sus ojitos y sonrió.
- ahora sí, vamos para afuera.
Salimos los tres del agua, Tania vio como todo el tiempo tenía mi mano en la parte de atrás del bikini de Esme y le agarre a una nalga y metía mi dedo en su culo, y también vio a su madre que tampoco objetó nada, incluso cuando caminamos fuera del agua, Tania iba atrás de nosotros y veía en primer plano como le manoseaba una nalga a su mamá y metía y sacaba mi dedo, Esme caminó lenta a mi lado, con la boca entreabierta, no se opuso a nada de lo que le hacía; la solté a tan solo dos metros de Carlos, que feliz roncaba ante la paz y soledad de la playa.
Comimos lo que Esme preparó y nuevamente Carlos despertó en ese momento, comió con nosotros, nos arreglamos y nos fuimos a la casa, pasaron unas horas y los invité a comer mársicos a la fonda donde siempre iba. Alegremente comimos y reímos durante la comida.
Llegamos a la casa y como 4 horas después estaba yo con Carlos en el baño, yo todo preocupado viendo como mi hermano vomitaba hasta el hígado, la comida le había provocado una intoxicación.
- Lo siento hermano de verdad, créeme que siempre voy a comer ahí y nuca me había enfermado, es un lugar muy limpio—decía yo angustiado por haber sido el culpable de eso.
- Te creo hermano, ya ves que tengo muy poca tolerancia a los mariscos.
- Pero solo comiste caldo de iguana y eso no es marisco—dije yo buscando una explicación.
Mi hermano se me quedó mirando, vi como hizo una mueca de asco (Tal vez recordando a la iguana) y regreso a la taza a seguir vomitando, Salí del baño y ahí afuera estaba Esme, mirándome preocupada.
- Creo que le cayó mal el caldo de iguana—le dije a ella.
- No le cayó mal, lo que pasa es que tiene un estómago delicado para los condimentos y si estaba muy condimentado.
- ¿Y tú estás bien?—le pregunté preocupado por ella y muy apenado por la situación.
- Claro, soy chilanga, puedo comer tornillos, clavos, piedras y no me enfermo.
- Jajaja
Reí por su comentario, salí a la farmacia a comprar medicamento para mi hermano, le compré lo básico para una intoxicación alimentaria, suero oral, antidiarreicos, antiespasmódicos, etc. y regresé a la casa, mi hermano estaba en la sala con cara de zombi, lo lleve a su recámara y ahí le di el medicamento, le deje el suero, me dijo que quería dormir, pues se sentía muy débil, lo deje descansar.
Bajé a la sala con Esme y los niños que veían tele.
- No sabes cuanta pena me da que se haya enfermado—dije yo todo apenado.
- No tienes por qué estarlo, tú no sabías que iba a pasar, tu única culpa ha sido querer ser un buen anfitrión.
- Gracias—le dije por tratar de hacerme sentir mejor– Creo que la salida se arruinó ¿verdad? mejor voy al súper a comprar cosas para la cena, no tardo en regresar.
Salí solo ente la mirada de ellas, me sentía mal por mi hermano que se había intoxicado por llevarlo a la fonda, compré lo necesario para comer en esos días, eran cerca de las 9 pm cuando regresé, entré y vi a Esme arreglada para salir.
- Hola, traje lo necesario para estos días, ¿dónde es la fiesta?—pregunté viendo a Esme arreglada.
- Hable con Carlos, se siente mal porque dice que no quiere arruinar las vacaciones y casi me ordenó que me fuera a pasear contigo—su cara tenía un brillo diferente al saber que pasearíamos solos.
- ¿En serio?
- Si, anda cámbiate, dejaré algo ligero para los niños y Carlos.
- ¿Segura?
- Si, ya hable con él y él cuidará a los niños para que no venga la Lupita esa—noté algo de coraje hacia Lupita.
Me reí para mis adentros, Esme era muy territorial por lo que se veía, asentí y me fui a cambiar a mi recámara, cuando ya estaba cambiado pasé a la recámara dónde mi hermano dormitaba.
- Hola Carlos—dije bajito.
- Hola hermano—contestó con voz débil—saldrás con Esme ¿verdad?
- Si, bueno, si a ti no te molesta.
- Sólo prométeme algo.
- ¿Qué?—sonreí, me intrigó que me pediría mi hermano.
- Que no comerán caldo de iguana.
- Jajaja prometido hermano.
- Estamos de vacaciones y no quiero que por mi culpa se arruinen, así que vayan diviértanse mucho, deja todo lo que puedas cansada a Esme.
- Lo intentaré.
Bajé y Esme me esperaba sentada en la sala con sus hijos viendo una película infantil, ella y Tania voltearon a verme cuando bajé.
- ¿Por qué tardaste tanto?—me preguntó Esme.
- Es que llegue a despedirme de Carlos.
- ¿Dijo algo?—Esme me miró preocupada, tal vez pensó que su esposo, mi hermano se había arrepentido de que saliéramos solos.
- Solo que no te llevara a comer caldo de iguana.
- Jajaja—rio de buena gana—no, creo que mejor ya no me arriesgo.
Salimos de la mano, Tania nos despidió con una sonrisa pícara, como si fuera cómplice de una travesura nuestra, subimos al auto, yo le abrí la puerta como un caballero, Esme sonrió feliz y emprendimos el viaje.
- ¿Cómo te estás pasando tus vacaciones Esme?—dije mirando al frente mientras manejaba.
- Muy bien, han sido más placenteras de lo que yo esperaba—tocó mi muslo cuando dijo eso, después lo soltó—pero hay algo que me preocupa.
- ¿Qué?
- Tania—dijo en tono seco.
- ¿qué te preocupa de Tania?
- Pues la noto cambiada—hizo un silencio y después continuó– ¿sabes algo? Cuando saliste a la farmacia me pidió otro beso.
- ¿Y se lo diste?
- Pues sí, ¿qué más podía hacer después de nuestra indiscreción?—levanto sus manos en señal de “que podía hacer”.
- ¿Nuestra?—dije yo riendo.
- Sí, nuestra—dijo algo desesperada agitando las manos en el aire—tú fuiste quién salió con eso de que en la familia se pueden besar en la boca, baje la guardia y me descuidé después de que me estuviste… “lavando”
- Pero no dije mentiras—le tomé la mano—te quiero como mi familia.
- ¿Y la eyaculada en mi ano también fue de familia?—dijo arqueando su ceja.
- Jajaja, no, ya te pedí perdón por eso. No debí hacerlo, pero como dijiste tú, “lo hecho, hecho está”. Además quedamos de que lo olvidaríamos ¿Recuerdas?
- Si lo recuerdo, pero tenías razón, no lo he podido olvidar.
- Bueno, no lo hablaremos, pero si vuelves a decir que eyacule, dilo bien.
- ¿Cómo?—preguntó ella con curiosidad.
- Cuando digas que eyaculé, di que eyaculé en tu culo, no en tu ano.
- ¿qué eyaculaste en mi culo?
- Si, así vas a decirlo.
- Ok, sí que estás muy loco. Pero te complazco—hizo una pausa y sonrió con malicia– ¿Oye te acuerdas cuando eyaculaste en mi culo?—lo dijo como si hubieran pasado años del suceso, yo le seguí el juego.
- Si me acuerdo, recuerdo lo rico que sentí como tu culo apretó la cabeza de mi verga, aaahhh, aún gimo cuando lo recuerdo.
- Jajaja—rió con mi espontaneidad, pero movió inquieta sus piernas—entonces, ¿si te gustó eyacular en mi culo?—arqueó su ceja.
- Sí, mucho.
Moví mi mano por su espalda y llegue a sus nalgas, empujé hacia arriba, ella se levantó un poco sonriendo y jale su suave falda hasta descubrir sus nalgas, mi mano se perdió bajo su sexy pantaleta, que por cierto era muy suave, palpé el culo de ella, ella dio un brinquito cuando sintió mi dedo que quería entrar, pero estaba muy seco el lugar.
- Aquí está el bebé.
- ¿Sabes que eres un osado?—preguntó ella con una sonrisa sintiendo como mi dedo quería entrar en ella por su puerta trasera—sabes que nadie ha tocado ese lugar, mucho menos penetrarlo y tú ya eres un visitante frecuente, no sé ni por qué te dejo hacerlo.
No dije nada, solo saque mi dedo, se lo metí a la boca, ella abrió sus hermosos ojos verdes, pero no hizo por sacarlo, era el dedo que había tocado su culo, ahora tocaba su lengua, lo saque todo ensalivado y lo regresé a entre sus nalgas, mi dedo intentó nuevamente penetrarla, pero estaba tenso.
- Aflójate—le dije en un susurro.
Vi como ella frunció el entrecejo, abrió un poco su boca y aflojo su culo, mi primera falange entró, ella gimió cuando lo hice; sí, mi dedo sería una visitante frecuente de su culo. Llegamos al lugar de baile, mi dedo seguía dentro de ella.
- Ya llegamos, bajemos
- ¿No me abres la puerta?—dijo mirándome con sus pupilas todas dilatadas.
- Si mi amor—miré a donde ella estaba sentada en mi mano— perdón, ¿me das chance de sacar mi mano?
- Ah si—se levantó un poco y mi mano salió, volteo a verme creo que ella ya adivinaba lo que iba a hacer, y si, vio como chupe mi dedo.
- Delicioso—dije yo saboreando su esencia.
- Eres un cochino—dijo riendo dándome un golpecito en el hombro.
- ¿Por qué?
- ¿Cómo que por qué? Lo tenías dentro de mí…
- ¿De tu qué? Dilo—dije yo.
Ella sonrió y se acercó a mí con esa mirada felina que tenía
- De mi culo—me dio un beso en los labios, ya no fue piquito, fue un beso en toda la extensión de la palabra y dijo ya con total naturalidad—vamos a bailar mi amor.
Ya estaba oscuro cuando salimos, la tomé de la mano y ella se dejó llevar por mí, íbamos caminado y cambie su mano por su cintura, la llevaba de la cintura, sentía su estreches.
- Eres una mujer muy hermosa.
- ¿Tú crees?—dijo apenada y se recogió su cabello por detrás de su oreja con su mano, mientras sonreía sonrojándose.
- Sí, muy, pero muy hermosa.
Me detuve con ella a unos metros antes de llegar a la entrada, la tomé de su rostro con ambas manos, ella me miraba a los ojos, esperando que iba yo a hacer, la acerqué a mí, conforme lo hacía ella ladeó su cara para permitirme acercarme y fundirnos en un muy apasionado beso.
- Paco, aaahhh—dijo ella en un susurro.
La besaba con mucha pasión, ya no eran los piquitos inocentes que le di anteriormente, ahora era un beso con total pasión, como si fuéramos los más enamorados del mundo, mientras la besaba me alejaba de la puerta en dirección a un pequeño callejón del bar, era el lugar donde estaba el depósito de basura y precisamente me escondí atrás de este, nadie nos podía ver, solo los que salieran por la puerta de servicio del lugar.
- Mmmggghhh
Gimió ella con mi boca adherida a la suya, mis manos recorrían su escultural cuerpo, ella se dejaba hacer por mí, de repente se separó de mí y habló.
- Te conozco—dijo recuperando el aire.
- Si, lo sé—dije pasando mis manos por su cintura y sus nalgas.
- No, no me entiendes, te conozco muy bien—ella decía mirándome directo a los ojos– ¿cómo te lo digo?—dijo ella como meditándolo—Carlos habla de ti, siempre lo hace, te conozco de todo, sé tus gustos, tus canciones favoritas, tus frases, tus aventuras, tus amoríos, sé todo de ti.
- Esme, yo…
No me dejo terminar, quería seguir hablando, era como si quisiera desahogarse ahí en ese momento conmigo.
- Siento que te conozco de toda la vida, para mi eras una imagen, un ideal, alguien que no existía, algo así como una fantasía una ilusión, de hecho te he de confesar que me he masturbado pensando en ti, en esa fantasía, a veces cuando tenía sexo con tu hermano cerraba mis ojos para imaginar que eras tú quien me estaba penetrando.
Hizo una pausa, me miraba como preguntándose a sí misma si debía continuar, tomó aire y siguió hablando.
- Cuando te vi sentí como mi corazón se aceleró, mi vagina se contrajo una y otra vez, no lo podía evitar, no sabes cuánto tuve que disimular para no evidenciar lo emocionada que estaba, la imagen, la fantasía, el mito, se estaba haciendo real frente a mí.
Yo la miraba, ella ya estaba agitada al hablar.
- No sabes cuánto ensaye para bailar bien, sabía que iba a bailar contigo, quería que no te decepcionaras, me deje bañar por ti, que me frotara con tu pene, que eyacularas usando mi cuerpo, creo que desde el primer día que llegamos, si me hubieras llevado a tu recámara a hacerme tuya y yo me hubiera dejado.
Se separó un poco de mí, desabrochó mi pantalón, lo hacía rápido, y sacó mi verga que estaba semidura, la froto hasta dejarla dura como roca, levantó su falda y jaló su pantaleta hacia una nalga atorándola y dejando libre su raja que podía ser olfateada por mí de lo excitada que estaba, me jaló de la verga y la acercó a su raja.
- Penétrame, lo necesito, anda, hazme tuya aquí y ahora, no me importa si nos ven… aaahhh.
Gimió cuando mi verga se perdió dentro de su raja, sentí la gloria, como mi verga entraba tan fácil por lo muy lubricada que estaba, además había tenido a sus dos hijos por parto natural, eso la hacía más fácil de penetrar, pero se sentía aún buena estreches.
Mis caderas se movieron a un ritmo rápido, ella me empezó a besar y a gemir en mi boca, le mordí su labio inferior y sentí como su raja se mojó toda, aceleré y ella empezó a gemir más fuerte, tuve que pegar mucho mi boca para ahogar sus gemidos, casi gritos, de placer.
- Si paco, así, más fuerte, dame… aaahhh.
Tenía una pierna de ella levantada por su corva, la levanté un poco más y eso facilitó aumentar la velocidad, sentí como si se hubiera orinado de lo mojado que estaba, sentí que mis huevos querían explotar.
- Me vengo aaahhh—dije en su oído.
- Si, déjamelos dentro… aaahhh, quiero sentirlos.
Mis huevos vaciaron todo el semen en su raja, sentí los chispazos y ella gimió cuando sintió mis chorros golpear su cérvix, me quedé dentro de ella y nos seguimos besando, mi verga se aguado y salió sola, baje su pierna gentilmente ella tenía los ojos cerrados y una sonrisa en sus labios, abrió sus ojos para verme y me mostró la plenitud de sus dientes, se veía feliz.
- Siento como tu leche escurre por mis piernas—su sonrisa no se la quitaba nadie.
Baje mi mano y sentí los chorros que resbalaban por el interior de sus muslos, ella sonreía y cerraba sus ojos cuando mi mano palpaba su vulva toda mojada por mi leche y sus flujos.
- ¿Quieres ir a bailar o mejor me llevas a otro lugar?—su mirada felina marcaba que aún seguía muy excitada.
No le contesté, sólo la tomé de la mano y me dirigí al auto, subimos en silencio, así encendí el auto y conduje al motel más cercano, era extraño, creo que era la primera vez que visitaba un motel, pues tenía mi casa para hacer lo que quisiera con quien quisiera, pero ahora estaba ocupada ni más ni menos que por mi hermano, su esposo.
Estaba seria, mirando al frente cuando me detuve en la caseta y el tipo preguntó que habitación quería, pedí una con jacuzzi, si iba a cogerme a mi cuñada lo haría en la habitación más lujosa.
Avanzamos, estacioné el coche en la cochera del cuarto y baje la cortina, ella solo miraba al frente, por un momento pensé que estaba reflexionando y posiblemente arrepintiéndose delo que íbamos a hacer, fui a abrirle la puerta, volteo a verme y me sonrió, le di la mano, ella la tomó, y afuera me abrazó colgándose de mi cuello, volteo a ver su asiento y había humedad, baje mis manos a sus nalgas y ella sonrió cuando palpe la humedad en su vestido.
- No sé si es tu leche o mi flujo pero esta empapado mi vestido, no sabes lo excitada que estoy.
Nos fundimos en un apasionado beso, así caminamos, ella colgada de mí caminando hacia atrás, yo sosteniéndola por su cintura y en ocasiones por sus nalgas, sin dejar de besarla abrí la puerta y de una patada la cerré, la guie hacia la cama, cuando llegamos y ella topó con sus piernas en el borde de la misma, en una maniobra rápida y hábil para mí, la giré dejándola de espaldas a mí.
- ¡Sí!—dijo en gemido emocionado.
Me quité el pantalón y levante su falda, ella apoyó sus manos en la cama, su cabello cayó hacia adelante cubriendo su rostro; hice con su pantaleta lo mismo que había hecho ella, la jale a un lado y la atoré en una de sus nalgas, mi verga estaba erecta de nuevo, sin usar las manos, solo moví mis caderas, sentí como el glande se atoro en su introito y empuje.
- Aaahhh—gimió ella levantando su cabeza y mirando al frente, de hecho fue más un grito.
La sujete con ambas manos de su cadera y me moví, podía sentir lo resbaloso de su raja, ella hacía movimientos con su cadera para facilitar mis embestidas, desde mi posición veía su pantaleta atorada en su nalga, la ligaba de una forma muy sensual, muy poética, con mis embestidas sus nalgas vibraban, la empujé hacía abajo para que pegara su cabeza a la cama y se empinara más.
- Aaahhh, paco—gimió cuando lo hice.
Al parecer quería ser sometida por mí y pues si eso quería, eso haría. Solté sus caderas y apreté sus nalgas, sentí como ella se movió inquieta, levanté mi mano y la deje caer a su nalga.
- Aaahhh—gimió al sentir mi mano golpeándola.
Una vez más lo hice, cada que la nalguee ella gimió y contrajo su raja, separé sus nalgas con mis dos manos, quise agarrar su culo pero sus nalgas regresaron e impidieron que lo viera a mi antojo, tomé sus manos que estaban apoyadas en la cama y la hice sujetarse las nalgas y mantenerlas abiertas para mí.
- Aaahhh—gimió su raja aventó mucha agua.
Escupí en mi mano y la llevé a su culo, se veía apretado, un verdadero nudo de globo, reí para mis adentros, mi hermano no había tocado ese hermoso trozo de carne a modo de esfínter, sentía el olor de su culo, no olía mal, pero si olía, ese olor me embriagaba, me hacía perder la cabeza.
Estaba lubricado con mi saliva, pase mi pulgar sintiendo la tensión de un culo virgen, empuje sintiendo la presión, mi verga brincó liberando un chorrito de pre eyaculación de solo imaginar el placer que iba a sentir al profanar ese culo prohibido.
- Hazlo—dijo Esme girando su cabeza para mirarme
Yo me seguía moviendo metiendo y sacando mi verga de su encharcada raja, no sé cuánto llevábamos así y cuantos orgasmos había tenido ella, escuché lo que dijo y lo volvió a repetir.
- Hazlo, sé que te gusta hacerlo así, serás el primero, rómpeme, has conmigo lo que quieras, por esta noche quiero ser solo tuya y dejar que me hagas lo que quieras.
- Te voy a hacer mía—dije con mi voz ronca, sus palabras me estaban calentando mucho.
- Si, hazme tuya.
Ella sola escupió saliva en su mano y la llevó a su culo, mi verga brincó cuando ella solita empezó a meterse dedos, primero el índice y después el medio, sacó sus dedos y escupió más saliva y los regresó para seguirse lubricando.
- ¿Quieres dilatarme más tú? ¿O quieres que grite de dolor?—su mirada era sumisa—sé que eso te gusta, sé que te gusta que gritemos de dolor, si quieres hazlo así, te entrego mi dolor para tu placer.
- Pídemelo—dije con voz ronca—pídeme que te reviente, que te haga doler.
- Méteme tu verga en mi culo, pártelo—su voz era desesperada—no pares aunque me duela, aunque grite de dolor, métemela una y otra vez tan fuerte como puedes, métemela ya—movía inquieta sus caderas de un lado a otro.
Ya no aguanté más, si seguía así iba a eyacular de solo escucharla, la empujé más en la cama y quedó completamente acostada boca abajo, me puse sobre ella y se le metí nuevamente en la raja.
- Paco, aaahhh—gimió sintiendo mi peso sobre ella.
Me moví sobre ella, la quería muy excitada para poder encularla a gusto y si, pensaba hacerla gritar mientras fuera sodomizada por primera vez.
Moví mis caderas de forma intensa, mi pubis rozaba directamente su culo, ella levantaba sus caderas para permitirme empujar fuerte contra su raja.
Separé un poco mi pubis y embarre saliva con mi mano derecha y con esa misma tomé mi verga y la apunté a su culo, sentí como el glande se atoró, sostuve mi verga de la raíz y empuje mi cadera, su culo estaba muy lubricado y eso me hizo sentir como lo fui abriendo, en cierto momento sentí un desgarro de ella, fue como un pequeño tronido sentido por mi glande.
- Ay
Ella grito cuando mi glande le desgarró su culo, me quedé quieto un rato, si quería que le doliera, pero no tanto, quería que el dolor fuera placentero para ella, seguí quieto y dirigí mi mano a su raja, metí mi dedo entre sus labios y acaricié su clítoris, lo estimule un rato, sentí como ella se relajó, a pesar de estar con el dolor intenso en su culo, nunca hizo por quitarme o decirme que parara, estaba en total abnegación.
- Aaahhh
Saque mi glande y me agache hasta que mi cara quedó cerca de su culo, junte cuanta saliva pude y la escupí, con mi dedo la disperse, no pude evitar olerlo, olía diferente, creo que cada mujer tiene su esencia, el de Esme olía mujer en celo.
- Aaahhh Paco—gimió cuando sintió que la lubricaba, creo que el saber que yo quería ser atento con su culo la hacía gemir.
Me volví a subir en ella y mi verga sola se atoró, empujé y volvió a entrar el glande, solo que ahora más fácil.
Antes de penetrarla más metí una mano a su entrepierna y estimulé su clítoris, sentía la intensa humedad entre sus labios, giré su cabeza hacia mí y la bese, ella sacó su lengua para acariciar mi rostro, aproveche y empujé más, mi verga entró hasta la mitad, no dejaba de besarla, ella me correspondía, estaba muy excitada.
- ¿Sientes como rompo tu culo?—susurré mi pregunta en su oído.
- Si—contestó ella con un gemido
- ¿Te gusta?—dije empujando un poco mas
- Aaahhh
- ¿te gusta cómo te rompo?
- Si, aaahhh… me gusta
- ¿quieres que te la meta toda?
- Sí, métemela toda
- Ya sabes que hacer—dije en su oído
Ella sabía qué hacer, debía moverse sola y estimularme pidiéndomelo, se empezó a mover hacia arriba para que mi verga entrara más, yo empuje hacia abajo.
- Métemela Paco, por favor, ya la quiero… mmm… párteme en dos—movía sus caderas desesperada—aaahhh.
Casi gritó cuando deje caer mis caderas con fuerza, vi como apretó las sábanas con sus manos, en parte para afianzarse y por reflejo del dolor que sintió.
- Aaahhh
Sentí como mis huevos tocaron su vulva, me retiré un poco y regresé al fondo, cuando sentí que entró toda empujé un poco más.
- Aaahhh Paco, ¿te gusta así?—estaba empezando a sudar, sus cabellos se adherían a su frente– ¿te gusto yo?
- Sí, me gustas mucho—le dije en su oído—me gusta cómo se siente mi verga dentro de tu culo.
- Si, a mí también… aaahhh… no sabes cómo soñaba esto… ay… aaahhh.
Empecé a mover mis caderas, la sacaba y la regresaba hasta dentro, empecé a hacerlo más fuerte, a estas alturas mi verga lubricada entraba y salía con mucho facilidad.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh
Gemía cada vez que me dejaba caer sobre su culo, mi pubis rebotaba en sus firmes nalgas, ahí estaba yo en un motel cogiéndome a mi deliciosa cuñada a petición de ella, las cosas se dieron y aproveché la oportunidad.
- Paco, aaahhh
Movía su cara sobre la cama cada que me tornaba más tosco sobre ella, decía mi nombre, podía sentir su excitación al decirlo, me emocionó eso y aceleré, quería que gritara y los gritos so se hicieron esperar.
- Ay… ay… ay…
Gritaba con mi poderosas estocadas que le daba, aún no sentía la necesidad de eyacular, ya lo había hecho en el contenedor de basura, así que podía aguantar más, se la saqué de forma brusca, ella gritó cuando lo hice, la voltee dejándola boca arriba, mire su rostro, estaba rojo, muy rojo, había muchos cabellos adheridos a su frente y había lágrimas en sus ojos, estaba llorando mientras la enculaba, muy seguramente de dolor, pero se dejaba hacer por mi como un mero muñeco.
- Aaahhh
Gimió cuando baje mi cara a su raja y la chupe un poco, su culo estaba algo hinchado, me puse de rodillas entre sus piernas y coloqué sus tobillos en mis hombros, su culo se elevó, tomé mi verga con mi mano derecha y la dirigí nuevamente a su culo.
- Aaahhh—abrió sus hermosos ojos verdes cuando entró mi verga hasta el fondo.
Nuestros rostros quedaron muy cerca el uno del otro, la mirada de ella era perdida, si le estaba doliendo, aun así abrió su boca y me ofreció su lengua, mi sudor caía en su rostro, lo mojaba más, ella en total abnegación cerraba sus ojitos cuando mis gotas le caían cerca de ellos, mis movimientos eran firmes y constantes.
- Me siento rara con tu verga dentro de mí culo—dijo al sentirse empalada por su culo por mi verga.
- ¿Sí? Pues no me voy a detener, te enculare por mucho rato, no importa si gritas, no me detendré—dije ronco de excitación.
- Aaahhh, si hazlo… aaahhh
Ella solo gimió con mis agresivas palabras, puso suavemente sus manos en mis caderas y gimió con el ritmo marcado por mis embestidas, me moví muy intenso, se la sacaba toda y la regresaba con fuerza, ella gemía con mi choque, decidí que era hora de cambiar, me giré con ella ensartada, gritó cuando lo hice, pues le dolió, quedó sobre mí, estaba recargada en mi pecho con sus rodillas pegadas a sus tetas.
- Ay, paco, duele.
Me dijo cuándo la empuje a que quedara sentada sobre mi verga, ella misma acomodó sus piernas a los lados de mis caderas, se veía hermosa con ese cuerpazo, sus tetas firmes, sus pezones rosados, su estrecha cintura y su cara de abnegación cuando empezó a moverse de arriba abajo para meterse sacarse y meterse mi verga.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh.
Ella sola subía y bajaba, sus cabellos volaban ante ese movimiento, lo mismo que sus tetas, ella se empezó a excitar, toco sus tetas al mismo tiempo con sus manos, las acarició sensualmente, luego bajo su derecha y se masturbó mientras se auto sodomizaba, sus cejas estaban fruncidas, su boca abierta, sus caderas se movieron de adelante a atrás, su mano froto su clítoris muy rápidamente, tanto que un poco de orina salió.
- Paco… Paco… Paco… aaahhh… aaahhh… aaahhh.
Se arqueó hacia atrás sin dejar de mover sus caderas sobre mi verga y su mano sobre su vagina, le llegó un intenso orgasmo que hasta tembló sin dejar de moverse, parecía como si tuviera frío, pero era su orgasmo de infarto que tenía con mi verga en su culo.
Se inclinó hacia adelante y cayó sobre mí, me besó, metió su lengua en mi boca, lamió mi rostro, todo esto sin dejar de moverse, ahora eran las gotas de su sudor que caían en mi rostro.
- Aaahhh
Gimió cuando la quité de mí, la puse boca abajo y después la jale al borde de la cama dejándola en cuatro para mí, su culo parecía un boxeador, eso me excitó mucho, escupí en él y en mi verga, la apunté y esta se perdió dentro.
- Si, así, la siento toda dentro Paco
La sostuve por sus caderas y empecé a meter y sacar, no sé cuánto tiempo llevábamos, lo que si sabía es que mínimo ya llevábamos dos horas continuas cogiendo.
- Si paco, dame fuerte, mas, mas, así aaahhh
Gimió cuando yo como loco empuje y empujé con tanta intensidad una y otra vez, que para cuando acorde ya estaba ella completamente boca abajo y yo arriba metiéndosela una y otra vez.
- Me vengo Esme, me vengo, muévete, sácame la leche con tu culo, aaahhh
- Aaahhh… Aaahhh… aaahhh
Gimió moviendo sus caderas muy rápido de arriba a abajo y de un lado a otro, literal me estaba sacando la leche.
- Gggrrrhhh—Gruñí en su oído inyectándole un enema de semen.
- Aaahhh
Gimió empujando su cadera hacia atrás para que le entrara más, cerrando sus ojos y abriendo su boca al mismo tiempo que levantaba su rostro.
Estaba exhausto, seguía sobre ella, sentía que el corazón se me salía, Esme había bajado de nuevo su rostro y este estaba pegado a las sabanas de la cama, yo estaba apoyado con ambas manos sobre la cama y mi verga dentro, la iba a sacar.
- No la saques, déjala dentro—decía ella sin voltear a verme—quiero sentirla más rato, déjala que se salga sola. Por favor.
Sentí extraño que me lo pidiera por favor, pero resistí con mis brazos hasta que mi verga aguada se salió sola, caí a un lado de ella que se incorporó me siguió besando, sus pupilas se podían ver tan dilatadas que lo verde de sus ojos solo era un pequeño hilo alrededor de la pupila.
- ¿Te gustó?—dijo ella quitando tiernamente el sudor de mi frente.
- Mucho, mucho de verdad.
- ¿Y qué haremos ahora?—dijo mirándome seria, pero sin dejar de acariciarme.
- No sé, no sé cómo manejarlo con mi hermano—contesté yo pensado las cosas.
- No, no me refiero a eso—me sonrió mostrando sus hermosos dientes—no estoy arrepentida y la verdad lo quiero volver a hacer contigo—me dio un apasionado beso—me refiero a que vamos a hacer ahora, en este momento ¿nos vamos o nos quedamos más rato?
- Ha bueno– respiré tranquilo, por un momento pensé que se arrepentía– aún tenemos un par de horas, recuerda que salimos temprano.
- Muy bien, porque si me gustó mucho, sé que será nuestro secreto y todo eso—dijo besando mi pecho, su tono de voz era lento y sensual– y sobre todo se mi postura ante ti y tu hermano, soy la mujer de él, pero por estos días deseo también ser tuya—se acercó más a mí—de hecho ser solo tuya.
- ¿Por qué me dices eso?—pregunté yo refiriéndome a que quería ser solo mía esos días.
- Porque quiero dejar las cosas claras, me gustas y mucho, como te dije te conozco y desde que sabía que veníamos, una parte de mí ya te había entregado mi cuerpo.
- ¿de verdad?
- Si, de verdad—me volvió a besar
- ¿cómo sabias que me gustaba el sexo anal?—pregunté yo respetuosamente, dejando de llamarlo culo, ella me seguía besando.
- Ya te dije, tu hermano no hace otra cosa más que hablar de ti, me cuenta todo, hasta esos pequeños detalles íntimos. Cuenta tanto tus aventuras que ya me las sé de memoria.
- ¿Te dolió mucho?—le pregunté acariciando suavemente su cabello.
Ella me dejó de besar, me miró y volví a ver sus ojos rojos con lágrimas.
- Mucho, demasiado, horrores—hizo una pausa como agarrando aire y se tocó el pecho– nunca había sentido un dolor tan intenso.
- ¿Y por qué me dejaste hacértelo así?—le acariciaba yo el cabello, ella bajo su cabeza a una tetilla mía y la chupó como si yo fuera mujer, sentí rico, su boca era muy suave.
- No me escuchaste—dejó de chupar y me miró de nuevo—fantaseo mucho contigo, no quiero que te sientas mucho, pero si es verdad, no me arrepiento, aun ahora aunque se cómo duele, te lo entregaría de nuevo, nunca tuve un orgasmo tan intenso como los de hace rato.
Me besaba todo mi tórax, sus labios eran carnosos y suaves, me acariciaba con tanta ternura, era como si me quisiera consentir, se esmeraba en agradarme, mi pene se puso un poco duro, ella lo notó y lo tomó su mano masturbándolo suavemente, eso hizo que se pusiera más duro.
- Quiero hacértelo de nuevo—le dije acariciándola.
- ¿Por mi ano?—preguntó mirándome como si hubiera dicho una travesura.
- Por tu culo—le dije con voz ronca de excitación, ya estaba excitado, ya dejaba de llamarlo ano para cambiar el nombre a “culo”, ella entendió como debía llamarlo.
Esme me miró y se puso boca abajo a un lado mío, volteo a verme con su cara pegada las sábanas, me sonrió mostrando su hermosa y estética dentadura.
- Pues házmelo, métemela por el culo cuantas veces quieras, no me importa si mañana no me puedo sentar de lo hinchada, hoy soy tuya y quiero complacerte como tú quieras, si quieres joderme el culo con tu verga, pues jódeme el culo con tu verga hasta que me revientes—pude ver como sus pupilas se iban dilatando conforme me decía eso.
- ¿Y mañana?—dije empezando a acomodarme arriba de ella.
- ¿mañana qué?—volteo hacia atrás para verme.
- ¿Me complacerás también?
Ya estaba yo arriba de ella embarrándole saliva en su muy hinchado y maltratado culo, ella misma tomó mi verga y la guió a su puerta posterior.
- Mañana también mi amor, a ver que excusa buscas y me traes de nuevo y me haces tuya como quieras y por donde quieras… aaahhh
Gimió cuando mi muy dura verga entró de nuevo, pasé mi mano derecha a su raja y la izquierda a su rostro para girarlo hacia mí y besarlo metiéndole lengua, así continuamos copulando en un aberrante tabú prohibido, lo hicimos por mucho tiempo, de forma muy intensa y apasionada. La puse en muchas posiciones, ella se dejó hacer por mi todo lo que yo quise. Gritó mucho, ya no sabía si era placer o dolor, le daba muy duro por su culo jalándola del cabello, ella gritaba y más duro le daba, se lo hice sin misericordia alguna, pero aguantó todo con una sonrisa de placer. Nuestro orgasmo fue simultáneo; eyacule gritando, al igual que ella, llenándole su intestino con mi leche. Al parecer esto era solo el principio.
Continuará.
Buen capitulo bro pero……. cuante vas a coger a la nena?
Paciencia bro, paciencia. Es que ya me duelen los dedos de tanto escribir, 😉
Fabuloso relato
muy buen relato, que caliente esa mujer!!! como dijo vulvita estamos esperando leer que pasa con la nena, aunque yo creo saber por donde viene la cosa, van a terminar haciendo un trio madre, hija y tio
hola… hace poco encontré tus relatos y wow… son deliciosamente morbosos… me encantaria leer toda la saga de tus relatos pero potdesgracia estan incompletos y no se si habra una manera de conseguirlos… muchas felicidades … de verdad blos estoy disfrutando muchisimo… saludos byee
Creo que aqui estan todos, solo que algunos los subio el administrador. Si en el buscador escribes mi nombre aparecen los subidos por el administrador
aunque no me gustó mucho esa comparativa con el hermano (incluso me gustaria que él tuviese una escena, quizas junto a su hermano o hasta con la niñera), muy buen relato.
Me encanta ver como Esmeralda se está volviendo viciosa anal, asi como Tania siente mucho placer con su boca
Wuaaa que pedazo de relato , muy excitante .Bienes muy bien con la historia , espero que no pierdas el hilo de lo real,que los acontecimientos se vayan dando naturalmente y no tanta ficción como la mayoria de los realatos que abundan aca . Eso lo hace muy interesante a tus realatos ,los detalles son fundamentales , lubricación,lugar, horario todo ,eso lo hace mas morboso . Bueno con respeto a la saga no coincido con lo que te piden de incorporar al marido ,por algo en no la coje cómo su hermano ,de la nada no puede salir teniendo esos aires de macho si nunca lo fue ,mas bien le parcee que la relación se tiene que terminar del todo y casi siempre es mal jaja . Pero ella esta ensegada con el y piensa mucho con la de abajo ya y no con la cabeza y cuando eso le pasa a una mujer es probable que cometa muchas locuras sin pensarlas demasiado . Esperamos muchos mas ñ,la saga da para mucho ,eres uno de los mejores relatores que quedan aqui ,un beso .
Guau andrea. Nunca habia tenido un comentario tan largo. Gracias por tus elogios. Eso si motiva.