Trato Gay
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por aslex.
Me fui a la casa de mi papa porque mi padrastro es un imbécil engreído. Ahí con papa vivía por ese entonces mi hermano gemelo quien, desde que mama y papa se separaron, decidió quedarse con él. A mí me dolió mucho la separación de ellos y no hallaba que hacer, pero cuando mi mama no pudo convencer a mi hermano de que se fuera con ella, yo no quise meterme en conflictos y humillarla más: me fui con ella.
Al principio, cuando estábamos las dos solas, no estuvo tan mal, pero luego que conoció a mi padrastro y después que tuvo a mi medio hermano la cosa se puso odiosa, los dos me regañaban seguido y nada les gustaba, así que le dije a ella que me venía con papa.
Al principio ella no quería, lloraba y me gritaba, pero yo notaba que era más que nada por el orgullo herido, o sea que sus dos hijos se alejaran de ella, pero cuando comprendió que nada me haría cambiar de idea, aceptó aunque de muy mal modo.
Ni modo, yo no iba a aguantar las estupideces de su marido.
Lo malo es que cuando llegue a la casa de papa noté que él se desconcertó un poco y lo más inusual, mi hermano parecía algo molesto, "qué carajo", pensé, "¿ahora qué hare si ni aquí me quieren?".
Pero luego de varios días la cosa cambio un poco, creo que porque mi hermano entendió que yo podía ser más que su hermana, o sea una gran amiga ya que él es gay.
Yo me interesaba en todo lo que hacía ya que los homosexuales siempre me han parecido muy buena onda, además de que él es muy inteligente, algo así como nerd.
Poco a poco me fui convirtiendo en su confidente, nos probábamos ropa o nos aconsejábamos cual comprar, me platicaba de sus gustos en cuanto a chicos y yo lo mismo. Nos maquillábamos mutuamente, y luego de varias semanas nos acostábamos en la misma cama abrazados. Eso a mí me gustaba mucho ya que él me excita, pero desafortunadamente él no estaba interesado en mí aunque si se ponía arrecho. A veces notaba que se le paraba el pito y se lo hacía notar para reírme a su costa, "¡aaagghh!" me decía simulando enojo, "¿pues qué querías si me pegas las nalgotas?"
"Pues métela" le contestaba yo carcajeándome, "nombre, ni que tuvieras tanta suerte zorra"
Bueno, no andaba yo desesperada por él, el que me gustaba mucho era papá, pero casi nunca estaba y como que mi presencia no le agradaba mucho ya que era serio y a veces hasta hosco conmigo, "¿por qué mi papá no me quiere, Aldo?" le preguntaba a mi hermano, "no se hermana, a lo mejor porque nunca ha tenido que lidiar con una loca"
"Pues ha lidiado contigo muy bien" lo que provocaba que me persiguiera para estirarme el cabello.
Sin embargo un día descubrí porque papá era así conmigo, fue luego que regresé de visitar un par de días a mamá.
Entré a la casa sin avisar pensando que no había nadie, me dirigí a mi habitación pero escuché ruido en el cuarto de mi hermano, ¿estará viendo videos porno? pensé ya que los sonidos eran inconfundibles, ¿o estará con alguien? me dije luego de acerar mi oído, "esos ruidos no son de la televisión"
Dejé mis cosas en mi recamará y me salí al patio trasero para poder entrar al pasillo desde donde podría quizá mirar por alguna rendija de la ventana. Afortunadamente mi hermano no cuidó de cubrir con la cortina completamente, pero como aun había luz del sol me acerqué cuidadosamente, me fui asomando hasta que vi a mi papá encima de mi hermano ¡oooohhhhh! me quedé helada, estaban frente a frente, besándose muy apasionados mientras mi hermano lo rodeaba con sus piernas y papá lo penetraba con fuerza. Los dos gemían de placer. Papá lo abrazaba fuerte con su brazo y con la otra mano lo acariciaba en las piernas, las nalgas y donde pudiera y mi hermano lo rodeaba con sus brazos aunque a veces también lo acariciaba y el colmo fue cuando papá dijo: "ya te deseaba tanto desde hace meses, desde que llegó tu hermana"
Y mi hermano le dijo algo que no entendí, creo que "yo también". Además de sorprendida me sentí celosa, humillada y excluida.
Deseaba estar en el lugar de mi hermano aunque mi enojo no fue suficiente para dejar de verlos, la escena me era harto excitante también. Me puse la mano en mi vagina por encima del pantalón y comencé a apretar fuerte y luego me lo desabroché para poder meterla y acariciarme directamente; estaba muy mojada y sus gemidos de placer me enloquecían cada vez más. Me imaginaba que la verga de papá entraba en mi culo, me imaginaba que los dos me poseían a la vez, me imaginaba que yo tenía verga y me cogía a mi hermano, tantas cosas me imaginaba que tuve un orgasmo el cual tuve que acallar lo más posible para que no me oyeran. Me asombraba el aguante de papá ya que tenían un buen rato cogiendo, al menos desde que llegué ya habían pasado unos 20 minutos y continuaba perforándolo vigorosamente.
"¡Papi…" le decía Aldo, "…dame más, dale más fuerte!"
Y mi papá: "¿ya extrañabas la verga de papi?" uuuffff, eso me puso de nuevo en caída libre a otro orgasmo "la verga de papi" me repetía en la mente, "si, si… papi" pensaba, "dame la verga" me decía una y otra vez y de nuevo las imágenes me atiborraban de placer, me veía empinada ante mi papá y él dándome fuerte por el culo, y en eso estaba cuando escuché su orgasmo, mmmmm, delicioso escuchar sus gruñidos y la voz chillona, femenina de mi hermano sintiendo como el semen de papá latigueaba sus tripas, esa idea me hizo venirme otra vez.
Ya estaba yo con los pantalones y la braga a media pierna, zumbándome de lo lindo el clítoris con los dedos y los ojos cerrados imaginando como me daba papá cuando escuché: "nos vio". Eso me hizo abrir los ojos aterrada y mirar hacía la ventana donde papá y Aldo me miraban con la misma expresión; me acomodé la ropa como pude mientras me alejaba dando saltitos.
Me metí a mi cuarto toda llena de rubor y con el corazón palpitando, escuchaba a papá y a Aldo hablar de manera apresurada y nerviosa. Cerré los ojos y me cubrí con la sábana aun y cuando hacía calor, "seguramente papá me va a correr" pensaba llena de miedo. Tocó alguien la puerta pero no contesté, entró y se sentó en la cama, "Nandita", era Aldo (así me dice él de cariño), me quité la sábana de la cara y lo miré expectante, "no vayas a decir nada, ¿ok?, de verdad manita, es que las cosas pasaron y no pudimos contenernos"
Lo miré un ratito "¡Eres una zorraaaa!" le dije susurrando sonriente y picarona; él se rió conmigo, nos abrazamos y comencé a bombardearlo con preguntas, él me contestaba muy emocionado y contento de que me portara de manera cómplice.
Después de un rato le dije que me iba a dormir ya, que estaba muy cansada, la verdad es que aun no quería mirar a papá ya que me imaginaba que iba a ser una situación muy ridícula e incómoda para los dos, me esperaré hasta mañana, pensaba. Aldo se fue y yo cerré los ojos imaginándome todo un mundo de posibilidades, sabía que de cierta forma yo tenía ahora cierto control sobre ellos, ya nada de mentiras, nada de hipocresías, me repetía constantemente hasta que me quedé dormida.
Al otro día me levanté y no estaban, como era habitual entre semana; me fui a la preparatoria aunque no pude quitarme de la cabeza lo sucedido, pensaba en la forma que me cogería a mi papá, eso era lo que más me importaba y a eso dediqué la mañana y las horas del medio día, planear, planear la forma de acercarme a él sin parecer demasiado vulgar u ordinaria. Aun pensaba en eso cuando llegue a casa, papá no estaba ni Aldo así que hice de cenar, me senté y llegó papá, hola papi, le dije contenta, ¿te sirvo? él se mostraba un poco asustado, así que lo abracé y le di un beso en la mejilla, "no te preocupes papi, soy una persona de mente abierta, no quiero que haya incomodidades entre nosotros, al contrario, quisiera que por fin comencemos a conocernos y a llevarnos lo mejor posible tu y yo, ¿quieres? Él me devolvió el abrazo, gracias Nandi, me dijo muy contento, discúlpame si no he sido cariñoso contigo, pero pensé que habías vuelto con nosotros solamente por la pelea con tu mamá, me dolió mucho que prefirieras irte con ella cuando nos separamos y además… lo de Aldo y yo…
¡No papi!, yo quiero mucho a mamá y a ti también, no seas niñito, le dije muy cerca de su cara, es que me dio lástima que se quedara sola, pero ahora que tiene nueva familia, prefiero estar con ustedes, ¿ok? ¿Me aceptas para siempre aquí en mi casa?
El tiempo que quieras mi amor, me dijo abrazándome muy fuerte, ¿pero de verdad no piensas que tu hermano y yo somos locos, enfermos…?
"¡Nooo!, al contrario, siento así como celillos" le dije mostrándome apenada y mirando al suelo, estaba fingiendo un poco para acelerar las cosas entre él y yo, "¿o sea que tú…?"
"¿Qué si quiero que me hagas lo mismo?, si" lo miré a los ojos con carita de zorra, él se quedó paralizado unos momentos, ¿pero qué dirá tu hermano? se va a poner celoso
"¿O sea que no…?" me puse un dedo en la boca y me mostré lo más sensualmente decepcionada que pude, "soy una zorra hecha y derecha" pensé tratando de no reírme
Él se comenzó a portar totalmente confuso, no sabía qué hacer, yo lo tomé de los brazos y los hice que me rodeara la cintura, "papi, llévame contigo" o llévame a la cama, no me acuerdo que le dije, estaba muy cachonda ya, él aun no sabía qué hacer, era como cuando algo muy valioso esta a tu alcance y aun así no sabes si creerlo o no. Me le quedé viendo a los ojos mucho tiempo hasta que por fin reaccionó, me cargó y me llevó a mi recamara.
Tuve que contenerlo ya que de pronto entró en un estado de frenesí, papi, bésame despacito, acaríciame, bésame otra vez, y así tuve que llevarlo para que no me arrancara la ropa y me violara como salvaje, no es que la idea no me gustara, es que mi primera vez deseaba que fuera de manera tierna, papi ¿te gusta coger solamente por el culito? le pregunté cuando ya estábamos desnudos y su verga me palmoteaba las nalgas y los muslos, "pues, me gusta mucho el culo de tu hermano, bueno si me gusta más meterla por el culo, se siente muy rico y apretadito"
"Entonces, que nuestra primera vez sea por ahí, ¿quieres?, pero así como te coges a Aldo, imagina que soy un hombre y que solo tengo culo, trátame como hombre ¿ok?, ¿quieres?"
"Como quieras mi cielo" me dijo antes de pegarse a mi cuerpo, besarme apasionado como yo deseaba: agarrándome las nalgas y las piernas con sus dos manos y levantándomelas para poder elevar mi culo, "me gustan los maduros como usted" le dije, "pero nunca lo he hecho, ¿usted ya lo ha hecho con hombres señor? es que me da miedo"
"No te preocupes muchacho" entendió la idea, "te lo hare con mucho cuidado, te va a gustar mucho y no te va a doler nada"
"Siempre lo he deseado señor, desde que lo vi por primera vez, pero no sabía que a usted le gustan los muchachos"
"Me gustan mucho" tomó su verga con la mano y puso la punta en mi culo, "me gusta perforarlos, me gusta cogérmelos y hacerlos gritar de placer"
"¡Si señor!, ¡métamela ya por favor, me tiene muy caliente!" y comenzó a metérmela, me estaba matado de placer en verdad, por momentos sentía que era un jovencito siendo poseído por un extraño, un maduro sexy y eso me excitaba más, "cójame, métamela toda, soy suyo, seré suyo siempre" y ya su verga estaba entrando, "ay señor, me la está metiendo"
"¿Quieres que pare?" me preguntó en el oído, "no" le dije, siga por favor, hágame todo suyo" me abracé con toda mi fuerza a su cuello y levanté mas las piernas, "tienes un culo muy rico muchacho, el más rico que me he comido"
Sentir a mi papa-extraño-maduro haciéndome eso, cogiéndome por el culo, poseyéndome totalmente, nublaba mi mente; sentía que me desmayaba de placer aunque las convulsiones por los orgasmos me mantenían apenas lúcida. Luego de un rato en que quizá perdí el conocimiento sentí que se vino; movió sus caderas empujándome fuertemente a la vez, me levantaba casi completamente mientras mi cuerpo estaba flácido a su merced. Mis brazos cayeron hacia la cama extendidos totalmente y me quedé dormida de inmediato.
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