Un incestuoso secreto
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Por la gravedad de la historia, definitivamente no menciono los nombres de todos incluso el mio.
Alla por 1993, yo tenía 14 años. Mi abuelo había tenido dos esposas, con las cuales procreo hijos e hijas. Yo soy del segundo matrimonio. Mi abuelo que en ese entonces tenía solvencia económica tenía una hacienda con caballos y cultivos agrícolas. Cada vacaciones yo me iba a estar algunas semanas con él y lo mismo hacian otros nietos, entre ellos estaban Sofia y Marisa, las nietas más grandes de 17 años ambas. Sofía era de cabello negro oscuro, delgadita y poquitas nalgas y tetas pero paraditas. En cambio Marisa era más llenita, más tetas y nalgas y de cabello castaño claro.
Siempre yo veía que mi abuelo tenía más preferencia por estas dos nietas, les compraba ropa y les regalaba viajes, claro con sus padres ambas.
La casa de la hacienda del abuelo, era de esas de tipo grande y casi toda de madera. Esas casas tenian lo que aqui le decimos tapancos, es decir, el espacio entre el techo falso y la lamina, en forma de triangulo, el cual era mi refugio favorito cuando quería estar solo. En esas vacaciones habían llegado también Sofía y Marisa, y otras primas.
Un día por la noche, me subí al tapanco de la casa, a pesar de ser oscuro, no me daba miedo, a pesar que podía haber ratas o murcielagos por allí. Estaba pensativo cuando empecá a oir gemidos y voces, caminé por el tapanco, ayudado por una pequeña lampara de mano que yo tenía. El sonido salía de la habitación del abuelo, desde allí pude ver que la luz estaba aún prendida. Esos techos, por lo antiguo tienen pequeñas aberturas en el techo falso y esa habitación no era la excepción.
Me fui sigilosamente y me agaché hasta casi acostarme, para poder ver bien por una ranura. Ohhh, no puede ser!!!, pensé. Alli estaban Sofía y Marisa en solo ropa interior y diminuta, tocándose y besándose con el abuelo. Al principio crei que estaba soñando, pero no, era asi, mi abuelo estaba alli con sus dos nietas!.
El abuelo de pie y ellas hincadas sobre su cama. El las besaba por turnos y les acariciaba el cuerpo, metiendo sus manos en los sostenes de ellas. Los besos eran húmedos, es decir de lengua. De pronto el abuelo que estaba en calzones, se sacó la verga semi-erecta, y le dijo a Marisa que se la mamara, ella sin pensarlo dos veces obedeció, bajó su rostro a la verga del abuelo y la tomó entre sus labios con deseo, y empezó a mamarla lentamente. Asi mientras mi abuelo besaba y le chupaba sus pequeños senos a Sofía, Marisa engullía su larga verga que cada vez se ponía más dura en la boca de mi primita.
El abuelo chupaba y lamía los pezones de la delgada Sofía que comenzó a gemir pura gatita en celo, una de las manos del abuelo se coló dentro de su braguita y le comenzó a manosear su cuquita casi sin vellos púbicos, mientras Marisa ya mamaba profundamente y sin parar la gorda carne de mi abuelo que ya estaba dura.
A la orden del abuelo, mis primas se intercambiaron al instante, ahora el abuelo besaba los labios y manoseaba la cuquita de Marisa y era Sofía quien bajó a darle continuidad a la felación. Yo estaba electrizado alla arriba, no sabía si irme corriendo o esperar a que terminara esa escena tan erótica. Tenía parada mi pequeña verga que me empujaba el pantalón.
Luego el abuelo dejó a ambas nietas de rodillas sobre la cama y quitándose toda la ropa se puso de frente a ellas, siempre de pie, su cuerpo no era el de un joven, pero mi abuelo siempre cuidó su figura, ahora el mismo tomaba su verga erecta y se las ponía a cada una en la boca para que la mamaran por turnos, él se apoyaba con las manos de sus cabecitas para aferrarse y mover su pene dentro de cada boquita. Lo que yo extrañaba era que ellas, mis primas, lo hacía como si fuera lo más normal, como si no fuera la primera vez, y no se quejaban de nada, al contrario yo veía que la gozaban al igual que el abuelo, usaban sus lenguas para pasarla por todo el tronco arrugado de la verga de su abuelo.
Al poco rato el abuelo se tumbó en la cama y llamó a Sofía para que se sentara en su rostro abriendo las piernas y colocando su cuquita en su boca, Sofía lo hizo y él comenzó a comerse literalmente toda su rajita, con amplios chupones que se oían hasta donde yo estaba, mientras eso sucedía, Marisa se colocó entre las piernas del abuelo para seguir mamando su pija. Que cuadro aquel!!. Yo sentí que me orinaba, sin tocarme la verga me estaba corriendo, sentí mis pantalones mojados.
Pasaron varios minutos, entre gemidos, quejidos y frases calientes que salían de la boca del abuelo, -que rico me lo hacen mis perritas!-, -MMMMhhh!!- -Chúpame las bolas!!-. Sofía movía su cabecita hacia adelante y hacia atrás como queriendo contorsionar su cuerpo, en ocasiones quería levantarse de la boca del abuelo, pero el la sujetaba de sus muslos y se restregaba su cuquita en su rostro, los gemidos de Sofía aumentaron y de pronto emitió un chillido tremendo, en ese momento no sabía que sucedía, ahora sé que ella tuvo un brutal orgasmo sobre la boca del abuelo.
A la orden nuevamente del abuelo, volvieron mis primas a intercambiar posiciones, ahora era Marisa quien se fue sentando en la boca del abuelo para que le comiera su rajita y Sofía un poco mareada de su orgasmo, le comenzó a mamar de nuevo su pija. Mis primas gemían todo el tiempo, de verdad que estaban muy excitadas. Mi abuelo ahora le daba unas largas lamidas al la cuquita de Marisa, ahora sé que no solamente le lamía la rajita, sino tuvo que haber llegado a su culito varias veces, por las los movimientos que él hacía. Ahora fueron los gemidos de Marisa que llenaron la habitación, pero a diferencia de Sofía, ella movía también su pubis sobre la boca del abuelo. En unos minutos Marisa también llegó a un orgasmo, no tan brutal como el de Sofi.
Unos minutos más y mi abuelo se quitó a ambas de encima, le dijo a Sofía que se pusiera en cuatro y a Marisa acostada boca arriba, le ordenó casi a Sofía que le comiera el coño a Marisa, asi mientras Sofía en cuatro se metía entre las piernas de Marisa para empezar a comerle su cuquita, el abuelo se puso atrás de ella e hizo todo el gesto de quererla penetrar, hace un minuto pensé que solo habría sexo oral, pero el abuelo fue colocando su verga con las manos en la cuquita de Sofia, empujó y fue colocándose para follar.
Sofia exclamó un grito, era señal que el abuelo la había penetrado, luego el le apretaba las pequeñas nalgas de Sofía mientras le bombeaba lentamente su pene en su rajita, desde donde yo estaba podía ver bien al abuelo, y una parte de las nalgas de ella. –Chúpa su coñito!!- ordenaba de nuevo el abuelo, Sofía no lo hacía por lanzar gemidos y quejidos mientras la verga se acomodaba en su grutita. Pero ante la insistencia del abuelo, ella comenzó a lamer la cuquita de su prima. En pocos minutos los bombeos del abuelo eran más rítmicos y fuertes, Marisa tomaba a Sofí por su cabellera negra y empezaba a degustar la lamida de su prima, en un acto lésbico sin precedentes.
Yo no se cómo, acostado, había metido mi mano dentro de mis pantalones, sentía mi corrida anterior y me la seguía jalando.
Hubo un momento que la habitación se llenó de gemidos, de mi abuelo, de Sofi y de Marisa.
Y aún había más, por tercera vez, mis primas se cambiaron de posición, ahora Marisa le comería la cuquita a Sofi y mi abuelo se la follaría. Las nalgas de Marisa eran más voluminosas que las de Sofi, el pene de mi abuelo no tuvo tantos obstáculos para entrar, no se si ella era menos estrecha que la otra prima o bien ya estaba super lubricada.
Al igual que hizo con Sofia, el abuelo apretaba y manoseaba las nalgas de Marisa mientras la follaba. Pude ver el pequeño coñito de Sofi, era pequeño de verdad, y su prima le pasaba la lengua de arriba abajo. Los gemidos volvieron a inundar la habitación, todos gemían lo cual era un señal que la estaban pasando muy bien.
-Me corro, me corro!!- empezó a gritar mi abuelo mientras apretaba su verga con su mano izquierda. Las primas como si estuvieran adiestradas, se incorporaron y ambas se pusieron frente al nabo de mi abuelo, el se pajeo un par de veces y de su pene salio un muy pequeño chorro de semen, luego ellas le chuparon su pene por turnos limpiando su venida.
Luego empezaron a charlas y a bromear. Yo aproveché para levantarme y caminar hacia mi habitación. Esa noche me masturbé como loco en mi cama, me hice unas tres o cuatro pajas recordando lo que había visto.
Ahora sabía el secreto de mi abuelo y de mis primas. No debo mentir, nunca jamás pude volver a ver semejante otra vez y sé que pasó otra veces más.
Mi abuelo falleció de un ataque al corazón repentino, dos años después de eso. En aquel entonces no había viagra ni nada de eso. Mi abuelo siempre tenía en su habitación un producto veterinario que tenía la misma función que el viagra, solo que de uso animal. Tuve que ser eso lo que le afectó el corazón, al menos esa es mi teoría.
Mis primas?. Ahora son dos mujeres casadas. Sofi ha tenido dos matrimonios. Ambas son madres de familia. Sofia sigue siendo muy hermosa. FIN
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