Un papi dichoso 2
Todo es fantasía .
La pequeña abigail se encuentra en su camita, con una batica rosa de princesas, bajo esta batica una panochita bien lavada y rosada, está caliente, está sin calzoncitos, a papi no le gusta duerma con ellos, así tiene más accesibilidad a esa dulce tentación, abre sus ojitos y se toca su panochita, tiene tanta calor que se sube su bata, se toca muchas veces y no se siente tranquila, se levanta de su cama y sabe que necesita, su papi puede aliviar ese calorcito.
Unos piesitos tocan el suelo y abre su puerta, sale de su habitación y camina a donde duerme su papi, abre la puerta, y un ronquido la recibe, su papi está desnudo sin cobijas, sonríe cuando ve lo que necesita, sube sobre la cama y se restriega sobre su cura, se pone dura y sonríe traviesa mente, se separa y sube sobre el rostro de su padre, se coloca en sus labios y es como si fuese el hielo tocando su piel, se siente aliviada, siente la boca de su padre y se mueve sobre ella, luego siente como succionan su panochita, papi a despertado.
Saliva y sonidos le hacen a esa vaginita, húmeda y satisfecha, cierra sus ojitos, sigue los movimientos de esa lengua, satisfecha observa hacia abajo y su papi le sonríe mientras la devora, la toma de su cinturita y es como si quisiera tratarla entera.
– Awwww apito… Awwwww me pica pepita… Awwwww
El hombre escucha un lloriqueo, su niña está caliente, y disfruta verla de esa forma tan suya.
La niña se separa de su boca, un chasquido de su boca los separa, su niña besa su pene, su punta de hongo, le encanta a su niña, le fascina como juega y muerde suavemente, lo devora y sus pequeñas manos van de sus bolas a su base, chupa como una posesa, se separa y lo monta, hoy su niña anda fogosa, sola se mete el pene y lloriqueando lo mira, esa mirada lo vuelve loco, pero hoy ella es quien manda, el solo se deja hacer.
– apito que rico… Awwww…. Awwww apito, me gusta…
– mi abigail estas endemoniada esta noche.
– me pica pepita… – se mueve y salta sobre él – pica y pica apito… Awwww… Dame duro apito
El hombre acepta y se escuchan como ambos cuerpos chocan, su niña parece querer volar de tanta fuerza, le quita su pijama, y ve ese cuerpito siendo poseído, fuese otra niña estaría en su camita dormida, pero ella es única, está sobre su pene satisfaciendo a su pepita.
– siiiiiii apito… Siiiiiii que rico más mas más… Apito mío… Te amo apito…
El hombre la coloca en posición de cucharita y coloca su pene, observando como entra, se abre y la saca, un plof como sonido de corcho abre lo suyo.
– siiiii – su niña lloriqueando – papito Paito
Aprieta su verga, una panochita tragona y decoradora, le da con fuerza y su niña grita, no se dolor si no de placer, saca su miembro y un fuerte orgasmo sale de su niña.
– awwwww papito… Siiiiiiiii
Mete su miembro otra vez, y la coloca boca abajo, su cuerpo la aplasta y solo se observa como un hombre alto se mueve, bajo su piel, una pequeña grita por tanto placer.
– Soy Tuya apito… Dame más.. Más apito más siiiiii
– lo que quieras mi niña – la cama se mueve y observa el pequeño cuerpo, plas plas plas resuena en la habitación, aplauso tras aplauso, sus huevos están húmedos por una panochita húmeda, sus bolas rebotan y están duros, cierra los ojos por esa enorme satisfacción, su mano recorre el pecho plano y jala los pezones paráditos, se queja por la deliciosa panochita y se siente venir.
– Paito tiene lechita cerca princesa, donde la quieres amor.
– Pepita paito, pepita por favor awww auch auch
El hombre la penetra duro y a fondo, se queja desde lo más hondo de su ser, parece que quisiera traspasar a su niña y sacarle la verga por la boca, un ahhhhhhh le hace saber que su simiente, ese que una vez la engendro esta dentro de su niña, su primogénita hija.
Se acuesta boca arriba, su niña se acomoda y la ve adormilada, se besan los labios y las lenguas suenan, ve su pene semi erecto y ella sonríe.
– Quieres mas traviesa?
Su niña sonríe y sube sobre su pene, y se mueve adelante y atrás, se acuesta en su pecho y el la abraza, ve su reloj y son las 2 de la mañana.
Bueno princesa papito esta para hacerte feliz y ese día no salieron de la habitación, una panochita roja en carne viva de tanto placer disfruto de su papito.
Están rico chuparselas cuando no se han lavado en días.
También cojerse nenas un buen rato y que te dejen el picho con olor a pis. Ya lo hueles mientras se la metes, y besándola ya le dices que es una puerquita rica y te encanta.