Tentación: Fantasias con mi primo/sobrino
Como se dieron las cosas y las fantasías fueron escalando, porque de intentar algo… no creo que se dé..
He sido un gran seguidor de esta pagina desde hace muchos años, inclusive por ahí hay un par de relatos que he escrito, espero que uno que otro de ustedes los haya leído. Búsquenlos como «El aprendiz de Merlin», pero el siguiente relato que les contaré es de aquella vez, hace años, que casi intenté algo con mi primito/sobrino.
Para los fines de este relato me llamaré «Alberto» y mi sobrino será «Jesús». Jesús en ese entonces tendría unos 5 o 6 años de edad, era un niño alto para su edad, de tez trigueña, como decimo acá en mi país, República Dominicana, cabellos castaños muy claros, parecían rubios, ojos marrones, de complexión normal para un niño de su edad, era un niño hermoso a mis ojos.
A Jesús nunca lo vi con ojos lujuriosos, siempre un niño estudioso, hasta hoy que tiene 18, siempre amante de lo tecnológico, buenas calificaciones y muy apegado a su familia. El, en muchos aspectos, se parecía a mi a esa edad ya que tenia la misma apariencia física que el, aunque su mamá, mi prima hermana, nada que ver en ese aspecto.
Mi sobrino creció sin un papá, por eso fue que el me buscó como alguien a quien ver como un «modelo a seguir», sin embargo siempre tuvo la figura de mi abuelo, un señor de férrea determinación y un sentido de responsabilidad enorme, pero quizás me veía a mi como modelo porque a el le gustaban las mismas cosas que a mi.
Un día en el cuál estaba de paso por casa de mis abuelos, que por cierto ahí vivían mis primas con sus hijos, el llega del colegio, tenía el uniforme puesto, corriendo a donde estoy sentado me abraza y comenzamos a jugar como siempre a yo hacerle cosquillas, cabe destacar que el siempre ha sido uno de mis consentidos, hasta ahora que es grande, lo sigue siendo, hasta que su madre lo manda a quitarse el uniforme, cosa que como niño de 5 años hace y sale a donde estoy en calzoncillos, recuerdo que eran azules muy claros, casi blancos, eran de esa tela bien fina que casi transparentaba.
Estando sentado, el se acuesta en mis piernas, cosa que siempre hacia Jesús cuando iba de visita y veo que se empieza a tocar su pene por encima de su calzoncillo, una y otra vez, no le digo nada, siempre mirándolo, me excité muchísimo viendo como se «rascaba» sus partes intimas que no tardaron en responder con una erección deliciosa que vi perfectamente a través de esos calzoncillos.
Cuando veo que esta acción continúa le pregunto que si tenía deseo de hacer pipí, el me responde que sí. Cuando estamos en el baño yo mismo le bajo ese calzoncillo, lo que vi fue una imagen que hasta hoy llevo en mi mente como ese mapa de un tesoro que nunca podré alcanzar.
Le vi un penesito, pequeño, claro que pequeño, recuerden que en ese entonces tendría unos 4 o 5 años, en total erección, con su prepucio cubriendo su glande, un color más oscuro que la piel de su cuerpo que hacia apetecible ese penesito. Yo solo me imaginé un millón de cosas en un momento, pero no me atreví.
Para el momento en el cual el estaba en el baño, yo mirandolo, llega mi madre a recogerme, ya que estaba de paso y no podía dejar esperando a mi madre esperando.
Me tuve que ir, pero desde ese día, la imagen de mi sobrino con su pene erecto a la corta edad de 5 aún ronda mi cabeza, cual mosca ronda la miel.
Espero que les haya gustado mi relato. Tengo otra experiencias con mi sobrino, algo parecidas a esta, que si este relato tiene buena acogida, les contaré sobre mis fantasías con él.
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