Tania con casi 10. Capítulo 9
Continua el tío y Tania compartiendo tiempo juntos..
Nota del autor: entrego esta novena parte, una disculpa por la tardanza, pero esta pandemia me ha traido con sobre carga de trabajo. Espero disfruten leerla tanto como yo al escribirla. saludos, besos y abrazos,
adalberto1979
Capítulo 9
Desperté por la mañana, ya era tarde, serían como las 10 u 11 de la mañana, voltee a ver a Tania que dormía como un angelito, toque su frente y estaba fresca, solo había sido una fiebre pasajera.
Me moví despacio para salir de la cama, una vez de pie separé las piernitas de Tania para revisar su rajita, esta estaba un poco hinchada, pero olía a sangre, eso significaba que debería reposar más y hacerle duchas vaginales para prevenir infección, ni modo, pero su culito estaba casi intacto, así que solo tendría que seguir con su boca y su culito.
Fui a la regadera y me bañe, salí y baje a la cocina para preparar el desayuno, preparé huevos con tocino para mí y hot cakes con mantequilla y miel de maple para Tania, mientras batía la masa, recordé cuando Esme dejó que eyaculara en ella para que todos comieran mi leche, incluyendo a su esposo, mi hermano, sonreí para mí mismo recordando eso.
Justo cuando exprimía las naranjas para el jugo de Tania, ella bajó, estaba desnuda, al parecer no le incomodaba no traer ropa o no le incomodaba que la viera desnuda, se tallaba los ojitos cuando entró.
- Hola mi amor, ¿cómo dormiste?—saludé cordialmente.
- Bien tío, bueno anoche me sentí mal, pero ahorita que desperté ya me siento mejor ¿Y tú?
- También, muy, pero muy relajado—dije mirándola mientras terminaba de exprimir la última naranja.
- ¿Sí? ¿De verdad?—dijo emocionada sabiendo que era ella quien me había relajado.
- Si mi amor, me dejaste secó después de que te metiera la verga por todos lados, pero eso sí, muy relajado ¿y tú? ¿cómo te sientes de tu rajita y tu culito?
- Ya no duele tanto, bueno mi culito casi nada, pero me siento pesada de aquí—dijo señalando su bajo vientre.
- Es normal después de que te metiera mi verga, que es considerablemente grande y tú eres pequeña, y al último me excité tanto que te di muy fuerte, ¿recuerdas?
- Si tío
- Pero no te preocupes hoy te lavaré la vagina y te pondré crema antinflamatoria, así te sentirás mejor, y sobre todo ya no te meteré la verga por tu panochita hasta que esté mejor, pero creo que tu culito si está listo ¿verdad?—mi verga ya abultaba a través de mi bóxer, ella lo notó.
- Creo que sí, casi no me duele—contestó Tania tocándose su esfínter con su manita, como calculando si podría meterse mi verga nuevamente.
Era tan inocente, tan limpia, tan pura, me decía que si podía cogérmela por su culito, pues ya se sentía menos inflamada que por su rajita, ella si me amaba.
- Bueno eso lo probaremos, pero primero comemos ¿sí?—le dije invitándola a sentarse.
- Si tío—ella sonrió divertida viendo que movía la silla para que ella se sentara, le gustaba que fuera un caballero con ella y la tratara como una damita.
Nos sentamos y desayunamos, nuevamente platicamos de mil cosas, le dije que a donde quería pasear, igual que los días anteriores no sabía, así que decidí que el daría un tour por toda la zona turística, Tania estuvo muy feliz de eso.
Terminamos el desayuno y nos fuimos a cambiar, bueno, según esto, pero media hora después estaba yo cerrando los ojos por el placer que sentía.
- Ya bebé, ya me viene la leche
Tania estaba hincada frente a mí, yo sentado desnudo al borde de la cama, con nuestra ropa regada sobre esta, se le antojó leche por la mañana y ya no quise decirle que no, básicamente me la estuve cogiendo por su boquita, la sujete con ambas manos y la moví una y otra vez, ella no se asustó, pues ya se lo había hecho antes así, de una forma muy tosca.
Se la saqué para que tomara un respiro, pero ella solita metió mi verga a su boquita y mamó con mucha intensidad y movía su cabeza de arriba abajo, atacaba mi verga con intensidad para sacar mi leche.
- Si, aaahhh ahí va mi leche bebé, trágala toda, aaahhh, te va hacer crecer fuerte, aaahhh.
No pude evitar gemir muy intenso, abrir mi boca y poner los ojos en blanco descargando los lechazos en la boca de Tania, que no dejaba de mamar, parecía un pequeño becerro, se tragaba mi leche conforme iba saliendo.
- Bebé, de veras que te amo—dije sosteniéndola de la cabeza para que mi verga permaneciera dentro hasta que saliera la última gota de leche.
Le había lavado su rajita en el baño, estaba menos dañada de lo que yo imaginaba, creo que se excitó mientras le metía un dedo para lavarle la vagina, de hecho yo también, cuando me levanté mi verga quedó frente a ella y sonriendo la masturbó, nos fuimos a mí recámara besándonos con mucha pasión, ella no dejaba de masturbarme, llegando a la recámara pasó lo que tenía que pasar cuando combinas a un adulto cachondo y pervertido con una niña hermosa y deseosa de conocer su sexualidad, terminas por darle leche en su boquita, bueno al menos de momento, ya habría oportunidad de invadir sus huecos.
La solté y ella sacó mi verga de su boquita, lamió un rato mi verga y después se acostó a mi lado, se acurrucó en mi hombro.
- ¿Ahora si ya nos vamos?—le dije mientras acariciaba su cabello.
- Si tío, ahora sí, ya me diste leche—se quedó pensando mientras acariciaba con sus yemas mí pecho—tío ¿si me amas?
- Mucho bebé—contesté yo volteándola a ver.
- ¿De verdad?
- Si mi amor, ¿por qué lo preguntas?
- Es que nunca me había sentido así de amada por alguien.
- ¿Ni por tu papá?
- No así, sé que mi papá me quiere, pero no como tú, tú me quieres como un novio quiere a su novia.
- ¿Y eso te gusta? ¿Qué seamos novios?
- Sí, mucho. Quiero quedarme aquí para siempre contigo.
- Mi amor, te amo, yo también quiero que te quedes aquí conmigo para siempre y que seas mi novia por siempre.
- ¿Sólo novios?—preguntó mirándome–¿no te gustaría casarte conmigo y que tengamos bebes?
- Si mi amor, me encantaría eso—le dije acariciándola todo enternecido por ella—me encantaría meterte mi verga y dejarte mi leche dentro sabiendo que tendrás un bebé conmigo.
Me enternecía que ella a su corta edad quería hacer una vida marital, vi sinceridad en sus ojos, lo dicho era tan inocente, no sabía que al paso del tiempo ella encontraría al amor de su vida y no sería yo.
Nos besamos con mucha pasión, la puse encima de mí y ahí la seguí besando, mis manos se posesionaron de sus nalguitas, las apretaba, ella gemía con mis caricias, pasé mí dedo por su hinchado culito, ella abrió los ojos y me miró, después desvió su mirada al buró donde estaba el lubricante, yo sonreí.
- No mi amor, no te voy a meter mi verga, te voy a dejar descansar.
- ¿No quieres meterme tu verga?—noté algo de angustia en su mirar—si la puedo aguantar, solo no me des muy fuerte y si la aguanto.
- Mi amor, no hay algo más que quiera en este mundo que meterte mi verga por tu culito, por tu boca y también por tu panochita, pero te tengo que dejarte descansar, además ya sabes como soy, me excito y te tengo que dar fuerte, eso no lo puedo evitar.
- ¿Cuánto tengo que descansar?—me preguntó contundente, yo no pude evitar sonreír.
- De perdido hasta la noche, a la noche intentamos metértela por tu culito, tu rajita necesita más días.
- Bueno, entonces vamos a pasear y a la noche jugamos a los novios otra vez—contestó más conforme, después se me quedó mirando con esa mirada que reconozco muy bien en las mujeres excitadas—ya quiero que sea de noche para que me metas tu verga.
- Si mi amor—le dije acariciando sus nalgas.
- Tío
- ¿dime?
- ¿Me podrías chupar la panochita y meterme deditos?—dijo con mirada suplicante—tengo ganas, muchas ganas.
Diez minutos después la habitación estaba inundada de gemidos infantiles provocados por un placer prohibido, Tania se retorcía en la cama girando su cabeza de un lado a otro mientras yo me bebía sus jugos vaginales secretados por su intenso orgasmo.
- Aaahhh—gemía muy intenso, me volteo a ver—tío, de verdad te amo.
- Y yo a ti bebé—lo dije separándome para después regresar a atacar su clítoris con mi lengua mientras mis dedos tallaban su vejiga.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—gritó su orgasmo apretando las sábanas.
Bajé la intensidad de mis lamidas hasta para por completo, la voltee a ver y se veía la paz que sentía en su alma.
- ¿Ahora si nos vamos?—dije levantando mi cabeza con mi boca brillando de tanta baba vaginal.
- Si tío, ahora si—dijo sosteniendo mi cabeza con sus manos mientras tallaba su rajita en mi boca de forma obscena y descarada.
- ¿Te gusta eso?—pregunté viéndola excitada de nuevo.
- Si tío, mucho
Tania quería más y la quería complacer, me acosté en la cama y la senté en mi cara para que se tallara ella solita en mi rostro, sacaba mi lengua para estimular su rajita, cuando lo hacía Tania se movía con más entusiasmo, su movimiento de cadera era descaradamente obsceno, abría su boca mirándome, tallaba con fuerza su clítoris en mi lengua, comenzó a gemir muy intenso..
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—tuvo un orgasmo moviéndose muy intenso sobre mí.
Se quedó quieta un momento y después se movió lento sobre mi lengua y boca, parecía disfrutar ese momento post orgasmo, la miré sonriendo.
- ¿Ahora si nos vamos?—le dije acariciando su cabello con ternura.
- Si tío, te amo—se bajó de mí y nos besamos un rato más, después nos levantamos y nos vestimos, no sin antes besarnos un rato.
Fuimos a pasear y nos la pasamos muy bien, ella me tomaba de la mano y caminaba a mi lado, se recargaba en mi brazo y podía sentir cuanto me quería esa niña, me sentí muy afortunado.
Regresamos, nos dimos una buena ducha, los besos y caricias no cedieron, después salimos tomamos una siesta y antes de cenar decidí probar su culito una vez más.
La fui besando tierna y apasionadamente mientras mi dedos le embarraban el lubricante, lentamente la fui volteando dejándola en la cama boca abajo, no la deje de besar mientras la giré, Tania sonreía feliz dejándose hacer por mí, colaboró elevando sus caderas para que pudiera ponerle una almohada en su pelvis.
Empecé a acomodar mi verga en su culito y ella abría su boca de forma sensual siendo estimulada por mí, metí el glande, ella se quejó poquito, metí más mi verga hasta la mitad, solo espere un poco y metí el resto, la metía y la sacaba lento, cuando ya la sentí bien dilatada aumente.
La cópula anal entre una niña y un adulto empezó.
- Aaahhh… aaahhh
Como casi una hora después tenía a Tania hincada frente a mí, la sostenía con mi mano derecha de la cadera y la izquierda de su cuello, mi verga la penetraba ya en su totalidad.
- Tania, mi amor, te amo—ya teníamos rato cogiendo y ya me empezaba a mover con más intensidad.
- Y yo a ti tío, aaahhh—decía ella haciendo fuerza hacia atrás para aguantar mis fuertes empujes.
- Eres mi novia y debes cumplir como tal conmigo—estaba excitado y empezaba a decir cosas.
- Si tío aaahhh—gimió por un fuerte empujón que le di.
- Debes pedirme que te coja fuerte—necesitaba escucharla decirlo.
- Si tío, eres mi novio y puedes cogerme fuerte, aaahhh
- ¿Muy fuerte?
- Si tío, muy fuerte, eres mi novio, aaahhh… aaahhh… aaahhh—me moví como loco atrás de ella haciéndola gemir a grito abierto.
- Bebé te amo, eres la mejor novia del mundo, aaahhh
Gemí descargando mi leche en su culito, me la había cogido por 1 hora entera, obvio que previamente nos chupamos mutuamente, casi me hace eyacular con su boquita, ya estaba mejorando su técnica.
Caí rendido en la cama y ella cayó a mi lado, estábamos todos sudados, respirábamos agitados, me volteo a ver y yo a ella
- Te amo
- Te amo
Dijimos al mismo tiempo, nos reímos por eso, nos besamos con mucha pasión por una rato más, lo hicimos hasta que nos dolieron nuestras quijadas, su boca sabía a verga y culo, se la había sacado varias veces para que me la mamara, ella lo hizo sin chistar, se estaba convirtiendo en una buena amante, empezaba a conocer que era lo que me gustaba y no titubeaba en dármelo.
Levantamos y nos fuimos a cenar fuera de casa, de verdad parecíamos novios, nuestras miradas, nuestros gestos, todo era amor y dulzura.
*****
Así pasó una semana, todos los días nos íbamos a pasear, ya conocía todos los lugares turísticos, la lleve a cenar a diferentes lugares, pero su favorito era el lugar de las pizzas, porque ahí podíamos bailar, fue a la tienda de sex shop varias veces y compré 3 frascos más de lubricante, desde la primera vez que fui el tipo de la tienda me pregunto cómo me había ido.
- ¿Cómo le fue con nuestro producto?
- Excelente, el lubricante una maravilla y el cha cha cha me fue muy útil.
Ya habíamos tomado mucha confianza entre nosotros, yo conocía su nombre y él el mío, llegaba y platicábamos, yo no dejaba de agradecerle por sus recomendaciones.
- Me alegra poder ayudarle, le menciono que aparte de nuestros productos, también tenemos servicio de compañía, tenemos mucha variedad y para todos los gustos.
- ¿De verdad?— contesté por cortesía.
No me gustaba contratar prostitutas, de hecho nunca lo he hecho, tengo la firme convicción que las mujeres deben estar con quien quieren estar, no con quien les pague, sin embargo no juzgo a quienes los hacen tanto el que contrata como la que es contratada, al fin y al cabo termina siendo un negocio.
- Sí, tenemos una agencia bastante grande, esta es zona turística, vienen de todas partes del país y del extranjero para ser contratadas o contratados, como le dije tenemos para todos los gustos.
- ¿Qué si quiero una niña de 10 años?—contesté retándolo.
- Bueno eso es ilegal.
- Jajaja sabía que no tenías para todos los gustos—dije sonriendo burlonamente.
El tipo se me quedó mirando, creo que dudaba en lo que iba a decir, adiviné su pensamiento.
- No me jodas Johnny que si tienes ese mercado.
- Bueno, sí, tenemos un grupo VIP de clientes especiales, los cuales investigamos antes de ofertar a las damitas, por seguridad claro está, no cualquiera entra a ese club, como lo dije son investigados primero.
Me quedé sorprendido, el tipo lo decía como si nada, me quedé serio pensando de dónde sacarían a las niñas.
- Algo que nos caracteriza es nuestra discreción y sobre todo garantía de satisfacción—dijo el tipo con esa convicción.
- Solo otra pregunta ¿de dónde sacan las niñas?
- De muchos lugares, son clasificadas por edad y belleza, obvio no son secuestradas ni nada, los mismos padres las traen y después las recogen cuando acabaron con su cliente.
- ¿Los papás?
- Si, en este país hay muchos estratos socioeconómicos, generalmente son de clase muy baja y este es un muy buen ingreso para ellos.
- ¿Y si maltratan a la niña?
- Se les cobra una multa según el maltrato y según la gravedad es la acción que tomamos, desde vetarlos del club como personas “non gratas” hasta tomar medidas drásticas. Nos gusta cuidar a nuestro talento humano.
- Bueno, menos mal que las cuidan, gracias por la invitación, ya te diré si me interesa.
- Estamos para servirle y espero contar con su discreción, no a cualquiera se le confía esta información, creo que usted comparte esta idea, ya que adivino que usted es de gustos diferentes—dijo mirando el lubricante.
- Si claro, cuenta con ello.
Salí del lugar, no tengo una venda en los ojos, sé que existe ese tipo de prostitución y más en las zonas turísticas del país, pero nunca me había topado con un club real, solo esperé que el tipo dijera la verdad sobre cuidar y proteger a las niñas, en fin, seguí adelante.
Con Tania me la pasé de fábula, todos los días me la cogía, su culo fue diario y su rajita tuvo que esperar unos días, pero finalmente la volví a profanar, llegábamos por la noche después de pasear y nos besábamos con mucha pasión, nos íbamos desnudando en dirección a mi recámara, la ropa quedaba regada por toda la casa.
La giraba dejándola de espaldas a mí y le tallaba mi verga entre sus nalgas, ella gemía cuando con mi mano estimulaba su rajita.
Mientras le iba aplicando el lubricante la besaba con loca pasión, ella gemía a todo lo que le hacía, la ponía en cuatro y desde ahí le penetraba su rajita, ella ya la toleraba sin dolor, podía ver cómo iba en aumento su excitación, mis potentes embestidas eran plenamente toleradas por Tania, que no dejaba de gemir.
Así eran todos nuestros días y noches, ella se paseaba desnuda por la casa eso me mantenía excitado todo el tiempo, porque la rutina de Tania era levantarse, ir al baño a defecar, después se bañaba y cuando salía ella solita se ponía lubricante en su rajita y culito, para estar lista por si me la quería coger en cualquier momento.
Esme nos habló a diario, a veces hacía video llamadas, cuando así lo hacía no enfocaba a Tania hasta que se ponía ropa, pero Tania era una diablilla, me hacía señas obscenas mientras hablaba con su mamá, se empinaba y abría sus nalgas con sus manos, movía sus caderas de atrás hacia adelante como si estuviera cogiendo, me trataba de excitar porque le divertía verme incómodo hablando con su madre, lo dicho, era una diablilla.
Un día que no salimos a parear, estaba sentado en el sillón frente a la tele, tenía a Tania sentada en mi verga, los dos mirábamos la película pornográfica en la pantalla mientras se la metía por el culo, la sostenía por sus corvas, pegando sus muslos a su tórax, la subía y la bajaba arrancando gemidos de su tierna boquita, parecía una pequeña rana.
Tania había llegado mientras veía yo la tele, me puso el lubricante en mi mano y acostó boca abajo sobre mis muslos, antes de hacerlo le cambió al canal del porno, nadie habló, pero nuestras miradas no se alejaron.
- Aaahhh tío, te amo—decía gimiendo sin parar, mientras era ensartada como un balero en mi verga.
- Y yo a ti bebé.
La subía y bajaba como un muñeco, la subía hasta que mi glande quedaba en su anillo y la bajaba hasta que mis huevos chocaban con su rajita, ella gritaba de placer al sentirse toda empalada, el lubricante milagroso hacía su función para que mi verga entrara como pistón.
Era una niña de casi 10 años, era mi sobrina, pero también era mi novia y cumplía cabalmente sus obligaciones como novia, se entregaba a mí cada que se lo pedía o incluso era ella quien me pedía que me la cogiera, yo sin chistar lo hacía, eyaculaba diario 3 veces, me sentía agotado, pero algo hacía ella que siempre acababa cogiéndomela por todos sus agujeros.
Sentí que ya casi iba a eyacular, ya teníamos media hora cogiendo de muchas formas, aceleré mis estocadas cuando escuche el timbre de la casa sonar, no le di importancia y seguí acelerando mis estocadas en el culo de Tania, pero el maldito timbre siguió sonando, decidí contestar.
- Espérame mi amor, hay alguien afuera muy apurado de que atienda—dije sacándosela y dejándola a un lado mío en el sillón.
- No tardes tío, quiero seguir, quiero que me sigas metiendo tu verga—dijo Tania acostándose de lado en el sillón, pude ver sus nalgas rojas, su culo brillando por el lubricante mientras se iba cerrando.
Fui a abrir y me sorprendí, afuera estaba lupita con su sonrisa de siempre.
- Hola papi, ¿Por qué no me has buscado? Ya tengo mucho sin saber de ti.
- Hola lupita, lo que pasa es que me quedé con Tania.
- ¿Tania tu sobrina? Hay pues deja paso a saludarla.
No la pude detener, se escurrió por un lado mío y entró a la sala, Tania no estaba, al parecer escuchó que venía lupita y corrió a su cuarto, lupita volteo a todos lados buscándola y en la mesa de centro vio el gel lubricante, me volteó a ver y me sonrió.
- Por lo visto tú no respetas parentescos ¿verdad?—miraba mis gestos sonriendo, ella podía leerme como un libro abierto.
- Bueno, eso… es… este…–no supe que decirle.
- ¿Mínimo fuiste gentil?—preguntó tomando el gel para verlo—este no es el que usaste conmigo ¿verdad?
- No, es otro—contesté resignado, a lupita no le ocultaba nada.
- Bueno y ¿por qué no me has buscado pues? aunque ahora veo porque—dijo abriendo el lubricante oliéndolo.
- Ya te dije, estaba Tania
- ¿Y eso que papi? Me hubieras invitado como quiera, no sabes cómo ando de ganas por ti—dijo bajándose el short, tomó gel en su mano, hizo a un lado la tanga y se lo aplico en el culo.
- ¿qué haces?
- Me pongo para ver si funciona pues, aunque si funcionó con Tania conmigo debe jalar mejor—dijo sonriendo y frunciendo el entrecejo al meterse ella solita 3 dedos en su culo.
Así era lupita, no esperaba a que le pidieran, si ella lo quería lo tomaba, se acercó a mí y me besó, mi verga había perdido erección, pero al sentir la boca de lupita mi pene se levantó, le agarré las nalgas y ella gimió.
- Chúpame la panocha, tengo muchas ganas de sentir tu lengua—dijo en un susurro casi súplica en mi oído, mi piel se erizó.
Nos acostamos en la alfombra de la sala, ella se quitó su pantaleta y se sentó en mi cara, se movía de adelante a atrás y viceversa, acariciaba mi cabello y me jalaba hacia arriba para que le chupara más fuerte, su clítoris golpeaba mi nariz, sentía el flujo que salía de su raja casi quinceañera.
- Así papi… así… que rico—movía su cadera muy intenso sobre mi boca, tenía el ceño fruncido y la boca abierta, me miraba directo a los ojos
De repente Tania salió de atrás de la barra de la cocina, ahí se había escondido cuando escuchó que lupita iba a entrar, lupita la vio y le sonrió.
Tania se quedó parada a unos metros de nosotros, no decía nada, solo miraba como lupita estaba sentada en mi cara.
- Hola Tania, ¿así que ya te estrenó tu tío? Aaahhh—gimió al sentir que mi lengua entraba—ya eres una hembra más de este macho… aaahhh
Tania no contestó, solo se quedó mirando, lupita sonrió al notarla tan seria, seguramente estaba celosa, se recordó a sí misma.
- Venga mi´ja, no sé enoje conmigo—dijo extendiendo su mano hacia Tania—no se enoje conmigo pues, su tío y yo tenemos mucha historia juntos y si algo he aprendido es que un hombre tan macho como su tío, no es para una sola hembra y se puede compartir, así que venga acérquese que vamos a compartir.
Tania tímidamente se acercó y tomó la mano de lupita, ella la jaló más quedando muy cerca una de la otra, lupita la acercó y la besó, Tania tímidamente le correspondió el beso, ella no había besado a otra mujer que no fuera su mamá.
- Venga mi´ja, no se asuste, que yo soy casi de la familia—le dijo lupita al sentirla tensa, la volvió a besar y Tania le correspondió con más soltura, hubo lengua entre las dos.
Lupita sin dejar de mover su cadera sobre mi cara la abrazó sintiendo la desnudez de Tania, se hizo un poco hacia a atrás y se quitó su blusa, lupita no traía sostén, sus tetas medianas aparecieron frente a Tania.
Ahora que ya es hembra de este macho debe aprender cosas—le decía lupita a Tania mientras le tomaba las manos y las llevaba a sus tetas—un hombre como paco necesita ser complacido pues, usted debe darle todo lo que le pida, hacerle todo lo que quiera para que esté contento, pero más que todo, darle lo que nadie le pueda dar.
Se separó un poco de ella y se levantó quedando ligeramente hincada, su raja estaba separada de mi boca cerca de 10 cm, separó sus labios y un ligero chorro de orina salió hacia mi boca, no pude más que tragar ese néctar de lupita, Tania al verlo abrió su boca y sus ojos de asombro.
- Ya le dije mi´ja, lo que nadie le puede dar—dijo lupita con voz ronca, ya se estaba excitando de más.
Se quitó encima de mío y colocó a Tania en la misma forma en la que estaba, mi lengua fue a su rajita, probé sus jugos vaginales infantiles que sabían a gloria, lupita la jaló un poco para arriba, la empujó hacia adelante hasta que Tania apoyó sus manos en la alfombra y le metió dos dedos en la raja.
- Pero si tiene la panochita bien abierta mi´ja, le caben los dedos como si nada.
- Aaahhh—Tania gimió estimulada por lupita.
Empezó a meter y sacar los dedos de la vaginita, lo hacía rápido, yo sabía lo que ella quería provocar en Tania, le sonreí al verla con el ceño fruncido concentrada en dedear la rajita de Tania, que de tanto estimulo cerró sus ojitos y abrió su boquita.
- Suéltela mi´ja, suéltesela a su macho, no tenga miedo, ándele suéltesela que es lo que él quiere—los dedos de lupita eran un pistón en el vagina de Tania.
- Ay, tío, siento que sale, no la puedo de detener… aaahhh—Tania habló por primera vez.
Un chorrito de orina tras otro salió de su meato urinario directo a mi boca, lupita sonreía maliciosa, había conseguido su objetivo, la dejó de estimular, Tania se levantó como pudo y quedó sentada de nuevo en mi boca, mi lengua regresó a su rajita, la moví rápido con mucha ansiedad, quería comerme su vulva entera.
- Aaahhh tío, te amo… aaahhh—dijo Tania apretando sus ojitos y abriendo su boca de placer.
Tania sostenía de las manos a lupita con los dedos entrelazados, que se había hincado frente a ella, tal vez quería ver su rostro en pleno orgasmo, sentí como Tania tensó su rajita en un orgasmo muy intenso.
Lupita miraba fascinada el orgasmo de Tania, sonreía viendo como mi pequeña sobrina y novia tenía múltiples orgasmos con la lengüeteada que le daba en su rajita Tania terminó titiritando de placer.
- Paco, vamos a tu recámara, ahí estaremos más cómodos—dijo lupita levantándose totalmente desnuda.
Tomó a Tania de la mano, la levantó y la guio a mi recámara, las vi caminando juntas, tomadas de la mano, mirándose divertidas, era hermoso ver el contraste entre las dos, lupita con sus ya formadas caderas de lupita y las de Tania en desarrollo, miré las nalgas de ambas que ocultaban esos hoyos que tanto placer me daban, me las cogería muy fuerte, pues andaba muy excitado.
Me levanté y las seguí, tomé un vaso con agua en la cocina para agarrar aire y subí a mi recámara, cuando entré las vi a las dos hincadas en mi cama, una frente a la otra, abrazadas besándose, vi sus lenguas entrerroscadas, lo hacían con mucha pasión, Tania ya le había agarrado el gusto de besar a otra mujer, creo que las pude haber dejado solas y se la hubieran pasado de lujo sin mí, pero mi verga pedía un hueco que penetrar, ya tendrían tiempo de “conocerse” mejor.
Llegué con ellas y me quité la ropa que me había puesto, desnudo con mi verga dura como roca me subí a la cama, me hinqué a lado de ellas, veía como a ojos cerrados se besaban mientras se acariciaban.
Las dos sintieron mi presencia y las dos al mismo tiempo tomaron mi verga, lo hicieron si dejar de besarse, ni siquiera me voltearon a ver, estaban entretenidas entre ellas.
Mis manos se fueron a sus nalgas y al mismo tiempo bajaron a sus culos, las dos estaban lubricadas, Tania más dilatada que lupita, pues recién me la estaba cogiendo, las dos gimieron en la boca de la otra cuando penetré sus culos al mismo tiempo con mis dedos.
- Aaahhh
- Aaahhh
Un segundo dedo entró, lupita se quejó un poquito, Tania la miró a los ojos viendo como fruncía el entrecejo, ella conocía muy bien esa etapa en la que debía acostumbrarse, tres dedos metí en cada una, mientras lo hacía besaba sus cuellos sus mejillas, ellas se despegaban para que una me besara, después lo hacía la otra.
Me moví atrás de lupita, me hinqué atrás de ella, al sentirme se empinó un poquito y abrió sus ojos, miró a Tania, las dos se miraban, el contraste de color de ojos era evidente, pero cada una tenía un par hermoso y acorde a ella, Tania con ojos verdes claros como su madre y lupita con sus ojos cafés claro, casi color miel.
Apunté mi verga a su raja, estaba más que encharcada, la tomé con mis manos de sus caderas y empujé hacia adelante con fuerza.
- Aaahhh, paco, mi amor, como te extrañaba.
Soltó sus nalgas y tomó las manos de Tania, la dos se miraban y se acercaron hasta terminar compartiendo lengua.
Tania estaba muy atenta a como lupita se iba adaptando a mí, Tania sabía que las primeras penetraciones son dolorosas, después se acostumbra el culo y más después ya no importa.
- ¿Duele verdad?—dijo lupita mirando a Tania como compartiendo la anécdota—duele al principio, pero dígame mi´ja si no se siente rico como su macho siente placer con nosotras así, aaahhh
Volvió a gemir apretando las manos de Tania, pues le había dado una fuerte estocada.
No importa cuántas veces se la meta por el culo, las primeras metidas duelen, pero una no puede negárselo, el placer se siente en como él va gimiendo de placer al llenarse de hembra, aaahhh ¿verdad mi´ja?
Tania solo asintió confirmando lo que ella decía, las dos compartían la experiencia de ser enculadas por mí, las dos me lo permitían cada que se me antojaba y no me lo negarían nunca, bien lo decían, no importaba cuantas veces se las hubiera metido por el culo, las primeras metidas les iban a doler en lo que se iba dilatando el esfínter, después el placer ya venía.
- Aaahhh, paco mi amor, si dame fuerte, mas… aaahhh, gózame todo lo que quieras, soy tuya, aaahhh…
Yo me empecé a mover más intenso en el culo de lupita, ella colaboraba moviéndose hacia atrás para que mi verga entrara más profundo en ella, el chasquido que hacia mi pubis al golpear sus nalgas marcaban la fuerza con la que la penetraba, mi verga parecía pistón, abría mi boca, Tania no perdía detalle de como penetraba salvajemente a lupita.
Creo que Tania no me había visto penetrando a su madre así, pues las veces que Tania nos vio estuvimos inhibiéndonos de gritar, ahora lupita a grito abierto era penetrada por mí.
- Paco, te amo, dame… dame… aaahhh… aaahhh… fuerte… aaahhh
Le di un último empujón, se lo di tan fuerte que cayó en la cama boca abajo a lado de Tania, que se quedó mirando el culo de lupita que permanecía abierto, después volteo a ver a mi verga que seguía erecta, dura como roca, escurriendo moco que colgaba del meato urinario.
Me levanté de la cama y la rodee hacia Tania que me miró sin decir nada, solo me siguió con su mirada de niña, no había temor en su rostro solo era espera de su turno de ser enculada.
Tania estaba en la orilla de la cama, la empuje un poco dejándola apoyada con las mano en la cama, lupita estaba boca abajo, pero mirándonos con su cabeza de lado, cuando vio que puse en cuatro a Tania, se puso boca arriba con su cabeza entre la pierna de Tania, en primer plano iba a ver la penetración de mi sobrina y novia.
- Tío—dijo Tania frunciendo su entrecejo al recibir mi glande dentro de ella.
- ¿Qué mi amor?—pregunté retóricamente.
- Te amo tío—dijo en un hilo de voz—te amo, quiero que me des tan fuerte como a lupita, quiero que sientas rico con mi culo… aaahhh
Gimió al sentir deslizarse mi verga dentro de ella, ya estaba dilatada, no fue problema penetrarla, no hubo dolor pues ya me la había estado cogiendo recién unos minutos, sentí la lengua de lupita acariciar mis huevos que campaneaban en su cara, deje de sentir sus caricias y noté a Tania agitarse, miré hacia abajo y vi que lupita ya le trabajaba la raja con su lengua.
- Tania—le dije yo saboreando la sensación exquisita de su culo infantil–¿eres mi novia?
- Si tío
- ¿Ere mía?
- Si, aaahhh
- Dímelo—dije yo aumentando mis movimientos.
- Soy tuya, aaahhh… aaahhh
- ¿Solo mía?
- Si tío, soy tuya, aaahhh… solo tuya… siempre seré tu novia y solo tuya, aaahhh… aaahhh… aaahhh
Me empecé a mover como loco en el culito de Tania, lupita le estimulaba su rajita con la lengua, le empezó a meter dedos y le talló la vejiga con sus dedos, Tania empezó a gemir más fuerte.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh… tío… tío… me sale… otra vez… aaahhh.
Soltó otro chorrito de orina, esta cayó sobre lupita, solo que por mis bruscos movimientos le salpicó toda la cara, Tania tuvo su orgasmo con mi verga en su culo manchando de orina a lupita que sonreía feliz recibiendo líquidos infantiles en su cara.
- Mira como dejaste a lupita—le dije a Tania penetrándola lenta y profundamente.
- Perdón lupita, no pude detenerla, aaahhh—decía la pobre Tania toda apenada.
- No mi´ja, no se preocupe, así pasa, como quiera me gusta cómo le sabe.
- Tania mi amor, creo que deberías limpiar este desastre—dije sacándole la verga del culo, lupita me miró cómplice.
- Si tío, deja voy por un trapo—decía la pobre Tania roja como un toamte.
- No mi amor, con trapo no, con tu lengua.
Lupita casi estalla en risa, sabía desde el principio a que me refería, Tania nos miró y entendió, sonrió resignada al sentirse atrapada por nosotros.
Se volteo y se acostó sobre lupita y empezó a olerla, creo que calculaba si podría hacerlo sin vomitar, era su primera vez probándola, pero vio como los dos la bebimos y no se quiso quedar atrás.
Lupita la miraba sonriéndole, la empezó a acariciar al sentirla totalmente encima de ella, Tania lentamente empezó a lamerla, la paladeó, me volteó a ver y con mi cabeza hice un gesto a que siguiera, así lo hizo, tímidamente pasaba su lengüita por la cara de lupita que no dejaba de acariciarla tiernamente, pasó por su boca y lupita sacó la lengua, se besaron, lupita bajo sus manos a sus nalgas y las dirigió a la rajita de Tania, la empezó a masturbar mientras la besaba.
Estaba acariciando mi verga viendo besarse a las dos, lupita aun con gotas de Tania cerraba sus ojos para besarla, Tania correspondía igual, solo que gemía quedito por la estimulación de lupita, el espectáculo era inigualable, en eso sonó mí móvil, de mala gana me levanté a contestar, era Esme en video llamada.
- Hola Esme—dije saliendo de mi recámara con una toalla en mi cintura.
- Hola mi amor ¿qué haces?
- Me iba a bañar—le mentí.
- ¿Y Tania?
- Duerme una siesta, fuimos a pasear y acabó muy cansada.
- ¿Cómo se la están pasando?
- Muy bien, de maravilla
- ¿Muy bien?—me dijo sonriendo–¿Qué tan bien?
- Demasiado bien.
- Me da gusto que te la estés pasando bien con Tania, sé que tú eres consciente y te la pasarás bien sin traumarla.
- ¿a qué te refieres?
- A eso, que confió en ti que no encontrare a una niña traumada ¿verdad?
- No claro que no.
- Pero se van a divertir
- Sí.
Ahí estaba nuevamente, solo que ahora no había nadie que interrumpiera la plática.
- Esme ya me has dicho muchas cosas que necesito me aclares.
- ¿Necesito ser más clara? Te lo dije desde el principio que se portaran bien, pero que se divirtieran.
- ¿O sea que…?
- Tú lo dijiste, es pequeña pero receptiva y ya ha visto y escuchado mucho, solo te pido que no la traumes ni abuses de su inocencia, ¿me explico?
- Sí, no te preocupes, no hemos jugado a los novios, bueno honestamente ya somos novios…
- ¿Sí?—preguntó ella intrigada.
- Pero de manita sudada y uno que otro besito tierno, tranquilízate.
Finalmente había entendido a que se refería, imaginaba que nos daríamos besitos tiernos, que tal vez habría alguna caricia, ahora no podía decirle que ya me la había cogido por todos lados y que en este momento hacía una morreada de lujo con lupita, la cual me advirtió no quería ver por ahí en presencia de Tania.
- Me alegro escucharte, bien lo dice tu hermano, que podemos confiar siempre en ti.
- Si mi amor, confía en mí y serás más feliz.
- Bueno te dejo porque tu hermano no tarda en regresar y tú te tienes que bañar y atender a tu novia, te hablo después, besos, te amo.
- Y yo a ti.
Colgué el móvil y medité como iba a manejar este asunto, ¿tendría que ir despacio? ¿O de plano directo y contundente? Creo que el tiempo y la situación nos irían dando el rumbo, despejé mi mente y me concentré en lo que hacía, regresé a la habitación y ya lupita y Tania hacían un hermoso 69 con Tania arriba de lupita.
Podía ver como las cabezas de las dos se movían al mismo tiempo tallando sus lenguas en la raja una de la otra, de repente se separaban de la raja que lamían para gemir, sus gemidos se oían tan sensuales que mi verga se paró casi de inmediato.
Me paré atrás de Tania y le volvía a meter mi verga en su culo, ella gimió en la raja de lupita, me moví con entusiasmo, el chasquido de mi pubis golpeando las nalgas de Tania impregnaban el lugar.
- Tío… tío—gemía la pequeña con mi verga en su culo.
Ya no aguanté más, sentí que mi leche ya necesitaba salir, me dolían los huevos de lo llenos que estaban de leche, empecé a darle más fuerte a Tania, tanto que cayó sobre lupita, incluso dejo de lamerla poniendo su cara de lado, al ver esto le di más fuerte y mi huevos explotaron, justo cuando iba a salir mi leche la saqué un poco dejando solo la mitad de mi verga dentro, tenía una idea.
- Aaahhh, bebé, que rico me sacas la leche con tu culo—decía yo moviéndome lento y corto.
Se la saqué dejando un puente de semen entre su culo y mi glande, la deje hincada y le dije al oído.
- ¿Te acuerdas como tu mamá dijo que te daría mi leche desde su culo?—Tania sonriendo y mirando hacia abajo a lupita asintió—pues dásela a lupita, ella también quiere leche.
Tania me volteo a ver, había duda en su mirada, pero con un gesto la animé a que lo hiciera, se bajó un poco dejando su culo en la boca de lupita, ella entendió también de que se trataba y puso su lengua en forma de cuchara en el borde inferior del culo de Tania, que empezó a pujar para que saliera.
La leche empezó a caer desde el culo de Tania a la boca de lupita, Tania cerraba sus ojitos y apretaba su boca mordiendo sus labios, se veía tan tierna cegándole mi semen a la boca de lupita, que no trago nada, lo dejó toda en su boca.
Cuando Tania sintió que ya no podía salirle más leche se levantó, lo mismo hizo lupita que sin decirle nada la acostó boca arriba y se subió en ella, junto su boca y le pasó leche, así se besaron por un rato, saboreando mi leche, compartiéndola como me compartían a mí.
Mi verga al ver eso daba brincos como queriendo reaccionar, pero realmente estaba agotado, me acomodé en la cama al lado de ellas que no dejaron de besarse hasta que se comieron toda mí leche, acomodé mi cabeza en una almohada y empecé a cerrar los ojos, sentí como cada una se puso a mi lado y se acomodó usando mis brazos como almohadas, cerré mis ojos y sentí como ellas también se fueron durmiendo.
Continuará.
Eres Un verdadero artista, cada obra tuya es un deleite y una garantía de que va a ser genial la lectura, creo hablar por todos cuando digo que esperamos más seguido tus aportes.
Increíble! Magnífico! Super interesante la trama y sobre todo excitante! En cada relato se nota que vas perfeccionando aún más tu estilo! Hace minutos creo que lo habrás subido, pero necesito imperiosamente la parte 10 jajaja. La espera valió la pena!
Mas que lo esperado, esa pequeña realmente da para mas, ya experimento con otra hembra, solo falta otro macho, el vendedor te será útil, maravilloso mundo de pequeñas putas y machos lujuriosos👍
Excelente muy excitante y el morbo que le das es muy erótico y lo mejor es que las tratas bien como a las reinas me gusta eso sin maltratos ni ofensas s las niñas.
Muy lindo relato ,me gustó mucho sobre todo el final . Me parece interesante que pruebe con otra mujer antes que la madre, Tania va saber hacerle olvidar que es su hija . Espero con ansias la decimaparte .un besoooo.
Esperando la continuacion.