Trabajando con mi tío
Un trabajo q termina en algo más.
Un día entre a trabajar con mi tío, él tenía unos cincuenta y pico, hacía tiempo que no me veía.
Era en una empresa pequeña, hay una secretaria, el resto son obreros que están fuera todo el día. La secretaria se va a las 13:00 y yo empezaba cuando ella se iba hasta las 18:00 horario que cerraba la oficina.
Él tenía su despacho, pasa allí casi todo el día, sólo se ausentaba por algún tema de papeleo, él tenía un escritorio y un sofá, yo tenía mi escrito propio. Me incorpore un lunes y me explico cuales serían mis funciones.
Se acerco a saludarme y al hacerlo casi le traiciona su “amigo”.
Cuando pasó el día, regresé a casa, cene y me acosté. Pasaron los días y me dijo que el viernes teníamos que revisar unos libros en su casa.
Así el viernes cerramos la oficina sobre las seis y nos fuimos a su hogar.
Llegamos y la mesa estaba llena de papeles y el ordenador.
Nos sentamos en la mesa y empecé a mirar los papeles, él fue a la cocina a traerme un vaso de agua que le había pedido, al cabo de media hora, estaba completamente dormida, le había hechado a la bebida un somnífero muy fuerte, que actuaba rápido y quien la tomaba permanecía dormida durante varias horas, al comprobar que no me despertaba me agarró y me llevo a su habitación.
Se desnudó, me quitó la ropa, al ver mi ropa interior se empezo a excitar, tenía un precioso conjunto de sujetador negro el cual me quitó y una tanguita haciendo juego. La polla se le puso como una roca.
No perdío tiempo, chupo y masajeo mis tetas rozando su polla con mi concha, luego bajo hasta ahí y empezó a comérmelo, estaba tan delicioso que metía su lengua bien adentro, chupando con ansia mi clítoris.
Corrió la tanga y metió su roca en mi concha, si hubiera estado despierta hubiera gritado de dolor, era enorme. Aquello lo entusiasmo y empezo a follarme más y más fuerte, él deseaba que no terminara nunca, mientras pensaba donde se iba a correrse. Tenía mis piernas en sus hombros lo que hacía mejor la follada sumado a la fuerza ya que se estaba volviendo loco por la morbosa situación. Estaba a punto de correrse, decidió penetrar mi boquita y acabar ahí.
Me acomodó, sostenía mi cabeza con una mano y con la otra introdujo su polla y empezo a follarme mi boquita hasta acabar. Fueron dos horas de sexo salvaje que obvio yo ni cuenta me dí.
Volvió a tumbarme en la cama y se fue. Al rato entra mi tío junto a más personas, eran los albañiles, unos 8, que trabajaban para él, habían visto todo lo que mi tío me hizo a través de una cámara que él había puesto y querían también disfrutar y mi tío con gusto se los permitió, siendo él está vez el espectador, sus cojidas fueron tremendamente salvajes al igual q sus pijas, dos eran negros, me follaron por horas.
Cuando me desperté no entendía por qué me había quedado dormida, me dijo que sería del cansancio acumulado, que no pasaba nada, yo me encogía un poco, mis partes me dolían, había recibido una flor de follada sin yo haberme enterado, sentía la boca pastosa y la lengua áspera, estaba toda transpirada, sudorosa. No quise pensar mal de mi tío asique me levanté y me fuí.
Pasó el fin de semana y el lunes de nuevo a trabajar, estaban los obreros ahi, me veían y se relamian los labios, yo no entendía nada, ellos se dieron cuenta que no recordaba lo sucedido. Yo ni enterada de los planes de mi tío, me iba a usar como puta cada vez que fuera necesario, la noche anterior no sólo me violó sino que lo ocurrido con los obreros, que también me violaron, fue una prueba que pase con excelentes resultados.
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