TENIA QUE TOCAR A MI HERMANO MENOR

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por erosextreme

Cuando jugábamos de chicos nunca imagine que mi hermano se iba a convertir en un hombre tan atractivo y rico. Siempre fue bonito y la admiración de todas las tías, pero a mí eso no me importaba me llevaba bien con él y eso es lo que para mí era importante.

Cuando se convirtió en adolescente, me empecé a percatar de gran atractivo que tenía con las chicas y cada vez más me empecé a fijar en como vestía, en sus actitudes masculinas y eso me llamaba mucho la atención, pero desde pequeños habíamos dejado de dormir juntos y teníamos cuartos separados y el morbo sobre él se me fue acrecentando con el tiempo. Y me hizo idear todo un plan para tenerlo.

Cuando él tenía como 20 años, ya era muy independiente y tenía muchos amigos y sobre todo amigas que lo seguían porque tenía un gran carisma.
Un día nuestros primos nos habían invitado a un paseo a escalar por lo que teníamos que salir muy temprano.
Como siempre, a él se le hizo tarde y como estaban por llegar por nosotros, entre a su cuarto para apurarlo.
Oí el agua del baño caer lo que me hizo suponer que se estaba bañando, me acerqué lentamente con todo el morbo de mundo pues era una oportunidad que no podía dejar pasa.
Para fortuna mía había dejado la puerta entreabierta y pude verlo desnudo bañándose.
No pude apartar la mirada y lo observé de arriba abajo, pude sentir como iba subiendo mi temperatura y el deseo se apoderaba de mí, olvidando por completo que era mi hermano menor.
Cuando se percató que lo observaba lejos de inmutarse se sonrió conmigo y me dijo que no tardaba en salir que lo esperara afuera.
Para ese momento yo estaba ya excitado y no iba a desaprovechar la oportunidad de ver más de él.
Lo espere afuera en su cuarto y poco después salió solamente con la toalla enrollada en la cintura.
Lo seguí con la mirada, sin dejar de mirar el bulto que se le formaba en la entre pierna y para distraerle y que no se diera cuenta, le decía que se apurara que ya nos estaban esperando y que por su culpa llegaríamos tarde.
Mi plan funcionó y al ritmo que me contestaba “ya voy espera un poco “, se empezó a vestir frente a mí.
Hacía mucho tiempo que lo había dejado de ver desnudo y lo que se estaba revelando ante mí, me encanto.
Un cuerpo delgado, marcado muy bien formado con un ligero vello en piernas, abdomen y pecho, una cara y una sonrisa angelicales y un miembro semi parado que, aunque fue breve el momento que lo vi, antes de que se pusiera el calzón, lo único que provoco en mi es que no dejara de verlo con mucho deseo y ganas de hacerlo mío.
Se vistió super sexy, muy ajustado como de costumbre dejando ver lo hermoso de sus formas con una ropa interior muy pegada y una camiseta amarilla muy vistosa que transparentaba su pecho y sus pezones y aunque se tardó un rato, a mí se me hizo un tiempo muy breve.
Pero basto para que a partir de ese momento me propusiera tocar a mi hermano y hacerlo mío, sin importar lo que el resto de la sociedad o la familia pensaran.
El día transcurrió sin contratiempos, pero lo cachondo no se me bajaba, en la mañana mi hermanito me había prendido sin quererlo y ahora tenía que bajármelo con él, observe todos sus movimientos y como su ropa marcaba su cuerpo que recordaba desnudo.Para fortuna mía, hizo un movimiento brusco en una escalada y al parecer se lastimo un poco el hombro, pero no se quejó mucho.
Cuando nos llevaron a casa, el empezó a quejarse más sobre de cierta molestia en el hombro y la espalda baja por el esfuerzo físico de la escalada.
Yo vi la oportunidad perfecta de acercarme a él y tocarle.
Por lo que me ofrecía a darle un masaje y untarle una pomada para el dolor muscular y así atenuarle el dolor.
La suerte seguía sonriéndome y nuestra mamá no había llegado aún y tenía el campo libre para servirme con la cuchara ancha.

Lleve todo a su cuarto y le pedí que se sentara en la cama, se quedó solo en ropa interior y una camiseta que le cubría.
Empecé por acariciarle el hombro, el cuello e ir bajando mi mano hacia su espalda, lo cual al parecer era de su agrado.
Le pedí se recostará boca abajo y seguí con el masaje al principio un poco tímido con mi movimiento, pero conforme lo fui tocando y sintiéndolo más, agarre confianza, le fui quitando su camisa con el pretexto de darle mejor el masaje en la espalda y por último le pedí que se la quitara para ponerle untar bien la pomada y no mancharla.
El accedió y así empecé untarle la pomada del frasco y sentir como se deslizaba en su piel.
Al sentir su piel tibia y ver lo rico que se veía en ropa interior de momentos se me olvidaba que era mi hermano.

Tenía que seguir avanzando si lo quería, así que procedí a meter tímidamente mi mano en el resorte de su ropa interior simulando movimientos del masaje.
Su pierna se veía super sexy y no pude contenerme de acariciarla, como no se inmuto procedí a seguir el masaje en ambas piernas, solo que a propósito empecé a bordear el límite de su ropa interior.

Ya para ese momento yo estaba muy excitado y no iba a parar ahí; así que le pedí que se volteara boca arriba para continuar con el masaje y accedió sin mediar palabra de por medio y sin renegar.
Por lo que empecé a notar que le gustaba y el también empezaba a excitarse.
Se volteo y comencé a darle masaje en el pecho, en sus tetillas y en su abdomen hasta llegar borde del resorte de su calzón.
Que bien se veía mi hermanito y su bulto lucia fenomenal y aunque en todo momento mantuvo los ojos cerrados, lo importante es que se dejaba hacer y no decía nada.
Decidí ir por más y le di masaje en las piernas para ir acercando la mano a su bulto y empezar por rozarlo y luego me dio por pasar la mano encima tocándolo casualmente.
Fui subiendo y bajando mis brazos a propósito para rozarlo varias veces y al ver que no reaccionaba me di cuenta que justo ya lo tenía donde yo quería y que iba permitir que lo siguiera seduciendo.
Así que fui metiendo un dedo por el borde de la pierna de su calzón poco a poco a veces que pareciera como error y en otras ya dejando ver más mis intenciones.
Empecé a ver como él iba reaccionando y la verga se le iba marcando.
Eso me dio la seguridad de seguir hasta que pude tocar el resorte de su ropa interior y levantarlo sin que él se moviera y me permitiera continuar haciéndolo.
Yo lo tome como invitación y lo empecé a tocar abiertamente, tome su bulto con toda la mano y lo acaricie vigorosamente.
Deslice mi mano hasta tocar su verga y baje un poco el resorte de su calzón para dejar expuesta la punta, le baje el prepucio y la toque con mi dedo delicadamente; el cerro lo ojos y se dispuso a gozar.
Le fui bajando su diminuto calzoncillo y por fin lo tuve completamente desnudo frente a mí.
Justo como aquella mañana, solo que ahora él también lucia excitado.
Le rocié algo de aceite que había en el buró en toda su verga, le acaricie sus huevos y lo empecé a masturbar, para ese momento ya se encontraba completamente dura con todas sus venas marcadas, se veía muy rico y completamente antojadizo, por lo que no dude en introducir su pene erecto en mi boca y su miembro caliente y duro me puso muy excitado como nunca antes, olvidando por completo que crecimos juntos y fuimos alguna vez pequeños.
Ahora solo estaba dispuesto a disfrutarlo.
Empecé a notar que hacía gestos de placer mientras se la mamaba y lo empecé a masturbar con más vigor, eso provoco que empezara a moverse y a emitir pequeños sonidos de placer, conforme yo avanzaba, él se retorcía cada vez más y su respiración era cada vez más agitada hasta que no pudo contenerse más y se vino sabroso sobre mi mano y su abdomen.
Aun no terminaba de venirse cuando decidí mamársela para extraerle hasta la última gota de leche que tuviera, ahí fue donde más se retorció de placer para terminar exclamando un leve “woooo “, que me lleno de orgullo por haberlo hecho bien.

Aunque al siguiente día no hablo nada al respecto, él siguió usándome para buscar placer y llego a penetrarme de forma deliciosa, pero eso será para alguna otra historia.
Aunque siempre recordare la primera vez que lo agarré en un momento de debilidad y me aproveche de ello.