Tomás mi niño consentido (4)
Tomás aprende como deben jugar padre e hijo cuando de quieren mucho .
Habían empezado las vacaciones de verano, Aby tenía un viaje con sus alumnos por 3 días, la escuela de Tomás también había organizado un viaje pero él no quiso ir y no lo obligamos tampoco, visitamos por un par de horas a mi madre por su cumpleaños, y volviendo a la casa vimos un pequeño parque recientemente inaugurado, habían unos niños correteando y algunos adultos, Tomás quiso subir al sube y baja, se sentó y yo desde el otro lado lo movia, se acercó un niño preguntando si podía subirse, tendrían unos 5 años el peso de él no era suficiente, llamó a su padre que me propuso con un acento claramente extranjero subirme con Tom y él con su hijo para igualar los pesos, cuando ellos estaban abajo nosotros arriba y viceversa, cuando estabamos arriba se tomaba más tiempo de la cuenta para cambiar, cada vez que estaba en el suelo el niño movía su cadera de lado a lado contra el cuerpo de su padre, el rostro del hombre cambió totalmente viéndome fijo, al principio no entendía muy bien porque me veia así hasta que ví como su hijo se sacudía cada vez más sobre él, creí que era mi imaginación pero en efecto los movimientos del niño eran intencionales y ese hombre lo estaba disfrutandolo, en el parque las únicas personas que quedaban estaban lo suficientemente lejos de nosotros, giró su cabeza viendo hacia todos los lados, levantó un poco la ropa de niño tomándolo de la cadera para estar más cerca, las nalgas estaban sobre su bulto, solo me dediqué a verlo y no dije ni hice nada hasta que sacó de pene de su pantalón, tomé a Tomás girandolo de espalda a ellos para que no viera, vi la disconformidad del hombre en su rostro pero él continuó y yo no me moví, habían pasado 10 minutos y él seguía, en el parque ya no quedaba nadie.
– Tomás ¿como caminan los conejos?
– Ya lo sabes.
– No lo recuerdo.
– ¿Otra vez?
– Si.
Se puso a saltar sobre mi y en el rostro del hombre se dibujó una sonrisa llena de deseo, se puso de pie a un lado del juego, dejándonos bajar, yo tenía a Tomás en mis brazos y no estaba viendo nada, el hombre tomó las piernas del niño levantandolas, le bajó un poco el pantalón lo suficiente para poder ver su ano, lentamente fue entrando en él, tenía una verga muy gorda pero el niño la recivió sin ninguna queja, estaba de pie en el medio del parque con una actitud muy despreocupada, no creía lo que veía, le subió el pantalón al niño guardando su miembro.
– Sígueme.
– …
No estaba muy seguro de eso, lo seguí pero manteniendo la distancia, entró en un vehículo dejando la puerta abierta, pretendía que yo también entrara pero me quedé fuera a 1 m de distancia, le quitó el pantalón al niño, estaba en el asiento de atrás acostado con el niño sobre él abriéndole las piernas, lo estaba penetrando, entrando y saliendo por completo de él, ahí me quedé algo impresionado, como un niño tan pequeño podía con todo eso, los observé hasta que se corrió llenando el recto del niño, salió del vehículo dejándolo dentro y encendió un cigarrillo.
– David y él se llama Damián. – Dijo extendiendo su mano.
– Juan…y él es Tomás.
– ¿Ya lo haz hecho así?
– ¿Así cómo?
– Como lo hice ahora.
– No.
– Ya te estas tardando, está grande.
– Shh.
– No hay nadie aquí.
Intenté hacerme entender de que Tomás no sabía del tema, pero me moría por hacerle muchas preguntas, intercambiamos números y volví a la casa, ya tenía un mensaje de David, mientras Tomás comía algo le respondí, cuando Tomás se durmió continúe mi conversación con mi nuevo amigo, me propuso una videollamada y nervioso acepté, lo primero que veo es un primer plano es el ano de su hijo, estaba muy dilatado y tenía aún semen dentro.
– Esto es de hace un rato, sabe que no puede desperdiciarlo.
– Ha pasado más de 1 hora.
– Si…
David era un hombre delgado lo que contrastaba bastante con el tamaño de su miembro, el niño se acercó con cada pie a un lado de las piernas, de su padre y tomando el pene fue introduciendolo por completo lentamente, quedó sentado sobre él abriendo más las piernas, el hombre rodeó su cintura moviendo su cuerpo haciendo que su pubis chocara con las nalgas del niño una y otra vez, poco a poco mi bulto fue evidente, llevé mi mano a mi miembro apretandolo y bajé mi pantalón.
– Tienes un buen tamaño…quieres ponerla en el culito de mi nene también.
– …
– Esta muy acostumbrado, ¿verdad Damián?
– Aja…ahhmm.
– Es todo un putito adicto a la verga.
El niño estaba agitado y gimiendo, ya no resistí y comencé a mastrubarme, el niño se apoyó en las piernas de su padre para moverse más rápido, sus testículos y pene se sacudían de arriba a abajo acompañado de sus hermosos gemidos, David tomó las piernas de Damián embistiendolo violentamente y rápidamente se corrió, se puso de pié dejando al niño solo, él mismo mantuvo sus piernas abiertas a cada lado y abrió lo más que pudo sus nalgas adornadas con su rosado ano lleno de semen y muy dilatado, estaba haciendo fuerza para que el semen saliera por completo y se escurriera, con su puño presionó hacia adentro entrando y saliendo, llevó su puño a su boca lamiendolo muy bien, continúe masturbándome, los chorros de leche salieron escurriendose por mis manos.
– No se debe desperdiciar señor.
– Así es….hay un par de agujeros donde puedes poner eso… Adiósss Juan.
Después de terminar la llamada me envió fotos y videos con el niño.
En la mañana estaba con mucho sueño, Tomás fue el que me despertó, había visto un gato en la ventana y lo dejó entrar, quería tomarse fotos con él con mi teléfono, medio dormido se lo di, el gato se subió a mi cama lamiendome la frente provocándole carcajadas a Tom, ya estaba bien despierto, después de unos minutos él había tomado mi teléfono psra ver las fotos que había tomado pero se encontró con un grupo de fotos y videos que no conocía.
– ¿Qué es esto papi?…parecen David y Damián.
– Si son ellos.
– ¿Qué están haciendo?
– Jugando.
– ¿Cómo?
– Es un juego de ellos, entre padre e hijo.
– ¿Sabes como se juega?
– Sí.
– Se ve divertido…Damián se ríe mucho.
– Es muy divertido.
– ¿Podemos jugarlo?
– ¿Estas seguro?
– Siii.
– No puedes arrepentirte después.
– …
Lo llevé el baño en mis brazos, sus piernas se cruzaron detrás de mi cadera, caminé lento viéndolo a los ojos, clave la vista en su boca y lo besé mordiendo sus labios, nos dimos un baño juntos, ya estaba más tranquilo, no tenía que usar excusas para tocarlo ni necesitaba los títeres, lo puse de espaldas a mi y con los dedos índice y medio entré en él, pegué mi boca a su cuello besandolo y acariciando su pecho.
– ¿También hay que limpiar?
– Sí.
– Es mejor cuando lo haces tú papi.
Salimos del baño directo a la cama, para agregarle morbo lo lleve a mi habitación a la cama que compartía con su madre, me senté de rodillas en el piso para secarlo un poco, habia guardado tan bien el lubricante que en ese momento no lo encontraba, untandome los dedos los volví a introducir, lami sus testículos y su pene, no me detuvo ni dijo una palabra solo me observó atento, moviendo dos dedos tomé su pequeño pene agitandolo, ya era suficiente de preparación, con una buena cantidad de lubricante en mi verga lentamente fui entrando en él por tramos, primero mi glande, como ya lo había hecho antes, avance un poco más esperando que se aflojara y así continúe hasta estar por completo dentro de él, me tomó unos minutos los cuales estuvieron acompañados de gemidos y bufidos de parte de Tomás, nuestras respiraciones eran agitadas y estábamos cubiertos de sudor, él continuaba muy apretado, me tomaría el tiempo que me tendría que tomar pero sería muy paciente con mi niño.
– ¿Cuándo vamos a comenzar a jugar?
– Cuando pueda moverme.
– ¿Y por qué no lo haces?
– Esto también es parte del juego.
– Quiero jugar como David y Damián…
– Estas muy apretado…relájate Tom.
Salí de él para usar más lubricante y volver a entrar pero en un solo movimiento, estaba más relajado lo suficiente para moverme pero igual se sentía apretado, mi glande conocía los primeros centímetros de su esfínter pero en ese momento estaba en lo más profundo que alcanzaba, si eso era un juego quería que nunca se acabara, había idealizado mucho ese momento pero me quedé corto, las expectativas fueron superadas, ya podía moverme, con cada mano abriendo sus nalgas salí unos centímetros y volví a entrar, cada vez que entraba en él se le escapaba un gemido, entré profundo y apenas me moví pero lo hice rápido, su cuerpo se sacudía y sus gemidos fueron más audibles, apenas veía parte de mi verga, el resto se mantenía dentro sintiendo cada centímetro de su esfínter, aumente la velocidad y me corrí, salí de él separando sus nalgas y viendo cuan dilatado había quedado su anito, estaba boca abajo respirando agitado, sus nalgas estaban llenas de mi leche, su ano aún dilatado hacia emerger el líquido blanco.
– ¿Qué te parece el juego mi amor?
– Se estira y y y algo esta dentro…como en mi panza…
– Así es el juego Tom.
– Es algo incomodo y molesto a veces.
– Ya te vas a acostumbrar.
– ¿Y así juegan todos los papás con sus hijos?
– Algunos, los que se quieren mucho mucho lo hacen, pero los niños deben guardar el secreto.
– Por eso nunca supe de juego…los que lo juegan no lo dicen.
– Claro…por eso.
– Damián debe querer mucho a su padre…pero el tiene 5 y yo 8 y recién conozco el juego ¿por qué papi?
– Mira eso no importa…lo importante es que lo estamos jugando y seguiremos haciéndolo ¿si?
– Siii…Damian se reía…a mi no se me hace gracioso.
– Hay muchas maneras de expresar felicidad…
– Cómo puedo expresarlo?
– 1: no le digas a nadie ni hables de tema delante de nadie que no sea yo.
2: jugaremos siempre que quieras, eres mi hijo y te quiero mucho
– Este bien, lo prometo, yo te quiero mucho también.
– Muy bien volvamos a jugar…ahora ponte como un perrito.
No había entendió muy buen como hacerlo, acomode mejor su cadera hacia arriba y usando mi propio semen entre en él, me afirmé demasiado, con su mano me detivo.
– ¿Te dolió?
– Un poco.
– Perdón, lo haré lento.
– …
Retomando el movimiento lo hice más lento, de igual manera entraba y salia por completo dándole golpecitos en sus nalgas y volvía a entrar, tomé sus brazos levantando su torso, quedó apoyando sus rodillas, pegué su espalda a mi pecho tomando su cabeza y girandola para besarlo deborando sus tiernos labios, era el momento justo para moverme más rápido, ahogaba sus gemidos con mis besos, y por primera vez despues de mucho tiempo mi cuerpo chocó con el suyo repetidamente una y otra vez, estaba en las nubes, por momentos me reprochaba mi mismo por no haber comenzado antes, intentaba enfocarme en lo que hacia, sus gemidos me volvían a la realidad con su pequeño cuerpo a mi merced, lo acomode de lado con sus piernas juntas y semi flexionadas, con una mano en su rodilla y otra en su caderable su las últimas embestidas inundando su recto de leche, seguidamente le envié un video de 10 segundos saliendo del ano de Tomás.
– ¡Felicidades amigo!
– Gracias.
– ¿ Cuándo es el turno de mi hijo?
– ¿Como?
– Si, ¿cuándo te lo puedes coger?
– ¿Quieres que lo haga con tu hijo?
– Si.
Coordinamos para vernos , Aby ya estaba por casa y se quedaría con Tomás, ellos estaban hospedados en un hotel de la costa, ya tenían sus maletas listas a un lado de la puerta, se iban ese mismo día, el niño estaba sentado en la cama con un lazo rojo en su pene, a un lado de él un bote de lubricante y un condón, había llevado uno por mi cuenta, no me arriesgaría y sabiendo el plan de ese hombre era buena idea usar uno, su plan de vida era visitar las capitales mundiales y la meta eran 10 hombres por ciudad, sonora decir que era un hombre que noble faltaba dinero y le sobraba el tiempo.
Estaba nervioso hacia unas horas lo había hecho con Tomás por primera vez pero este niño era más joven que mi hijo solo que con más experiencia demasiada, David estaba sentado esperando el espectáculo, el niño me hizo sentar junto a él y buscó mi pene, lo escupió y lo introdujo en su boca.
– No es muy bueno con eso…lo compensa con su culo, es la gloria ya lo verás.
– …
Su boca era pequeña para una verga adulta, entre su boca y sus manos lograron ponerme duro, tomó el lubricante y tomé el condón, se volteó en 4 tomando una de sus nalgas y abriendola, no lo pensé demasiado y habiendo visto el tamaño de su padre y lo bien que lo recibió y seguramente lo hacía de forma muy frecuente, de una sola embestida entré en él, casi inmediatamente el pequeño comenzó a moverse como loco, estrellándo sus nalgas con mi cadera, el sonido llenaba la habitación y sus gemidos un tanto fingidos resonaron, tomé su cadera y me moví rápidamente, todos esos deseos de embestidas muy violentas se hicieron ver en ese momento, no tuve piedad, una y otra vez centimetro a centímetro penetre a ese niño, tenia un buen rato dándolo todo y comencé a cansarme, bajó de la cama, me rodeó y apoyándose en el suelo tomó mi pene, volviendo a lamerlo, con el glande dentro de su boca, una mano masajeaba mis testículos y la otra movía mi verga de arriba hacia abajo, quería tanto llenarlo de leche que me quité el condón y me corrí en su rostro, hilos de semen lo cubrieron, me despedí de ellos y al sali de ahí, lo último que ví fué como Damián a 4 patas gateaba hasta el sillón donde estaba su padre para continuar seguramente.
David y Damián solo estuvieron de paso en la ciudad, jamás los volví a ver pero nos dejaron un grato recuerdo, sobretodo a mi.
CONTINUARÁ….
Por cualquier consulta, duda, etc
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Súper excitante tu relato rico poder ver el video tuyo sacándole tu pija del culito .
Nada mejor que poder compartirlos con otro padre!!!