Un papi dichoso
Continúan las fantasías parte 1.
La pequeña Abigail, reposa en el sofá, observa una caricatura en la t.v, su papi se más turba solo de verla, su pequeña panochita de ve roja y con semen a su alrededor, de recordar su madrugada y su día, hizo no separarse de su niña, esa panochita brilla de tanto uso, su niña no cierra sus piernas, se toca y huele sus pequeños dedos.
El padre al observar eso se jala más su verga y se acerca a su niña, ella lo ve y sonríe, su cabello despeinado y esa boca abierta recibe su verga, solo escucha a su pequeña ternerito succionar y lamer su miembro, su miembro explota y su niña se quedó quieta, abre su boca enseñando a su papá el semen y le sonríe con malicia y lo traga, se chips sus dedos, sus labios y el pene de su papito, el hombre observa como la niña toma con su dedo el semen que sale al final y se lo mete en su vagina.
– Que rico papito – lo observa, da una última chupada y un beso a ese miembro que la hizo suya.
– Esa es mi niña – toca su cabello y ella sonríe, se acomoda para seguir viendo televisión.
Más tarde ese día…
Un auto de dirije fuera de la ciudad, rumbo en un bosque, lejos de la civilización, se encuentra una cabaña de madera, que guarda un secreto, el hombre ve varios vehículos en el pequeño estacionamiento, se dirije a la puerta principal y al abrirla es recibido por múltiples gemidos infantiles, el sonido de cuerpos chocando al don del placer es un sonido familiar, la cocina, sala, baño y habitaciónes son un concurso de gemidos, observa cómo se turnan dos jóvenes con una niña de 6, luego dos maduros de 60 con un intercambio de nietas de 10 años cada una, sus vaginas están chorreando semen mientras las follan de sus bocas los demás, escucha un sollozo y ve una nenita de 7 con un hombre de 50, que quiere entrar a la fuerza a su cuevita.
– awwwww…. Nooo… Me duele señor … Nooo
– No seas llorona, bien que pedías verga… No vengas llorando pendeja, tus hermanas no fueron chillonas.
El hombre escucha eso y se acerca a los dos.
– Debes tratarla como una princesa, después como reina y por último como zorra, es una virgen, necesita amor no un trauma.
La niña lo observa y sonríe cuando lo ve, el observa una vagina cerrada sin preparár, peladita con esa rayita en el medio.
– me permites… – la niña asiente tímida y ve al hombre de pie, que se agacha, el otro hombre grosero se aparta y los observa, cuando ve al hombre acomodarse y olfatear su panochita, al sentir la nariz sonríe y cierra.
– sentiste rico? – preguntó aquel hombre.
– Si sr.
– me encanta digas si señor, eres muy educada y eso me gusta, eres una niña buena.
El hombre pasa la punta de su lengua y ve la piel de gallina de la niña, sonríe cuando un escalofrío recorre a la niña, saca más su lengua y la pasa por esa virginal cuevita.
– Que rico me gusta… Siii
El hombre anterior la observa y se acerca a la niña, ella ve a su parte baja, él hombre concentrado la hace suspirar cada vez más, ambos cruzan miradas y se siente vacía cuando se separa de su panochita.
– Mamale la verga a él.
Ella obediente observa un pene venudo y gordo, abre su boquita recibiendo aquel miembro, siente tan rico su panochita que se ve separar y un gemido sale de ella, observa al hombre, y pone su mano abierta en su vagina y lo mueve, el otro hombre la atrae a él para que siga mamando su verga.
Unos minutos después, un dedo invade su vaginita, se saga de él por el Dolor.
– auch… Auch
– tranquila niña, seré un caballero.
El hombre se quita su ropa y no anda bóxer, un pene sale de sus pantalones, se arrodilla y pasa saliva en la punta e intenta la penetracion, ella se quita.
– Yo debería romper ese virgo.
– No – Dice la niña – eres malo y me dolia mi cosita.
Mientras escucha como aquel hombre succiona a la niña por la panochita, su pene babea y desea estar dentro de ella.
– Te trataré bien… Dejame por favor mi niña.
Ella cierra sus ojitos cuando desde su ser inunda la cara de aquel hombre que mamaba su panochita, aprieta el pene del otro hombre con su manita, y cae al sofá respirando agitada.
– Eso es darle placer a una niña amigo, ahora puede penetrarla, hazlo como se lo merece, ya pasó de ser princesa, cuando la metas será tu reina y cuando aguante una zorra.
– Quieres un trío amigo? – Pregunta el de 50 años.
– Me encantaría.
El de 50 toma a la niña en brazos, pasan por los demás, gemidos y gritos de niñas siendo hembras inundan sus oídos.
Entran a una habitación y una pequeña salta sobre un hombre, el choque de nalgas de la niña y su cabello en el aire, le hace salir hacia la punta del pene y bajar, las bolas de aquel hombre están empapadas de líquido vaginal, ambos hombres miran a su niña y pasarán una tarde deliciosa.
Perversamente delicioso