Un cierto rito familiar
He conocido a la protagonista de este relato, pero me lo ha contado un primeo suyo, de mi misma edad, pero no lo he podido comprobar con ella. Aunque me comentó en cierta ocasión que había tenido relaciones sexuales desde muy joven. .
Iara era una joven que apenas había cumplido los trece años, vivía con su familia que está integrada por una hermana menor de doce años, llamada Juliana, sus hermanos mayores de 14 y 15 años, llamados Valentino y Adrián, respectivamente y por sus padres, su madre, Amalia y su padre llamado Miguel Ángel. Su vivienda se encontraba en una zona descampada, las otras casas del lugar se encontraban a unos 150 a 200 me3tros, se dedicaban al cultivo de la tierra y a la cría de animales pequeños. Los mismo que ocurrirá con todas las familias del lugar. El pueblo quedaba a unos tres kilómetros, que podía hacerse el trayecto en sulky, a pie o a caballo.
Iara sintió descender por su canal vaginal la sangre de la menstruación por primera vez, fue y avisó a su madre. Después de las indicaciones de rigor, la madre le dijo que debían ir a visitar a los abuelos, se estaba refiriendo a los padres de ella.
– Vas a tener que ver al abuelo Pedro, le dijo su madre.
– Bueno mami, respondió ella.
Amalia fue por la tarde de ese mismo día a ver a su madre y le informó acerca de lo que había ocurrido con Iara, su madre, llamada María, le informo a su esposo acerca de la cuestión.
– Que vengan el miércoles por la tarde, dijo Pedro a su esposa.
– Bueno, respondió ella.
María le informo a su hija que trajera a la nieta el miércoles por la tarde. Amalia fue hasta el pueblo y trajo ropa nueva para Iara, en la tarde del miércoles, Amalia llamó a su hija y le dijo que se vistiera con esa ropa.
En la pieza de Amalia, Iara, se desnudó, era una pequeña con hermosas tetas turgentes y redondeadas que finalizaban en bellos pezones puntudos, su concha era pulposa, con labios prominentes y sus glúteos eran redondeados e imponentes, a pesar de la edad, la chica tenía una contextura física robusta.
-Vamos ahora a ver a los abuelos, le dijo su madre.
– Bueno, mamá, respondió ella.
– Vamos a ir a la habitación del abuelo Pedro.
– ¿Sí? ¿Para qué?, preguntó la joven.
– Vos y el abuelo van a jugar y tu abuela y yo vamos a mirar.
– ¿A qué juego, mami?
– Ya vas a ver, vos tenés que hacer todo lo que te dice el abuelo.
– Está bien, dijo Iara.
Emprendieron el viaje a caballo ambas y llegaron en unos minutos.
María recibió con un beso a su nieta y a su hija y las llevó directamente al dormitorio, la joven quedó la vera de la cama y las dos mujeres a una distancia prudencial. En el otro sector de la habitación estaba su abuelo, sentado en una banqueta, con un slip color rojo puesto, le hizo una seña a Amalia y ésta comenzó a desnudar a Iara, hasta dejarla completamente en bolas, el abuelo se levantó, se sacó el slip, ya tenía la verga semi dura, la tomó con su mano derecha y comenzó a tirar hacia atrás y hacia adelante del prepucio, lo que hacía que a intervalos regulares de tiempo quedaba liberada la cabeza colorada, lentamente avanzó hacia Iara, sus bolas se bamboleaban cadenciosamente de un lado a otro.
Tanto María como Amalia se dirigieron hacia donde estaba la banqueta y se quedaron allí a observar todo lo que iba a ocurrir.
Le dijo a la joven que se sentara al borde de la cama.
-Ahora m´hija póngase la pija en la boca y tome el tronco de la verga y juegue con su mano hacia atrás y hacia adelante. Le dijo con tono suave.
Iara intentó hacerlo, pero era un poco tosca y ruda, le faltaba experiencia, su abuelo le dijo con voz suave que fuera con más a ritmo y que le pasara la lengua por la cabeza de la pija y que luego se la metiera en la boca, a lo que la joven asintió.
Rápidamente la niña empezó a darle un ritmo que provocaba el gozo de su abuelo. Es que las mujeres nacen sabiendo todos los vericuetos de las relaciones íntimas. Están naturalmente hechas para coger.
Pedro la volteó sobre la cama, comenzó a chuparle las tetas, los pezones de Iara comenzaron a erectarse, Pedro le dijo que ya estaba comenzando a calentarse, fue bajando lentamente hacia su ombligo, en el cual metió su lengua, y luego llegó a su concha, que se encontraba cubierta de un bello púbico suave, introdujo su lengua en esa raja y comenzó a escuchar los gemidos de la joven, lleno de gozo, siguió chupando esa argolla hasta que comenzó a bajar un líquido viscoso y transparente, la joven había alcanzado el orgasmo, era el momento de introducir su verga en esa concha jugosa.
Primero introdujo la cabeza, luego todo el tronco de su pija, la joven gritó, a Pedro no le importó ese grito y siguió poniendo y sacando su verga la de la concha de joven que a medida que pasaba el tiempo, se empapaba su argolla más y más, perecía hecha para el sexo esa mujercita. Pero ahora faltaba lo más importante, meter la verga de ese hombre en el culo de la niña, la dio vuelta despaciosamente, abrió sus cantos y comenzó a lamer el agujero del culo de Iara.
-María traeme la crema que uso para cuando te hago el culo, le dijo a su esposa.
Quien presurosa se dirigió hacia la cómoda y trajo el pote de crema. Para luego retirarse y colocarse al lado de su hija, ambas miraban toda la escena con cierta fascinación y encanto.
Pedro le introdujo la chota en el culo a la joven, quien dio un grito corto y convulsivo, lleno de dolor, su abuelo se reclinó sobre su espalda sin sacar la verga del culo de Iara y le dijo que se quedara tranquila que ya se iba a dilatar el agujero, y que una mujer que se preciara de tal debía entregar todos sus huecos y ser muy puta, que eso es lo que les gusta a los hombres.
Pedro estaba muy caliente mientras entraba y salía del culo de su nieta, estaba apretado y se le inflamaba la cabeza de la verga, sitió en un momento que iba a derramar toda la leche que contenían sus huevos, pero se detuvo de golpe. Sacó la verga y la dio vuelta a Iara, para introducir su pija en la concha, no hizo más que meterla que estalló plenamente, derramó toda la leche tibia en el interior de su nieta, temblaba como una hoja ese hombre robusto, mientras seguía acabando en esa concha rosada y rozagante.
Lentamente sacó la verga, que aun tenía una gota de leche en la punta, se tiró sobre la cama boca arriba. La abuela le dijo a su nieta que la acompañara al baño, allí la sentó en el bidet y le dijo que lo abriera para que el agua fría entrara en el interior de su concha recién cogida y llena de leche. Mientras ella fue a la cocina y preparó una infusión que dio a beber la joven Iara. La abuela le dijo que el agua y al té eran para que ella no quedara preñada. Cosas de las zonas rurales.
Iara se vistió y se fueron con su madre de vuelta para casa.
María fue hasta la habitación en donde aún estaba Pedro tirado sobre la cama y en bolas, se sacó la ropa y dejó al desnudo sus tetas, su culo y su concha, María era una mujer entrada en años, pero muy voluptuosa y apetecible, se inclinó sobre la verga de Pedro y comenzó a mamarla, aún tenía restos de los líquidos de su nieta y de su hombre. Rápidamente a Pedro se le paró de nuevo la pija.
A todo esto, Amalia e Iara se iban para la casa.
– ¿Te gustó Iara el juego con tu abuelo?, preguntó la madre.
-Sí, respondió la joven, pero me duelo el culo, el abuelo tenía una cosa larga y gruesa.
-No te preocupes, dijo su madre, ya se te va a pasar, a mí me ocurrió lo mismo la primera vez que me dieron por atrás. Pero me gustó.
-A mí también, dijo Iara.
-Mejor así, cuando se te pase el dolor, vas a coger con tu padre.
Por favor continua son deliciosas las niñas a esa edad !!
Me gustó este relato de como hay lugares con ritos de todo tipo, este me gustó mucho
Saludos
Excelente! Unos de los mejores relato que e leído por acá excitante y directo! Continúa 😈
esta muy bueno este relato