UN SOBRINO MUY INQUIETO. (3).
Quedo a horas de asegurar mi porvenir y le pongo los puntos a mi “vieja” y mi cuñada..
Cristian me miraba a la cara y era todo un cuadro erótico verlo con media verga en la boca tratando de que entrara más. Miré enseguida para todos lados y el nene se sacó la verga de entre sus labios para, con una sonrisa resplandeciente y pícara, decirme: “Estamos solos tío, la vi que estaba medio parada, calentita por el sol y no me pude resistir”. Yo tampoco me pude resistir a tratar de empujar su cabeza para que su garganta me recibiera, no pudo, el ahogo y las arcadas se lo impedían.
No era para desesperarse, le pedí que fuera a buscar el gel, eso de la saliva para un primerizo no me daba resultado, siempre pensé que era una mentira de quienes nunca lo intentaron realmente. Mi sobrino salió disparado hacia el interior y me gustó ver como destacaba ese culito parado al que pronto tendría ensartado nuevamente. Al regresar le puse bastante gel ayudándome con los dedos que lo penetraban provocando movimientos para que entrara más y gemidos que no podía contener.
Luego de esto me puse en la verga y le pedí que se sentara arriba ensartándose solo. Se puso rápido a la maniobra y cuando calzó el glande en el recto aproveché para besarlo profundo e hice fuerzas para penetrarlo. La fuerza ejercida y el lubricante provocó que la pija entrara de una y sin detenerse, Cristian se movió, gimió de dolor, pero no pudo gritar, mi lengua moviéndose en su boca y mis labios se lo impedían. Esto hasta que se calmó un poco y lo dejé de besar…
- Me dolió mucho tío, parecía que me entraba un tronco duro, pero ahora me gusta, ¿querés que me mueva?…
- Sí, quiero que te muevas y respecto a lo de entrar rápido, vas a tener que acostumbrarte porque muchas veces te voy a coger así, pero te prometo que hasta que el agujerito se agrande vamos a usar el gel.
- Sí tío, mejor porque parece que todo se durmiera y enseguida me deja de doler.
No sólo lo decía, me lo demostraba moviéndose con ganas, pero como no se daba mucho eso de entrar y salir, lo cambié de posición. Me levanté sin sacar la verga y él cruzó las piernas en mi cintura, así ensartado, mientras se reía y se movía gozando de la pija que tenía dentro de su culito, lo llevé hasta el sofá del living, allí le apoyé la espalda en el asiento, él dejó las piernas levantadas y le entré a dar con ganas y ritmo.
Otra vez parecía que se lo estaba rompiendo, mi sobrino aguantaba las embestidas y gemía mezclando el dolor y el placer, los ojos se le llenaban de lágrimas, pero no decía nada y se tocaba su verguita tratando de procurarse algún placer. Las estocadas profundas me estaban desquiciando y no aguantaría mucho, así fue, toda la espalda se me erizó, el polvo pareció provenir desde la propia columna vertebral e instalándome muy adentro de su culito, le llené las tripas de leche.
El guachito no sólo se la aguantaba cada vez mejor, sino que gozaba con esto y me lo demostró gritando que le gustaba sentir mi leche en su interior. No me dio tiempo a dejar que mi verga se desinflara, hizo un movimiento para el costado, se escuchó el “plop” al desprenderse de ella y corrió hacia el baño más cercano, el culito dilatado y el enema de leche actuaba rápido, me causó gracia eso y me reí con ganas, yo me fui a lavar en el mismo baño en el que él estaba sentado en el inodoro y aproveché para decirle que tendría que aprender a lavarse el interior para evitar sorpresas desagradables.
Me dijo que practicaría con el dedo y me pareció bien, no era conveniente que tuviera a mano algún artefacto que se usaba únicamente para eso, despertaría sospechas en su madre si se lo encontraba y es lo que menos quería. Pensando en la madre de Cristian, me fui a sentar en la reposera y la llamé por teléfono… “Hola Cynthia, no digas que soy yo quien te llamo y escuchá, no demostrés nada, acá está todo bien. Te llamo para avisarte que te voy a mandar un video que me llegó recién, miralo cuando estés sola y después me contás, sigan disfrutando”.
Lo vi pasar a Cristian que se iba a la pileta moviendo el culito y al ratito lo seguí, tenía ganas de un buen chapuzón. Mi teléfono quedó en la reposera debajo de las sábanas y no quise atender cuando escuché que sonaba la musiquita de un llamado entrante. Rápidamente imaginé que la puta de mi cuñada estaría desesperada después de haber visto el video mejorado que yo tenía grabado. Luego de unos diez llamados y de que Cristian me insistiera con que me estaban llamando por el celular, me digné a atender.
- ¡Uff, el agua está genial, disculpá si te hice esperar!, ¿qué es lo tenías que decirme?
- ¡¿Qué significa esto que me mandaste?!, ¿de dónde sacaste esta idiotez, pervertido?…
- No grites cuñada, se puede enterar tu marido o mi padre y será difícil inventarles una historia… Te explico para que entiendas, en ese video se ve a la hija de mil putas de mi cuñada cogiendo con el profesor de natación de Cristian y, según creo, si mi hermano o cualquiera de tus suegros se entera, fuiste, perdiste, te quedás en pelotas, ¿no sé si me entendés?…
- No, sí, no, lo que pasa es que… ¡Yo no tengo que darte explicaciones a vos!, -contestó alterada-.
- Ni lo pretendo, está todo bien, ahora le mando el video a mis viejos y a mi hermano y arreglate sola, chau…
Corté la comunicación y esperé con el celular en la mano, deben haber sido tres o cuatro segundos por reloj y volvió a sonar, “¿qué es lo que querés?”, -preguntó bajando significativamente el tono de su voz-. “Dedicación exclusiva, culo, tetas y demás a mi disposición y no puedo seguir hablando porque se acercó Cristian a mi lado, cuando se pueda la seguimos”. Volví a cortar la comunicación y encima apagué el celular. La gozaba interiormente pensando en la desesperación que tendría la hija de miles de putas, por otro lado, estaba seguro que no diría nada ni inventaría ninguna excusa, cualquier cosa que dijera quedaría desvirtuada con el video de por medio.
Mi hermano no se bancaría esa humillación y mi padre ni hablar, tomaría partido de modo irrestricto por su hijo, pero la que peor lo llevaría sería mi mamá. En mi casa la hipocresía era reina y a nadie le gusta que le metan el dedo en el culo, mucho más cuando ellos mismos tienen el culo sucio y de eso no me cabía ninguna duda. Yo no les daba mucha pelota y hacía mi vida, pero estaba seguro que los “trapitos sucios” sobraban en mi familia y, si lo de mi respaldo económico se concretaba, ya era hora de aprovecharse de eso.
Pensar en todo eso, incluso en el culo de mi cuñada y en el de mi madre, porque eso también hay que decirlo, también se me cruzó por la cabeza, hizo que la verga se me pusiera como una roca y lo miré con cariño a mi sobrino… “Cristian, mirá como estoy, ¿no te comerías mi verga?”, -le pregunté con ganas de recibir una mamada profunda y de atorarlo de pija hasta la garganta-… “Dale tío, ¿lo hacemos dentro del agua?”. Le contesté que no, le pedí que se secara y que fuéramos a mi habitación, quería dormir la siesta después de la mamada y no era conveniente dejarlo solo en la pileta.
Estaba recaliente, me imaginaba que me cogería a todas las mujeres de mi familia y el pendejo tuvo que acostumbrarse rápido a tragar hasta tocar mi ingle con su nariz. Posiblemente estuve un poco sádico, pero daba gusto ver que pataleaba y lagrimeaba mientras le sostenía fuerte la cabeza de cabellos rubios y empujaba mi verga para sacarla cuando ya no podía respirar, lo dejaba tomar aire y lo volvía a intentar sin importarme que, al no aguantar las arcadas, hubiese vomitado un poco de comida al costado de la cama.
Finalmente lo logré o lo logró y cuando le llenaba la garganta de leche, lo felicité diciéndole que se había ganado la play nueva. Le expliqué después que eso era necesario pues tendría que aprender a mamar bien porque era como a mí me gustaba, lo entendió o lo aceptó diciendo que él quería hacerme sentir muy bien porque me quería mucho. Después de esto lo abracé dejando que apoyara la cabeza en mi pecho y los dos nos dormimos una regia siesta.
Cuando nos despertamos ya era de noche, habíamos dormido como cuatro horas, nos duchamos rápido sin que le permitiera nada más que algunos toqueteos, no era que no me calentara con el pendejo y lo que pretendía, pero, si le daba bola lo tendría que tener todo el día ensartado. Tuve que explicarle bien todo esto, pues era una forma de evitarnos problemas, lo entendió y dijo que se cuidaría en sus demostraciones. Nos vestimos con los trajes de baño y bajamos a calentar la comida. Eran como las diez de la noche y estábamos comiendo cuando golpearon la puerta con fuerza, me levanté a atender y resultó ser mi sobrina,
- Fernanda, ¿qué hacés acá?, ¿no es que ibas a pasar la noche en lo de tu amiga?…
- Tío, ¿están bien, pasó algo?
- ¿Qué es lo que tiene que pasar?, estábamos cenando y luego íbamos a ver una película.
- Mi mamá me volvió loca llamando por teléfono, decía que les debía haber pasado algo porque vos no contestabas el celular, te llamó como veinte veces, la abuela también.
- Tu madre está del tomate, mi celular está… ¡La puta madre!, se descargó la batería y no me di cuenta.
- Ya deben estar por llegar, la abuela también se preocupó mucho y se volvieron de raje.
- Disculpame bebé, te cagué la noche, -le dije poniendo a cargar el celular, pero sin encenderlo-.
- Con vos no hay problemas tío, mi cabeza está puesta en el mediodía del martes y lo importante es que estén bien, la abuela me decía que podía haberlos robado, como le pasó a un vecino, ¡qué sé yo!, querían que llamara a la policía.
- ¡Qué lío que hicieron!, podrían haber llamado al celular de Cristian.
- Dijeron que estaba roto.
- No, yo lo arreglé, andá a fijarte Cristian, se borró todo lo que había grabado, pero anda bien.
El nene salió corriendo para el lado de las habitaciones y yo la abracé a mi sobrina tomándola desde atrás, “que lástima que regresan esta noche, podríamos haber aprovechado”, -le dije apoyándola y acariciando sus tetas cuyos pezones se endurecieron enseguida-. “Ayyy, tío, estoy recaliente desde esta mañana, el martes no te escapás”, -contestó la quinceañera moviendo el culo y, además de la verga, se me pararon hasta los pelos de la nuca. Cristian bajó de las habitaciones mirando el celular, no hizo ningún comentario, pero se le notó cierta desilusión.
Fernanda la llamó a la madre diciéndole que estaba todo bien, que no era necesario que volvieran, le contestó que se quedaban todos más tranquilos, pero que ya casi estaban llegando. Maldita la gracia que me hizo, a lo sumo me lo podría coger nuevamente a mi sobrino esa misma noche, pero nada que ver con intentar algo con Fernanda y la pendeja estaba a punto de caramelo. Efectivamente, unos cuarenta minutos después arribaron y se acabó la tranquilidad. Besos, abrazos y achuchones para Cristian y reproches airados de mi hermano para mí, además con la anuencia de mi padre que me acusó de negligente, eso colmó mi paciencia y salté levantando la voz…
- Basta, me tienen podrido con sus pelotudeces, -grité de forma airada-, vos y tus idioteces de Ingeniero a punto de conseguir los mejores trabajos y “chupaculos” de papá para que te pase el cheque mensual y vos creyéndote un “padrino” mafioso que todo lo arregla dando cheques me tienen con las bolas al plato.
- ¡Ángel!, -gritó mi madre y suavizó el tono cuando notó mi mirada dura y resuelta, ella sabía que mis arranques eran de no tener medidas-, cariño, tranquilizate, tampoco es para tanto, nos pusimos nerviosos, los campos eran una porquería y el pueblito no daba para quedarse, -acotó tratando de aplacarme-.
- Si, bueno, pero tampoco es para que nos agreda de esa manera, ni siquiera logró un Título y vive de joda en joda, -dijo mi hermano como defensa-.
- No los quiero escuchar a ninguno de los dos, a mí también me tienen cansada con sus “charlitas y secretitos”, -mi hermano y mi padre quedaron mudos ante la voz de mando de mi madre, mi cuñada tenía la mirada baja y no abrió la boca desde que entró, hasta que habló-.
- Mi cuñado tiene sus razones, nosotros estábamos mal por lo de los campos, nos hicimos una película de terror porque no nos contestaba el teléfono y mi marido y mi suegro lo único que hicieron es atacarlo apenas entramos, habría que darle alguna derecha.
- ¿Te ponés en contra de tu marido?, -preguntó mi hermano dirigiéndose a su mujer-.
- No mi vida, no me pongo en tu contra ni en contra de tu padre, sólo digo que habría que calmarse un poco.
Mi madre la miraba sin entender nada, era extraño que Cynthia saliera a defenderme cuando, normalmente, ni me dirigía la palabra, de todos modos, no la dejé pensar demasiado pues dije que me iba a mi habitación y no bajaría a cenar. “Cuando estemos más tranquilos voy a hablar un rato largo con ustedes dos”, -dije dirigiéndome a mi padre y mi hermano, mi cuñada palideció y se apoyó en la silla que tenía a su lado, ninguno de los dos hombres me contestó-.
Luego de un rato de estar navegando en las Redes Sociales me di cuenta que estaba muerto de hambre y me tuve que arreglar con dos o tres emparedados que me hice con fiambre y pan que tenía en mi heladera, la cerveza en lata me vino de maravilla y me puse a elucubrar cuales serían los pasos a seguir con el tema del sorteo. Decidí que no me quedaría el día siguiente en la casa de mis padres, que se cagaran ellos con sus reuniones familiares y su feriado largo.
Lo que pensé también es que, el feriado largo era sólo para nosotros, la empresa que me había vendido el ticket de los números premiados y los Bancos extranjeros trabajarían ese lunes como un día normal, además, como la diferencia horaria con Ciudad de México era de tres horas a nuestro favor, se me ocurrió llamar por el Skype a la vendedora, era un albur, pero… casi al instante tuve a la morocha infartante frente a la pantalla. La saludé, le pedí disculpas por llamarla de esa manera y le pregunté si me recordaba…
- ¿Cómo no me voy a acordar de Ángel?, eres un nuevo millonario en dólares, me alegro mucho por ti y por mí, jajaja me tocó una buena comisión por haberte vendido el ticket ganador, bueno, uno de los dos. ¿Qué puedo hacer por ti?…
- Todavía estoy sorprendido y me gustaría que me contaras como puedo hacer para cobrar el importe premiado.
- Hay dos cosas que podrías hacer, una es dejar todo en manos de los Bancos, desde tu país se encargarían de mover los fondos, tanto para llevarlos hasta allí como para depositarlos en una cuenta en el extranjero que creo que es lo que más te convendría, aunque te van a cobrar fortunas con los costos de transferencias. Otra es venir a Ciudad de México, cobrar el cheque en la oficina destinada al efecto y sin salir del edificio hacer el o los depósitos al Banco o a los Bancos que se te ocurran, haciendo así las transferencias serían muchísimo más baratas. Tú verás lo que más te conviene.
- Tengo otra pregunta y, por favor, no te rías… ¿De qué importe estamos hablando?
- Jajaja, pensé que no lo preguntarías nunca. Yo he visto toda la documentación y descontando los impuestos de Servicios, esto se lo queda la Agencia vendedora, más los impuestos gubernamentales que son descontados en el acto, te queda un total de ciento noventa y tres millones de dólares limpios, eso en tanto y en cuanto puedas mostrar tus propios tickets, tenés que presentar los que yo te mandé, aunque se puede hacer por medio del pasaporte, pero llevaría más tiempo por el tema de la burocracia y los reclamos.
- Ivana, -recordé que me había dicho el nombre la vez anterior-, ¿cuánto me cobrarías vos para aligerarme todos los trámites?, yo puedo viajar recién el martes, llegaría el miércoles y quiero hacer los trámites y regresar.
- Pero hombre, ¿cómo te voy a cobrar?, es lo que debo hacer, tú me avisas cuando estés llegando y activamos todo, a lo sumo te voy a pedir que me invites a cenar o a tomar algo, jajaja.
- Listo Ivana, es un trato, tengo doce horas de viaje, te aviso luego la hora en que sale el avión y luego vemos, ¿sí?…
- Sí, sí, cuenta conmigo, nos estamos viendo.
Corté la comunicación y estaba en el aire, era una fortuna incalculable aquí y en cualquier parte del mundo, ¡a la mierda con la dependencia de mi padre, madre o con las pelotudeces de mi hermano!… Mis planes pasaban por dejar los estudios, poner ese dinero o gran parte de él en un Banco extranjero para que generaran intereses mensuales y con ingresos en dólares, tal como estaba la Economía del país, viviría como un Duque.
Una regia casa, un matrimonio de Caseros que se ocuparan de la comida, la limpieza y el mantenimiento, un buen auto de alta gama y mejor ropa, eran los únicos gastos pensados, todo lo demás, generaría intereses, pero, como no tenía tanta mala entraña, pensé en una buena cantidad para mis padres y asegurar los ingresos de mi hermano, dudaba respecto a que le duraría mucho, pero eso ya sería su problema, desde allí en más yo bajaba la cortina con las ayudas. El golpe en la puerta me distrajo de mis pensamientos, era mi madre con la comida… Dejó todo sobre la mesa y se sentó a mi lado.
- ¿Qué te pasa cariño?, reaccionaste mal con tu padre y tu hermano.
- ¿Yo reaccioné mal?, me parece que te estás equivocando, ves sólo lo que querés ver.
- Ellos también estuvieron mal y ya se los dije, algo te está pasando.
- Me pasa que crecí mamá, crecí y ninguno de ustedes parece darse cuenta, aunque, en realidad, ya no me importa lo que ustedes piensen, voy a independizarme del yugo familiar y hacer mi propio camino, yo no sirvo para chuparle el culo a papá.
- ¡¿Qué estás diciendo, no podés pensar así?!… ¿Cómo vas a vivir, a mantenerte, a pagar tus estudios?…
- Me buscaré la vida, quedate tranquila que de comer no me va a faltar. Pienso hacer lo que quiera, tomar lo que quiera, cogerme a las mujeres que quiera, tengo un buen “pedazo” para usarlo a gusto y no tendré que pensar que alguno de ustedes me pueda juzgar o apuntar. No me voy a olvidar de mi padre o mi madre y tampoco de mi hermano y sobrinos, pero, aunque te moleste, prefiero admirarte las tetas pensando que son de una hermosa mujer y no pensar que son las de mi madre.
- ¡Ángel!, ¡¿qué estás insinuando?!…
- Nada mamá, las supuestas insinuaciones corren por cuenta tuya, yo sólo digo lo que siento, lo lamento si no estás de acuerdo, ver ayer tu culo, tus tetas y los de mi cuñada me hizo replantear un montón de cosas.
- ¡Pe, pe, pero, soy tu madre, no me podés hablar así!
- Puedo y no tengo empachos en hablarlo, el parentesco sólo está en la cabeza de los hipócritas, para mí sos sólo otra hermosa mujer y si no te gusta lo que digo, es preferible que dejemos la conversación acá, en la semana dejaré el departamento y en algún momento nos volveremos a cruzar.
- Hijo, me estás hiriendo, ¿tanto mal te hicimos?
- Nunca dije que me hicieron mal, a lo sumo, no me dieron tanto cariño y se dedicaron a subsanar todo con dinero.
- Bien que lo usaste, pero eso no te da derecho a decir que te gustan las tetas y el culo de tu madre.
- Si es por lo que me dieron en lo material, hacé las cuentas y buscaré el modo de devolverlo, en cuanto a lo otro, ya te dije que crecí y me arrogo el derecho de decir que me excita la cara, las tetas y el culo de Elena, lo de madre corre por cuenta tuya, yo sé ver muy bien las diferencias entre mi madre y Elena.
- No, no, no, vos estás muy loco…
- Puede ser Elena, puede ser, pero para que ninguno se contagie me voy a ir a dormir al departamento, cuando me mude te alcanzaré las llaves, mientras tanto papá y vos pueden seguir escuchando y consintiendo al inútil y fracasado de mi hermano.
Mi “vieja” se fue llorando y por lo que supe enseguida, se metió en su habitación, detrás de ella golpeó la puerta mi cuñada y le dije que pasara.
- Ángel yo quería hablar con vos, ¿qué le pasó a tu madre que salió llorando y se metió a su habitación?…
- ¿Sobre eso me querías hablar?, pensé que era sobre el video que te muestra como una puta desorejada. Lo de mi madre es porque decidí dejar de pertenecer a esta familia de hipócritas, por lo tuyo, vos dirás, pero, ¡por favor!, sin mentiras, sé muy bien como viene la mano y no creo que haya sido el único.
- Para que sepas, fue el único, se me juntaron las ganas de hacer que tu sobrino participara en competencias y las idioteces y abandonos a que me somete tu hermano con sus trabajos inconclusos.
- Como sea, el caso es que lo engañaste y “para muestra basta un botón”, todo lo demás correrá por cuenta de la imaginación de quien vea el video.
- ¡Por favor te lo pido!, no podés mostrar ese video, me joderías la vida y la de tus sobrinos.
- No me jodas, la única vida que se jodería sería la tuya, tendrías que salir a trabajar de puta que parece que es lo único para lo que servís, pero mi madre te haría la vida imposible. A mis sobrinos no les va a faltar nada y te aclaro que fue por ellos, para que no tuvieran ese disgusto, que me abstuve de mandárselos a tu marido y a mis padres, bastante mal me has tratado vos como para que ahora te tenga consideraciones.
- Eso te lo reconozco y quiero cambiar contigo, decime que querés que haga.
- Ya te lo dije, dedicación exclusiva y todo tu cuerpo a mi disposición, si “peros” ni remilgos, te aseguro que dinero, buen pasar y verga no te va a faltar, pero “sumisión total” y olvidate de cualquier otra pija, una sola falla, una sola negativa y te quedas en pelotas. Tené la plena seguridad de que no hablo por hablar.
- ¿Puedo pensarlo?…
- Te diría que no, pero el martes voy a estar muy ocupado, el miércoles viajo a México y regresó el jueves, tenés hasta el viernes al mediodía, pero eso sí, si trasponés la puerta de mi departamento te vas a convertir en una mujer para ser usada, nada que ver con ser mi cuñada, aunque estoy seguro que placer no te va a faltar. Otra cosa más, que ni se te ocurra negarme a mis sobrinos.
- ¿Tan seguro estás de lo que podés darme?, -quiso hacer notar que no iba a aflojar así nomás, pero no la dejé reaccionar, la tomé fuerte de los cabellos y la obligué a arrodillarse mientras me aflojaba la bermuda-.
- Por lo pronto tendrás que conformarte con esto y tratá de no provocarme, no estás en posición de ponerte en “cocorita”, -le puse la verga erecta frente a los ojos y tardó sólo un pestañeo para tomarla con las dos manos y llevarse el glande a la boca-.
- Es enorme, no estoy acostumbrada a algo así, me vas a romper toda, -dijo eso sacándose la verga de la boca y no bien terminó de decirlo volvió a tratar de tragarla-.
- Todavía no, cuando te decidas no tendré piedad de tus agujeros, ahora me tengo que ir al departamento, espero que el viernes vengas a verme, -me subí el pantalón de bañó y llamé un taxi por el celular, ella se levantó despacio y se arregló el cabello, quedó recaliente, pero yo la ignoré-.
Cuando bajé estaban todos allí y fue todo un drama, mi madre lloraba pidiendo que no me fuera, mi padre trataba de mantener una actitud de dureza sin emitir opinión y mi hermano decía que me dejaran ir, que ya volvería con “el caballo cansado y pidiendo ayuda”, era el único que parecía gozar con la situación, pero no me importaba, los cuernos que yo le iba a anexar no lo dejarían pasar cómodo por debajo de los dinteles de las puertas.
No le di pelota a nadie, saludé a mi sobrina que me dijo al oído “martes”, pero el tema fue con Cristian, se puso a berrear con ganas diciendo que quería irse con el tío Ángel, el padre se negó, pero Cynthia, bajando la vista, me dijo: “Si quiere ir con vos está bien, pero necesito que lo traigas mañana al mediodía y tratá de hacerlo entender”. Le dije que estaba bien y me sonreí por dentro pensando en que le iba a dejar el culito como para pedir socorro.
GUILLEOS1 – Continuará… Se agradecen comentarios y valoraciones.
como sigue
Excitante y con mucho morbo.