Tomás mi niño consentido (7)
3 años después llegan nuevos vecinos, una mamá soltera con 3 nenes… .
Solo habían pasado unas horas, estaba como un loco, quería una y otra vez llenarlo de leche, dejar su ano como el de Damián, lo que más me motivaba era que Tamás quería hacerlo, ser como Damián.
Estába dormido con su cuerpo de lado, solo lo cubría una fina sábana, sus nalgas estaban húmedas, moví mi mano hasta llegar a ellas y pasé mis dedos por su raja de arriba a abajo, de medio giró viéndome y volvió a su posición quitando la sábana, era momento de continuar, quería hacerlo todo el tiempo, eso no me había pasado con nadie, con mi ex era hacerlo una vez y me dormía, pero mi niño era especial, toqué sus nalgas con mi verga semi erecta rozandola lentamente, la apoyé en su ano y entré sin detenerme, él intento frenarme pero continúe hasta donde pude, levanté una de sus piernas para moverme mejor y embestirlo duro, estaba siendo algo brusco pero continué entrando y saliendo de él repetidamente, mi verga estaba pegada a su ano y así quería estar por mucho tiempo, comencé a escuchar sus gemidos pero eran algo distintos a los habituales.
– ¿Qué pasa?
– Me duele…
– Perdón, perdón…ya paramos…
– Me duele la panza.
– ¿Mucho?
– Aja…
– Espera uno segundo y vamos al baño ¿si?
– Si..
Tomé sus cadera moviendome más rápido, una y otra vez choqué con su cuerpo violentamente hasta correrme, sin salir de él lo llevé al baño mientras yo me daba una ducha. Tenía una llamada pérdida de Aby, la llamé, solo oí quejas sobre el comportamiento de nuestro hijo, me estaba reclamando por consentirlo demasiado, no estaba muy al tanto de lo que pasaba, si sabía que no le agradaba Pablo pero no sabía que lo insultaba y no obedecía a su madre, tampoco era algo que me importara mucho, casi lo alentaba a hacerlo, la nueva pareja de mi esposa se había accidentado y ella tenía que cuidarlo en el hospital, me explicó la situación y me quedé con Tomás por unas semanas más, lo tenía solo para mi, lo iba a buscar a la escuela con un pantalón deportivo muy fino o incluso de pijama para que fuera fácil de quitar, de camino a casa venía masturbándome mientras yo conducía, a veces iba por el camino más largo o me desviaba del camino por algún lugar apartado y lo cogía ahí mismo, me enloquecia que cada vez que lo hacíamos su pequeño pene estaba duro, aprovechamos el tiempo al máximo, mi único incentivo era eso, trabajaba menos días pero durante más horas, sobre todo en el mismo horario que el estaba en la escuela para no pensar tanto.
Aby había recibido una propuesta para el año siguiente, se iba a trabajar por 3 años a otro país, Tomás desde luego no quería ir, lo negociamos y se quedaría conmigo, el no quiso viajar para verla, tampoco me parecía buena idea, eso significaba muchos días sin verlo, entonces viajaba ella por unos días durante el verano, dejé de trabajar los últimos días de la semana para pasar más tiempo juntos, poco a poco mi niño fue creciendo y esa hermosa imagen de niño se fue perdiendo, cambiando hacia una más madura y él era conciente de ello, teníamos unos nuevos vecinos, una señora de unos 40 años con 3 niños, el mayor Jesús tenía la edad de Tomás, eran compañeros de clase, después le seguia Miguel de 7 años y un bebé de 2.
– Pa, Miguel el hermano de Jesús juega muy bien.
– ¿Aaah si? Que bueno, así no se aburren tanto.
Estaba tan distraído que no entendí el contexto de su comentarío hasta que lo repitió.
– ¿Oh, jugaste tú con el?
– Si, un poco, Jesús solo le dijo como chupar…no lo hace muy bien.
– Bueno esta pequeño todavía, contigo comencé a los 8 .
– Pero Damián a los 5 ya sabía todo.
Tomás a pesar de los años tenía muy presente a Damián, siempre estaba como reprochandome no haber comenzado con el antes y esperar hasta los 8 años.
Diciendome eso salió de casa hacia la escuela, estaba con algo de mal humor y para arreglar las cosas compré todo lo que le gustaba para esperarlo después de clases, pero llegó con el vecino Jesús, fueron directo a su habitación y cerraron la puerta, era bastante normal que quizá por mi influencia él quisiera experimentar con otros niños, pero no quieria no estar al tanto de eso, me acerqué a su habitación pero solo los oi discutiendo de quien le decía a alguien algo, al parecer ese alguien era yo, al oír eso volví a la sala a ver TV, después de unos minutos se sentaron en el sillón.
– Pa, Jesús te quiere decir algo.
– Si…
– Quiero ayudar a mi madre…
– Si…
– Antes la ayudaba yo, pero ahora mi hermano creció y podría ayudarla también.
– ¿Cómo?
– Ya sabe…
– Ooh…y tu madre sabe.
– No…yo ocultaba pequeñas cantidades de dinero por la casa y ella lo encontraba creyendo que había puesto ahí el dinero.
– ¿Pero lo haces ahora?
– Si, pero ya crecí, cada vez lo hago menos…es mejor más jóvenes.
– ¿Que edad tiene?
– 7 y el 2 mamá lo lleva al trabajo.
– ¿Y de que querías hablar?
– Quiero que me ayude, Tomás me contó lo que hacen.
– ¿Y como te ayudo? Contratandote?
– No…mire…
Bajó su pantalón, tenía 11 o 12 años pero su pene era muy pequeño, cuando penetraba a su hermano era como hacerlo con un dedo, el me dejó muy claro que ya había probado otras cosas con su trasero que no le disgustaban.
– ¿Te giras y me dejas ver tus nalgas?
– Paaaapa…
– Qué, solo quiero ver.
Se giró tímidamente y abri sus nalgas, su ano estaba fruncido y muy rosado, era evidente que ese trasero tenia acción.
– ¿Cuándo fue la última vez?
– Hoy…en la escuela…
Oi un risa discreta de parte de Tomás, lo que me decía que el sabía eso.
– ¿Tu hermano sabe algo del tema?
– Algo, le he explicado pero no es lo mismo.
– Traelo aquí…y tengo que hablar con tu madre…inventaré alguna excusa para ir a tu casa o que vengan aquí depués de clases.
En unos minutos ya estaban en casa, el niño era de piel muy clara, se notaba que habia corrido hasta la casa, sus mejillas estaban rojas y su frente húmeda de sudor.
– Me dijeron que quieres ayudar a tu mamá.
– Si.
– Bueno, ven conmigo.
Le tomé la mano de camino a mi habitación, se se yo a los pies de la cama mientras yo cerraba las cortinas, desnudo me senté apoyando mi espalda al respaldo de la cama, sacudiendo mi verga.
– Ven.
Se arrastró por la cama hasta llegar a mi.
– Tienes que hacer que crezca y quede dura.
– ¿Cómo?
– Con tu boquita.
– ¿Sin usar los dientes no?
– Si, sin los dientes.
Lentamente la guíe dentro de su boca hasta llegar a la mitad de mi longitud.
– Toma aire y la metes, mantines, la sacas y sueltas el aire.
No lo hacía tan mal pero le faltaba experiencia sin dudas, poco a poco mi verga se endureció, tomo aire y tomé su nariz, avance más allá de su garganta y rápidamente salí, lo volví a hacer un par de veces hasta que entendió lo que debía hacer, tomé mi verga para masturbarme, solo mi glande estaba dentro de su boca, le pedí que extendiera su lengua y abriera grande la boca, de 4 chorros me corrí.
– Ahora, tienes que tragar.
Sacudía su cabeza negando.
– Venga…tienes que enseñarme tu boca limpia.
Después de unos segundo su boca se cansó de estar abierta y la cerró tragando mi leche, la volvió a abrir solo para enseñarme que no quedaba nada.
– Muy bien Miguel.
– ¿Ahora si podré ayudar a mamá?
– Pronto…pero antes debes ver algunas cosas.
Lo tomé sentadolo sobre mis piernas, se apoyó en mi pecho, llamé a Jesús y a Tomás, busqué un video de los de Damián algo suave para que vean, se veía que estaba en una playa y de donde se oirán niños, parecía ser un parque junto a la playa, al costado de unos arbustos estaba Damián sobre una manta en 4 patas mientras un hombre se bajaba los pantalones y se podía ver su verga muy dura y goteando, no era muy grande pero lo suficiente, el hombre de acercó al niño dispuesto a continuar, David lo detuvo dándole un condón y poniendo algo de lubricante en el ano de su hijo, el hombre jugó un poco con su dedo gordo viendo como entraba tan facil, no le tomó mucho tiempo para entrar en él con su dura verga.
– Es muy grande…¿no le duele?
– Hay más grandes y él esta muy acostumbrado a eso, le gusta mucho.
– ¿Y a mi me va a gustar así?
– Eso espero Miguel.
El hombre continuó entrando y saliendo de Damián, a pesar de que yo ya había visto ese vídeo muchas veces, mi verga estaba volviendo a despertar, y junto con los movimientos involuntarios de Miguel sobre mis piernas la estimulaban cada vez más.
– ¿Como lo hizo mi hermano? -dijo Jesús.
– Bien…aún le falta práctica.
– ¿Y su culo?
– No le tocado…¿estas seguro que es buena idea?…¿cuando vuelve tu madre?
– En la noche…
– Primero que nada muestrame como lo haces tú con él.
– Esta bien.
Bajó su pantalón mientras Miguel abría sus piernas, me aparté a un lado de la cama, Tomás estaba de pie junto a mí a observarlos, Jesús escupió sobre el trasero de su hermano y entró en él, el hermano pequeño nos miro y volvió a ver a su hermano, se quedó casi inmóvil mientras su hermano entraba y salía de él, Tomás estaba cada vez más pegado a mi, casi podía adivinar que estaba excitado con lo que veía, metí mi mano en su pantalón tocando sus nalgas, instintivamente apoyó su torso en mis piernas empujando su cadera hacia atrás y abriendo las piernas, su rostro se veía suplicante, los vecinos habían pasado a segundo plano para mi, Tomás se quitó su pantalón y subió a la cama de espalda a mi, con cada pie a un lado de mis piernas, flexiono las suyas quedando en cuclillas, con su mano buscó mi verga y fue sentándose en ella, al ver que no entraba, tomé su cadera apoyando sus rodillas en la cama, abri sus nalgas y me dispuse a lamer su hermoso ano, mi lengua recorrió su raja de arriba a abajo hasta concentrarme en su entrada anal empujando hacia adentro, con ayuda de dos dedos humedecidos por mi saliva los introduje, Tom giró su cabeza viéndome, su rostro estaba lleno de deseo, su pene colgaba erecto junto con sus testiculos, sin más que esperar volvió a su posición anterior, poco a poco mi verga reclamó su lugar en su esfínter, mi vello púbico rozaba sus nalgas, mis manos tomaron su cadera ayudándolo a moverse, Jesús nos veía fijamente aumentando la velocidad de sus embestidas, su hermano lo recibía sin ningún problema dado su tamaño, el pene de Tomás era más grande que el suyo.
– Cambia de lugar.
– ¿Eh?
– Si, deja que Tomás lo penetre, él esta más grande.
– ¿Y usted no lo va a hacer?
– Si, pero depués de Tomás.
A Tomás no le pareció buena idea pero igual lo hizo, penetró a Miguel, al principio fue lento ya que había un poco de resistencia, en cambio a Jesús le entró muy fácil, fui aumentando la velocidad y me dio algo de gracia ya que Tomás parecía haberlo tomado como una competencia para ver quien le daba más duro, mis ojos continuaban desafiandolo, lo que buscaba era preparar a Miguel ya que yo era el siguiente, Jesús gemia mientras se masturbaba, su ano se contrajo cuando se corrió.
– Ya no aguantaba…perdón.
– Jeje está bien.
Se sentó a un lado a esperar que Tomás se corriera, me acerqué por detrás dándole unas nalgadas y hablándole al oído.
– ¿No puedes correrse sin tu papi?
– …
– ¿Necesitas que si o si esté dentro de tu culo?
– No…
– Sí no te corres en 30 segundos…29…28…
– …Ya no importa…te necesito dentro ya papá…
– jejej que buen niño…
De un solo movimiento entré en él, él tomó el ritmo y se movía empiestiendo duro a Miguel mientras mi verga en traba y salía de él a la vez, sus gemidos aumentando anticipando su orgasmo, dio sus últimos movimientos asegurandose que todo su semen quedará allí, lentamente salió de él, haciéndome retroceder.
– Ahora sigue él…
Se apartó dejándome a Miguel, de su ano se escurria su semen, lo usé para lubricar mi pene presionando, habia perdido casi por completo mi erección, poco a poco entré, casi no podía avanzar, nunca había entrado una verga adulta en su esfínter, eso podía sentirlo, lo más lento que pude avance hasta tocar sus nalgas con mi pubis, ahí me detuve y no me moví, sus ojos estaban cerrados y cubría su rostro con sus manos.
– ¿Duele mucho?
– No…duele…pero…
– No me movere.
– Te acostumbraras – dijo Jesús.
De vez en cuando secaba su sudor y alguna lágrima, estaba recuperando mi erección y quería moverme, Jesús se acercó a su boca para besarlo y me hizo un gesto con la mano para que me moviera, comencé a salir un poco y me detuve, salí más casi por completo, volví a entrar lentamente, él estaba tan entretenido con el beso de su hermano que solo lo oía ahogar sus gemidos, me moví de forma más firme aumentando la velocidad, su hermano se apartó y los ojos del pequeño se clavaron en mi.
– Ya veras que pronto podas ayudar a tu mami.
– Si…
– También tienes que aprender a moverte tú.
– ¿Cómo?
– Yo no me movere, tu muevete e intenta que entre y que salga seguidamente.
Torpemente movió sus caderas haciendolo que como dije.
– Ya no puedo…
– Esta bien…también puedes moverte de otras formas…cuando tu estés arriba…espera…
Salí de el sentandome y buscando algún vídeo de referencia, encontré uno donde estaba Damián con lo que parecía ser un policía, el hombre estaba sentado en el asiento trasero de una patrulla y el niño estaba cara a cara con él a horcajadas subiendo y bajando su cuerpo una y otra vez gimiendo.
– Ves, así debes moverte.
– …
Imitó a Damián, tomé mi verga guiandola por su esfínter, se apoyó de mis hombros y se movió, solo se movía unos centímetros hasta la mitad, Tomé su cadera penetrandolo hasta a lo más profundo.
– No te muevas, sin salir muévete hacia adelante y hacia atrás…asi…
Movió sus caderas un poco, estaba en mi límite, lo tomé firmemente moviendome dentro y fuera de su ano corriendome, padre e hijo habíamos inundado su recto de semen.
– Señor Juan debemos irnos, mi madre esta por llegar a casa.
– Señor no…solo Juan o…tío.
– Pónganse la ropa y vuelvan a casa…y practiquen un poco .
Se despidieron y se fueron. Al día siguiente fui hasta su casa para hablar con su madre.
– Señora, se que usted trabaja hasta tarde, y yo también tengo un hijo, si no le molesta podría cuidar a sus hijos también, Jesús esta en la misma clase que Tomás.
– Sería de gran ayuda pero no quiero molestarlo así.
– No se preocupe, me gustan mucho los niños y nos divertiremos mucho sin descuidar sus tareas claramente.
– ¿Quiere que vayan a su casa o venir aquí?
– Mi casa es un poco más pequeña, sería más fácil controlarlos ahí, aparte a veces tengo que revisar como va el trabajo.
– Bien depués de clases van directo a su casa.
– Si me autoriza los busco de la escuela y los traigo directo.
– Me parece muy bien, muchas gracias.
– No tiene nada que agradecerme, no me cuesta nada, ya verá que me entenderé muy bien con sus hijos, de la mejor manera.
CONTINUARÁ…
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M gustó bastante este nuevo giro aunque no tanto cómo se hizo el quedarse con los niños de la señora, esperando la siguiente parte. Saludos!
Impecable👍