UN PERVERTIDO EN CASA 13. La venganza.
Después de la tremenda culeada que el pervertido Pepe le propinó al par de hermanitas viene la terrible venganza de estas, cosa con la que no cuenta el pobre hombre..
ESCRITO POR SIREMIS.
LA VENGANZA.
Casi al mismo tiempo en que Pepe eyaculó poderosa y explosivamente dentro de su delicioso ano, la señora Patricia también tuvo un potente orgasmo que la hizo tener un estado de éxtasis religioso, esa experiencia divina la motivó a ser un poco más abierta sexualmente, pues la religiosa mujer la interpretó como un mensaje divino a favor de su puterío, cosa que empezó a aprovechar su terrible hermanita menor Catica, la cual, prácticamente le estuvo proponiendo ser novia suya.
Patricia aún no se consideraba lesbiana y mucho menos incestuosa, así que quiso cambiar la conversación, y para eso se fijó en el inmovilizado Pepe, el cual había quedado acostadote bocarriba en la sucia cama, parecía estar muerto, y la evangélica puta seguidamente llamó la atención de su hermana exclamando:
PATRICIA: ¡Oye, Catica! ¡Pepe quedó como desmallado! ¡No se mueve ni habla!…
CATALINA: Jajajajaja… ¡Colapsó el malparido!…
PATRICIA: ¡Desde hace un rato se comenzó a portar de manera extraña, no hablaba nada! ¡Y ahora parece dormido! ¡¿Será que está muerto?!…
CATALINA: ¡Claro, lo hemos matado!… Jejeje…
PATRICIA: ¡Cóóómmmooo!…
CATALINA: ¡Que asesinamos al pervertido, hermana!… Jejeje…
PATRICIA: ¡Cómo así! ¡Si no le hicimos nada malo!… ¡Él estaba feliz culeándome!… ¡¿Sería que le dio un ataque cardiaco?!… ¡Ay, no! ¡Catica, a mí me da mucho miedo mirar! ¡Revísalo tú!…
CATALINA: Jajaja… ¡Deberías verte en un espejo! ¡Te pusiste pálida y temblorosa!… Jajaja…
PATRICIA: ¡No entiendo!…
CATALINA: Jajaja… ¡No, hermana!… Jajajaja… ¡Ese hijueputa no está muerto!… Jejeje… ¡Solo le di una potente droga mezclada con la que él te dio ayer, la cual también es potente! ¡Ahora está bajo nuestra merced!
PATRICIA: ¡¿A qué te refieres?!
CATALINA: ¡Este puto me confesó cínicamente que te violó ayer aprovechando que te dio a beber, sin que lo supieras, una sustancia que afecta la voluntad y magnifica el deseo sexual decenas de veces!
PATRICIA: ¡¿En serio?!
CATALINA: ¡Muy en serio!
PATRICIA: ¡Ya me lo imaginaba! ¡Yo no podía haber sido tan puta! ¡Y yo pensando que me había aprovechado de este infeliz! ¡Me sentí tan confundida y tan mal pensando eso y asumiendo que yo era la culpable y resulta que él me había drogado!… ¡Qué desgraciado!…
CATALINA: ¡Pero no te preocupes, hermanita! ¡Él ahora está bajo efectos de la porquería que le preparé!… Jejeje…
Frotándose sus manos y con macabra sonrisita, la malévola Cata añadió:
CATALINA: Jejeje… ¡Llegó la hora de la venganza!… Jejeje… ¡Ahorita Pepito está en un estado en el que podemos hacerle todo lo que queramos! ¡Tanto la sustancia que él te dio como el químico que yo le di son dos componentes muy peligrosos que son usados por los supuestos brujos para dominar a sus víctimas haciéndoles pensar que han sido hechizadas!… ¡Ven!…
PATRICIA: ¡Uy, no! ¡¿Haces brujería?! ¡Eso está en contra de Dios!… ¡Yo mejor busco mis cosas y me voy de aquí!…
CATALINA: ¡Solo es química! ¡La brujería no existe!… ¡Ven! ¡Ayúdame a darle la vuelta a este futuro maricón!
La malévola Cata obligó a su hermana a que le ayudara a darle la vuelta a Pepe.
Una vez pudieron dejar bocabajo al hombre la mañosa mujer agarró el gran falo vibrador y con gran agresividad se lo clavó por el culo al desdichado delincuente, se lo movía una y otra vez con gran violencia y malsano placer mientras se reía como sádica psicópata.
CATALINA: Jajajaja… ¡Violado por su propio regalo!… Jajajaja… ¡En esto había pensado cuando se lo compré y se lo regalé!… Jajajaja… ¡Este artefacto no era tanto para ser usado en nosotras ni en otras mujeres, sino para ser usado dentro del mismo dueño!… Jajajaja…
PATRICIA: ¡Eres terrible, Cata!… ¡De mucho cuidado!…
Los atónitos ojos de Paty, sin necesidad de sus gafas, contemplaron cómo su hermanita Cata se encargaba de violar, agresivamente, el culo de su violador con esa inmensa verga mecánica. El bandido apena gritaba angustiantemente sin ser capaz de moverse, hablar, ni actuar.
CATALINA: ¡Yo te libero, por el poder de Cristo, hermanito de la fe!… ¡Dime tu nombre demonio! ¡No dejaré de atormentarte hasta que me digas tu nombre, maldito!…
Obviamente el hombre iba a ser atormentado por la audaz y vengativa Cata por mucho tiempo ya que él no podía hablar y no iba a decir el nombre de su supuesto demonio.
PATRICIA: ¡Cata, no deberías hacer eso!… ¡Pobrecito mi Pepe!… ¡Déjalo ya!… ¡Perdonémoslo!… ¡Yo lo perdono como buena cristiana que soy!…
CATALINA: ¡No te preocupes, hermanita! ¡Este maldito se lo tiene bien merecido! ¡Él no tuvo ninguna clase de compasión contigo ni te dijo “pobrecita” cuando te violó y te maltrató! ¡Esta es nuestra venganza y él antes debería agradecer que no pienso cortarle el pipí en pedacitos!… Jejejeje…
PATRICIA: ¡Dios santo!…
Patricia se acordó de su violación y de todo lo que tuvo que pasar en esos momentos, hizo memoria y a su mente vinieron las escenas de cuando Pepe la echó desnuda porta fuera siendo objeto de burlas y de malas palabras por parte de los vecinos metiches y mirones y, después, cuando tuvo que caminar kilómetros de fría y solitaria calle siendo todavía de noche, descalza, y apenas vistiendo destapadas prendas de puta, y terminado la jornada con una violación en grupo, de por lo menos, una decena de sucios indigentes, quienes no contentos con darle verga hasta por el culo se le robaron su valiosa argolla de matrimonio.
Esos recuerdos hicieron enfurecer a Paty y aprobar la venganza propuesta por su avispada hermanita.
CATALINA: ¡Para Pepito también hay ritual de liberación y exorcismo!… Jajajaja… ¡Sal de este cuerpo demonio! ¡Por la voluntad de la divina vergota te conmino a salir de este cuerpo, maldito!… ¡No te dejaré hasta que no salgas de ahí, malparido!…
Catalina no solo se encarnizó metiéndole y sacándole una y otra vez de manera salvaje esa terrible vergota en el culo al inmovilizado Pepe, sino que también lo golpeaba, lo arañaba, lo pellizcaba, lo escupía, etc.
CATALINA: ¡Este careverga está poseído por una gran vergota consoladora y vibratoria gigante que tiene muy adentro del culo y que no quiere salir!… Jajajaja… ¡Siento esas malas vibraciones!… Jajaja…
La sádica mujer le metía esa vergota al hombre hasta bien profundo y se reía como loca. Sin duda alguna el hombre la estaba pasando demasiado mal.
Paty, aunque ya estaba aprobando esa venganza, aún no salía de su asombro, se llevó sus manos a la boca y no dejaba de mirar esa tremenda escena.
Todo estaba quedando grabado en las memorias de la cámara de video.
CATALINA: ¡Para que aprendas tu lección, bastardo hijueputa!…
PATRICIA: ¡Ya! ¡Cata! ¡Déjalo!… ¡Creo que ya tuvo suficiente!…
CATALINA: ¡Claro que no! ¡No lo dejaré hasta que su demonio me diga su nombre y salga de ese cuerpo! ¡Mi exorcismo es más eficaz que el que hacen ustedes los cristianos en sus cultos! ¡Te prometo que este canalla no volverá a molestarte nunca más, hermana!
PATRICIA: ¡Mira, Cata! ¡Cómo se le está poniendo el pene de grande a Pepito! ¡Está mucho más grande que antes! ¡Pareciera que se le fuera a estallar!
CATALINA: ¡Sí!… ¡Es por esa unión de sustancias que se tomó! ¡Le debe estar doliendo bastante esa vergota también!… Jejeje… ¡Paty, ayúdame a darle la vuelta de nuevo para verle el pipí en todo su esplendor!
Paty ayudó a su sádica hermana a darle la vuelta al pobre y martirizado hombre. Apenas lo pusieron bocarriba esa gran vergota se levantó como la asta de una bandera, pero con la diferencia que el miembro estaba demasiado inflado y supremamente gordo. Las mujeres miraron esa suculenta vergota con gran provocación, parecía más un zepelín que una verga humana. Catica se relamió de gusto al ver semejante pepino y se puso a hacerle la paja, el cipote no le cabía ni en la mano de lo grueso que estaba.
Pepe no podía mover ni un párpado, ya estaba recobrando su consciencia, pero no podía hacer nada, solo miraba y escuchaba aterrorizado todo lo que estaba sucediendo, y sentía gran dolor en su violado culo y en su súper inflamada vergota. La cabezota de su cipote y sus venas parecían querer explotar.
CATALINA: ¡Yo no sé tú, pero por mi parte ya no me aguanto las ganas de chupar esta deliciosa y ofrecida vergota!…
La astuta y peligrosa Catalina, mientras seguía violando agresivamente el culo del violador con esa gran vergota mecánica, se puso a mamar su inmensa y esponjada vergota aunque casi no le cupiera en su boca. Paty, aunque nerviosa, se estaba empezando a excitar poderosamente de nuevo.
CATALINA: ¡Ven! ¡Chúpale y maltrátale las huevas como bien quieras! ¡Violemos a este bandido hijueputa!… ¡Démosle una dosis de su propia medicina!… Jejeje…
La agresiva Cata le dio unas fuertes palmadas en los testículos al inmovilizado Pepe, al cual se le notaba el intenso dolor en su agobiada mirada. De los ojos del hombre escurrían unas tremendas lagrimotas de dolor y pánico.
PATRICIA: ¡Pobrecito!… ¡Está llorando y parece suplicar que no lo jodamos más!…
CATALINA: ¡Ven! ¡Hazme caso, mi Paty! ¡No seas tonta! ¡Aprovéchate de tu violador ya que lo tienes en estado de vulnerabilidad completa!…
PATRICIA: ¡Uy, no! ¡Qué tal le pase algo! ¡Qué tal se nos muera de verdad! ¡Las autoridades sabrían fácilmente que estuvimos aquí y nos acusarían!
CATALINA: ¡Confía en mí!… ¡Yo sé muy bien lo que hago!… ¡Sé que no morirá y que estará por un buen tiempo en ese estado!… ¡Acuérdate de todo lo que te hizo!… ¡Si no lo haces ahora que tienes la oportunidad entonces cuándo!…
Paty no le encontró inconsistencias a lo que decía Catica y a su lógica, por eso le hizo caso a su hermana y empezó a lamerle y a chuparle las huevas a Pepe.
Así lo hizo la evangélica Patico un buen rato mientras la pervertida Cata mamaba y mordisqueaba con intensidad y voracidad esa gordota y largota morcillota de vergota que se le había agrandado de forma magna, poronga de la que ya estaba saliendo sangre debido a la acción de esas mordidas.
CATALINA: ¡Sangra, maldito!…
Catica, al notar que su hermana le lamía y chupaba las huevas a Pepe con suavidad como si lo estuviera haciendo con amor, le llamó la atención diciendo:
CATALINA: ¡Pero no le hagas tan suave, Paty!… ¡Muérdele las huevas! ¡Qué te pasa, mi Paty!… ¡Ponte pilas!… ¡Hazlo con desprecio al mismo tiempo que con pasión, hermana!
Cata absorbía y se tomaba esa sangre como si se tratara de una sórdida vampiresa, y Paty, aunque no quería hacer lo que su hermana le pedía, finalmente lo hizo, se dedicó a morderle los testículos a su violador con agresividad.
CATALINA: ¡Eso, mija!… ¡Así se hace!… ¡Dale su merecido a tu puto violador!… ¡Míralo fijamente a sus cochinos ojos! ¡Enséñale quién tiene ahora el sartén por el mango y quién es la que manda!…
Así lo hizo Paty. La señora miraba fijamente a los ojos a Pepe mientras succionada con rudeza las huevas del pervertido.
La mujer estiraba salvajemente las huevas del hombre y se las mordisqueaba, no tan fuerte, pero lo suficiente para hacerle doler e incluso sangrar un poco.
La sádica Cata tenía la inflada verga entre sus dientes y gruñía y le hacía mala cara a Pepe, lo hacía tal como cuando una perrita rabiosa sostiene su jugosa y carnuda salchicha entre sus afilados colmillos sin ganas de compartirla con nadie.
Pepe miraba con temor y dolor, parecía pedir piedad con eso llorosos ojos y las mujeres le devolvían esas miradas con morbo, pasión y burla. Cata también le cacheteaba con fuerzas la cara y le hizo brotar sangre de la nariz y los labios.
La enculada también proseguía en forma. Cata le pedía una y otra vez a Pepe que dijera el nombre de su demonio, pero sabía muy bien que él no podía decir ni media palabra y aprovechaba para darle sus respectivos golpes cada vez que le preguntaba y no obtenía respuesta.
CATALINA: ¡Zángano, hasta que no digas tu nombre y te manifiestes no te dejaré en paz, desgraciado!…
Cata y Patricia chuparon la verga de Pepe al tiempo. Las dos mamadoras hermanitas le propinaron una poderosa mamada a dos bocas, luego Paty quedó dueña de su verga y Cata se dedicó a trabajarle las huevas. Cata era mucho más ruda que su hermana y le mordisqueaba esas huevotas con más agresividad y decisión.
CATALINA: ¡Paty, ven, ayudame a penetrar ese culo!
PATRICIA: ¡Uy no! ¡Me da asco y miedo!
CATALINA: ¡No te dejes dominar por el asco y por el miedo! ¡Recuerda que Dios está de nuestra parte y nos ayuda en todo momento! ¡El Señor está aquí con nosotros dando su aprobación!… ¡Mira, es sencillo, solo tienes que mover el consolador así!… ¡Muévelo tal como cuando destapas un inodoro con una chupa!
Catalina le explicó a su hermana cómo mover el vibrador y Paty, sonriendo, lo hizo a la perfección. Mientras tanto Cata se subió sobre el hombre, lo beso de lengua y se metió su inflamada vergota por la chocha.
La perra saltaba con ahínco y gran ímpetu sobre esa vergota y Paty no dejaba de mover el consolador dentro del culo del detestable ser.
Los poderosos gritos de placer emitidos por la alegre Cata llenaban la habitación. Paty se colmó de lujuria y arrechera y le pidió a su hermanita que la dejara montar ese rígido y súper parado pepinote.
Cata la felicitó y le dio su lugar, y, para su buena sorpresa, Paty solita se metió ese severo guamote en su ansioso culote y empezó una nueva tanda de duros sentones sobre el poderoso poste. Paty también acompañaba su fiestecita con sendos gritos de gozo.
Cata, entusiasmada, dejó la verga mecánica dentro del culo de Pepe y se puso a agarrarle las tetas desde atrás a su hermana. No pasó mucho tiempo cuando las dos hermanas se tumbaron sobre la alfombra a besarse, a chuparse las tetas y a hacer tijera.
La religiosa Paty estaba dejando salir a su demonio de sexo otra vez, pero ahora era uno de puro lesbianismo e incesto.
A la esposa de William ya no le importaba tampoco sacar su lado lésbico e incestuoso.
Catalina se incorporó y comenzó a lamerle la vagina a su excitada hermana mayor y a meterle los dedos. Patricia se estremeció y le dio a Cata todo de sí. Juntas mujeres se vinieron entre una gran cantidad de fluidos, primero lo hizo la Paty dejando totalmente mojado el rostro de su hermana y luego lo hizo la linda y colaborativa Catica.
Paty le daba gracias a su hermanita por permitirle sentir tanto placer.
CATALINA: ¡Te lo dije!… ¡Tú me ibas a agradecer por motivarte tanto placer, mi Paty!…
PATY: ¡Tenías razón, hermanita! ¡Eres la mejor!
CATALINA: ¡No! ¡Tú eres la mejor!…
PATY: ¡Tu eres la mejor!… Jejeje…
Las dos cariñosas mujeres se estuvieron consintiendo un rato. Después siguieron usando al hombre y dándole su buen merecido, ellas lo violaron de todas las maneras posibles y le dieron su buena paliza. Incluso la creativa Cata le metió las largas y puntillosas puntas de sus botas en el ano a Pepito y lo violó duramente con ellas.
Las mujeres se quedaron toda la noche dándole duro al Pepe y al amanecer buscaron la llave de la puerta del dormitorio, vistieron al hombre con las mismas prendas femeninas de vulgar putilla de calle que él le había prestado a Cata la noche que la sacó de su casa tras haberla violado como se le dio la gana y se burlaron de él insultándolo, humillándolo, golpeándolo con puños y patadas.
Las damas se bañaron, se arreglaron, llamaron a sus familias inventándose una ingeniosa excusa al porqué no contestaban sus celulares, tomaron sus respectivas cosas y se marcharon.
Pero debo contarles lo que ocurrió momentos antes de que las dos mujeres salieran de casa de Pepe.
La ingeniosa y atrevida Cata tomó todas las cámaras de video, incluyendo, claro está, aquella que filmó todo lo ocurrido, y las guardó en su bolso, el cual quedó pesadito e inflado, menos mal era grande, pues era en el que trajo la verga consoladora de látex y la Six Pack.
La avispada mujer también aprovechó para robarle otros objetos valiosos y algún dinerito al pervertido. Le hechó unos buenos cubetazos de agua fría y se le orinó, se le tiró pedos y se le defecó en la baboseada cara.
CATALINA: ¡Ooohhh!… ¡Qué descanso, mi Pepe!… ¡Oohhh!… ¡Se me salió mi mal espíritu por el culo!… Jejeje… ¡Quedé liberada del espíritu que me atormentaba!… ¡Y no es propiamente el demonio del puterío, ese sí me lo quedo todavía, no quiero expulsarlo nunca!… Jejeje… ¡Uff!… ¡Qué descanso!… ¡Quedé livianita!…
Toda la habitación se llenó de muy mal olor, la Catica se limpió el culo con las cobijas de la cama y mirando al violador violado, agregó:
CATALINA: ¡Ahí te dejo acompañado por él, Pepito! ¡Para que no digas que te dejamos solito, mi amor pechocho!… ¡Cuida mi suculento mojón! ¡Cariñito hermoso! ¡Espero que disfrutes su compañía y su buen aroma!… Jejeje…
Catica cerró la puerta de la habitación echándole llave y tirando esta por el inodoro.
Las mujeres le dañaron muchas cosas en la casa, le rompieron vidrios, le dejaron todos los grifos del agua abiertos, incluyendo la ducha, le destruyeron el televisor, el equipo de sonido, el computador, le dejaron todo hecho un caos. Ellas se sentían en fiesta y se reían como un par de brujas mientras arruinaban todo. El mini gimnasio de Pepe quedó vuelto una porquería y los muebles desorganizados.
A Pepe lo dejaron aún inmovilizado en la humedecida cama con el gigantesco consolador vibrador todo metido en su culo, ni siquiera se lo dejaron asomado. Le llenaron su cuerpo y su rostro con letreros hechos con marcador permanente donde se expresaban groserías y la frase “soy un violador hijueputa y un maricón malparido”. El tremendo bollo de mierda que Cata le había dejado por acompañante se le veía a Pepe sencillamente espectacular en toda su cara. El hombre trataba de gritar, pero sus sonidos eran muy sordos y poco potentes.
Las dos hembras le dejaron un escrito en un papel donde cada una terminaba diciendo:
CATALINA: ¡Así fue la venganza de las demonias Putalina y de su hermana la Puty!… Jejeje…
PATRICIA: ¡A ver si con eso se le quita la maña al niño Pepito de llevar putas a la casa y de violar y maltratar mujeres! ¡Perdonanos, hermanito de la fe, pero a veces las lecciones toca darlas de esa manera!… ¡Nosotras ya te perdonamos! ¡Y seguiremos siendo tus dulces y calenturientas amiguitas! ¡Aún te amamos mucho, amorcito!… ¡Todo bien!… ¡Sin rencores!… ¡Si tomas las cosas de buena manera te prometemos seguir culiando!… ¡Besos en tu esponjosa vergota, mi amor, y espero que puedas liberarte, en algún momento no muy lejano, de ese gigantesco demonio que te dejamos poseyéndote dentro del culo!… Jejeje… ¡Saludes a tu nauseabundo acompañante!… Jejeje…
Así mismo, las señoras, le anunciaron en ese escrito que si él se atrevía a denunciarlas ellas también lo acusarían de violación y mostrarían todas las pruebas no solo del abuso de Paty sino también de otras muchas mujeres más, pues tenían los videos de todas las cámaras que le robaron.
Las mujeres, muy contentas, tomaron un taxi y dentro de él se decían:
CATALINA: ¡Recuperaste todas tus cosas! ¡¿No?!…
PATRICIA: ¡Todas, toditas, todas!…
CATALINA: ¡Estuvo linda nuestra venganza, hermana!
PATRICIA: ¡Excelente, hermanita! ¡Tienes una mente para estas cosas muy tremenda! ¡Muy buen plan!… ¡Pepe confió totalmente en ti y esa confianza lo arruinó! ¡Es que deberían darte el premio Oscar a mejor actriz! ¡Él siempre pensó que estabas de su lado!… ¡Oye, mi hermanita preferida, te agradezco tu ayuda y tus ganas e intentos de hacerme feliz! ¡Te prometo ser un poco más abierta en temas sexuales y menos rígida religiosa!
CATALINA: ¡Una hermana enamorada es capaz de mucho más por defender a su amor! ¡Te amo hermanita pechocha!
PATRICIA: ¡Y yo a ti!…
CATALINA: ¡Te ves linda con tus rescatadas gafitas puestas, ricurita!… ¡Bésame, lesbianita!
Patricia, sonriente, besó a su hermana Cata en una mejilla ante la atónita mirada del taxista, y esta le dijo:
CATALINA: ¡Pero así no, Puty! ¡Bésame como si hubieras aprendido a putear en estos días! ¡Bésame de lengua, mi amor! ¡Así!…
Catalina agarró la cara de su hermana Paty y la beso en los labios metiendo su lengua en su boca.
CATALINA: ¡Mmmm!… ¡Eso ya estuvo diferente!… ¡Qué rico!… ¡Oye, hermanita! ¡Te propongo que seamos novias!…
PATRICIA: ¡Ay, Catica!… ¡No sé!…
CATALINA: ¡Te lo pido!…
PATRICIA: ¡Insistes mucho!…
CATALINA: ¡Y te lo vuelvo a pedir! ¡Te lo ruego! ¡Hazlo por mí!…
PATRICIA: ¡Tendría que pensarlo, Catica!…
CATALINA: ¡No lo pienses más!… ¡Responde ya o calla para siempre!…
PATRICIA: ¡Está bien, seamos novias!…
CATALINA: ¡Yupi! ¡Sabía que no me ibas a defraudar, mi amor!…
PATRICIA: ¡Pero tengámoslo en secreto! ¡No quiero que William ni mis hijas se enteren!
CATALINA: ¡Como tú digas, mi vida!… ¡Ven, sigámonos besando, mi amor! ¡Toca mi raja y méteme un par de deditos en ella!
PATRICIA: ¡Oye! ¡Qué pena! ¡Qué dirá el taxista!
CATALINA: ¡Ay! ¡No te preocupes! ¡Acaso qué va a decir el señor! ¡Por mucho pensará que somos un par de putas lesbianas e incestuosas, lo cual es verdad!… Jejeje… ¡El señor no va a decir nada! ¡¿Cierto señor que usted no va a decir nada?!
TAXISTA: ¡Desde luego que no señoritas! ¡Bien puedan tener sus cosas con completa tranquilidad! ¡Soy una tumba!…
CATALINA: ¡Ah! ¡¿Si ves? Patico!… ¡No hay problema!… ¡Dale, perrita!…
Juntas mujeres se besaron, se tocaron, se metieron los dedos a las cucas, se sacaron, se lamieron y se chuparon las tetas, prácticamente hicieron el amor dentro del taxi y continuaron haciéndolo hasta que llegaron cogidas de la mano y besándose a casa de la Cata donde su esposo y su hijo las esperaban con los brazos abiertos y sus pitos parados en espera que les contaran sus sucias aventuras de la noche y la tarde anterior.
Mientras tanto William y sus tiernas hijitas nuevamente tuvieron que atenderse ellos mismos, preparar sus desayunos solitos, e irse al trabajo y al colegio. Ellos estaban muy preocupados por Paty, ya iban dos noches seguidas que esa putísima madre y esposa no pasaba en casa.
CONTINUARÁ…
ESCRITO POR SIREMIS.
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