Un desgraciado acidente cambió mi vida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
Mi padre murió en un accidente aereo en su trabajo, hubo un funeral más simbólico que nada, con un poco de carbón en un ataúd y muchos honores.
Mi madre a esa fecha tenía 31 años, se quedó viuda sola conmigo de 14.
Sus familiares la ignoraron, porque a los 17 años se casó muy embarazada, con un suboficial del Ejército del Aire, 10 años mayor que ella.
Desde el dia del funeral, comenzó a beber alcohol en casa cierto tiempo, se acostaba solo cuando estaba muy borracha, eso se fue acentuando y muchas veces se quedaba dormida en el suelo, o en cualquier parte de la casa.
Con el tiempo aprendí que ese deseo de beber, le venía en sus períodos de fecundidad, más o menos cada 28 dias.
Cuando ya estaba más grande y con más fuerza, la llevaba en brazos a su dormitorio, le hacía cariño en sus senos, entre sus piernas y luego me iba a mi cuarto, a pajearme como loco.
Un viernes por la noche comenzó más temprano, cuando me vio me dijo
– Hoy hace hoy tres años que murió tu padre, hace tres años que estoy sola y cada dia se me hace más difícil, ya no quiero vivir – Le dije
– Eso no es verdad, no estás sola, me tienes a mi – Me dijo muy molesta
– No entiendes, hace tres años que no tengo hombre – Insistí
– Yo soy un hombre, tengo 17 y en camino a cumplir pronto 18 años, listo para terminar el bachillerato y entrar a la Universidad – Se rió
– Sigues sin entender, me refiero a no tener sexo con un hombre, a sentir un hombre que me ame, que me haga sentir mujer de nuevo, tal como hizo tu padre siempre, ese era un hombre – Le respondí
– Yo soy tan hombre como el que más – Pero ya estaba procupada de su botella.
Me fui a mi cuarto y me puse a estudiar, una media hora después, sentí que me llamaba
– Gonza.
Gonza ven aquí.
– Fui de malas ganas, cando llegué a la sala, la vi con un baby doll negro y transparente, con unas tangas muy pequeñas y nada más, apenas verme dijo – Mira chaval, si eres hombre como dices ¿Que te parece esta hembra? ¿Crees que habrá un macho en este país, que quiera follarme? – No le respondí estaba totalmente choqueado, tenía su pelo peinado en moño, su rostro no es una belleza, pero se ve muy bién, hombros estrechos, unos senos medianos, que se mantenían erguidos, dos bellos pezones rosados, como sus dos pequñas aureolas.
Una cintura estrecha, caderas redondas, una debil panza, producto de su embarazo, pubis agresivo, muslos fuertes y potentes, pantorrillas bién tornedas, piés pequeños y bién cuidados, al darse vuelta para coger su botella, ya casi vacía de cognac, aprecié un culo no muy grande pero si paradito y lleno.
Toda una hembra, y la voy hacer mia pensé, pero me volví a mi habitación y mis estudios.
Cerca de las una de la mañana, me dio sed y fui a la cocina, pasé por la sala y ella estaba recostada sobre el sofá, con las piernas muy abiertas y una mano dentro de la tanga, me di cuenta, que se había estado masturbando, el espectáculo era increible, me puso a mil.
Decidí llevarla a su pieza, no pesaba más de 58 kilos, pese a ser de 1,68 m de altura.
La tomé como siempre de sus muslos y su espalda, afirmando su cabeza contra mi pecho.
No sabía de nada, estaba absolutamente inconsciente, la puse sobre la cama y cuando la fui a tapar, ella se sacó la tanga, abrió sus piernas, dejando su coño a mi vista y la polla ya estaba que estallaba, sabía que si me tocaba, me corría, no se que me pasó por la mente, pero me desvestí y en pelotas me subí a la cama, puse mi mano en su coño, que estaba caliente y muy humedo, por la experiencia que ya tenía, especialmente por la red, me di cuenta que estaba muy lubricada, así que sin pensarlo, me subí sobre ella y nada más metérselo hasta los huevos, comencé a sacudirme soltando chorros de leche en su interior.
Me sentí intranquilo, pero sentir su cuerpo bajo el mio, pensar que estaba penetrando a mi madre, que mi polla estaba en el estrecho lugar por donde vine al mundo, sentirla mía, sentir el calor de su vagina abrazarme la polla, haberme vaciado en su interior, me comenzó a dar nuevos impulsos, la polla ni siquiera cedió nada, así que comencé a subir y bajar sobre su cuerpo, me sentí dueño del mundo, ella era mia, su cuerpo estaba a mi merced y la disfrutaba sintiendo mi pene deslizarse en su vagina colmada de semen y sus propios fluidos, se inquietó un poco, de pronto comenzó a mover las caderas, en un movimiento felino, luego se puso rígida, levantó mucho el pubis, mientras la embestía con fuerza y abrazándome muy fuerte comenzó a balbucear cosas, a extremecerse de placer todo su cuerpo, mientras sus muslos me apretaban, tuvo un orgasmo terrible, el calor de su vagina, me mantenía a mil, asi que la seguí penetrando y tuve en pocos minutos un nuevo orgasmo.
La polla cedió un poco y aproveché para sacárselo y ver como el semen y sus fluidos resbalaban por sus gluteos, hasta la sábana.
No pensé en nada, me pegué a sus senos y los lamí, los chupé, los disfruté como loco, la besé en toda la cara, le pasé la lengua por sus labios, cuando se entreabrian le metía la lengua, en pocos minutos estaba nuevamente a mil y no soporté mucho, la volví a penetrar por su vagina empapada, estaba ciego de caliente, ella disfrutó de un nuevo orgásmo y por mi parte tuve otro más.
Me sentí cansado y un poco culpable, pero no podía dormir con ella, así que la tapé y me fui a mi pieza.
No se cuanto había dormido, cuando me despertó unos gritos feroces
– GONZA.
GONZA ¿Donde estás? GONZA.
– Me asomé a la puerta de mi habitación, ella estaba vestida con el baby doll, sin tanga y dos regueros de semen le corrian por las piernas, la miraba atónito, era una diosa del Olimpo pidiendo sexo, ella se dio cuenta de mi turbación, e interpretó mal, balbuceó – ¿Que pasó anoche? ¿Quién vino? ¿Porqué estoy casi desnuda? ¿Quién me violó? – Me miraba como a un extraño, me acerqué y le pedí
– Primero vamos a la ducha, te lavas, te limpias todo lo que te está saliendo de entre tus piernas y luego hablamos – Ella obedeció casi humilde, incluso cuando le saqué la prenda de ropa transparente, no notó mi erección descomunal, me metí con ella a la ducha, cuando la estaba jabonando se dio cuenta
– Pero Gonza ¿Que haces? Estás desnudo conmigo, no soy una chica, ni estoy borracha, fuera del baño, pero mírate, tienes tu polla dura, dios santo, es enorme, dime que pasa.
– La miré a los ojos y dije
– Pasa que anoche se cumplieron tus sueños, te vestiste muy sexy ¿Para qué? – Me miraba sin responder, luego dijo
– Si me acuerdo que me puse el baby doll y me fui a la sala, donde estabas tu, te provoqué pero.
pero no se que pasó después ¿Quién vino? – Le respondí
– El hombre que deseabas, el macho que querías que te montara y lo hizo, no una, sinó varias veces y tu estabas loca de amor y orgasmos uno detras de otro.
Decías ser feliz y vuelta a follar como conejos, entonces no preguntes más y ahora a lavarnos, para seguir amandonos – Estaba palida, le pasé la mano por entre las piernas y con delicadeza le meti el dedo medio en su vagina, ella hizo un gesto de quitarlo, pero mi mano fue más firme y pude sacar los restos de fuidos que había en su interior, le dije
– Ya está lista la copa, para llenarla nuevamente de amor – La tomé de los hombros mientras mi boca buscó la suya, puse mis polla entre sus piernas y ella abrió sus piernas y agachándome un poco la penetré suavemente, ya estaba lubricando, sus manos fueron a mis hombros, y su boca se abrió a mi beso, su lengua se unió a la mia y nuestros cuerpos fueron uno en su entrega total, ahora con el placer de penetrarla nuevamente y recibirme muy despierta, comenzó un movimiento de caderas, que me pusieron a mil, se apretaba con alma y vida diciendo
– Tu de todos los hombres de mundo, tenías que ser tu, que maravilloso eres.
así mi tesoro.
dame duro.
asiiiiiii.
maaaaasssss.
amooooor.
me corro.
ahhhhhhhhhh.
ahhhhhhhhhhhhh.
yaaaaaaa.
asiiiiiiiiii.
asiiiii.
asiii.
que exquisito, debí sujetarla porque su cuerpo se relajó y sujetándola de los gluteos, la follé hasta que volví a llenarle la vagina de leche, luego terminar de ducharnos, y a la cama, a vivir la más maravillosa experiencia de un hombre, disfrutar de penetrar el coño caliente de su madre.
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