Tania con casi 10, capítulo 5
continua el involucramiento de tania .
Nota del autor: continuo con la historia, me gusta leer sus comentarios y sugerencias, trataré de incluirlas todas, algunas son simplemente dificiles de ignorar. espero que disfruten leerlo tanto como yo escribirlo.
saludos, besos y abrazos.
adalberto1979
Capítulo 5
Estaba acostado en mi cama, abría los ojos por la luz del sol en mi cara, me sentía algo agotado, por la posición del sol supuse que era media mañana, me levanté inclinando mi cabeza de un lado a otro mientras me daba masaje en mis músculos trapecios.
Lavé mis dientes y bajé a la planta baja, al pasar por el cuarto de los niños vi a Tania y su hermanito profundamente dormidos, desde el pasillo pude escuchar los ronquidos de mi hermano, fui y cerré la puerta de ambas recámaras.
Mientras bajaba recordaba la noche anterior, habíamos llegado Esme y yo ya de madrugada, tomados de la mano todos hechos risitas, recordaba que ella se iba a meter a la ducha en el motel.
*****
“No te bañes, vas a llegar oliendo a jabón y se supone que fuimos a bailar, debes oler a sudor”—le dije viendo como entraba a la ducha, ella volteo antes de entrar y me dijo.
“Ay mi amor, ya se eso, solo me lavaré la vagina y el culo, escurren mucha leche; porque tienes razón, debo oler a sudor, pero no a sexo”—me contestó sonriendo y coqueta entró, estuve a punto de seguirla, pero debía dejarla descansar.
*****
Llegué a la cocina y ahí estaba ella, estaba con una bata holgada, preparaba el desayuno, había harina, huevos, leche y mantequilla, al menos eso vi, ella estaba tan concentrada en lo que hacía que no me escuchó, brincó un poquito cuando sintió mis manos en su cintura, volteo a verme y me sonrió.
- Hola mi amor—me dijo quedito—buenos días ¿Cómo dormiste?
- Como un bebé—dije yo pegándome a su cuerpo– ¿Y tú mi amor?
- También como una bebé recién alimentada de leche—sonrió coqueta y sonrojada por sus palabras.
- ¿Mucha leche?—le dije meneándome atrás de ella.
- Mucha y muy rica—dijo meneando conmigo sus caderas.
Me excité a esa hora de la mañana, mi verga cobró vida encajándose entre las nalgas de ella, Esme al sentir mi erección volteo y de reojo me dijo:
- ¿Y Carlos?
- Roncando, no despertará hasta dentro un rato más, igual que los niños.
De repente sentí que Esme se puso seria, respiró hondo y me dijo.
- Paco, anoche me deje llevar—dijo sosteniéndose de la repisa de la cocina, pero no intentó quitarme—tienes razón tal vez es el ambiente, el aire, el clima, me deje llevar, pero creo que no es correcto que hagamos estas cosas—dijo refiriéndose a nuestra noche de pasión.
La tomé con ambas manos de las caderas y le meneé mi verga dura entre sus nalgas sentí como ella se aflojó, quería ser fuerte, pero su calentura le ganaba al buen juicio.
- Tengo ganas de cogerte de nuevo—le dije al oído, sin importarme las dudas que me externaba, la acaricié sintiendo como ella se estremecía.
- Pero no tenemos tiempo, tengo que preparar el desayuno—dijo mirando lo que preparaba.
- Siempre hay tiempo mi amor, te deseo mucho, desde que llegaste te tengo en mi mente—le dije al oído, creo que eso la quebró.
- ¿Tienes ganas de cogerme de nuevo?—dijo empujando sus nalgas hacia atrás oprimiendo mi verga, su cordura iba desapareciendo.
- Muchas
- Pues vas a tener que hacérmelo mientras preparo el desayuno—lo decía tranquila meneando su culo en mi verga dura como roca—porque para cuando despierten ya debe estar hecho sino van a sospechar ¿de acuerdo?
- Si mi amor.
No dijo más, lo poco que le quedaba de cordura desapareció con la manoseada que le di, solo volteo al frente y siguió preparando el desayuno mientras dejaba que yo manipulara bajo su bata.
Ella no me impedía que me la cogiera, era mía por esos días y podía usarla como quisiera, solo que debía preparar el desayuno, así que se dejaría coger por mí mientras ella hacía sus quehaceres de forma responsable.
Mis manos llegaron a sus nalgas, le levanté su bata admirando ese cuerpo de infarto que tenía, traía una tanga, la jalé y se la atoré en una nalga.
- Aaahhh
Gimió cuando sintió mi mano acariciando su vulva, mi verga ya estaba toda erecta, la saqué de mi short y me acerqué a ella apuntándole mi verga.
- Aaahhh, si mi amor–Dije yo al sentir como entró toda hasta la raíz
Estaba tan mojada que sentí que la metía en yogurt tibio, la sujeté por sus caderas y empecé un mete y saca, Esme seguía preparando el desayuno, cuando ella tenía que tomar algo de una parte de la cocina alejada a ella, se movía de lugar caminando de puntitas y algo encorvada, aprovechaba que con mis manos la sostenía de sus caderas para equilibrarse hacia adelante y poder caminar, yo la seguía moviendo mis caderas sin dejar de cogérmela, incluso se agachó para sacar la batidora, cuando lo hizo la sujete y me moví muy intenso, tanto que ella tuvo que apoyar sus manos en el suelo. Su culo se floreó ante mis ojos, estaba hinchado por la cogida de la noche anterior, eso hizo que aumentara mis estocadas.
- Aaahhh
Gimió con las manos apoyadas en el piso por mis fuertes empujes, tuvo su orgasmo con el cabello cubriéndole el rostro, después de esto se enderezó escalando por el mueble de la cocina con sus manos agitada por mis movimientos, era una lindura, pues lo hizo así para no molestarme en mis arremetidas que le daba y continuó preparando las cosas como si nada pasara, pero yo me seguía moviendo atrás de ella, su vagina chorreaba su orgasmo, movía mi mano hacia adelante y la estimulaba el clítoris, ella gemía y vibraba, pero no dejaba de hacer el desayuno, imagino el esfuerzo que hacía para concentrarse en no gemir y preparar el desayuno.
Abría su boca, entrecerraba los ojos, después parpadeaba muy rápido y sacudía su cabeza como regresando a la realidad y revolvía los ingredientes con la poca fuerza de voluntad que tenía, de hecho esparció algo de harina fuera del recipiente porque le temblaba sus manos y yo no dejaba de moverme cogiéndomela vigorosamente.
- Esme, estoy demasiado excitado—le dije al oído, sentí como contrajo su vagina, ella también disfrutaba en silencio la cogida mañanera que le daba.
- Yo también mi amor—dijo Esme en un susurro.
Desde atrás, sin dejar de moverme, veía como le temblaban las manos mientras manipulaba las cosas cocinando, vi la mantequilla y una idea muy perversa me vino a la mente, tomé un poco trozando una parte con mis dedos, ella de reojo lo vio, pero no dijo nada, se siguió dejando hacer por mí.
Sentí una mirada en mi espalda, rápidamente voltee y vi parada a Tania en la entrada de la cocina, traía su pijama y sus ojitos de recién despierta. Desde donde ella estaba se podía ver perfectamente como tenía a su mamá con la bata arremangada y mis obvios movimientos atrás de ella.
Los ojos de Tania lo mismo que su boca estaban muy abiertos, le sonreí y ella se me quedó mirando, le hice una seña de silencio con el dedo en mi boca sin dejar de mover mis caderas cogiéndome a su madre, Tania asintió sin cerrar la boca, creo que cuando despertó no esperaba eso, ella sabía que su mamá solo debía hacer cosas con su papá; aunque creo, después del beso y manoseo que le día a su madre frente a ella en la playa del día anterior, ya era mi cómplice.
Unté la mantequilla en el culo de Esme, que seguía preparando las cosas, incluso le metí dos dedos dilatándola, su culo estaba hinchado pero laxo, el daño por la cogida de anoche aún quedaba, se quejó un poco, pero no quitó mi mano ni dejó de preparar el desayuno.
Cuando le saqué la verga se quedó quieta, sabía lo que venía, por primera vez en ese momento dejó de hacer lo que hacía, apoyó ambas manos en la cocineta para afianzarse y dejarse joder el culo, yo la agaché hasta que su cara tocó la repisa donde preparaba el desayuno, le giré la cabeza para que no viera a su hija que desde hacía rato nos miraba.
- Te la voy a meter por el culo ¿aguantaras sin gritar?
- Si mi amor, pero despacio, aun lo tengo muy maltratado de anoche.
Nuestro tono de voz era bajo, pero muy audible para Tania que seguía parada en la puerta en silencio y escuchaba que anoche mi verga había visitado el culo de su madre.
- Mi amor despacio, aun me duele de ayer—me volvió a decir.
- Sabes que no puedo hacer eso, necesito partirte el culo con mi verga, ¿te vas a dejar?
- Si mi amor, solo despacio al principio, por favor y después házmelo como te dé la gana, ya después puedes joderme el culo hasta reventármelo, sabes que es tuyo, anoche te lo entregué… aaahhh.
Tania escuchó todo eso. Volteé y la vi dándole una sonrisa cómplice, ella seguía seria con los ojos abiertos mirando la escena, regresé a ver a Esme, miré su culo, perdí la cordura y no le hice caso, la tomé de las caderas con ambas manos y empujé fuerte hasta que entró toda mi verga de un solo empuje, después de eso fue un mete y saca rápido.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh
Gimió abnegada, sometida a mí, yo era su dueño y podía cogérmela como me diera mi gana, tanto que no fui gentil al penetrarla, al contario lo hice lo más fuerte que pude.
- ¿te gusta mi amor? ¿te gusta como dejo que me encules?–Esme preguntó con voz agitada pero en tono bajito.
- Sí, me gusta cómo se siente mientras te lo reviento
- Si, dame, reviéntame, soy tuya aaahhh
Estaba empinada en la repisa, sus piernas abiertas de forma obscena, con sus nalgas vibrando a cada empuje que le daba, ella intentó girar la cabeza para mirarme, pero si lo hacía miraría también a su hija, así que la sostuve fuerte contra el mueble de la cocina, mis caderas daban potentes estocadas, la mantequilla hacía su función y mi verga era un pistón que la taladraba, no me detenía ni era suave con ella, tuve que limpiar la mantequilla que traía en la mano con su bata para afianzarla bien y poder cogérmela como a mí me gusta, fuerte y agresivo.
- Mi amor, como me encanta tu culo, quiero dejarte la leche—bramaba yo al sentir mi leche querer salir.
- Si mi amor, hazlo… aaahhh—gimió quedito.
Se la iba a dejar en el culo, pero otra idea me llegó, se la saqué cuando sentí que ya iba a eyacular, hinqué a Esme de espaldas a la puerta, para que no viera a su hija y tomé la vasija donde preparaba la masa para los hot cakes.
- Mastúrbame y sácame la leche para que quede en el desayuno.
- Si mi amor—Dijo sin titubear y me masturbó mirándome a la cara.
Su rostro demostraba cuan excitada estaba y que haría lo que fuera por mí, hasta darle de comer mi semen a toda su familia; si, ella sería mía, al menos en esos días, aunque intentara poner resistencia, me la iba a coger como me diera la gana.
- Aaahhh, ahí va mi leche, aaahhh
Mordí mi puño para no gritar de placer, mi semen cayó en la masa que preparaba, Esme me siguió masturbando vigilando que el semen cayera en la masa, lo siguió haciendo hasta que vio que ya no salía, soltó mi verga y con un dedo batió el semen en la masa para que se dispersara adecuadamente.
- Esto quedará delicioso—dijo Esme probando la masa con el dedo que la batió, la masa colgaba como un hilo de su dedo, ella lo levanta y levantaba su rostro y lo atrapaba con su lengua para meterlo y saborearlo.
Voltee discretamente a ver a Tania y le hice una seña que se fuera, ella asintió y desapareció de la puerta, Esme seguía revolviendo la masa para que el semen quedara bien revuelto, lo hacía mirando la masa por lo que no se dio cuenta de las señas que le hice a su hija, chupó mi verga y logró sacar un poco más y lo escupió en la masa revolviéndolo con su dedo.
Unos minutos después entraba Tania con la misma pijama con la que había dormido, su madre estaba con su mano atrás dándose masaje en su culo, como si acomodara sus hemorroides, brincó y acomodó su ropa y yo estaba sentado en la mesa mirándola con mi bragueta desabrochada con mi verga de fuera, Tania al entrar saludó y Esme con los ojos abiertos de susto como sintiendo que por poco nos cachaba, volteo a verme y abrió más sus hermosos ojos verdes viendo mi verga mientras abotonaba su bata, yo solo le sonreí y me encogí de hombros como diciendo “no pasa nada, no nos vio” Tania brincó y cayó a horcajadas con su entrepierna sobre mi verga toda llena de mocos de su madre.
- Hola bebé ¿cómo dormiste?—le dije acariciando su cabello
- Bien tío
Se acercó a mí y me dio un beso en los labios, duró unos segundos, incluso aflojo su boquita y la abrió un poco, sentí sabor pasta dental, se había lavado los dientes antes de entrar, Esme nos miraba, pero no decía una sola palabra permitía que besara a su hija como si fuera mi novia.
Se bajó de mí y me soltó, yo discretamente guardé mi verga, aunque Tania lo notó sonriendo y fue a su madre, la jaló acercándola a su rostro, Esme me miró y yo sonreí, abrió sus ojos cuando Tania la besó igual que a mí, pude ver la lengua de Tania acariciar la boca materna, Esme me miraba a mí y a ratos a su hija, yo solo sonreía feliz, por fin después de un rato de beso y caricias linguales la soltó.
- Mami, tu boca sabe diferente ¿Por qué?—preguntó Tania con picardía saboreando mi leche, yo casi aviento el café que me tomaba de la risa que me dio, Esme se puso de mil colores.
- No lo sé hija, al rato me lavo la boca—su cara estaba roja como un tomate.
- Pero no sabe mal mami, no te la laves—la jaló y la volvió a besar yo no dejaba de reír y Esme me miraba como con recriminación pero sin apartar la boca de su hija.
Casi media hora después los cinco desayunábamos juntos, Esme me preparo huevos con tocino y ellos comían los hot cakes, mi hermano también los comía, Esme le ofreció huevos.
*****
“¿Carlos, no prefieres huevo con tocino?”—Le preguntó cómo dándole una oportunidad de no comerse mi leche.
“No mi amor, aun traigo mi estómago deshecho, mejor sírveme los hot cakes que huelen deliciosos”—Esme se encogió de hombros como diciendo, “bueno, si insistes”
*****
Mi hermano aun traía el estómago mal tratado, prefirió los hot cakes, Esme me miró y yo sonreí, ella sonrió cómplice cuando vio cómo su esposo devoraba los hot cakes preparados con mi leche.
- Mami, hoy te quedaron deliciosos, más que otras veces ¿qué les pusiste?—pregunto Tania mirándome y pasando sensualmente la lengua por el tenedor embarrados de restos del hot cake.
- Un ingrediente secreto, cuando te enseñe a cocinar te pasaré la receta secreta—ahora fue Esme quien lamió el tenedor mirándome, Tania lo notó y sonrió mirándome sabiendo cual era el “ingrediente secreto”
- ¿y cómo les fue ayer?—preguntó mi hermano masticando su desayuno y mostrando parte de él mientras hablaba.
- Muy bien, “acabé” toda sudada y cansada—cuando dijo “acabé” me miró.
- Sí, yo también “acabé” exhausto—hice hincapié en la palabra “acabé” Esme lo notó y me sonrió.
- Qué bueno que se divirtieron, la verdad me hubiera dado mucha pena que no salieran por mi culpa
- ¿y tú cómo te sientes hermano?—le pregunté cordialmente.
- Mejor pero aun cansado, de verdad no vuelvo a comer caldo de iguana o cualquier otro bicho de por aquí.
- Jajaja
Todos reímos, pero Esme me miró con su mirada sensual, como recordando lo cansada que acabó el día anterior.
- Bueno, preparemos las cosas para irnos todos de nuevo a playa virgen.
- Si
- Si
Gritaron Tania y Carlitos al mismo tiempo levantando sus manitas, Esme me miró sonriendo y Carlos habló
- Hermano, ¿te molestaría llevarlos tú? Quisiera dormir otro poco más, de verdad que no me siento con muchas fuerzas—dijo mi hermano poniendo cara de dolor.
- Claro—luego voltee a ver a Esme—bueno, si Esme quiere y no se siente incómoda dejándote solo aquí—miré a Esme con cara burlona y retante—es más, quédate con él Esme y yo llevo a los niños a la playa—me quedé atento, quería ver su reacción.
- No—casi gritó ella abriendo sus ojos—yo también quiero ir a la playa, no hay problema por ti de quedarte solo ¿verdad Carlos?—lo miró desesperada, casi gritándole que no habría problema por él.
- Para nada mi amor, ya les dije, venimos a divertirnos y no quiero que por mi culpa se arruinen las vacaciones.
- Pues no se diga más, vete a dormir un rato y nosotros nos vamos.
Me sentí feliz porque Esme casi desesperada gritó que quería ir, sabía que la ausencia de su hermano era oportunidad para poder coger de nuevo conmigo, subió con los niños y preparó la maleta con la ropa.
Partimos los cuatro a playa virgen, Esme iba adelante conmigo, puse mi mano en su muslo desnudo, ya que llevaba un short y abajo su bikini, me volteo a ver y sonrió y puso su mano sobre mi mano que acariciaba su muslo, como aprobando lo que hacía, moví mi mano y la lleve a su entrepierna, Esme lejos de quitármela de ahí, abrió más sus piernas dejándose manosear la raja por encima de su short, abrió su boca y cerró sus ojos sintiendo al placer de mis caricias, abrió los ojos, volteo hacia atrás y le sonrió tiernamente a Tania no perdía detalle de lo que hacíamos.
Llegamos y nos colocamos de nuevo bajo la sombra del guayabo, la playa estaba totalmente desierta, la espesa maleza la hacía un lugar muy escondido de las personas, solo los lugareños iban y casi siempre estaba sola o con muy poca afluencia, muchas veces llevé a mis amigas o novias pasajeras y nos la pasábamos cogiendo, casi ni entrabamos al agua, ese guayabo fue cómplice de muchas de mis aventuras.
Carlitos sacó sus vasijas para para hacer sus castillos de arena, Esme estaba ansiosa, la sentí desesperada, inquieta.
- Paco, vamos al agua, ¿te puedes quedar aquí cuidando a tu hermanito?—le dijo a Tania mientras me jalaba de la mano llevándome al agua.
- Pero mami—Tania se paró a un lado de ella—yo también quiero ir, anda desde el agua vigilamos a Carlitos.
Sentí la frustración de Esme, pues seguramente quería coger en el agua conmigo, pero no contaba con que Tania no nos iba a dejar solos.
- Bueno vamos los tres y como dice Tania, los tres vigilamos a Carlitos desde el agua—dije yo acariciando una nalga de Esme, Tania de reojo nos vio.
- Bueno—dijo Esme, pero su tono no sonó muy feliz.
Llegamos al agua y Tania se colgó de mí.
- Cárgame tío—gritó mientras se subía en mi espalda, Esme sonrió, vio cuanto Tania me quería y ni siquiera convivíamos mucho.
Jugamos los tres a aventarnos agua, a corretearnos, eso yo aprovechaba para manosearlas a las dos, ya Esme veía normal que cargara a Tania poniendo mi mano entre sus piernas a nivel de su entrepierna, y de ahí tomara impulso para aventarla al agua entre gritos de felicidad de ella.
Tania empezó a nadar a nuestro alrededor y Esme poco a poco se acercó a mí, se giró un poco quedando a mi lado con mi mano entre sus nalgas, quería que la tocara, la jalé un poco más hacia adentro, el agua nos tapó, ella sonreía mientras yo la llevaba.
La puse enfrente de mí y desamarré su bikini de un cordón lateral, ella se dejó hacer, podía verle la cara de felicidad cuando se lo hacía, desanudé el otro lado de su bikini, se lo quité y se lo di para que ella lo cuidara, ella lo hiso bola y lo guardo en su mano para que no colgara y se viera, era pequeño, demasiado, tanto que cabía en una sola mano y eso que ella tenía manos pequeñas.
- Que rico se siente esto—le dije acariciando su vagina, podía sentir su humedad.
- Es tuya, ya te dije que por estos días yo soy tuya, sólo tuya, hazme lo que quieras—dijo abriendo sus piernas, su voz era ronca de excitación.
Estaba igual o más excitada que yo, tanto que estaba dispuesta a ser cogida por mí ahí mismo, no me hice del rogar, la incliné un poco hacia adelante, solo lo suficiente para que elevara su culo, ella sonriendo se inclinó y abrió más sus piernas, desde fuera del agua se podía ver como si ella estuviera rascando sus muslos, pero solo tenía apoyadas las manos en ellos.
Saque la verga de mi short, me había puesto uno con cierre, no era propiamente para nadar, pero yo no quería nadar, quería libertad de poder sacar mi verga sin tener que quitármelo.
- Aaahhh—gimió Esme cuando sintió como mi verga si posicionaba en su raja.
Estaba muy mojada, mi verga sin problemas regresó dentro de ella, la sujeté de las caderas y el vaivén comenzó de nuevo, ella gemía quedito, Tania nadaba a unos metros de nosotros, notó como su mamá cerraba sus ojos, abría su boca, se balanceaba y como yo la sujetaba de las caderas y me movía atrás de ella, creo que Esme estaba tan cachonda que perdía su cordura dejándose coger por mi frente a su hija.
Tania se acercó a su madre y la tomó de las manos entrelazando los dedos, Esme abrió sus ojos, frunció el entrecejo mirando a su hija, como si con los ojos quisiera explicarle que no podía evitar estar así, mi pene se puso más duro cuando vi como Tania se acercó más a su madre y la besó en la boca.
Madre e hija compartían saliva, me estiré un poco y vi como Esme sujetaba las manos de su hija y la besaba, la sujetaba fuerte jalándola hacia ella, pude ver la lengua de Esme entrar en la boca de su hija, era un beso muy apasionado, ya no era de cariño entre madre e hija, Tania también cerraba sus ojitos y sacaba su lengüita.
Esme se mecía rápidamente de adelante a atrás por mis vigorosas embestidas, no las hacía muy profundas, porque si lo hacía así la empujaría mucho y no le permitirá besar a su hija como lo hacía en ese momento, sin embargo ese vaivén le daba un tinte muy sensual a la cópula marítima que le daba a mi cuñada.
Esme vibraba por mis embestidas, besaba y sujetaba a su hija, una ola hizo que el agua bajara de nivel descubriendo ante Tania la cópula que le daba a su madre, pues estaba desnuda, tenía las piernas abiertas y mis huevos se notaban como colgaban como péndulos meciéndose a cada embestida que le daba.
Esme ni se inmutó, se dejó hacer por mí, sujetándola de sus tetas por encima del bañador la jalé hacia arriba, ella dejó de besar a su hija, le giré el rostro y la bese, ella sacó su lengua, su hija nos miraba mientras yo la sujetaba de una teta con una mano, con la otra le giraba la cabeza para besarla con mi lengua y me movía atrás de ella cogiéndomela.
Se la saqué y la giré dejándola de frente a mí, Tania se puso a nuestro lado, otra ola bajó el nivel del mar y mi verga apareció erecta y llena de moco de su madre, Esme no decía nada, su mirada nublada marcaba lo excitada que estaba, se dejaría hacer por mi como yo quisiera.
La cargué y apunté mi verga a su raja, Tania en primer plano miraba como se la iba metiendo, Esme abrió sus ojos excitada y me besó apasionadamente mientras sus piernas rodeaban mi cintura, mas manos la sostenían de la nalgas y la lleve más adentro para que el agua me ayudara a soportar el peso y poder cogérmela.
Tania nos alcanzó nadando, pues el agua ya la tapaba a ella, se sujetó de mí y metió una pierna entre su madre y yo y la otra por mi espalda, así se sostuvo de mí, yo me movía cogiéndome a Esme, que gemía abriendo su boca y cerrando sus ojos, Tania se acercó a besarme, Esme nos vio pero no dejaba de gemir, estaba completamente “ida” por la cogida que le daba, Tania de me dejó de besar y lo hizo con su madre, yo con mi verga dura como roca la penetraba mientras veía como se besaban apasionadamente, Esme se despegó y se acercó a besarme metiéndome la lengua, deje de besarla y le dije al oído.
- Quiero tu culo
- ¿Otra vez me la quieres meter por el culo?—dijo meneándose con mi verga dentro, ya no susurró, por lo que Tania escuchó perfectamente que se la metería por el culo, pues estaba frente a ella acariciándole una teta.
- Si, otra vez, muchas veces, todo el día—lo dije mirando a Tania que seria me miraba, pero sus pupilas dilatadas marcaban que entendía perfectamente de qué hablábamos.
Mientras lo decía me seguía moviendo en su raja y mi mano le estimulaba su culo, la quería excitada para hacer locuras con ella, ya le había sacado una teta del bañador y le pellizcaba el pezón, Tania miraba todo eso.
- Pero aquí no, por favor mi amor, el agua salada hará que me irrite mucho el culo y Tania está aquí, vamos afuera y allá nos escondemos en algún lugar, por favor—Su mirada era de súplica, pero sus pupilas estaban dilatadas.
Le di un poco de respiro referente a eso, aunque Tania escuchó toda nuestra conversación; caminé a la playa con las dos colgadas de mí; bajé a Tania, se la saqué a Esme y me baje mi short, no llevaba ropa interior, le di mi ropa a Tania, ella inocentemente la tomó.
- ¿Qué haces?– preguntó Esmeralda algo alarmada al ver que me desnudaba de la cintura hacia abajo con una enorme erección.
- Le doy naturalidad al asunto, tú estás desnuda, no quiero que Tania te miré como algo malo.
- Pero yo me lo iba a poner, para no salir desnuda—dijo alarmada.
- No te lo pongas—le dije lo más natural.
- No paco, tienes la verga toda parada, Tania la va a ver—dijo poniéndose de frente a mí, no bajaba el tono de voz, por lo que Tania seguía sin perder detalle de la conversación.
- Tú tranquila, hagámoslo ver natural como lo que es, déjate llevar—le dije mientras mi mano le estimulaba la raja, ella abrió su boca y frunció el entrecejo.
- Si mi amor—nuevamente su cordura desapareció
Así caminamos a la playa, salimos Esme desnuda de la cintura hacia abajo y una teta de fuera que se la había salida mientras me la cogía, se iba a cubrir pero le tomé la mano, ya no pudo hacer más, pues Tania le tomó la otra mano y no tuvo más opción que salir así del agua, la ventaja es que la playa estaba desierta.
Tania al ir caminando se agacho hacia adelante y un lado mirando mi verga erecta.
- Mami, ¿por qué el pilín del tío está así?—preguntó con malicia, pues ella perfectamente sabía porque estaba así.
- ¿Cómo así?—dijo Esme volteando a verme y abriendo sus ojos asustada al ver que mi erección continuaba.
Creo que en ese momento la cordura le llegó al cerebro y razonó que yo estaba desnudo de la cintura hacia abajo con una erección.
- Este bueno, eso… eso es… es porque—titubeaba toda al no saber cómo explicarlo, así que le ayudé.
- Es porque estoy muy contento, muy feliz de que estén aquí conmigo y porque las quiero mucho, ¿entiendes?
- Si—dijo Tania sin dejar de ver mi verga, creo que se saboreaba la leche, pero no era prudente dársela enfrente de su madre, ella lo sabía.
- Pero esto, al igual que los besos de cariño que nos damos, es un secreto entre nosotros, no debes decirlo a nadie, ni siquiera a tu papá, porque si no ya no podremos jugar, ¿de acuerdo?
- Si tío, secreto— puso su dedo índice en sus labios en señal de secreto sonriendo cómplice, sentí como Esme respiró aliviada.
Llegamos a la playa, Carlitos estaba en lo suyo, Esme se paró a un lado mío y le dijo a Tania
- Tania mi amor, quiero hacer pipí, tu tío me va a llevar a los matorrales de allá para cuidarme, no vayas a ir ni te vayas a asomar a donde estamos, no importa lo que escuches quédate aquí y cuida a tu hermano
Su voz era ronca, estaba excitada, sabía que íbamos a gritar obscenidades y se lo advertía a su hija, la notaba inquieta, ya quería darme el culo de nuevo, pero no sabía que yo tenía otras intenciones.
- No Esme, no podemos dejarlos solos, esta playa esta desierta, pero eso no significa que alguien no pueda venir—vi los ojos de Esme abiertos como platos—si quieres orinar ven aquí conmigo—la jalé a unos cuatro metros de dónde estábamos y la baje dejándola en cuclillas, ella me miró y me dijo.
- No quiero orinar, era una excusa para irnos allá a que me cogieras por el culo, como me pediste—me gustó la forma en la que describió lo que le haría, pero como dije, mis intenciones eran otras.
- Pues no podemos dejarlos solos, debemos estarlos observando, ahora debes orinar, si no van a sospechar.
Sin preguntarle, desde atrás, metí dos dedos a su raja y empecé a estimularla, vi como ella inmediatamente abrió su boca y le tembló la quijada, su mirada se nubló, pude sentir lo encharcado de su vagina, talle su vejiga, honestamente tengo que decir que esa técnica me la enseño Lupita, cuando ella ya no podía orinar por voluntad propia se lo hacía y ella gritando de satisfacción aventaba sus chorros de orina, era una técnica infalible, esta no fue la excepción.
- Aaahhh—tembló mas cuando sintió su orina salir y mojar la arena
La seguí estimulando, tenía mis dientes apretados y el ceño fruncido de lo concentrado que estaba en mover mi mano rápidamente tallando su vejiga, Esme empezó a gemir, temblaba toda, tembló tanto que cayó al frente quedando sobre la arena apoyada con sus manos y rodillas, yo atrás de ella la seguí dedeándo, ella con las rodillas separadas obscenamente seguía tirando orina en la arena, estaba de frente a sus hijos, Tania estaba atenta a todo lo que hacíamos, Esme ponía mil caras porque terminó casi gritando, creo que tuvo un orgasmo muy intenso, gimió tanto que hasta Carlitos volteo a verla.
- Aaahhh… aaahhh… paco, ¿qué me hiciste?—decía con la mirada nublada, aun en cuatro moviendo su cadera de arriba abajo como si copulara, yo ya había sacado mis dedos, pero ella se seguía moviendo.
- Pues solo te ayudé a orinar—dije sonriendo, ella también me sonrió, se enderezó quedando hincada y me dio un beso en los labios, no hubo lengua pero si sentí la suavidad de sus labios, le metí los dedos y ella chupó su orina, lo hizo sin asco.
- Eres un osado, me hiciste orinar enfrente de mis hijos.
Nos levantamos, ella tenía sus muslos mojados por la orina, yo iba desnudo con mi erección, me acosté boca arriba en la arena sobre una manta, Esme se fue al mar a lavar la orina y le dije a Tania que acostara a Carlitos para que lo durmiera, me sorprendió lo rápido que el niño cerró sus ojitos, cuando Esme llegó ya estaba el niño casi dormido y Tania buscaba algo en la bolsa que ellos traían.
- ¿Qué haces?—le preguntó a Tania.
- Busco el bronceador, mi tío me lo pidió.
- Si Esme, es que quiero que me des masaje en mi pecho.
Esme me miró con interrogación, yo la miré a los ojos y después con mi vista le señale mi verga dura.
- Necesito que te sientes y me des masajes en mis pectorales, es que me duelen un poco.
Tania se nos quedó mirando, su madre desnuda de la cintura hacia abajo, su teta aún de fuera y yo totalmente desnudo con una erección, entendió lo que quería, me miraba abriendo sus ojos como diciendo “ya no estamos en el agua, Tania nos va a ver”, yo la seguía mirando, mi mirada la convenció, ella volteo a su alrededor buscando una solución y la vio, tomó una toalla, la puso en su cintura a modo de falda, le quitó el pomo a Tania y se acercó a mí.
Mí verga brincaba como caballo brioso dispuesto a salir en carrea de cuarto de milla, Tania sentada a un metro de nosotros, estaba atenta a todo lo que pasaba, vio cómo su madre se puso sobre mí y fue bajando hasta quedar con cada una de sus rodillas al lado de mis caderas, metió su mano por debajo de la toalla y movió su mano de arriba abajo, me masturbaba sintiendo mi dureza, su mano se movía rápido, mi verga se dibujaba en la tolla y se veía el movimiento de la mano, era muy evidente lo que me hacía, de hecho la escena era grotesca de Esme masturbándome descaradamente bajo la toalla frente a su hija, su mirada era de lujuria, nuevamente perdía la cordura.
- Que rico me la jalas mi amor—le dije ya sin preocuparme de que Tania escuchara.
- Tienes la verga bien dura, ya la quiero dentro.
Esme sacó su mano y escupió en ella, sin dejar de verme volvió a meter la mano y lubrico mi glande, tomo mi verga y la guió a su raja, se fue hasta adentro.
- Aaahhh—gimió abriendo la boca dejándose caer en mi verga.
- Se siente rico, pero no la quiero ahí—le dije con mi sonrisa de reto, mientras le pellizcaba el pezón al descubierto.
- Un ratito mi amor, solo un ratito, aaahhh, estoy muy excitada, aaahhh… dame un ratito y ahorita te doy el culo ¿sí? Aaahhh…
Tania no perdía detalle, la toalla tapaba el evento, pero los movimientos de su madre eran muy obvios, sin dejar de moverse tomó el bronceador y vertió un poco en sus manos, después las puso sobre mi pecho y me masajeo, como intentando disimular la cogida, sus caderas no dejaban de moverse obscenamente.
- Aaahhh… aaahhh– Gemía abriendo su boca.
Yo la sostenía de la cadera guiando sus movimientos, ella se dejaba guiar por mí, cuando le marcaba el ritmo ella aumentaba, mis caderas también subían y bajaban, la tetas le brincaban con los empujones que le daba.
Soltó mi pecho sus manos acariciaron su propia cabeza y su cabellos, abría su boca y se movía de arriba abajo, bajo sus manos a sus tetas y se dio placer ella misma apretándolas sin dejas de subir y bajar.
- Aaahhh… aaahhh paco, mi amor aaahhh
Esme se dejó caer sobre mí y me besó tomando mi cara con ambas manos, me metía la lengua y gemía, sus caderas se guían moviendo.
Paco, aaahhh que rica verga tienes, aaahhh
Solté sus caderas y tomé el bronceador, levanté a Esme dejándola nuevamente sentada en mí, tomé una mano de Esme y vertí un poco, ella me miraba, entendió para que era, llevó su mano hacia atrás y levantó un poco la toalla para que su mano entrara, se quedó quieta y a través de la fina membrana que separa el culo de su raja, sentí sus dedos entrando y saliendo, primero dos y luego tres, me miraba mientras lo hacía, se preparaba para darme placer con su culo y ahora sería frente a su hija, pero eso no la detenía.
Si alguien se parara atrás de Esme podría ver sus hermosas nalgas descubiertas, sus dedos entrando y saliendo de su culo y mi verga penetrándole la raja; Tania se levantó y lentamente se fue acercando a nosotros, pasó una pierna por encima de mí y quedó de frente a su madre, desde donde yo estaba podía verle las hermosas nalgas infantiles, su traje de baño estaba algo metido, quería tocarla, pero no era momento.
Esme abrió sus ojos y vio parada a su hija, Tania se acercó ladeando su cabeza y la besó, Esme volvió a cerrar los ojos y se dejó besar, mi verga brinco viendo eso, Esme mientras se metía dedos en el culo dilatándose para mí, abrazaba con la otra mano y besaba de lengua a su hija, yo me movía metiendo y sacando mi verga.
- Ya Esme—le dije con un susurro agónico—quiero tu culo.
- Si mi amor
Esme contestó toda excitada, sacó mi verga de su raja, dejó de besar a su hija y volteo a verme a mí, pude ver sus gestos cuando se metió sola mi verga en su culo, la fue acomodando mientras ella bajaba su cadera, Tania también veía sus gestos y vio cómo su mama escupió en su mano, pero casi no le salió saliva, creo que el hecho de respirar con la boca abierta le había secado la mucosa.
- Tania, bebé, dale salivita a tu mamá en su mano, la necesita—Tania me volteo a ver y sonrió, Esme sin dejar de abrazarla acercó la mano con la que manipulaba su culo a la boca de su hija, el olor a culo llegó a las fosas nasales infantiles de Tania.
Tania le escupió mucha saliva, Esme la tomó y la esparció en su mano con sus dedos y la regresó a entre sus nalgas, embarró mi verga y bajó más.
- Aaahhh
Gimió abriendo su boca, ahora veía a su hija, mis huevos chocaron con sus nalgas, Esme quitó la mano y tomó de los hombros a su hija con ambas manos, Tania hizo lo mismo.
Esme frunció el entrecejo y abrió su boca gimiendo frente a su hija que la veía, la jaló y las dos se abrazaron, sus bocas se juntaron de nuevo, ya no pude evitarlo y acaricié ambos tobillos de Tania, subí por ellos hasta sus muslos, una de mis manos se fue entre las piernas y llegue a su rajita infantil, Tania abrió más sus piernitas.
- Aaahhh—gimió Esme.
- Aaahhh—gimió Tania.
Esme reaccionó un poco al escuchar el gemido de su hija y vio mi mano por encima de la raja de su hija, Tania tenía sus ojitos cerrados y su boquita abierta dejándose llevar, los abrió al sentir que su madre la dejaba de besar, sus miradas se cruzaron, Tania la jaló y le metió la lengua moviendo su cadera descaradamente sobre mi mano.
Las dos gemían y movían sus caderas, una estimulada por mi verga y la otra estimulada por mi mano.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh, me revientas el culo, que rico, si, así dale, siento como me revienta tu verga aaahhh—Esme estaba llegando a su orgasmo, uno muy intenso que grito frente a su hija y despertó a Carlitos.
- Carlitos despertó—dijo Tania al mirar a su hermanito menor que con ojos de dormido miraba la escena sin entender.
- Ve arrúllalo para que se vuelva a dormir—le dije y ella se despegó de su madre y fue a acomodarlo.
Me sentí orgulloso de Tania, creo que Esme también, pues se comportó de forma muy madura al ir y acomodarlo para no interrumpirnos y dejar que le siguiera reventando el culo a su madre, incluso lo puso de espaldas a nosotros para que no nos viera, yo aproveché para darle más duro a Esme que solita apretó sus pezones retorciéndose toda de placer.
- Me vengo—le alcancé a decir.
- Si mi amor hazlo en mi culo.
Tania regreso justo cuando su madre convulsionaba en otro orgasmo pellizcándose solita los pezones y recibiendo mi leche en su culo, obviamente escuchó lo que decíamos y supongo que sabía el porqué, vio cómo su madre entre gemidos se dejó caer sobre mí y me besaba toda la cara pasando su lengua por ella, yo a ojos cerrados y dientes apretados aventaba mi leche el recto de mi cuñada.
- Aaahhh que rico sentí—dije sintiendo que ya no salía leche, Esme me seguía dando besitos y suaves lengüeteadas en mi rostro sudado.
- ¿Si mi amor?—dijo ella moviéndose despacio sobre mi verga que perdía dureza– ¿te gustó metérmela en el culo?
Tania parada a nuestro lado veía y escuchaba todo, Esme ya ni se preocupaba de que escuchara o viera, incluso se quitó la toalla evidenciando la penetración anal que le daba, se levantó chorreando leche de su culo, mi verga toda manchada de mocos cayó sobre mi abdomen, vi como Tania se pasó la lengua por los labios saboreándose mi leche.
- Ahorita vengo mi amor, voy al agua.
Volteo hacia Tania y le dio un beso en los labios, se volteo y se agachó para recoger su tanga de traje de baño, al hacerlo tanto Tania como yo vimos lo rojo de sus nalgas y su culo dilatado escurriendo leche, al enderezarse nos sorprendió a los dos viendo su culo, Tania y yo brincamos sorprendidos, Esme coqueta nos sonrió y así semidesnuda caminó por la playa hacia el mar para lavar el pecado que había cometido. Tania miraba mi verga toda babosa
- ¿Quieres?—le dije bajito, mientras Esme nos daba la espalda caminando hacia el agua.
Tania asintió, la tomé de la cabeza, la llevé hacia mi verga y con mi mano otra mano masturbe mi verga semi aguada para sacarle la leche, unas gotas salieron, Tania rápido las atrapo son su lengüita, la empujé más y se la metí en la boca, ella mamó mi verga usando su lengua para tallar mi glande, solo fueron unos segundos, pero me supieron a gloria.
- ¿Te gustó?—pregunte
- Si tío—dijo relamiéndose los labios, en eso Esme regresó.
- Aaahhh, el agua estaba deliciosa, de verdad necesitaba refrescarme—dijo con una cara de placer.
- ¿solo el agua estaba deliciosa?
- No mi amor, hubo otra cosa más deliciosa
Se acostó a mi lado y me besó, Tania inmediatamente se acostó a mi otro lado y también me besó, las abracé a las dos y miré a Tania.
- Tania, lo que hicimos aquí ahorita, es porque nos queremos, ¿si recuerdas eso?
- Si tío
- ¿y también recuerdas que es un secreto que a nadie debe decir?
- Si tío, a nadie diré.
Esme recargaba su cara en mi pecho mirando a su hija que me contestaba que guardaría el secreto.
- ¿Prometido bebé?
- Prometido tío—dijo levantando su mano—secreto.
Me sentí cansado, mis ojos se cerraron por el agotamiento de esa faena copulativa, me sentí sumergido en un merecido sueño reparador, no sé cuánto dormí, abrí mis ojos y estaba solo aun desnudo sobre la manta, voltee al mar y vi a Esme, Tania y Carlitos jugando en el agua, me puse mi short y me uní a ellos, jugamos un buen rato, el sol empezaba a ocultarse, Tania y Carlitos jugaban y Esme se me acercó
- Paco, creo que nos estamos excediendo—su mirada era de preocupación.
- ¿Por qué mi amor?—la jalé abrazándola tiernamente.
- ¿Cómo que Por qué?, me acabas de coger por la raja y el culo frente a mi hija y vi como la masturbabas—dijo abrazada a mí, mirándome hacia arriba, con cara de preocupación, pero algo sumisa.
Me gustó que usara ese lenguaje, creo que ya le iba enseñando como debía hablarle una hembra a su macho, sobre todo después de ser cogida por él.
- ¿Y por qué no me detuviste?—le pregunté sonriendo abrazándola por la cintura.
- No sé, estaba muy excitada, no pensaba claro, en ese momento me gustó—agachó su mirada al decir esto, creo que se apenó al perder el control de esa forma.
- Así es, yo también estaba muy excitado y no era justo que Tania no lo estuviera, es pequeña, pero estaba participando con nosotros, además es para darle naturalidad y que no lo vea como algo malo—le dije tomándola de la barbilla para que me viera a los ojos.
- ¿tú crees?—dijo tratando de convencerse a ella misma.
- Si mi amor, así es.
- Bueno, confío en ti—dijo abrazándome y recargando su cabeza en mi hombro mientras veía a sus hijos jugar.
- Mi amor—le dije a Esme mientras le acariciaba el cabello—creo que ya es hora de irnos.
- Si mi amor, quisiera quedarme aquí para siempre—se colgó de mi cuello y me besó con mucha pasión
Tania tuvo que voltear a su hermanito para que no nos viera, tanto Esme como yo lo notamos, ambos sabíamos que Tania sería nuestra cómplice pero sé que tenemos que irnos.
- Vamos por las cosas para regresar a casa—dijo antes de darme un piquito muy tierno en los labios y soltarme.
Recogimos y guardamos todo y regresamos a mi casa, de regreso iba manejando despacio mi auto clásico, era una Chevelle Malibú SS 1972, para los que no los conozcan estos autos no traen asientos independientes, en un solo sillón delantero y uno trasero. Esme iba adelante conmigo y los niños atrás, Carlitos casi al instante se quedó dormido.
Esme se sentó cerca de mí y recargó su cabeza en mi hombro, puso su mano derecha en mi muslo y suavemente fue subiendo hasta mi verga, al sentir su roce reaccioné con una erección, ella acarició mi verga suavemente por encima del short, lo hacía suave, con ternura, como si estuviera enamorada de ella; se enderezó y me miró sonriendo, era una mirada de travesura; vi como bajó la cremallera, metió su manita y sacó mi verga y la masturbo.
- Que feliz estoy aquí contigo, quisiera que este momento fuera eterno—dijo Esme y se agacho a mamar mi verga.
Baje aún más la velocidad, no había prisa de llegar, sentí la tibia boca de ella rodear mi verga, quise meter dedos en su raja y culo, pero su short de mezclilla no me lo permitía.
- Bájate el short, quiero meterte dedos en tu culo—le dije con mi voz ronca ya excitado, Tania atrás como siempre, no perdía detalle.
- Si mi amor—dijo Esme y se enderezó y quedó hincada a mi lado para bajarse el short,
No traía su bikini, quien sabe dónde acabó esa prenda, Esme hincada lo bajó hasta sus rodillas y después se sentó en sus talones mirándome sonriente, volteo a ver a Tania y la mirada de las dos se cruzaron, no sé qué pasaba por la mente de la dos, Tania sabía lo que estaba pasando y Esme sabía que su hija no perdía detalle y tenía pleno conocimiento de lo que hacíamos, era su cómplice, guardaría el secreto, pero creo que Esme aún se apenaba de que su hija supiera lo que hacíamos, pero no podía dejar de hacerlo.
Esme seria le hizo una mueca, lo más parecido a una sonrisa, como diciendo “no me juzgues y no le digas a tu papá” y se agachó perdiéndose de vista de su hija que inmediatamente se acercó y puso sus manitas juntas en el borde del sillón donde recargo su mentón para ver lo que me hacía su madre.
- Aaahhh—gemí yo al sentir la boca de Esme nuevamente
Tania no perdía detalle de como la cabeza de su madre subía y bajaba y ella misma se forzaba a meter toda mi verga haciendo arqueos.
Desde donde yo estaba podía ver a Esme hincada en el asiento delantero, con sus muslos pegados a su pecho y su cara en mi entrepierna, la estreches de su cintura y la prominencia de sus caderas hacían ver como si fuera una manzana, un fruto prohibido, mi mano se fue deslizando por su espalda y llegó a su raja, Esme se movía inquieta sintiéndolo, dos dedos se perdieron dentro.
- Mmmggghhh
Intentó gemir, pero mi verga muy dentro de su garganta se lo impidió, le metí y saqué dedos, sentí lo mojada que estaba, miré a Tania que atenta miraba, saqué los dedos de su madre y los lleve a la boca de la niña que los abrió recibiéndolos feliz, su lengüita saboreo los jugos maternos, cuando los saqué se escuchó un ¡plop!, Esme dejo de mamar como adivinando que era ese sonido, sabía que le estaba metiendo los dedos en la boca a su hija, que le había metido en su raja, pero solo lo hizo unos segundos, después regresó a mover su cabeza en mi verga y mamarme con más intensidad.
- Tania bebé, escupe mucha saliva en mi mano, para poderle meter dedos en el culo a tu madre
- Si tío
Esme escuchó todo, pero no dejo de mamar, al contrario lo hiso más rápido, su cabeza se movía de arriba abajo, se escucharon los cuatro escupitajos que Tania puso en mi mano, la lleve a su culo esparciendo la saliva y ahí dos dedos metí, Esme creo que estaba muy excitada con lo que escuchaba, pues apretó mi muslo con sus dos manos mientras escuchaba como su hija escupía en mi mano sabiendo para que era esa saliva.
- Mmmggghhh
Nuevamente mi verga impidió los gemidos de Esme, pero sus caderas empezaron a moverse, mis dedo empezaron a taladrarle el culo, Esme movió su cabeza al ritmo que marque con mi dedeada en su culo.
- Mmmggghhh
Volvió a gemir cuando tres dedos le taladraban el culo, sus caderas felices se bamboleaban a mi ritmo, estaba demasiado excitado, una pequeña descarga de mi leche salió hacia la boca de Esme, que al sentirla movió más rápido su cabeza.
Estaba muy excitado y se me venían muchas ideas a la mente, le saqué los dedos y se los di a Tania que feliz los chupó, perversamente tomé su manita y la llevé al culo de su madre, le hice meter tres dedos, Esme no dejaba de mamar, dejo de hacerlo cuando sintió mis dedos entrar en su raja por encima de la manita de su hija, creo que notó que los dos teníamos dedos dentro de ella, con mi mano la empujé a mi verga y ella continuó mamando.
Tania metía y sacaba los dedos del culo y yo lo hacía de la raja, con la palma de mi mano empujaba los nudillos de Tania para que se los metiera más, voltee a verla y su cara de excitación marcaba lo mucho que disfrutaba sentir el culo de su madre, ya no aguanté más, mi leche salió a la boca de Esme que no dejaba de mover su cabeza y sus caderas.
- Aaahhh te dejo la leche en la boca
No hubo contestación, al menos no verbal, Esme se movió más lento como saboreando el momento sintiendo como mis chorros le golpeaban la faringe, Tania le sacó los dedos y se los llevó a la boca, lo hizo sin que yo se lo ordenara, yo hice lo mismo con mis dedos, los dos paladeábamos la esencia de Esme, que sintió que ya no salía más leche y se enderezó, al hacerlo lo primero que vio fue el rostro de su hija que atenta miraba chupando sus dedos.
Me dio risa, pues Esme casi escupe la leche que traía en la boca del susto, no la había tragado ni escupido, no sé qué pensaba hacer con ella, pero ahora estaba frente a su hija con los labios juntos y los dientes separados en señal de que algo había dentro de su boca. Vi como Tania se saboreó mi leche.
- Te quiero mami.
Fue lo que dijo mientras se acercaba a darle un beso, Tania al sentir el sabor de mi leche en los labios de su madre enloqueció como un vampiro que prueba la sangre, jaló a su mama y le metió la lengua, Esme volteando solo los ojos me miró alarmada, pues su hija le chupaba la lengua extrayéndole toda mi leche.
Tania desesperada lamia la leche de los labios, de las comisuras, le hacía abrir la boca y le pasaba la lengua por los carrillos, por la lengua, la sujetaba con ambas manos para que no se alejara, Esme resignada cerro su boca juntando toda mi leche de los rincones y la abrió para dejársela dentro de la boca de su pequeña Tania que emocionada la recibió, casi se me para otra vez viéndolas compartir mi leche.
- Te quiero mami—le dijo cuándo el beso ya no dio más leche y regresó a su asiento.
Esme volteo y vio mi verga de fuera, ella misma la guardó y subió la cremallera, lo hizo justo a una vuelta de llegar a mi casa, creo que la cosa fue tan rápida que no tuvo tiempo de decirme lo preocupada que estaba por la situación.
Al llegar mi hermano estaba en la sala hablando por teléfono, nos vio entrar, nos saludó con la mano en el aire y continuó hablando, se veía acalorado, nos dimos los tres una ducha, obvio yo en una regadera y Esme con sus hijos en la otra.
Al salir vi a Esme platicando con mi hermano, se veía angustia y decepción en el rostro de ella.
- Hola hermano ¿pasó algo malo?
- Si paco, me hablaron de la empresa, hay una crisis y me necesitan de regreso, mañana salimos para la capital.
- ¿De verdad?—dije yo– ¿no lo puedes resolver desde aquí?
- No, me temo que no, me necesitan allá y tengo que estar presente.
- Lo siento de verdad, me hubiera gustado que estuvieran más tiempo.
- Creo que finalmente si arruiné las vacaciones—dijo él y vi el rostro sombrío de Esme.
En eso regresaron los niños, mi hermano les dijo la mala noticia y los dos casi se ponen a llorar, más Tania que me miró con angustia.
- Lo siento niños, mañana no regresamos
- No papi, me gusta aquí—dijo Tania—y prometiste que estaríamos más tiempo.
- Bebé, de verdad lo siento, pero tengo que estar en la ciudad mañana mismo.
- Pero tú lo prometiste, que mi cumpleaños número diez lo celebraríamos en la playa.
- Bebé, lo siento—dijo mi hermano ante la mirada de tristeza de Esme.
- Bueno y por qué no me quedo y que mi tío me celebre mi cumpleaños y cuando puedan regresar acá los espero y vienen por mí.
Esme y mi hermano se miraron, él iba a hablar, pero Esme se le adelantó.
- Bueno Carlos y por qué no nos quedamos los tres y tú te vas solo y resuelves tus asuntos—dijo Esme con un brillo de esperanza en sus ojos.
- El problema es que a lo mejor te voy a necesitar para los cálculos financieros—le dijo y pude ver la cara de decepción de Esme.
Esme era licenciada en economía, tenía su propio trabajo de asesoría a empresas y ayudaba a mi hermano (su esposo) cuando tenían que hacer cálculos o proyecciones financieras, no podía decir que no.
- Pero yo si me puedo quedar—insistió Tania—y regresan cuando acaben con sus cosas.
- Bueno, creo que si te puedes quedar, pero se te olvida algo, debes preguntarle a tu tío si te quiere cuidar este tiempo—le dijo mi hermano.
- ¿Verdad que si quieres que me quede?—su carita era súplica por quedarse, incluso junto sus manitas.
- Claro que si pequeña—dije yo agitándole el cabello—es más que se quede también Carlitos.
- ¿No serán una carga para ti?—dijo Esme, como que no muy convencida—tienes una vida de soltero muy arraigada y con Tania y Carlitos no podrás hacerla.
- No hay problema por mí.
- Mi amor—le dijo mi hermano—Carlitos no, él es más pequeño y aún requiere tu cuidado, y no creo que “este”—dijo señalándome—pueda con esa responsabilidad.
- Bueno, que se quede solo Tania y en cuanto podamos regresamos a ver si alcanzamos algo de vacaciones—dijo Esme finalmente ya toda resignada.
Cenamos lo que Esme nos preparó, la cena fue divertida, mi hermano le advirtió a Tania que esta no era su casa, así que no podía andar desnuda como acostumbraba allá en la ciudad y sobre todo que me tenía que hacer caso y tener el teléfono cerca para recibir llamadas.
- Yo ya no ando desnuda, eso era cuando era pequeña, ya no hago eso—dijo Tania como indignada por la acusación.
- Jajaja apenas la semana pasada andabas así porque según tú tenías calor—le dijo Esme.
- Bueno, pero en concreto no andarás desnuda, no incomodes a tu tío y pórtate como una buena niña—le dijo mi hermano.
- Si papi.
- Y sobre todo debes obedecer a tu tío—dijo Esme sentenciándola.
- Si mami, le haré caso en todo—levantó su mano en señal de promesa.
Nos fuimos todos a dormir y ya de madrugada sentí que me hablaron, era mi hermano que me despertaba para que los llevara al aeropuerto, viajamos en mi auto, llegamos y mientras mi hermano iba a revisar los boletos, Esme se me acercó.
- Pórtate bien en nuestra ausencia—me dijo mirándome a los ojos.
- Si mi amor—dije yo bajito.
- Nada de Lupitas ni cosas de esas ¿oíste?
- Si mi amor, nada de Lupitas.
- Y sobre todo—volteo a ver a Tania–se cuidadoso con Tania, ella es muy inocente y no quiero que se confunda.
- Si mi amor, lo sé, no haré nada que la confunda.
Volteo a ver a mi hermano (su esposo) que seguía en lo de los boletos y no nos miraba y me dio un beso rápido en la boca, Tania parada a mi lado y de mi mano escuchó todo lo que ella me dijo.
- Hazle caso a tu tío en todo ¿entendido?
- Si mami, le haré caso en todo lo que me pida—sentí como la niña apretó mi mano cuando lo dijo.
Esme volteo a ver mi hermano que seguía en la compra de boletos y besó rápidamente a Tania en los labios y nuevamente a mí, sentía un rápido rozón húmedo de su lengua.
Finalmente nos despedimos y ellos abordaron su avión. Sentí el apretón de mano que Tania me dio, estaríamos solos mínimo dos semanas, era mi oportunidad de oro para disfrutarla.
Continuará.
Me gustan mucho tus relatos, son muy interesantes y muy bien escritos. Te pido más relatos seguidos por favor. Si se puedes de hijastras embarazadas con padrastros te lo agradecería.
Excelente muy excitante y tiene mucho morbo, esperamos la continuación pronto.
wow, verdaderamente impresionante, se nota como los tres ya han perdido totalmente la cordura y solo se dejan llevar por sus instintos. Esmeralda ya está vuelta completamente una morbosa y ni siquiera se resiste a compartir un macho con su propia hija
Me gustó mucho la parte en que Esmeralda prepara el desayuno y le agrega el semen de Paco a la masa, ahi se nota que se ha vuelto su sirvienta anal, mientras que la hija aumenta cada vez más su «perversión inocente».
Espectacular ,no esperaba menos de vos . Quisiera comentar mil cosas ,pero no da , respeto tu relato ,es tuyo al fin . Me voy decepciónada del final ,no esperaba ese final donde Esmeralda se separa de su hija y de el . jaja un beso esperamos el próximo con ansias .
Si querés en mi cuenta está mi correo para conversar ,un beso.
Hola andrea 3799, se tenían que separar para darle espacio a Tania, se suponía que ella sería la principal, pero como lo he dicho antes, a veces, los personajes toman sus propias desiciones y me llevan a vueltas que no espero. Se quedan solos, pero mi intencion es que regrese. Y siento que no haya sido de tu agrado. Espero disfrutes mas el proximo cap.
Espero ya saber que paso con el tío y la sobrina esas 2 semanas
Buenos relatos, todos los episodios te enganchan a seguir leyendo con mucho interés. No dejes de seguir narrando la historia.
Excelente, es el que más me gustó en lo que va la saga. Me apena que madre e hija se alejen en este punto, pero también creo que es correcto por el buen de la historia
muy bueno
buena historia