Tomás mi niño consentido (3)
Un breve viaje para conocer parte de la familia conejo .
Estuve casi un mes con ese juego luego de la escuela, Tomás quería ir al parque durante el fin de semana , lo hablé con Aby y le pareció bien que fuéramos pero ella no iría.
– Este fin de semana vamos al parque.
– ¡¡Sii!! ¿Mamá también viene?
– No puede.
– No importa, ella no me deja comer chocolates.
Al siguiente dia lo pasé a buscar después de la escuela, iríamos directo sin perder tiempo ya que debíamos volver el sábado por la noche, al llegar terminé algo de mi trabajo que estaba atrasado mientras él se daba un baño.
– ¿Ya te bañaste?
– Si ya.
– ¿Lo hiciste bien?
– Si, mira.
Con mucha naturalidad dejó caer la toalla en el suelo y abrió sus nalgas enseñándome su pequeño y hermoso ano.
– Lo limpié muy bien.
– Mmm no se.
– Si mira bien.
De rodillas caí al suelo pegando mi boca a ese manjar que devoré con devoción, una y otra vez lami su entrada anal con toda la intención de introducir mi lengua, hice que se inclinara un poco hacia adelante levantando su cadera, tomé sus nalgas separandolas más e introduje un poco mi lengua.
– Tengo que limpiar la madriguera para Peludito, ¿dejaras a entrar a sus hermanos?
– Si, pero ¿tiene muchos?
– Tiene 4 pero hoy quieren entrar 2 junto con él si se puede.
– Si pueden…¿y papá conejo?
– Él también busca madriguera, pero no cabe.
-…
– Primero tienes que hacer que entren 2 para poder explorar.
– ¿Y asi podrán entrar todos?
– Si.
– ¿Qué tengo que hacer?
– Sólo no te muevas y déjame ver si esta está limpio por dentro.
Con una buena cantidad de saliva introduje el dedo índice deteniendome a la mitad, la presión rodeaba mi dedo, fue abriéndose y avancé teniendo el dedo completamente en su ano.
– Estoy limpio
– No estoy seguro, tengo que abrirlo más.
– Esta bien.
Saliendo un poco de él y usando mas saliva me propuse a introducir el dedo medio junto con el índice, muy lentamente cedió, poco a poco iba sintiendo como se contaría su cavidad, me imaginé una y mil veces como su ano rodeaba mi verga que desde luego traía dura, continúe con mis dedos dentro avanzando, ya los tenía por completo dentro, en su respiración se notaba el esfuerzo que hacia por resistir.
– ¿Estás bien?
– Si, ¿papá conejo es muy grande?
– Si, mas que sus hijos, por eso hay que preparar todo para él.
– Creo que quiero ir al baño.
– Resiste un poco.
– Bueno.
Después de un momento moví mis dedos hacia afuera volviendo a entrar, pasando mi brazo por su estómago lo levanté llevándolo al baño.
Luego de 10 minutos salió, le tenia preparada la caja con chocolates de animalitos sobre la cama.
– Esto es tu recompensa por ser buen niño, es un secreto entre tu y yo.
– Siii, mami no me deja comerlos.
– Lo sé, pero ella no está aquí jaja.
Feliz se subió a la cama tomando la caja y se sentó con ella sobre sus piernas mientras veía TV.
Tomé un calcetín cortándole la parte de los dedos y le pegué ojos y orejas en la parte del tobillo, no sabía que era bueno con esas cosas pero no había quedado tan mal, se lo presenté como Tito el papá conejo.
– Wow, es muy grande.
– Es un adulto.
– ¿Puedo tocarlo?
– Claro, le encanta que lo toquen y le den besitos también.
– Hola señor Tito…oh se movió.
– Es su forma de saludar, y está muy feliz de conocer a un niño tan lindo como tu, anda tocalo.
Tomás tímidamente lo tocó con sus dedos, dudando le dio un beso y luego otro, lo tomé agitandolo hacia los lados, él me sonreía.
– ¿Sabes que le gusta también?
– ¿Qué?
– Abre tu boca y saca la lengua.
– Esta bien.
Apoyé mi pene en sus labios, descubrí mi glande del calcetín y lo apoyé en su lengua, él bajó la vista mirando mi pubis, el calcetín estaba arrollado pero se veian los ojos y las orejas, lo introduje un poco más adentro y me mantuve ahí.
– Le gustan los besos… y él también está en busca de madriguera ¿recuerdas?
– Aja.
-Peludito y sus hermanos tienen que trabajar para ampliar la otra madriguera, sino Tito no podrá entrar…mientras tanto creo que le gusta esta otra madriguera.
Él asentía con la cebeza, comencé a moverme muy lentamente, sujete su cabeza desde su garganta moviendome unos pocos centímetros adentro.
– Mueve tu lengua rodeandolo.
– Aja.
– Eso le gusta mucho a Tito..
Tom giró su lengua rodeando mi glande y comenzó a succionar mi verga, tocaba su cabecita dándole a entender que lo estaba haciendo muy bien, me movía con más libertad rozando su campanilla, ya no resisti y me corrí dentro, automáticamente se tragó mi semen, no tuvo tiempo de reaccionar ya estaba en su garganta.
– Es…es como el relleno del chocolate…pero salado.
– ¿No te gusta?
– No se es menos dulce…pero rico. ¿Qué es?
– Papá conejo está enfermo, cada día tiene que curarse y necesita ayuda para eso.
– ¿Qué le pasa?
– Es como un virus que lo debilita y necesita sacarlo de su cuerpo cada dia así como tu lo hiciste.
– Siii yo lo ayudaré.
– Que hijo tan bueno que tengo. Ven vamos a comer algo.
– ¿Podemos ir al parque?
– Ahora?
– Sí quiero hamacarme.
Era un poco tarde para ir al parque pero igual lo llevé, el lugar estaba vacío y eso me ponía a mil, otra vez me hizo sentarme a mi primero y él encima de mi para hamacarnos, aprovechando que no había nadie y que el lugar estaba un tanto oscuro puse una mano en sus nalgas acercandolo más, mientras cantabamos una canción liberé mi pene para que se rozara directamente con él.
– ¿Tom cómo caminan los conejos?
– Dando saltos.
– ¿Como, puedes mostrarme pero aquí sin moverte mucho?
– Si, saltan así
Comenzó a despegar su cuerpo del mío para volver a sentarse, el rango de movimiento era corto pero cada vez que se sentaba lo hacía con todo su peso sobre mi, me tenía loco, oimos unas voces y le pedí que se detuviera, cuando las voces de alejaron tomé su cadera pegandola más a mi y me moví rápidamente amasando sus nalgas corriendome sobre su ropa, ya era tarde cuando lo noté, afortunadamente él no sabía que pasaba, solo me veía agitado, esperé un momento acomodando mi pene en mi ropa y volvimos, puse la ropa a lavar y él se quedó desnudo, nos organizamos para dormir pero antes él quería ver TV, como a las 2 horas se había dormido, giré su cuerpo quedando de lado, me masturbe en sus nalgas empujando mi miembro sobre su ano rozandolo lentamente, cuando senti que me corría me moví hacia su cabeza haciéndolo en sus labios, había vuelto a su posición de origen boca arriba, con el dedo pulgar recorrí su boca abriendola y haciendo que mi leche entrara y se deslizara por su lengua pasando por su garganta.
Era sábado y tenía que trabajar hasta el medio día, no podían estar muy pendiente de Tomás pero lo tenían vigilado, había puesto el sillón frente a la cama junto con una mesa para mis papeles y la laptop, a eso de las 10 AM él se despertó, fue al baño y luego a la cocina, volviendo con un vaso de leche y galletas, mientras desayunaba jugaba con su tablet, estaba semiacostado con las piernas abiertas moviendolas a los lados, podía verlo perfectamente, su anito era hipnótico, ya me había corrido un par de veces en él pero quería hacerlo dentro, trabajé las últimas 2 horas como un zombie, me había concentrado tanto en mi hijo que lo dejé inconcluso, ya no me importaba.
Busqué el calcetín y los títeres para presentarle a la familia completa.
– Tomás, ven.
– ¿Qué?
– Mira quienes vinieron.
– ¿Peludito y su familia?
– Si, hoy te voy a presentar a el hermano mayor Leo y a Lolo vinieron con Peludito y con Tito.
Le dio un beso a Tito riendo inocentemente, había preparado un buen lubricante esta vez, la chica de la farmacia me lo recomendó para la primera vez (anal).
– Peludito ya conoce tu madriguera.
– Faltan sus hermanos y Tito.
– Hoy la conocerán Leo y a Lolo.
– Siii.
Estaba sobre la cama de espaldas, sus piernas colgaban, las tome flexionandolas sobre su pecho, primero entraron Peludito y Leo con un poco de dificultad, cuando pude moverlos y rozarlos entre ellos salí un poco vertiendo más lubricante y volvi a entrar.
– Están explorando.
– ¿Sino no puede entrar Lolo no?
– Tienen que hacer lugar.
Estaba muy emocionado por tener a los 3 juntos, pero tenían que ser muy paciente, su esfínter estaba resbaloso y muy caliente.
– Tito parecía triste, ahora se está movimento papi.
– Esta muy feliz de ver a sus hijos divertirse.
Me movía más holgadamente lo suficiente para preparar a Lolo, ya era su turno, al cabo de unos minutos tenía los tres dedos en su ano entrando y saliendo de él, su esfínter se contraía cada vez que entraba, estaba muy apretado pero se aflojaba de a poco, estiró su mano dando un golpecito en mi verga viendo como se balanceaba y rebotaba, estaba entretenido con ese juego, no lo interrumpi sí con eso estaba tranquilo, y también me gustaba lo que estaba haciendo, moví mis dedos más rápido oyendo su respiración y sus casi gemidos cuando tenía mis dedos por completo dentro de él y la palma de mi mano llegaba a su entrada y chocaba con esta.
– ¿Cómo están los hermanitos ahí dentro?
– Apretados.
– ¿Muy mal?
– No se
– Ellos están muy a gusto en tu madriguera…les gusta mucho…es cálida y quieren que papá conejo la conozca también.
– Siii yo también quiero a papá conejo.
– ¿Recuerdas que él esta enfermo?
– Si…
– ¿Puedes ayudarlo otra vez?
– Si pero ¿no entrará con sus hijos?
– Si hay lugar si.
Volví a usar una buena cantidad de lubricante untandolo en mi glande, muy lentamente retire mis dedos de su esfínter, aún se veía rosado y algo dilatado.
– Tito va a entrar.
– Bueno…
En el primer intento mi verga resbaló hacia arriba no logrando entrar, intenté con un poco más de presión, sentía como se abría su ano poco a poco, pero había mucha resistencia.
– Tom, creo que Tito no podrá entrar hoy.
– Pero si quiero que entre…
– Bueno, cuando te diga respira ondo y tienes que mantener el aire… 1 2 3.
Al 3 entré de un solo movimiento, solo la punta y no me moví, su cara se arrugó y para suavizarlo me acerqué a su rostro y le di un pequeño beso en sus labios.
– ¿Por qué me das un beso?
– ¿No puedo?
– Tu también eres un nene…entre nenes no se pueden besar.
– ¿Quién dijo eso?…se puede nene con nene nena con nena y nene con nena pero todo eso cuando seas grande y quieras.
– Solo ví nene y nena.
– Yo soy tu padre y te puedo dar un beso cuando sea, solo no le digas a mamá.
– Yo ya besé a una nena.
– ¿Ella que te dijo?
– Nada, solo me pidió un beso y después se río y se fue corriendo.
– ¿Cómo la besaste?
– Así como tu lo hiciste conmigo.
– Así no se besa.
– ¿Y cómo entonces?
Con la conversación la presión de su entrada anal disminuyó, igual no me moví, tomé su rostro y viéndolo a los ojos le volví a dar un beso, lentamente roce sus suaves labios, introduje la lengua buscándola suya pero su boca estaba prácticamente cerrada.
– Tienes que abrir la boca y mover un poco la lengua.
– Esta bien.
Lo hacia torpemente pero era suficiente para mantener un beso, mi lengua exploró su boca encontrando su lengua que intentaba seguirme.
– ¿Así se besa bien?
– Algo así…pero falta práctica.
– …
– Pero aprendes rápido, eres un niño muy inteligente.
Me separé de su rostro tomando mi verga, solo había entrado el glande por completo y de ahí no me había movido, comencé a moverlo un poco entrando y saliendo, su esfínter me rodeaba, y su respiración era más fuerte, su pequeño pene y testículos se sacudían un poco por el movimiento hasta que me corrí sobre ellos.
– ¿Salió todo el veneno?
– Si, Tito te lo agradece mucho.
– ¿Hoy no me hará cosquillas?
– ¿Eh?
– Si en la garganta…el veneno es como salado.
¿Me estaba imaginando cosas o mi niño quería mi verga en su boca?, sali abruptamente de mis pensamientos con una llamada de la «oportuna» Aby que quería haber con Tomás, después de unos minutos finalizó la llamada, habia guardado algunas cosas y noté la mirada fija de Tom en mi verga, pero no habia notado que todavía traía el «disfraz» de Tito y recordé lo que me dijo antes de la llamada de su madre.
– ¿Por qué está así de rosado?
– Es…su pancita…
Tenia el glande descubierto y estaba viendo mi pene directamente, camine hacia él agitandolo y lo acerqué a su boca, primero le dio un par de besos de forma seguida y fue introduciendolo en su boca como si nada, me sentía más cómodo moviéndome en su boca, había llegado más lejos, la mitad de mi verga descansaba dentro de su calida boca, y comenzó con la poderosa succión, hasta que la comisura de su boca se lleno de mi leche desbordandose, esperé a ver como reaccionaba, solo se apartó tragando lo que traía en su boca y continuó jugando.
Pasaron unos días y me llamaron de la escuela de Tomás, la psicóloga quería hablar con los padres del niño pero mi esposa no podía ir, yo estaba con el corazón en la boca del susto, esperaba lo peor.
– Señor, hemos notado un cambio en Tomás.
– ¿Eso es bueno o malo?
– Tranquilo, es muy bueno el cambio, ¿me podría decir que cambiaron?
– Bueno, en la alimentación nada que lo altere, probamos con algunos deportes pero ninguno le gusta, hacíamos ejercicio en casa y eso lo distraía y se podía enfocar en eso, estamos pendientes de sus tareas y lo ayudamos sobre todo yo, lee mucho también y le gustan mucho los animales.
– Eso es muy positivo que se enfoque en otras cosas.
El alma me volvió al cuerpo al ver que todo estaba bien y no había ningún problema, pensé que habian visto algo o él había dicho algo.
– Bueno señor, espero que siga así.
– No se preocupe señorita, seguiremos así y él mejorará.
Yo no estaba hablando de su desempeño académico desde luego pero eso ella no lo sabía…
CONTINUARÁ….
Por cualquier consulta, duda, etc
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Excelente historia,cada capítulo se pone mejor
Muy bueno, cuenta como pide mas y mas…