Tania con casi 10. Capítulo 7
regresamos a Tania ya sola con su Tío.
Nota del autor: retomamos la historia donde estaba, una disculpa por la tardanza, pero como podrán ver no son relatos cortos y me emociono escribieno, leyendo y reeleyendolo hsta que me dentengo con un alto a mi mosmo, sino no puedo dejar de escribrilo. espero disfruten leerlo como yo escribirlo.
adalberto1979
Capítulo 7
Tania y yo tomados de la mano vimos como despegó el avión y se alejó perdiéndose en el horizonte, de la mano salimos, sentía el nerviosismo de ella, pero no era miedo, creo que era más ansiedad, subimos al auto y en cuanto sintió que estábamos solos, se acercó y me beso en la boca, sentí su lengüita entrar y acariciar la mía, el estacionamiento estaba casi desierto y los vidrios polarizados nos ocultaban, me separé un poco y acariciándola le pregunté.
- ¿Qué quieres hacer pequeña?—le dije mientras mis manos subían por sus muslos hasta sus nalgas.
- Lo que tú quieras tío, le prometí a mi mamá que te haría caso en todo y que te “daría” todo lo que me pidieras, ¿qué quieres pedirme?—sus pupilas estaban dilatadas de lo excitada que estaba.
Mi mano pasó a su rajita, ella estaba hincada a mi lado, la acaricie por encima de su pantaleta infantil, ella abrió más sus piernas y su boquita para empezar a gemir.
- Aaahhh
- ¿Lo que yo te pida?
- Si tío, aaahhh
- ¿No te da miedo?—le preguntaba yo sin dejar de acariciarle la rajita.
Ella negó con su cabecita, mi mano se metió por el elástico superior de su calzoncito y llegue a su rajita, Tania gimió fuerte cuando me sintió.
- Aaahhh tío, te quiero—su carita estaba frente a la mía, veía su mirada nublada y su boquita medio abierta, jugaba a ser niña grande, jugaba a complacer un adulto, tal vez era solo un juego para ella, pero para mí era el placer más morboso del mundo.
Gimió moviendo sus caderas tallándose en mis dedos, tomó mi cara con ambas manos y me besó, nuevamente sentí su lengua, solo que ahora estaba más suave, pues estaba excitada por la masturbación.
- ¿Si me quieres bebé?—pregunte tallando su clítoris
- Sí, mucho. Aaahhh—decía ella, no sé si conocía el concepto de querer, pero ella me decía que me quería.
- Yo también te quiero–dije besándola
- ¿Tío?—dijo con su mirada nublada de excitación.
- ¿Qué bebé?—dije yo sin dejar de manosearle su vagina.
- Quiero leche, aaahhh—dijo sin dejar de moverse sobre mi mano, su movimiento de caderas era lento, pero descarado, lo hacía de adelante a atrás y viceversa.
- ¿Quieres chuparme la verga para sacarme la leche?
- Si, aaahhh—gimió sintiendo mis caricias.
- ¿Así como lo hizo tu mamá?
- Si… aaahhh… como mi mamá te la sacó, aaahhh
- ¿así como tú me la sacaste el otro día en tu cama?—seguía moviendo mi cara, ella sonreía con mis preguntas con su boquita abierta, lo mismo que sus ojitos claros.
- Si
- ¿así como me la sacaste en la playa?
- Si tío, así.
Jugaba con ella, le veía excitada aunque no creo que supiera lo que eso significaba, mucho menos lo que era tener la verga de un adulto dentro de ella, sería rico para mí averiguarlo.
- Pídemelo—le dije metiéndole un dedo rozando su himen de niña virgen.
- Quiero sacarte la leche
- No, así no, di: “déjame chuparte la verga para sacarte la leche”, así es como una niña debe pedir leche—Tania sonrió, creo que a ella le divertía lo que hacía conmigo.
- déjame chuparte la verga para sacarte la leche como lo hizo mi mamá—decía excitada con su vocecita de ángel, mi verga brinco dentro del short.
Yo no dejaba de masturbarla, ella era muy inteligente, muy madura para su edad, lo dijo como pensó que me gustaría escucharlo, como había escuchado a su mamá hablarme, había estado muy perceptiva en todo lo que vio que le hice a su madre.
- Bájate el calzón para meterte dedos mientras me chupas—ya estaba excitándome.
- ¿así como mami?
- Si mi amor, es más escupe saliva en mi mano para poder meterte dedos en tu culito.
- Si tío.
Se bajó su calzoncito y se quedó en cuatro mirándome mientras yo me desabrochaba mi short bajándolo hasta las rodillas para liberar mi verga del bóxer, que salió erecta, vi como Tania se relamió sus labios, le había agarrado el gusto a probar y comerse mí leche, se iba bajar a mi verga, pero la detuve.
- La saliva primero—le dije poniendo mi mano cerca de su boca, ella se rio como si fuera una travesura y escupió saliva en mi mano.
Tania en la misma posición agarró mi verga dura como roca y la masturbó lentamente, me volteo a ver y me dio una sonrisa, fue tan hermosa su sonrisa, tan pura, tan honesta, tan inocente que me sentí el hombre más perversamente afortunado del mundo; mientras me sonreía vi cómo se fue acercando y enrollando mi glande con su lengüita, lo fue metiendo en su boquita, abrí la boca y entrecerré los ojos por mero reflejo del placer que sentí.
Llevábamos un rato así con Tania mamándome la verga, no sé cuánto tiempo había pasado, me sentía en la gloria, no había eyaculado, pues a ella le faltaba experiencia para hacerlo y yo no participaba con nada, ni siquiera moviendo mis caderas, pero el sentir su boquita me hacía excitar mucho.
Miré a mí alrededor y las personas ya empezaban a salir, encendí el auto y salí del estacionamiento, viajé lento sintiendo el placer de recibir una inexperta mamada de Tania, que se movía intentando darme mucho placer y sacarme la leche.
En ese momento recordé a todas esas chiquillas que mamaron mi verga, las que había “estrenado” por la boca y las que ya estaban “estrenadas”, no ha todas las pude estrenar por sus otros agujeros, pero si mínimo fui su primer mamada.
Mojé mi dedo medio embarrando la saliva que Tania me dejó y lo dirigí a su culito, lo estuve acariciando superficialmente, lo llevé a mi boca y lo probé, su esencia era como la de Esme, no cabe duda que era un clon de su madre, ensalivé más el dedo y lo regresé a su culito, metí hasta el primer nudo, sentí que Tania brincó, pero se dejó hacer, lo saqué y escupí más saliva, lo quería bien lubricado, metí más a fondo el dedo y llegó hasta dentro, lo metí y lo saque a la misma velocidad que ella movía su cabeza de arriba abajo sobre mi verga, así le marque el ritmo de la mamada, aceleraba la penetración anal con mi dedo y ella aceleraba su cabeza.
Reí para mis adentros, creo que todas las mujeres son iguales, pues con todas hice la misma técnica y todas respondieron igual.
Sentía que Tania se cansaba de chupar, pues la sacaba de su boca y la lengüeteaba, sentía que agarraba aire descansando sus quijaditas, pero su manita no me dejaba de masturbar, lo hacía torpemente, pero no dejaba de hacerlo y yo no dejaba de dedearle el culito; si, definitivamente estos serían unos días deliciosos.
- Tania bebé, ya vamos a llegar a la casa—le dije avisándole. Tania se levantó en un respingo tan rápido que botó mi dedo de su culo.
- ¿Ya? ¿Tan pronto?—dijo decepcionada de no haberme sacado la leche.
- Si bebé, ya llegamos.
- No me diste leche ¿acaso no quieres?—dijo en un pucherito, pensé que iba a llorar.
- No pasa nada bebé, tenemos todo el día para hacerlo.
- Lo que pasa es que yo no lo hago como mi mama, no soy buena chupando tu verga—sus ojitos se pusieron rojos, la abracé.
- No bebé, me gusta mucho como me chupas la verga, solo que eres pequeña aún y necesitas práctica, eso es lo que haremos todos estos días, te enseñaré como chuparme y yo te haré sentir cosas muy ricas, ya lo verás ¿si bebé?
- Si, está bien—dijo aguantando sus lágrimas
Bajamos del auto, ella traía su pantaleta en la mano, su vestido había caído ocultando su desnudez, entramos a mí casa y la cargue sosteniéndola de las nalgas.
- ¿Qué quieres hacer bebé? ¿Quieres que desayunemos? o ¿dormimos un rato y nos levantamos más tarde?
- Ya te dije, quiero leche—dijo mirándome con su carita de súplica.
Su mirada era de desesperación, estaba ansiosa por seguir jugando conmigo y creo que eso era para ella, sólo un juego que yo jugaba con su mamá, lo que había experimentado le había gustado, tal vez no imaginaba lo que le iba a doler, tendría que ser muy cuidadoso con ella.
- Bueno vamos a mi recámara y ahí jugamos todo lo que quieras ¿te parece?
- Si tío.
Cargada la llevé a mi recámara, mientras caminaba ella me daba besitos, lo hacía tan tiernamente, era tan inocente, que en ese momento no sabía si sería capaz de hacer algo más con ella, tal vez ni se imaginaba que íbamos a hacer ella y yo solos.
Llegamos a mi recámara y la acosté gentilmente en la cama, ella se movió al centro de esta para dejar que yo me acostara a su lado, me puse de lado viéndola y ella boca arriba sonreía ansiosa, me acerqué suavemente y le besé sus labios, ella cerró sus ojitos y los aflojó para dejarse besar.
- Tío—decía en un suspiro acariciándome los cabellos con su manita.
Me puse más cerca de ella y mientras la besaba la empecé a acariciar, mi mano pasaba por su abdomen y bajaba por su muslo, bajé la mano hasta el borde de su vestido y de ahí la metí por debajo de este, sentí como ella vibró por mis caricias.
- Aaahhh—gimió jugando a ser adulta.
Gimió nuevamente cuando mi mano acarició su vulvita casi lampiña, la besé con más pasión y mi dedo se deslizo sobre la abertura de sus labios, su vagina empezó a secretar fluido, se estaba chorreando con solo pasar mi dedo superficialmente.
- ¿Te gusta bebé?
Ella asintió agarrando mi cabeza con las dos manos para no dejar que me separa de ella y la siguiera besando, su lengua entraba desesperada en mi boca, mi mano se movió más rápido, así como ella me besaba, eso quería, más intensidad en las caricias.
- Aaahhh tío
Seguía gimiendo, una de sus manitas soltó mi cabeza y bajo a palpar mi ver que seguía dura, era un momento muy apasionado, pues ya descaradamente la masturbaba con mi mano, mientras movía mi cadera para friccionarme en su manita.
Me separé de ella, que abrió su ojos desconcertada, pues estaba sintiendo muy rico con mi estimulación, la jalé al borde de la cama y ahí le saqué el vestido, quedó solo en corpiño, me miraba sentada apoyada de sus brazos hacia atrás, no sabía cuáles eran mis intenciones, me hinqué frente a ella y la jalé hasta el borde, sus piernitas se abrieron enseñando la abertura de su vulva.
La tomé de las corvas y abrí más sus piernitas, ahí fue cuando entendió que le iba a hacer, me sonrió y se dejó caer hacia atrás quedando completamente acostada mientras yo la sostenía de sus corvas para abrirle las piernas.
Acerqué mi rostro a su rajita y la olí, Tania olía a hembra excitada, ella era pequeña, pero estaba excitada, mis fosas nasales se abrieron respirando sus feromonas, mi pene brincaba de emoción, acerqué mi rostro y pasé mi lengua por la abertura de los labios, sentí el respingo, pero repetí la acción hasta que sentí que se aflojó y se dejó lengüetear por mí.
- Aaahhh tío.
Puso una de sus manitas en mi cabello y me jaló hacia su rajita, mi lengua se deslizaba de abajo hacia arriba, me detenía en su micro clítoris y lo chupaba, cuando hacía sentía como ella apretaba sus manitas en mi cabeza. Mi dedo empezó a entrar nuevamente en su culito, sentí como ella apretó sus manos en mi cabeza sintiendo la penetración.
- Aaahhh, tío, te quiero mucho… aaahhh.
Me separé un poco para ver su rajita que brillaba por mi saliva y su secreción, baje mi short y mí bóxer al mismo tiempo quedando desnudo de la cintura hacia abajo, mi verga erecta apuntaba al techo.
Me subí a la cama, Tania se hizo a un lado para permitírmelo, estaba seria, se veía muy excitada, miraba mi verga dura como roca, me acosté nuevamente a su lado, mirándolo ella también estaba de lado mirándome, nos acercamos sin decir nada y nos volvimos a abrazar, mi mente estaba demasiado elevada, el cachondeo que nos dábamos me hacía enloquecer.
La manita de Tania fue a mi verga y ahí se quedó, la apretaba, no tenía experiencia, pero le ponía empeño, su boquita me besaba y su lengua me acariciaba, era ella quien me besaba y fue ella solita quien se fue bajando lamiendo mi cuerpo hasta llegar de nuevo a mi verga.
La tomó con sus manitas una sobre otra, aun así no la cubría toda, bajo su boca y metió mi glande en su boquita, yo deje caer mi cabeza en la cama, mi mirada nublada solo veía el techo, pero para mí era como estar en el cielo.
La miré y ella estaba con piernitas juntas y pegadas a su abdomen, su cabeza se movía de arriba abajo, aprendía rápido, la jale poco a poco hasta que le acomodé encima de mí, su rajita quedó cerca de mi boca, mi lengua regresó a su interior.
- Aaahhh tío, no sabes cuánto te quiero, aaahhh—Gimió despegándose de mi verga, creo que ella interpretaba el amor con el placer sexual, tal vez lo que quiso decir era cuanto placer sentía, regreso a mi verga y chupó con más entusiasmo.
La escena no puede ser mejor descrita, al tener a Tania encima mío, desnuda, chupándome la verga y con sus piernitas abiertas para que mi cara quedara en su rajita.
Mis dedos empezaron a jugar traviesos en su rajita y culo, ya le había metido el dedo medio en su culito cuando veníamos en el carro, así que no fue problema que regresar a él, Tania se quedó quieta de su cintura que movía hacía unos segundo, cuando sintió mi dedo intentar entrar de nuevo en su culito, incluso dejo de mamar, solo dejó mi verga dentro de su boca y movía su lengüita.
- Aaahhh
Gimió cuando mi dedo entró, incluso sacó mi verga y giró su cabeza para intentar ver lo que le hacía, yo con mi mano libre la tomé de la cabeza y la regresé a que siguiera mamando.
- Bebé chúpame la verga para darte lechita
La sujete de la nuca y moví mis caderas como si la cogiera por la boca, ella puso las manos en mis muslos y aguantó las metidas que le di.
Me giré y la deje boca arriba conmigo encima, ahí me moví con más intensidad en su boquita, ella aguantó todo lo que pudo, sentía como mi glande entraba en su faringe, hizo varios arqueos, pero no vomitó, de repente sentí como me empujó con sus manitas.
- Tío no puedo respirar—dijo apoyándose con sus manitas en mis muslos para sacar mi verga de su boca.
Reaccioné un poco dándole aire, se la saqué de la boca y la cargue y la giré dejándola encima de mí de nuevo, pero ahora con su carita cerca de la mía.
- Perdón bebé, no quería ahogarte—Tania tenía los ojitos rojos y mucha saliva embarrada en su boca y mejillas, aun respiraba agitada– ¿quieres seguir? ¿O nos detenemos?
Tania asintió dando a entender que continuáramos, creo que estaba muy excitada para dejar de jugar conmigo, se acercó y me empezó a besar, mi boca sabía a su raja y la de ella a mi verga, la mezcla de sabores hacía que me besara como desesperada, abrió sus piernas y mi verga quedó cerca de su vulva.
- Aaahhh—gimió moviendo su caderita.
Creo que esta era la primera vez que mi verga tocaba su rajita, se movió muy intenso, le gustaba esa sensación de rozar mi verga en su vulva, su instinto le avisaba que eso iba ahí, aunque ya me había visto con su madre como se la tragaba por todos su agujeros; sus caderas se movían de arriba abajo, la deje hacer, tenía mucha energía, gemía una y otra vez estimulada por mi verga, su boca no dejaba de besarme.
- Tío te quiero aaahhh—en su inocencia dijo lo que sintió en ese momento totalmente excitada.
Llegó a su orgasmo, uno muy intenso, creo que fue el primero provocado por una verga, la sentía toda excitada, toda ida, temblaba apretando mis brazos con sus manitas, se dejó de mover y me miró con esos ojos que presentan las mujeres (en este caso una niña) después de tener el orgasmo de su vida.
- Tío, te amo—dijo con el tono de voz más dulce que había escuchado, parecía que era un ángel el que hablaba.
- Y yo a ti bebé.
Nos besamos, ya la intensidad bajo, ahora era un beso de amor, nuestros labios se movían lento apreciando la sensación de la suavidad que nos dábamos, mi mano la sostenía de su nuca y la otra le acariciaba suavemente las nalgas, le daba pequeños apretones haciendo que Tania me besara con más pasión. Tania sintió mi verga dura entre sus muslos.
- No me has dado leche—dijo mirándome mientras hacía movimientos suaves con sus caderas rosando mi glande en su vulva, creo que por instinto sabía que si hacía eso mi leche saldría para ella.
Mi mano se metió entre sus nalgas y acaricié su culo, la volví a besar, era una niña golosa que no tenía llenadera y quería su leche, ya llevábamos varias horas jugando desnudos en la cama, desde que se fueron sus papas.
La acosté boca arriba y escupí en mi mano y la lleve a su rajita para mojarla, aunque no había mucha necesidad de eso, pues estaba más que mojada de sus orgasmos, le abrí sus piernas y apunté mi verga a su entrada, mi verga brincó, no la podía acomodar, tenía ambas manos apoyadas en la cama a los lados de Tania, ella notó que no podía acomodarla, para mi asombro ella tomó con ambas manos mi verga y la puso en su entrada abriendo más sus piernitas.
- Bebé—dije excitado por su acto de ayudarme a penetrarla.
Empujé un poco, mi glande quedó en su introito, era pequeña y estrecha y ni de chiste la iba penetrar, al menos no en ese momento, pero quería sentir su rajita.
- Ay, tío—su mirada fue de preocupación.
- No te preocupes bebé, solo la pondré en la entrada para sentir rico los dos ¿estás de acuerdo?
- Si tío, aaahhh—gimió cuando sintió el placer de tener mi verga en su entrada.
Empujaba suave, no la quería lastimar ni hacer doler, me moví lento y suave, sentí como la vagina empezó a chorrear flujo, voltee a ver la cara de Tania y estaba desencajada, tenía su boca abierta, estaba su cara de lado, sus ojos entrecerrados y gemía muy intenso.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—su frente empezaba a presentar gotas de sudor.
Me atreví a empujar otro poco y mi glande quedó dentro, Tania giró su cara, abrió los ojos y me miró, su mirada nublada marcaba lo excitada que estaba, sentía dolor y placer, empujé otro poco y la pequeña frunció el entrecejo y abrió más su boca.
- Tío… tío… tío… aaahhh—decía empezando a mover sus caderas a mi ritmo
Me movía despacio, la sacaba y la metía, lo hacía hasta donde la había dejado, no la metí más de lo que ya había metido, mi mente se empezó a nublar, baje mis brazos hasta quedar apoyado en mis codos y besé a Tania mientras mi glande entraba y salía de su introito.
- Aaahhh… tío… aaahhh… te amo
Tania me besaba y movía sus caderitas, mis manos ya la sostenían de los hombros y mi cadera empezaba a agarrar vigor, me detenía donde debía detenerme, pero la empujaba para que sintiera mi verga.
Empezábamos a aumentar la pasión con la que nos amábamos en ese momento, mi sudor caía hacía a ella, pero no le molestaba, me seguía besando con una pasión impropia de una nena de esa edad, me estaba enloqueciendo, sentí que mis huevos querían escupir leche, estaba en mi punto máximo cuando escucho el timbre de mi celular.
Rrriiinnnggg
Me alteré tanto que brinqué y solté a Tania.
Rrriiinnnggg
El teléfono seguía sonando, agitado lo ubiqué y me dirigí a él, antes de contestar voltee a ver a Tania que estaba igual de agitada que yo, se había asustado por la intromisión inoportuna.
Miré el celular y vi que era el número de mi hermano.
- Hola—saludé
- Hola paco—era Esme que llamaba desde el número de su esposo—ya llegamos a la ciudad
- ¿Cómo les fue de viaje?
- Muy bien, no hubo ningún atraso y ya estamos recogiendo las maletas. Paco anda en eso, ¿cómo está Tania?
- Bien, se durmió apenas llegamos, apenas me estaba despertando para ver que preparaba de desayuno.
- Te extraño—me dijo Esme, creo que estaba alejada de mi hermano.
- ¿sí?—dije yo viendo a Tania que ya estaba sentada en el borde de la cama
- Sí, mucho—dijo ella con voz de emoción.
Mi verga seguía dura, me acerque a Tania y la tomé de la cabeza, la guié a mi verga, ella empezó a mover su cabeza y su mano al mismo tiempo.
- Yo también, la verdad me excité con solo oírte
- ¿Mucho?
- Sí, mucho, ya se me paró la verga.
Puse el celular en altavoz para que Tania escuchara lo que me decía su mamá
- Como quisiera estar ahí para mamártela hasta sacarte la leche—creo que si estaba alejada de mi hermano, se notaba su tono excitado.
- ¿Qué más harías?—dije yo moviendo mi cadera mientras con la mano tomaba de la nuca a Tania, que puso sus manitas en mis muslos para facilitarme mi cogida oral.
- Me empinaría para ti, para que me la metieras por el culo, sé que eso te gusta y gritaría mucho de dolor al sentir como me revientas, pero te dejaría hacérmelo fuerte y sin misericordia, te entregaría mi dolor para que tú sintieras placer.
- Ya me estoy masturbando.
- Si, hazlo mi amor, imagina que es mi culo el que se mueve, imagina como me lo revientas haciéndome gritar de dolor, haciéndome ver estrellitas.
La oía muy excitada, yo me movía con mucho entusiasmo en la boca de Tania, aunque no lo hacía tan profundo para no provocarle arqueos y que su mamá fuera a escuchar.
- Voy a acabar.
- Si mi amor hazlo en mi culo, imagina mi culo mientras avientas tu leche.
- ¿Qué más harías?—decía yo retándola.
- Lo que tú quieras, haría cualquier cosa para darte placer—su voz ya era muy viciosa.
- ¿Cómo darle la leche en la boca a Tania desde tu culo? ¿Lo harías? ¿Harías comer a Tania mi leche desde tu culo?—me movía ya con mucho entusiasmo en la boca de Tania.
- Si mi amor, me sentaría en su rostro y le dejaría tu leche desde mi culo, le cagaría tu leche en su boquita y me metería dedos en la raja frente a ti, para que veas como disfrutaría complacerte.
Ya no aguante más, sentí como mi leche salió y salió chorro tras chorro disparada a la boca de Tania, que abrió sus ojos asombrada, pues ya se había almacenado mucha leche desde que me calentó en el aeropuerto.
- Aaahhh—volvía gemir pues Tania me sacaba la leche mientras se la iba tragando—no tienes idea de cuanta leche aventé.
- ¿De verdad mi amor? ¿Te excito hablar sucio conmigo?
- Mucho, demasiado.
- A mí también, no sabes cómo escurre mi vagina, ahorita me encierro en el baño y me meto dedos pensando en ti hasta hacerme venir yo solita.
- Usa a mi hermano—le dije, pero quería escuchar que me decía ella.
- No, no quiero con él, este orgasmo te pertenece, prefiero hacérmelo así y dedicártelo—me dijo con su voz sensual—me gustó que dijera que prefería masturbarse pensando en mí.
- Está bien, pero entonces te vas a grabar cuando lo hagas y me mandas el video.
- Si mi amor, todo lo que tú quieras—su voz era sumisa—vas a escuchar como esta de encharcada mi raja pensando en ti.
- Está bien.
- Ya viene tu hermano, te lo paso, saludos—dijo guardando la compostura
- Hola hermano—dijo mi hermano en su saludo cordial.
- Hola hermano ¿no tuviste problema con las maletas?
- Solo con una, pero ya la hallé.
- Eso te pasa por usar esa línea barata, jajaja.
- No fue por barato, fue la única que estaba disponible, ¿cómo va todo por allá?
- Todo muy bien, Tania duerme como un bebé recién alimentado de leche—voltee a ver a Tania que seguía con mi verga en sus manitas lamiéndola como su fuera una paleta, sonrió cuando me escuchó.
- Si me imagino, confío en tu buen juicio ¿de acuerdo?
- Claro, tú confía en mí y serás más feliz.
- Jajaja claro, como siempre hermano, bueno te dejo, estamos en contacto, seguramente Esme te hablara en el transcurso de la tarde.
- Claro, saludos.
Colgué el celular y vi a Tania que seguía feliz chupando y lengüeteando mi verga, con mi dedo junté la leche que estaba alrededor de su boquita y se la di, ella gustosa chupó mi dedo, la cargue y ella enroscó sus piernas en mi cintura.
- Te amo bebé—le dije besándola.
- Y yo a ti tío—correspondió mi beso con su deliciosa lengüita.
Así cargada la lleve a la ducha, ahí nos lavamos riéndonos, aproveché el momento y le metí, ya no uno, sino dos dedos en su culito, ella apoyada en la pared del baño con sus manitas, cerraba sus ojitos para concentrarse como se lo había pedido, imagino que más pronto que tarde la estaría penetrando.
Mi verga se puso dura de tanto estimulo, Tania apenas verla se prendió de ella, la deje que me mamara un rato, pero después la aparte.
- ¿Por qué?—preguntó con carita triste cuando la quité.
- Bebé, si queremos jugar mucho no debemos tirar tanta leche mía—le dije con voz tranquila mientras le acariciaba tiernamente su cabello.
- Pero yo quiero tío—decía Tania dando un golpecito con su pie en el piso como un berrinche—me gusta.
- Bebé tengo una cantidad limitada por día y necesito mi verga muy dura para poder jugar contigo y divertirnos juntos. Igual si no suelto leche puedo estimular tu panochita, meterte dedos, chupar tu tetitas, tu culito, todo para hacerte sentir bien y cuando sea prudente te daré mi lechita, recuerda que quedamos que me la sacarías como tu mamá, con tu panochita y tu culito ¿Si bebé?
- Si tío—dijo asintiendo con una sonrisa.
- Lo haremos poco a poco.
Salimos de la ducha, yo la enredé en una toalla y la llevé cargando a la habitación, ahí le puse ropa, mientras lo hacía la manoseaba toda, ella riendo veía como le ponía su calzoncito, mi verga seguía dura, tener a Tania a mi entera disposición me hacía estar elevado mucho tiempo.
- Pues bien bebé—le dije una vez terminada de vestir–¿qué quieres hacer hoy?
- Ya te dije—dijo mirándome a los ojos—quiero leche, todo el día.
Era su forma de decir que quería estar con nuestros juegos sexuales, yo también lo quería, pero no solo debía hacer eso, sino que anécdota contaríamos cuando regresaran sus papás, decidí mejor tomar yo la decisión.
- Si bebé lo haremos y te daré leche cada que pueda, pero ¿Qué te parece si te llevo a pasear? ¿Te gustan los zoológicos?
- Sí, me encantan—dijo brincando, esto me recordó que era una niña aún, por más juegos sexuales que le enseñara nunca dejaría de ser una niña.
- Bueno, almorcemos algo ligero y llevamos lonche y allá comemos
- ¡sí!—dijo brincando de gusto—eres el mejor tío del mundo.
Brincó y se colgó de mi cuello y sus piernas en mi cintura, yo la sujete de las nalgas para sopesar su cuerpo, me besó, ahora dejó de ser una niña cuando lo hizo, porque metió su lengua en mí boca moviendo sus caderas hacia arriba para quedar más cerca de mi rostro, estuve a punto de desnudarla y cogérmela ahí, pero habría más tiempo y necesitaría preparación, ya que era pequeña.
Así cargada me la llevé a la cocina, yo aún no me había cambiado, así que solo iba en toalla, la senté en la mesa de la cocina y ahí le preparé huevo con jamón y jugo de naranja, Tania feliz comió su desayuno, le cayó pesado y se fue al baño a defecar, yo aproveché ese momento para ponerme ropa y alistar el refrigerio que comeríamos allá.
- ¿Lista bebé?
- Si tío—dijo bajando y alcanzándome en la cocina
Salimos rumbo al zoológico, y la verdad nos la pasamos muy bien, por ser zona turística el zoológico es bastante grande y con animales exóticos oriundos del lugar, Tania asombrada veía a los animales, era cerca del mediodía cuando decidimos parar para comer algo.
- Aquí bebé bajo esta sombra
Nos sentamos adentro de unos matorrales, un poco alejados del camino para deambular, estábamos bajo la sombra de un enorme y espeso framboyán.
- Dime Tania, ¿te has divertido este tiempo aquí conmigo?
- Si tío, mucho
- ¿Qué es lo que más te ha gustado?—pregunte esperando respuesta de si el zoológico, la playa o algo así.
- Tu leche—dijo agachando su mirada y regresándola casi de inmediato a mis ojos.
- ¿Sólo mi leche? Jajaja bebé—le apreté tiernamente su naricita—Pensé que te había gustado la playa o el zoológico.
- También, esto está muy bonito—dijo mirando alrededor—pero nunca había probado leche así como la tuya y también nadie me había tocado mi florecita como tú tío.
- ¿Te da miedo?—pregunté acariciándole el rostro, pero más lento, más sensual.
- No—dijo firmemente.
- ¿Qué sientes cuando te toco?
- Como cosquillitas, una sensación como si quisiera hacer pipí, pero nunca llega a salir, siento caliente por dentro, como si agua saliera de mi estómago hacia mi rajita.
Me explicaba su excitación y los orgasmos que había tenido, imagino que en la escuela le habían dado clases ya de biología, pero no tan prácticas como yo se las estaba dando.
Platicábamos mucho, ella era muy desenvuelta al hablar, tenía un alto grado de inteligencia y comprensión muy superior a su edad, creo que había conocido mujeres hechas y derechas con la mitad de su inteligencia.
- ¿Quieres que lo hagamos como lo hago con tu mamá?—le pregunté directamente.
- Si tío, quiero sacarte la leche como mi mamá.
- ¿Qué opinas de lo que hacemos tu mamá y yo?—no dejaba de acariciarle su rostro y cabello.
- Me emociono cuando los veo, a veces veo a mamá y papá en mi casa cuando dejan la puerta abierta.
- ¿En serio? ¿Los has visto?—me divertía su forma infantil de contar
- Sí, me gusta espiarlos cuando hacen cosas, pero nunca vi a mi mamá así como contigo.
- ¿cómo?—pregunté entre intrigado y emocionado.
Le acariciaba el cabello mientras le decía, estaba yo sentado recargado en el árbol y Tania estaba acostada usando mis muslos de almohada, ella jugueteaba inocentemente con sus piernas, las tenía extendidas con su vestido a medio muslo, a veces las flexionaba mostrando los inicios de su pantaleta de ositos.
- Si, contigo se mueve mucho, grita, se ve mas emocionada—bajo su mirada como pensándolo—sí, mucho más contigo que con mi papá, dice malas palabras, muy groseras, eso nunca lo haca con mi papá y dejó que se la metieras por…
- ¿Por dónde bebé?—pregunté malicioso.
- Por atrás—dijo sonrojándose.
- Por el culo, así se dice.
- Si tío, por el culo—su vocecita de ángel hacía que esas palabras sonaran celestiales.
- ¿te diste cuenta de eso?
- Si, los escuche en la cocina y escuche cuando te dijo que la noche también se había dejado que se la metieras por el… culo.
- ¿y no te molesta?
- La primera vez que los vi sí—dijo frunciendo el entrecejo—porque sé que eso solo lo debe hacer con mi papá, pero después me gustó cuando me dejaste besarla.
- ¿te molestaste cuando nos viste?—le regresé el tema porque me sorprendió, no esperaba eso de ella.
- Sí, porque sé que eso solo lo debe hacer con mi papá y además yo quería ser la única que lo hiciera conmigo, no quería que lo hicieras con mi mamá, solo conmigo.
- ¿pero ahora ya no?
Le acariciaba sus muslos mientras le preguntaba, lo hacía suave y cuando acariciaba la aparte interna de estos ella los abría para que mi mano llegara hasta su entrepierna.
- No sé, ahora me gusta, me siento muy emocionada cuando beso a mamá, veo cómo cambia su cara y la escuchó como se queja cuando está tu… cosa—dijo señalando mi pene—dentro de su florecita.
- ¿mi qué?—le pregunté divertido.
- Pues… tu cosa—se enderezó un poco y volvió a señalar mi verga que ya estaba dura.
- Dile verga, sobre todo si esta así de dura por ti—le dije acariciando su rajita por encima de su pantaleta de ositos.
- Si tío, pero es que siento raro llamarla verga cuando no estoy “jugando” contigo—dijo acomodándose como estaba boca arriba.
- Bueno, no te sientas incomoda, llámala como quieras, pero cuando juguemos me lo debes pedir llamándola verga.
- Si tío—se quedó penando un momento y me preguntó—tío ¿duele cuando te meten la… verga?
- Solo al principio, después se siente muy rico.
- Tu verga es muy grande ¿si me entrará como a mí mamá?
- Bueno, eres pequeña, hay que ir muy despacio y tenemos que comprar lubricantes, no te preocupes, no te haré daño, si debemos parar pararemos para que no sientas dolor. Después verás que rico se va a sentir cuando te meta mi verga por todos tus huequitos.
- ¿Por mi colita también?—preguntó con algo de duda.
- Mas por tu culito, vas a ver que rico se siente, entonces ¿qué opinas? ¿te vas a dejar?
- Si tío, sé que tú me cuidarás y no sufriré. En la escuela nos platicaron que una niña fue violada por su padrastro y la dejó muy dañada, después nos dijeron que ningún adulto debe tocar nuestras partes, solo nuestros padres y para bañarnos.
- ¿Así como yo te toqué cuando te bañe la primera vez?—le pregunté con malicia.
- Jijiji no tío, así no, así se tocan los novios.
- Tania ¿te puedo preguntar algo?
- ¿Qué tío?—volteo a verme con curiosidad.
- ¿Quieres ser mi novia?—le pregunté tomando sus manitas, ella soltó una para taparse la boca entre emocionada y apenada.
- Jijiji ¿Quieres que seamos novios?—dijo riéndose apenada.
- Si, para poder tocarte como se tocan los novios.
- Pero si ya me tocas y eres mi tío, ¿cómo podríamos ser novios si somos familiares?
- Eso no importa, tu eres mi sobrina y puedes ser mi novia, ¿qué dices? ¿si quieres ser mi novia?
- Si tío, si quiero ser tu novia.
Se levantó y nos besamos con mucha pasión, ya éramos novios oficiales, así que tendríamos que hacer lo que hacen los novios.
- Entonces si te gusta besar a tu mamá—dije separándome de ella y acomodándola como estaba acostadas en mis piernas.
- Si mucho, su boca es muy suave.
- ¿Qué más te gustaría hacerle?
- Cosas—dijo agachando su mirada apenada.
- ¿Qué cosas? ¿sabes que a mí puedes decirme lo que sea?—mi mano apretaba su rajita, la quería excitada para que me dijera lo que deseaba.
- Si tío, lo sé y ahora que eres mi novio debo contarte todo.
- Pues entonces dime que te gustaría hacerle—le dije acariciándole con toda mi mano.
- Pues acariciarle los pechos y besarle la florecita, así como tú lo haces con ella.
- Bebé—me enternecí con su forma de expresarse del sexo con su mamá—te prometo que haré todo lo posible para que más pronto que tarde puedas hacerle eso a tu mamá.
- ¿Si tío?—volteo emocionada a verme–¿de verdad?
- Si bebé, ahora ven aquí que ya me excité pensando en nosotros tres juntos.
Estábamos escondidos tras los arbustos la acerqué a mí y la besé, ella correspondió mi beso cerrando sus ojitos dejándose llevar, en eso sonó mi celular, lo miré separándome de Tania y sonreí cuando lo vi, era un video de Esme, adiviné de que se trataba, lo abrí y no me equivoqué.
- “Aaahhh… aaahhh… mi amor, mira como estoy por ti, aaahhh”
Esme se metía dedos en su raja y gemía muy intenso, se veía que estaba en su baño, enfocaba a su cara y después a su raja, se lo mostré a Tania que abrió los ojos como platos mirando a su madre masturbarse, gimiendo y diciendo mi nombre.
- “Paco, mi amor, te extraño, aaahhh… aaahhh”.
- ¿te gusta cómo se mete dedos tu mamá?—le pregunté a Tania que solo asintió sin dejar de ver la pantalla.
El video duraba como 5 minutos, Tania vestía un vestido holgado color celeste, lo había escogido así por si se me antojaba meterle mano, y así lo hice, mientras Tania miraba el video metí mano bajo su vestido, ella al sentir mi mano se levantó quedando hincada a mi lado viendo los dos mi móvil, abrió su boquita cuando mi dedo acarició su rajita moviendo su pantaleta a un lado.
- Aaahhh
- ¿Te gusta bebé? ¿Te gusta lo que ves?—le dije susurrándole en el oído.
Tania no contestó solo movió su cabeza en sentido afirmativo, estremeciéndose por mis dedos en su rajita.
- ¿Te gustaría ser tu quien le meta dedos?—ella volvió a asentir con su cabeza.
- “escucha mi raja como está toda encharcada por ti, aaahhh… paco, deseo tu verga dentro de mi”
La vagina de Esme parecía un charco de agua, se escuchaba como chacualeaban sus dedos al entrar y salir.
- “Quiero sentir tu verga dentro de mí, quiero sentir como me llena como nadie me ha llenado, dejo que me encules y hago todo lo que quieras, pero ya métemela, ¿sí? Por favor, méteme tu verga y te doy lo que quieras, deja tu leche dentro y se la doy a Tania para que se la coma directo de mi culo, aaahhh”
- Aaahhh—Tania gimió cuando escuchó eso, mi dedo ya entraba y salía de su rajita, la pequeña se mecía con el movimiento de mi mano.
- ¿te gustaría eso?—dije en el oído de Tania sin dejar de masturbarla–¿Qué tu mami te diera mí leche directo de su culo?—Tania abrió su boquita y gimió.
- “aaahhh, mi amor, que rico siento”—Esme seguía en su video.
Esme terminó en un hermoso y estético orgasmo, volteo el móvil a su rostro para que se apreciara como se comía sus propios jugos, lamía sus dedos sacando obscenamente su lengua sin dejar de ver la cámara.
- “te extraño mi amor”—fue lo último que dijo antes de terminar el video.
Tania entrecerraba sus ojitos sintiendo mi dedo penetrarla, yo también estaba excitado, liberé mi verga, Tania al notarlo se empinó para mamármela, mi dedo ahora entraba y salía más fácil por la posición, me recargué en el árbol para disfrutar la mamada que Tania me daba, el móvil sonó, lo tomé con mi mano libre y contesté.
- Hola—dije con la voz entrecortada.
- ¿Te gustó el video que hice para ti?—era Esme que me llamaba.
- Mucho, me dejaste todo duro.
- Jijiji, esa era la idea, ¿dónde estás mi amor?
- En el zoológico con Tania—dije cerrando mi boca al instante para evitar que me escuchara gemir.
- ¿Se divierten ustedes dos?—la pregunta de Esme sonó tan sensual que no supe si hablaba en doble sentido.
- Mucho, más de lo que imaginaba—al decirlo sentí como Tania me mamó la verga con más entusiasmo.
De repente Esme se quedó callada como si pensara algo, después me preguntó.
- ¿Tania vio el video?—se oía algo de preocupación en su voz.
- Sí, no imaginaba de que se trataba el video, pensé que era un saludo o algo así y ella estaba a mi lado, lo siento—mentí.
- ¡Paco!—casi gritó Esme.
- Mi amor, creo que a estas alturas Tania ha visto más cosas de ti.
- Sí, pero estaba excitada y de seguro escuchó que te dije que le haría comer tu leche desde mi culo.
- Sí, pero solo se rió, le pareció divertido lo que decías, ya mi amor no te preocupes, todo está bien—dije mientras sostenía de la nuca a Tania y le metía muy profundo haciéndola hacer arqueo y sacaba mi verga de su boquita.
- ¿seguro?—se escuchaba angustia en su voz.
- Sí, yo hablo con ella y le aclaro las cosas, aunque te he de decir algo, no le pareció mala idea jajaja
- ¡Paco! ¿cómo crees que voy hacer eso?
- ¿Por qué no?
- Pues porque es una niña, es mi hija y no está bien. No creo que sea bueno que la metamos tanto—me decía, pero su voz sonaba como alguien que pide ser convencido más que querer convencer.
- Creo que ella ya ha probado demasiadas cosas como para decir que está bien o que no, creo que tendríamos que escucharla a ella, es más te la paso para que la saludes y tú le digas.
Puse el altavoz y le di el teléfono a Tania que sin dejar de hacerme la mamada contestó.
- Hola mami, slurp slurp—se escuchaba los sorbos que le daba a mi verga
- Hola mi amor, ¿Cómo estás?
- Bien mami slurp—Tania literal absorbió unas gotitas de líquido pre seminal que salían del meato.
- ¿qué es ese ruido?—preguntó Esme, yo la escuchaba por el altavoz.
Tania se quedó congelada, por un momento se asustó, pero después pensó rápido y contestó.
- Una paleta que el tío me compró.
- ¿Está rica?
- Si mami, es de leche, slurp—volteo a verme sonriendo mientras decía “leche” y pasaba su lengua por mi glande.
- ¿Le has hecho caso a tu tío?
- Si mami, en todo y le he dado todo lo que me ha pedido—movió su mano masturbándome y mirándome, era una niña muy inteligente.
- Me da gusto mi amor, sigue así, hazle caso en todo y dale todo lo que te pida—no sabía si Esme hablaba en doble sentido, escuchaba algo de picardía en su voz—cuando vaya para allá me gustaría hablar contigo de unas cosas que tengo que aclararte.
- ¿De la leche de tu culo en mi boca?—dijo la pequeña pasando su lengua por mi glande como si fuera de verdad una paleta.
Esme se quedó callada, no sabía que decir, creo que si estuviera frente a nosotros podríamos verla roja de la cara como un tomate, Tania era muy osada y la torturaba con sus propias palabras.
- Si mi amor, de eso, pero lo haré cuando estemos en persona, no por teléfono ¿de acuerdo?
- No te preocupes mami, no le diré a nadie, incluso si lo quieres hacer de verdad, slurp
- ¿de qué hablas Tania?—Esme preguntó al instante
- De eso, pero tú lo dijiste, lo hablaremos cuando vengas, aaahhh—gimió cuando le metí un segundo dedo en su vagina, me estaba excitando con la plática de las dos.
- ¿Qué fue eso?—preguntó Esme notando el quejido de su hija.
- Nada mami, creo que me torcí un pie aaahhh
- Pues siéntate
- Si mami, tío me voy a sentar—me dijo avisándome.
Yo la vi extrañado, sabía que le seguía el juego a su mamá para que no notara que eran gemidos de placer, se levantó, miró a todos lados y bajo su pantaleta, la sacó por sus pies y me la dio, se sentó sobre mi verga y la apuntó a su rajita y se dejó caer, no la penetró, pero el glande si entro.
- Aaahhh, ya me senté, aaahhh
- ¿Estás bien mi amor?—preguntaba Esme preocupada.
- Si mami, me duele, aaahhh—gimió cuando sintió mi movimiento de cadera y mi dedo acariciándole el culito.
- Dile a tu tío que te ayude.
- Si mami, ya me lo está acariciando aaahhh—gimió cuando un dedo entró en su culito virgen.
- ¿te lo acaricia?—la voz de Esme lucía intrigada.
- Si, muy rico, hace que no duela… tanto aaahhh—me miraba con esa mirada de excitación que tanto había visto en mujeres… y niñas.
Me movía con más entusiasmo, mi mano derecha estaba entre sus nalgas penetrándole el culito con un dedo y la mano izquierda la afianzaba de la cadera para poder penetrarle con mi glande que ya entraba más, podía sentir su membrana virgen, solo era cuestión de que empujara un poco más fuerte y le rompería el himen, no saben cuánto luche para contenerme de penetrarla.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh…
- ¿Estás bien mi amor? Ya me preocupe.
- Si mami, el tío me ayuda—se acercó a besarme, el sonido de nuestras bocas se escuchó.
- ¿Estas comiendo paleta?
- Si mami aaahhh, slurp me ayuda a disminuir el dolor slurp, slurp—me besaba haciendo ruidos.
Estaba empezando a notar que Tania era una diablilla, era más despierta de lo que imaginaba, estaba embaucando a su madre, y lo hacía con la mayor naturalidad del mundo, reí para mis adentros, y yo pensando que era tan inocente.
Estábamos alejados del camino, el árbol nos tapaba desde arriba, el vestido de Tania cubría las cosas, pero por nuestros movimientos y besos era más que obvio lo que hacíamos.
- Mami… mami… aaahhh… aaahhh—tuvo su orgasmo hablando con su madre, su quijada empezó a temblar y su mirada se nubló–aaahhh
Se dejó caer sobre mí, respiraba agitada, incluso soltó el teléfono que cayó a mi lado, lo tomé y quite el altavoz.
- Hola Esme.
- Paco, ¿cómo está Tania? Se queja mucho, ¿está bien?—la voz de Esme sonaba preocupada.
- Ya mejor, la cargué y la lleve a una sombra y está descansando.
Voltee a ver a Tania que empezaba a recobrar su conciencia, me miró y me sonrió, se bajó de mí y se inclinó para meter de nuevo mi verga en su boca.
- Si ya la veo mejor, creo que nos engañó para que la cargara, esta como si nada comiendo su paleta, puedo ver como se ríe la muy pícara, se ve que disfruta su paleta, a esta niña le encanta la… leche—dije mientras la sujetaba de la nuca para guiar su boquita en mi verga
- Ay, te digo, es una niña incorregible—dijo Esme con tono de risa—bueno te dejo para que sigan en sus asuntos y le sigas “sobando…” el pie, solo espero seas gentil con ella.
Nuevamente me desconcertaba Esme, no sabía si hablaba normal o me estaba hablando en doble sentido.
- Adiós mi amor, te extraño.
- Si mi amor, yo también te extraño, adiós.
Colgué mi móvil y jale a Tania, la puse como estaba sobre mí, la fada volvió a ocultar como mi verga se adentraba en su introito, Tania recargó su carita en mi pecho dejándose llevar por mí, que inicié in sube y baja de caderas, mi glande entraba y salía, sentía su vagina sumamente estrecha, me empecé a excitar demás, tanto que mis caderas iniciaron un movimiento más intenso hacia arriba.
- Ay, tío—dijo Tania levantando su carita al sentir que mi verga casi le rompe el himen.
- Perdón mi vida, es que estoy muy excitado, ¿estás bien?—ella asintió–¿quieres seguir?—volvió a asentir–¿no te da miedo si quiero meterte la verga?
Dudo un poco, se me quedó mirando y negó con su cabecita, su cabello se movió a un lado y a otro cuando lo hizo, se me figuró un verdadero ángel cuyo cuerpo iba a profanar.
- Está bien bebé, ahí voy, aguanta mi verga ¿Sí?
- Si tío—dijo recargando su cabecita en mi pecho y apoyando sus manitas en mis hombros.
Me empecé a mover como lo hice al principio, Tania era sacudida por mis embestidas, a lo lejos se oían risas y platicas de las personas que iban pasando, no nos veían, pero si Tania gritaba si podía ser escuchada, pero no me importó, aceleré sujetándola de las caderas.
- Tío… tío… aaahhh… ay… ay…
Tania gemía y se quejaba, pero dejaba que aumentara mi velocidad e intensidad, ya faltaba poco para que eyaculara o le rompiera el himen, no sabía que podría pasar primero, la verdad estaba yo tan excitado que no me importaba nada, aceleré sintiendo mi orgasmo inminente.
- Bebé, me vengo, aaahhh—dije yo mordiendo mis labios y afianzándola por sus caderas para eyacular dentro de ella.
- Tío, aaahhh—dijo apretando sus ojitos y sus manitas en mis brazos.
Lechazo tras lechazo lo fui dejando dentro de la vagina de Tania, creo que era la primera vez que eyaculaba en su interior, apreté mis dientes sintiendo como ya entraban 2 cm centímetros más allá del glande, terminé mi eyaculación y miré a Tania que permanecía con ojos cerrados.
- ¿Estás bien bebé?—le dije apartando sus mechones para ver su carita.
- Si tío, pero me duele la rajita.
- Es normal bebé, te di más fuerte que otras veces y mi verga te entró más, no te preocupes, ya te acostumbraras y verás que rico va a ser, ¿de acuerdo?
- Si tío, como me dijo mi mamá te haré caso en todo y te daré todo lo que me pidas.
La aparte de mi lado y al hacerlo pude apreciar como mi leche escurría por sus muslos desde su vagina, tomé una servilleta de la mochila y le limpié su rajita que estaba muy roja e hinchada, se me antojó lamerla, pero ya había pasado tiempo y no debía abusar de la suerte.
Una vez totalmente limpia le di su calzoncito, ella sonriéndome se lo puso de nuevo, me volví acomodar y saque de la mochila los refrigerios que había preparado, le di una Tania y yo tomé otro, comimos platicando de los animales que habíamos visto de su escuela, de todo menos de sexo, creo que ese fue el primer momento no sexual que tuve con ella desde que había llegado, era muy desenvuelta, hablaba con una gran facilidad, sobre todo analizaba todo muy rápido.
- Tío, ¿sabías que hay animales más grandes que el elefante?
- ¿En serio?—pregunté poniendo cara de asombro.
- Sí, pero son tan pesados que viven en mar, flotando en el agua.
- ¿cuáles?—volvía preguntar interesado en su plática.
- Son las ballenas.
- Guau, ballenas, no pensé en eso.
Para ella el mundo era nuevo, lo empezaba a conocer, solo que el placer de la sexualidad se le adelantó.
- ¿Quieres que sigamos paseando?—pregunté una vez terminada la ingesta de los refrigerios.
- No tío, ya me duele mis pies
- ¿Cómo tu tobillo?—le dije sonriendo por la mentira que le había dicho a su mamá, ella sonrió.
- No
- ¿Cómo se te ocurrió decirle que te habías lastimado el tobillo?
- Me acorde una vez que me lo torcí y no podía parar de quejarme, hice memoria y mi quejido era casi igual al que hago cuando tú me…
No terminó la frase, creo que aún le daba vergüenza, pero hizo un ademán con su dedo índice derecho metiéndolo en un círculo hecho por sus dedos pulgar e índice izquierdos, el ademán asemejaba la dedeada que le di, no pude evitar reír.
- Bebé, eres muy tierna—le dije dándole un besito en su cabeza—ven salgamos de aquí.
Salimos del zoológico rumbo a mi auto recordé una tienda tipo sex, tenía una idea en la mente y la llevaría a cabo.
Continuará.
Excelente como siempre. Como se nota que Tania seguirá los pasos de su madre y ella ya está vuelta completamente una viciosa.