Tercero. 5ta. Parte
Segundo encuentro como tercero con una pareja maravillosa..
El sábado siguiente estaba muy inquieto, faltaban dos semanas más para juntarme con Paul y Grace.
Pensé en llamarlos por teléfono, pero no sabía qué decir, una y otra vez llamaba y cortaba.
– Aló? – dijo Paul, no había alcanzado a cortar o no quise.
– Hola Paul, soy yo René – dije muy nervioso, mi corazón saltó al escuchar la voz de Paul.
– Hola René, cómo estás? —
– Bien, y ustedes cómo están? –
– Bien también, gracias. Algún problema? Te llegó el depósito? –
– Si, claro, ningún problema, no es por eso que llamaba, sólo quería saludarlos –
– Que bien, gracias, nosotros también nos preguntábamos por ti, me alegro que esté todo bien –
– Todo bien, no hay problemas – la voz me temblaba, no podía ocultar mi ansiedad.
– René, no te gustaría venir a tomar un trago con nosotros? – casi se me cae el teléfono de la mano.
– Espera, voy a ver…si, no hay problema – no quería que supiera que me moria de ganas por ir.
– Ok entonces, nos vemos a la noche –
– Si, claro, por allá voy a estar –
– Adiós, no vemos después –
– Nos vemos –
Las manos me sudaban, mi cuerpo temblaba y hasta una erección tenía. Me fui a mi habitación y me recosté, tomé aire y llené mis pulmones, dejé escapar el aire despacio para controlar mi ansiedad.
– Oye, vas a salir esta noche? – preguntó mi hermana.
– Si, me llamaron unos amigos, me invitaron a tomar unos tragos –
– Ah, a qué hora vas a llegar – me preguntó decepcionada.
– No sé, tu sabes que esas cosa comienzan a una hora pero no se sabe a que hora terminan –
– Yo quería que viéramos una película – dijo pasando suavemente por encima de mi semi erección que ya estaba siendo controlada.
– La próxima semana – le dije.
– Bueno – dijo levantándose molesta saliendo de la habitación.
Las horas que siguieron se hicieron interminables. Al atardecer me di una ducha, cepillé los dientes y me afeité. Sólo con la toalla en la cintura salí del baño y me fui a mi habitación. Estaba escogiendo que ropa ponerme cuando entró mi hermana y se sentó en la cama. Su presencia me puso nervioso no sé porqué.
– Tan temprano te vas a ir? –
– Si, es que va a comenzar temprano y tu sabes que lo que empieza antes termina antes –
Entre los boxes y los slip encontré una tanga roja que me había regalado ella y nunca me la había puesto porque no me gustaba.
La saqué y me la puse.
– Te gusta? – le pregunté acercándome a ella.
– Me encanta – dijo acariciándome por encima de la delgada tela. Esas caricias provocaron una reacción que mi miembro asomó su cabeza por fuera del elástico.
– Mira lo que hiciste – dije culpandola, cuando la extinción la tenia de antes.
– Qué rico, quieres que te lo chupe? – bajando la tanga y dejando toda mi erección expuesta.
– Estás loca? Mi mamá puede entrar en cualquier momento por esa puerta – ella soltó el elástico el que quedó a mitad de mi miembro. Con un dedo me saqué la tanga y me puse un bóxer. Me puse una polera amarillo claro.
– Pero hija, deja que tu hermano se vista tranquilo – dijo mi mamá.
– Pero si no estoy haciendo nada, sólo le pregunto a dónde va a ir. Además no es primera vez que lo veo desnudo, tu sabes y él también va a mi pieza cuando me estoy vistiendo –
– Si, la mala costumbre que ustedes tienen – dijo dándose la vuelta y marchándose.
Terminé de vestirme y luego del perfume me despedí de mi hermana. Ella me abrazó muy apretado.
– Seguro que no vas a estar con otra? –
– Estás celosa? – Le pregunté con una sonrisa. Ella siempre estaba celosa.
– Sólo llega temprano, voy a estar esperándote –
La besé en la boca y salí de la habitación, ella quedó sentada al borde de la cama. Me dió pena dejarla, pero ya tenía un compromiso muy importante.
– Hola – dijo Paul entreabriendo la puerta dejándome pasar. Cerró la puerta y lo vi desnudo, me dió un vuelco el corazón. Me abrazó y me besó. No estaba ni me gustaba dar besos en la boca a hombres, pero hice una excepción. Sentí su miembro contra mi pelvis y tuve una erección.
– Miren quién llegó – dijo Grace saliendo desnuda de la habitación. Paul me soltó y Grace me abrazó y besó. Los besos de ella me gustaban más por lo que me tomé más tiempo en éso. Luego comenzaron a desnudarme entre los dos, cada prenda que salía dejaba más piel que besar.
En un momento los dos sentados en la cama se alternaba en chuparme. Paul se paró y se puso detrás mío, mi pierna izquierda comenzó a temblar, sabía lo que iba a pasar. Sentí que Paul mojaba mi ano y después su miembro suave, caliente y duro buscó mi esfinter, ayudé en éso y lentamente comenzó a penetrante. Tuve un pequeño dolor que me hizo empujar hacia adelante metiendo mi miembro hasta la garganta de ella.
El movimiento rítmico de la pelvis de Paul, sumado a la boca de ella me hizo vaciarme en su boca.
Después ella se echó para atrás y me dijo que se la chupara. Mientras hacía éso, Paul que me sostenía por las caderas, entraba y salía sin ningún problema.
Todo me gustaba, casi a punto de eyacular nuevamente, él me llenó los intestinos con su leche.
– Estábamos pensando en ti cuando llamaste – me dijo Paul al oído apretándome con su miembro adentro. Se sentía muy agradable.
– Quieres que siga? –
– Sí, quiero más – le respondí poniendo mis manos sobre la cama dejándole la mejor posición para una penetracion a fondo.
– Nunca te imaginaste que el que te cogiera iba a ser tan rico? – me pregunto Paul sentados en el sofá desnudos tomando un trago.
– No, la verdad que no. Ahora qué, soy gay y cualquiera me puede coger – pregunté.
– Otra vez con lo mismo, no eres gay y el sexo anal es rico y no tiene que ver con que es hombre o mujer. A los dos les gusta igual. Ahora el tener sexo con otros hombres, eso tu lo decides, puedes escoger a la persona como nosotros te escogimos a ti –
– Bueno, ahora me toca a mí – dijo Grace caminando hacia el dormitorio.
– Como quieres tu abajo o arriba? – me preguntó ella.
– Abajo – dije acostándome de espaldas. Ella me montó y Paul la montó a ella.
– No sabes cuántas veces Paul me ha cogido por atrás, es muy rico, tu lo sabes, pero cuando tú estás adentro es más rico aún –
– Si, lo sé. Cuando estoy arriba tuyo y el encima mío, es lo más rico que hay, me hace acabar dos veces.
Desperté en la mañana con Paul dentro mío. No me moví para que no se saliera, con los ojos cerrados disfrutando de ése momento, empujaba lentamente hacia atrás y después hacia adelante, abrí un ojo, estaba de día y los tres desnudos en la cama. Eché la mano hacia atrás y acaricié el muslo de Paul. Había perdido la cuenta de las veces que Paul me había cogido. Ahora él también comenzó a moverse lentamente al principio, pero después agarró fuerza y cada empujón me hizo quedar boca abajo mientras me montaba a todo galope estrellando el respaldo de la cama contra la pared, que cosa más excitante.
Qué hora es? – pregunté después del desayuno.
– Van a ser las 11 de la mañana –
Pensé en mi hermana que le dije que iba a llegar temprano.
– Algún problema? – preguntó Grace.
– No, sólo que le dije a mi hermana que iba a llegar temprano –
– La próxima vez ven con ella – dijo Paul.
– Me gustaría conocerla – dijo Grace –
– Si, bueno, no sé, tendría que preguntarle –
– Éso, pregúntale –
– Si, bueno me voy a vestir – entre los dos me vistieron.
Me despedí y me fui pensando en qué le iba a decir a mi hermana. Le contaré toda la verdad?.
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