Toda una vida de Incesto 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Xanderverga.
Los días pasaron y mi hermana y yo seguíamos disfrutando de los placeres del incesto, nuestra madre tenía un nuevo galán salía más seguido y regresaba más tarde así que eso nos daba para estar más rato juntos, un día encontré en el closet de mamá un cajón que tenía cosas muy interesantes, revistas porno y revistas con historias picantes, libros de novelas eróticas y hasta unas películas porno en formato super 8 que de seguro eran de papá, teníamos un viejo proyector que sólo yo podía manejar y en el veíamos películas antiguas en el mismo formato y películas de la familia, nosotros entonces vimos las películas porno y leíamos las revistas y los libros de mamá y por supuesto termimabamos masturbandonos, era delicioso masturbarse con eso.
Una noche que salió regresó más temprano y nosotros estábamos en lo mejor de un 69, lo raro fue que entró muy de prisa y escuchamos la voz de un hombre, oimos cerrarse la puerta del cuarto de mamá y nosotros en absoluto silencio escuchamos y se oían los gemidos de mamá y el movimiento de la cama, que rico fue escuchar eso allí nomas comenzamos nosotros también a hacer lo nuestro, al terminar nosotros le dije a mi hermana que mejor se fuera para su cuarto y aún escuchando los gemidos de mamá se fue a su cuarto, al rato salieron y se volvieron a ir, cuando se fueron fui al cuarto de mi hermana y me la llevé de nuevo a mi cuarto, hablamos un rato de lo que oímos y obviamente íbamos a actuar al dia siguiente como si no oímos nada.
Un día mamá dejó la puerta de su cuarto entreabierta y yo salí de mi cuarto, en lo que pasé vi fugazmente a mi madre completamente desnuda saliendo de ducharse, fue mas o menos por un par de segundos pero pude ver la escultural figura de mamá, cualquiera se volvería loco con un cuerpo así, me provocó una terrible erección e inmediatamente le conté a mi hermana que ya la había visto desnuda muchas veces, me acaricio el bulto de mi pantalón y me aguanté porque estaba preparándose para salir esa noche así que sabía que en un rato iba a tener mi desahogo.
Mi hermana y yo teniamos una relación poco usual, nos tratábamos casi como amantes en la cama pero fuera de ella todo era normal, incluso, yo tuve otras novias con las que tenía sexo pero ni mi hermana ni yo teníamos ese sentimiento de posesión, más bien, ella me pedía que le contara lo que hacía con mis novias, hasta empezaba a excitarse con los relatos así que ella no tenía problema con las aventuras mías que en realidad no eran muchas.
El día del cuarto cumpleaños de nuestra hermanita mamá hizo una celebración donde llegaron tios y primos de todas las edades, como siempre tenía mi atención puesta en mi hermana, noté que estaba platicando muy cercanamente con mi prima la gordita, era una muchachita de 13 años que tenía mucha carne que tocar, su cara era muy bonita, con ojos rasgados y mejillas abultadas, caderas enormes como sus nalgas, unas piernas muy gruesas como tallos de árbol y unos pechos bastante grandes para su edad además de una cintura bastante pequeña que le daba la forma femenina por eso ella gustaba de usar falditas bastante cortas, ella sabía que atrapaba las miradas y provocaba el deseo de los hombres, ese día andaba una faldita de paletones como de colegiala, se le veía muy sensual sugestiva y provocativa.
Rato después mi hermana y mi prima me abordaron diciéndome que mi querida prima quería ver la colección de pósters de grupos de rock que tenía en mi cuarto, las lleve y ambas se sentaron en mi cama, yo empecé a hablarles de las bandas y cantantes de rock que tenía en las paredes y techo de mi cuarto, de repente, mi hermana dijo que ya regresaba y se fue cerrando la puerta, mi prima se hizo más para adentro de mi cama cruzando sus hermosas piernas y mientras le hablaba ella doblaba más y más su rodilla haciendo que la faldita cayera dejándome ver hasta el pliegue de su pierna y su cadera, luego me pidió que me sentara junto a ella, yo seguía hablando algo nervioso, ella apretaba con sus brazos sus enormes pechos sonriendo de manera pícara, luego me puso su mano en mi entrepierna y yo inmediatamente me callé volteé para verla y ella hizo lo mismo, inclinó la cabeza para un lado mordiendo su cariñoso labio inferior y ya no pude más, puse mi mano en su nuca y empecé a besarla, nos besamos desaforadamente, nuestras lenguas visitaban las bocas y jugaban entre ellas, parecían dos serpientes en celo, nos mordiamos los labios, ella era definitivamente una experta besando, mientras nos besabamos pude manosear a placer sus enormes tetas y sus piernas y ella me frotaba mi bulto por encima de mi pantalón en eso ella me empujó a modo de que quedará boca arriba para desabrocharme el pantalón
Lo bajó y dejó salir mi fierro que cabeceaba y palpitaba, inmediatamente se lo llevó a la boca, está chica era una experta, casi tan buena como mi hermana, luego ella se montó sobre mi vientre, se quitó la blusa y me dejó ver aquellas grandes tetas las que puso sobre mi cara, está prima era un manjar, me deleité chupando aquéllas aureolas rosadas con pezones grandes y brotados, su larga cabellera me caia sobre mi cara, estabamos en eso cuando tocan a la puerta, mi prima y yo nos quedamos paralizados por unos segundos pero ella saltó de la cama y con la blusa puesta en su pecho volteó a verme con los dientes cerrados y pelados, abrió la puerta y era mi hermana, las dos se susurraron algo y cuando mi prima iba a cerrar la puerta vi la cara de mi hermana haciéndome un guiño de ojo, mi prima cerró la puerta con llave, se bajó su braga y se volvió a montar en mi pero esta vez sobre mi cara, tenia una mata de vello no muy grueso pero abundante, con la excitación eso no me importó, sólo aparté el vello y encontré un par de labios carnosos, una delicia era chuparlos, abrí los labios y encontré un clítoris del tamaño de la mitad de una nuez, en cuanto yo lo vi empecé a lamerlo, besarlo y chuparlo, me di gusto manoseando sus tetas, su culo, sus piernas, sus caderas y su cintura, unos minutos después sentí el temblor de su cuerpo, después de un rato inmóvil, se desmontó
Yo todavía tenía mi pene furiosamente erecto y mientras me lo acariciaba me preguntó que si tenía algún aceite, claro que tenía, mi papá me enseñó a ponerme aceite de bebé sin perfume en el pelo para mantener el cuero cabelludo sano entonces me preguntó que si quería que se la metiera por atrás, vacilé por unos segundos, nunca se la había metido a nadie por el ano, saqué de mi gaveta el bote de aceite, cuando ella lo vio se puso en cuatro patas mostrándome aquel bellísimo ano y ella lo movía de un lado a otro me dijo que le pusiera un poco de aceite a su ano y que me aceitara también mi verga, así lo hice y puse mi glande en el centro de su orto, despacio empecé a empujar hasta que se metió la cabeza, seguí empujando despacio, en verdad no fue tan difícil como creía, una ves a dentro todo el fierro empecé a culear cada vez me rápido, ella gemía de placer igual que yo, era divino ver aquel enorme trasero ir y venir, a los pocos minutos explotó la eyaculación dentro de mi prima.
Después de eso nos quedamos unos minutos quietos acostados uno al lado del otro y ella me contó que mi hermana le había contado lo que hacíamos y que ella también hacía eso con su hermano, de hecho, mi primo se la metía a ella por atrás y que no era la primera vez que se la cogían por allí, por eso no fue tan difícil metersela por el culto, ya era una experimentada cogiendo por atrás, tambien me dijo que ganas de que se la metieran por la vagina no le faltaban pero su madre era muy desconfiada y conservadora así que la llevaba periódicamente al medico a que la revisarán si era todavía virgen, despues de la pequeña platica mi fierro ya estaba de nuevo furioso y ella excitada, nos hicimos un 69 delicioso, terminé con mi cara bañada de sus jugos deliciosos y cuando explotó mi eyaculación terminaron salpicadas su cara sus tetas y mis piernas, después nos limpiamos bien, nos vestimos y nos unimos a la fiesta.
Ese día me empecé a dar cuenta que no éramos los únicos en la familia que hacíamos esas cosas y mi experiencia con mi prima la gordita fue no sólo muy placentera si no también llena de novedades, con ella experimenté algunas cosas por primera vez, todo se lo conté a mi hermana que se masturbo mientras le contaba, ella todavía estaba muy chica para la penetración y todavía a los 10 años veía mi pene muy grande y le daba cierto temor ser penetrada, a mi también me daba miedo lastimarla y que por una urgencia de llevarla al hospital se terminara nuestra diversión, yo ya tenía 16 y estaba completamente desarrollado, a ella apenas empezaban a salirle los pechos y también pequeños vellos rubios en su conchita que de lejos no se veían, era riquísimo lamer, chupar y besar esa conchita rosadita, suave y lampiña, nada era mejor que eso.
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