TIO, QUE ES UN BESO NEGRO?
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por REMI6999.
Hola a toda la comunidad, soy un hombre gay reservado esta es la primera vez que me decido a escribir una experiencia que tuve hace algún tiempo con mi hermoso sobrino Raymundo de solo 11 años de edad, cuando yo tenía 29 años.
Mi única hermana se vino a vivir a mi departamento por una larga temporada debido al rompimiento con su marido, el padre de mi sobrino, que en ese momento contaba con 10 años. Ella se encontraba sola y a pesar de trabajar, el dinero no le alcanzaba para cubrir los gastos de ella y su hijo.
Mi sobrino tenía 8 años cuando noté que me gustaba mucho. Raymundo es un niño de piel blanca, cabello castaño y muy nalgoncito. Mi hermana alguna veces bromeó diciéndome: "bájale el boxer a Ray para que veas que está bien nalgón". Mi sobrino se enojaba con la broma y yo lo abrazaba riendo, aprovechando que en los momentos en que mi hermana no estaba presente jugaba con él atrapándolo entre mis brazos y besando sus lindas mejillas. Lo apretaba con fuerza hacia mi y le decía: "soy un vampiro y te morderé" y me aprovechaba para chupar un poco en su cuello.
A mi se me ponía la verga tiesa y babeante de solo pensar en poder tener contacto con ese hermoso ejemplar que era mi sobrinito.
La cuestión de mi relato es que a fuerza de convivir a diario con él, fuimos tomándonos mucha confianza, a tal grado que los fines de semana en los que mi hermana comenzó a salir con un amigo y se ausentaba por muchas horas, Raymundo se quedaba a dormir en mi cama. Yo esperaba hasta muy tarde para asegurarme que estaba en el sueño más profundo y comenzar a tocarlo. Sus nalguitas duras y blanquitas eran como la piel de una fruta fresca; tersas, suaves y a la vez firmes. Ya cuando tenía mi verga bien parada comenzaba a empujarla en su rico culito. Como lo colocaba de espaldas a mi, lo rodeaba con mis brazos, dándole besos suaves en el cuello, en la nuca y en las mejillas. Me bajaba hasta sus nalgas para besárselas. Mi sobrino se volvió mi locura, de tal forma que en el tiempo en que mi hermana vivió en mi departamento, yo no salía ningún fin de semana con nadie con el pretexto de quedarme a cuidarlo… y vaya que si lo cuidaba!.
Mi acercamiento completo con Ray se dió a que un Sábado en la noche en el que estábamos solos, le puse un video porno gay y saqué de mi closet algunas revistas de hombres desnudos. Le pedí que no comentara nada a nadie, le confesé que a mi me gustaban los hombres y desde muy jovencito comencé a tener sexo con ellos. Poco a poco a través de nuestras pláticas logré que se fuera abriendo conmigo y me contará de sus deseos. Me dijo que cuando se bañaba o iba al baño se jalaba la verga pero que solo le daban cosquillas y le salía líquido como agua. Yo le dije que más tarde le comenzaría a brotar leche y le saldrían pelitos en la verga; que no se desesperara, que todo llegaría en su momento.
Una noche nos encueramos los dos para ver nuestras vergas y le pregunté que si quería que me sacara la leche como los hombres de las revistas que le mostré. El me dijo que si. Los dos estábamos nerviosos, pero a medida en que comencé a masturbarme fuimos tomando confianza. El también se la jalaba imitandol lo que hacía yo, tenía una linda erección que no pude resistir y lo acosté en la cama y sin decir más, le chupe su deliciosa verguita y sus huevos. Lo manoseaba por todo el cuerpo, no quería dejar pasar nada. Me metí su verguita por largo rato, hasta que le pedí que me la chupara él a mi. Titubeó un momento y finalmente me agarro la verga y empezó a masturbarme, yo me tendí por completo en la cama disfrutando la hermosa visión de tener encuerado a mi sobrino y tener su mano subiendo y bajando por mi miembro; al fin mi deseo se hacía realidad. Después de un rato en que me estuvo jalando la verga, le insistí en que me la chupara. Le dije: "ándale mi amor, no me dejes así, mámame la verga, quiero sentir tu boquita en mi miembro. ya no aguanto, me tienes bien caliente". Ray obedeció y comenzó a chupar en mi cabeza, yo lo animaba a que se la metiera más, que me la mamara bien. Se decidio y empezó a darme unas deliciosas mamadas, yo le pedía más, me latía el corazón muy fuerte, mientras me la chupaba yo le jalaba sus orejtas, lo acariciaba, le decía palabras calientes; le decía: "qué rico la mamas mi amor. Dale así mi vida, chúpala toda chiquito, cométela toda Ray, comete la verga papacito se siente bien rico"…. Al brotarme los mecos se echó para atrás. Le limpié los labios y lo besé en la boca. Más tarde me dijo que el sabor de la leche no le había gustado. Yo le respondí que con el tiempo y la práctica se acostumbraría y hasta se los tomaría todos.
Nuestros juegos sexuales se volvieron frecuentes. Pero otra noche de Sábado mi hermana se durmió temprano y Ray se vino a mi cama. Comenzamos a platicar de sexo, de temas calientes, yo le contaba como había sido mi primera vez con un primo mayor que yo, etc. Raymundo se me quedó viendo y me preguntó: "Tío, qué es un beso negro"?
La pregunta me volvió loco, me encendió, me pusó bien caliente. Yo le pregunté: "dónde escuchaste eso"? y respondió: "Es que un chavo que conozco y que está en secundaría, siempre me agarra las nalgas, y ayer me dijo que se le antojaba tenerme todo encuerado para besarme el culito y darme el beso negro."
Yo le dije: "un beso negro es que en lugar de que te mamen la verga, te maman el culito; es decir te lamen el hoyito con la lengua". Ray dijo: qué asco!. Yo me reí y le dije: "es algo bien rico Ray, se disfruta mucho. Claro que tienes que traer el culito bien limpio para que te den con la lengua y te la metan hasta dónde se pueda"…. Me quedé viéndolo y le lancé la pregunta: "quieres probar? quieres sentir un beso negro"?… el asintió con lo cabeza.
Me levanté de la cama y cerré la puerta con seguro, ya que mi hermana estaba dormida en la otra habitación. Lo desnudé todo y empecé a calentarlo besando todo su cuerpo. Le chupe los dedos de sus pies, le mordía suavemente en las ingles, le mamaba la verguita dura, hasta que subí sus hermosas piernotas y le abrí el culo. Aspiré su aroma, era delicioso, es una sensación indescriptible, era el paraíso. Comencé a besarle la rosada colita y a lamersela por completo. Le daba pequeñas mordiditas alrededor de su hoyito; lo succionaba, volvía a lamerlo, a besarlo… quería comérmelo entero.
A Ray se le agitó la respiración, yo levanté los ojos y le pregunté quedamente: "te gusta mi amor?… te gusta como te hago el beso negro?"… y con su vocecita agitada me dijo: "si Tío, si me gusta"…. En ese momento me decidí y lo puse bocaabajo, le separé las piernas y comencé a empujar mi verga adentro de él. Ray se quedó muy callado, me recosté un poco sobre su espalda, sin apachurrarlo y empecé a moverme despacio, metiendo el miembro poco a poco hasta que logré penetrarlo. Raymundo movía el culito y en el caliente movimiento se me salieron los mecos en su interior. Me separé de él un poco, lo coloqué de espaldas, subí de nuevo sus piernas a la altura de mi boca y le lamí todo el semen que tenía embarrado.
esa noche fue la más lujuriosa. Yo había experimentado sexo con otros chicos que conocía en la calle, pero Ray era especial, Era limpio, hermoso, virgen y lo tenía a mi disposición todo el tiempo. Esa noche, cerca de las tres de la madrugada me lo volví a coger y en la mañana siguiente lo hice que me mamara la verga.
La curiosidad de Raymundo al ir conociendo conmigo cosas prohibidas lo llevó a convertirse en mi pequeño amante. Pero nada dura para siempre y un buen día mi hermana me dió la noticia que se iría a vivir con su nuevo novio a la ciudad de México y tuve que separarme de Raymundo.
Después de todo aquello, solamente pude tener dos encuentros más a solas con mi amado sobrino. Luego se hizo mayor y la cosa entre nosotros cambió. Pero estoy seguro que él nunca va a olvidar que sus primeras experiencias sexuales fueron conmigo.
Mi relato no es producto de mi imaginación. Es algo que he vivido callando durante mi vida. Si lo desean, pueden hacer sus comentarios.
Estuvo excelente! Ojalá pudiera contactar contigo.