Todo queda entre Bere y su hermano
Una vecina me pide que cuide a sus hijos porque alguno de los dos está metiendo a su casa a su novio para tener sexo. Parece que todo queda en familia..
Donde vivía tenía una vecina con dos hijos, un niño y una niña, que en realidad ni tan niños, los dos ya iban en la secundaria por lo que eran ya unos adolescentes. Un día su mamá me encontró en uno de los pasillos de la unidad.
-Andrea, te quiero pedir un gran favor.
-Sí, dígame señora.
-Pero no aquí, podríamos ir a tu casa?
Yo soy universitaria, vivo sola y no tuve problema en llevarla. Ya adentro me pidió algo que jamás me hubiera imaginado.
-Ya ves que tengo dos hijos, están en la adolescencia que es una edad difícil. Yo salgo toda la tarde a trabajar y no puedo estarlos viendo. Me da mucha pena contarte esto pero es por su bien. Hace unos días me encontré un condón usado en mi casa y no se, si lo usó Bere o lo usó Lucas.
Yo estaba fría, sin saber que decir, su confesión era muy directa, yo no decía nada, no sabía que decir.
-Lo que te quiero pedir es si todas las tardes que tú llegas de tu escuela podrías ir unas horas a cuidarlos, yo dejo la comida hecha, solo sería a cuidarlos, si ellos vieran a alguien más en la casa me parece ya no llevarían a su novio o novia quien haya sido. Yo te pagaría por ir claro, y solo sería unas horas en la tarde.
Yo no sabía que decir, por un lado estar “cuidando” dos pubertos no sé si quería hacerlo, además ellos obviamente no estarían de acuerdo y no se portarían muy bien conmigo. Por otro lado la idea del dinero extra me gustaba.
-No se que decirle, Señora Sandra, necesitaría acomodar algunos horarios y ver, si quiere le aviso en unos días.
La conversación no duró más, durante un par de días estuve meditando y al final decidí hacerlo.
Ese día fui a casa de la señora a decirle. Se alegró mucho, me presentó a sus hijos aunque en realidad ya los conocía pues vivían en la casa de a un lado, fue evidente que ellos no querían que me quedara pero pues yo estaba hecho.
A partir del siguiente día comencé a quedarme en su casa, las primera semanas todo resultó muy tranquilo, ninguno de los dos me hacía caso, cada uno estaba en sus cosas y no pasaba nada.
Lucas que iba en primero de secundaria llevaba a sus amigos y jugaban videojuegos, computadora y cosas así, a mi parecer él no podría haber sido el del “incidente”.
Bere ya iba en tercero pero ella no llevaba a ningún hombre a la casa, iba mucho con una amiga, llegaban, comían algo y se subían al cuarto de ella, ahí podían estar horas y no escuchaba ningún ruidito.
No tenía ni idea quien podría haber sido, su mamá estaba muy contenta de que fuera pues ya no se había presentado ningún “incidente” de esos.
Un día le pedí permiso a la señora para llegar más tarde, me llevé su llave desde un día antes para poder entrar. Tanto Lucas como Bere sabían que llegaría después de la hora acordada.
Al final mi evento en la escuela terminó más temprano de lo que pensé y me fui a cuidar a mis “hijos adoptivos”. Llegué a la casa y ya no tuve que tocar porque traía la llave. Entré y no había nadie en el piso de abajo, al llegar a la cocina, escuché unos ruidos que provenían del piso de arriba, entonces subí para avisarle a los chicos que ya había llegado.
Mientras iba subiendo la escalera los ruidos se convertían en gemidos, era obvio lo que estaba pasando. Alguno de los dos había aprovechado que llegaría tarde para meter a su novio o novia. Por fin sabría quién de los dos era.
Llegué al final de la escalera y comencé a caminar por el pasillo de manera sigilosa para que no me escuchara nadie. Los ruidos venían del cuarto de Bere. Me metí al baño que estaba continuo al cuarto y me subí en la taza para ver por una especie de ventanita que tenía y lo que vi me dejó fría.
Bere estaba recostada a la orilla de su cama, estaba desnuda de la cintura para arriba, vi sus pechos, mucho más grandes de lo que se ven cuando está vestida. Era blanquita y tenía el pecho lleno de pecas, sus pezones cafés claros y pequeños, tenía unos pechos muy bonitos. Tenía puesta la falda de su escuela.
Hincado en el suelo estaba comiéndole la conchita nada más y nada menos que Lucas, ¡¡¡Su hermano!!! Se ayudaba con un mano mientras con su lengua recorría toda la rajita de su hermana. Ella gemía cada vez más fuerte y se estaba poniendo roja de excitación.
-Más, más hermanito, mmmmmm así, así…nadie me lo hace como tú.
Ella comenzó a moverse como si la penetraran y agarró la cabeza de Lucas para que él no se despegara de su trabajo. De pronto un grito más fuerte y profundo emergió de ella. Era obvio que había llegado al orgasmo. Toda sudada y con una cara de perversidad que jamás hubiera imaginado en ella se levantó de la cama.
Lucas que ya estaba desnudo desde que los comencé a ver se puso un condón y se sentó en la orilla de la cama, ella le dio la espalda, levantó la falda un poco y se sentó en él.
Se movía muy rápido hacia delante y hacia atrás, por momentos daba saltos y yo podía ver como entraba y salía el falo de su hermano de ella, no dejaba de gemir y pedirle más a su hermanito.
La verdad es que a mí la escena me calentó y comencé a tocarme mientras los veía metiendo mi mano por el pantalón y el bóxer que llevaba.
Después de un rato Bere se puso en 4 sobre la cama y Lucas la taladró salvajemente, ella gritaba de placer, habría querido ser yo la que estuviera en su lugar, Lucas no era feo y estaba bien armado para la edad que tenía. Mientras se la metía hasta el fondo le daba nalgadas a su hermana hasta que le puso las pompas rojas, ella gritaba con cada impacto, ya no sabía si de placer o de dolor.
Yo en el baño ya me acariciaba mi rajita con más intensidad, alcanzaba a meterme unos dedos con mucha facilidad por lo húmedo que ya tenía mi chochito. Era delicioso, tenía que morderme los labios para que no soltar en cualquier momento algún gemido que pudiera causar que me descubriesen.
Lucas estaba encima de su hermana, los dos boca abajo y ella tenía la cabeza de lado, en esa posición si tan solo volteara a la dirección exacta descubriría que los estaba espiando pero ella no se movía, solo disfrutaba de las embestidas que le daba su hermano.
-Hermana, ya quiero venirme.
-En mi boca, quiero probarte una vez más.
Mientras él se paraba a un lado de la cama y ella se hincaba yo aceleré el ritmo de mis manos, con una acariciaba mi clítoris y metía unos dedos de la otra mano a mi rajita hasta que tuve un gran orgasmo, no se como pero no hice el menor ruido.
Ya no vi como descargó Lucas en la cara de su hermana pero la vi toda llena de semen, su carita, sus pechos, su cabello. Ella sonreía y le mostraba a su hermano lo que tenía en su boca para después tragarlo, Lucas se embarró un dedo y se lo dio para que lo chupara, ella gustosa lo hizo.
Me fui a mi casa y regresé como 15 minutos después haciendo todo el ruido que pude, los dos estaban viendo la tele como si nada hubiera pasado.
wow
Otro gran relato, nunca me ha pasado este tipo de situaciones, ojalá un día me pase con mi hija, quisiera verla cojer y ver esas caras que describes de Bere, caras que no le conozco, pero se que le encantan.