UN SOBRINO MUY INQUIETO. (6).
Se aclaran cosas con mis padres, uno sale con la cabeza gacha, el otro no..
Cynthia me despertó con una mamada cercana a lo profesional, pude seguir después de acabarle en la boca pues no dejó que decayera y esta vez fue su culo el que recibió mis atenciones, pero no hubo quejas, fue toda más tranquilo, más amoroso diría, es más se disculpó porque no había sabido estar a la altura en la primera noche. Opiné que estaba bien, pero le recalqué que ella estaba para hacer lo que yo quería sin negarse a nada y enfatizó en que así sería.
Al final hicimos como dijo Cynthia, ella ordenó todo lo comprado como regalo en la maleta grande, las cosas de valor las llevé yo con sus respectivos estuches y esto era porque ella no podría llegar con ningún regalo, debía recibirlos al reunirnos, al igual que lo harían todos. Lo que si se llevó en la cartera fueron veinte mil dólares que le dije que era para que viera que yo cumplía y hubo algunas lagrimitas por esto, eso sí, le aclaré que debido a que los intereses que había arreglado eran inferiores a las cuentas que yo había hecho, sólo le podría dar esos diez mil dólares prometidos por mes, obviamente que no le importó, igual sabía que era mucho dinero y que detrás estaba todo mi otro respaldo.
Llegamos a La Argentina a eso de la una de la mañana y nos separamos directamente desde el aeropuerto, ella iría sola hasta su casa pues allí no había nadie y no tendría que explicar el horario, yo llevé todo para mi departamento y quedé en que les avisaría a todos para reunirnos en casa de mi madre el sábado al mediodía, me quedaba todo el viernes para descansar y ordenar un poco mis ideas.
¡Mierda lo de descansar todo el viernes!, un poco después del mediodía apareció mi padre seguido de mi madre pues él quería hablar conmigo por mi actitud y sabía que yo ya debería haber regresado del viaje. Entró con una pizca de prepotencia exigiendo explicaciones por mi proceder, pero a esa altura yo no estaba dispuesto a aguantar imposiciones de nadie, igualmente, no tenía ganas de pelear, aunque no me callé nada.
- ¿Me podés explicar eso que me dijo tu madre de que yo te ignoro y no sé cuántas cosas más de vos que no sé y de las “facturas” y no sé qué ocho cuartos?
- Mirá “viejo” si tengo que empezar a decir me voy a quedar corto, es preferible que demos una vuelta de página, no quiero que mamá se ponga mal.
- Y yo quiero recordarte que este departamento es mío y digo todo lo que se me da la gana.
- Te digo lo mismo que le dije a mamá, más temprano que tarde lo voy a dejar y ya que hablamos de este departamento, me viene bien para decirte que a mi hermano le compraste y pusiste a su nombre la hermosa casa que tiene y a mí me “prestaste” este departamento que es tuyo, esto como para decir algo y marcar un punto de lo mío.
- Si, bueno, lo que pasa es que…
- Papá, lo que pasa las pelotas, las preferencias estuvieron siempre a la orden del día y prefiero no revolver mierdas. Le dije a mamá que estaba en condiciones de ayudarte con la empresa y quiero saber que pasa ahí.
- Esa es otra de tus “mascaradas”, ¿cómo me vas a ayudar vos?, allí hay que dedicarse, arreglar los problemas administrativos y aportar unos dos millones de dólares para comprar maquinarias nuevas.
- Yo te voy a dar la solución, aunque tengo muchas “facturas” para pasarte y, además, es un poco tarde para que me vengas con planteamientos, yo ya no los admito y tampoco los permitiré.
- Pero, pero, ¿vos quién te crees que sos?
- El único que te puede ayudar porque tu otro hijo es un inútil. Mamá decile que se baje del caballo porque así no vamos a llegar a nada.
- Dejá que Ángel nos explique y sin chistar, te recuerdo que la dueña real de la empresa soy yo, la heredé de mi padre y estoy muy interesada en reflotarla, algo que vos y tu otro hijo no pueden hacer. -mi “viejo” cerró la boca y yo fui a sacar todos los papeles que tenía de la empresa y los puse sobre la mesa-.
- Vos vas a seguir figurando en la empresa, pero las mayores decisiones las tomará un nuevo administrador, yo no puedo ni quiero trabajar allí y, por lo pronto, hay que echar a todos los de esta lista, son los que te están robando y “dibujando” las cuentas. El Jefe de Mantenimiento y varios de sus allegados sabotean las máquinas y los costos de reparación de las mismas son exorbitantes. Los sueldos del personal jerárquicos están sobrevaluados, hay demasiados “caciques” y pocos indios.
- ¿Cómo sabés todas esas cosas vos?
- Porque a pesar de todo lo que vos podés opinar de mí, yo me dediqué a estudiar y controlar todos los movimientos de la empresa y si seguís por el mismo camino las proyecciones auguran una quiebra en uno o dos años. No opines, dejame terminar. Conozco gente del Gobierno que puede incidir con los del Sindicato central para que no rompas las pelotas cuando se despidan a los Delegados que están todos “entongados” con los Jefes de Áreas, en definitiva, hay que hacer una limpieza total y vos, te guste o no, no estás en condiciones de hacerla, podés saber de armar y fabricar una llanta, pero de llevar una empresa en tiempos en que la Economía flaquea no sabés.
- Ahora resulta que soy un inútil y vos te las sabés todas…
- De esto sé mucho más que vos, figura un superávit en el balance y cada vez retirás menos dinero, todo se pierde en sueldos altos de amigos y de otros amigos, reparación de maquinarias, producción parada, pérdida de mercados en el exterior por no poder competir, ¡vamos “viejo” esto va de mal en peor!…
- Algo de eso es cierto, pero, ¿de dónde se sacaría el dinero necesario para las máquinas nuevas?, ¿a ver?, ¿qué solución mágica tenés para eso?
- El dinero está, eso no me calienta, tengo a la persona que podría ocuparse de la administración y a los Abogados que desestimen los posibles juicios por despidos, amén de los “arreglos” con la gente del Sindicato, pero, para eso hay que sentarse y tomar decisiones.
- A mí me parece bien lo que estás planteando Ángel, pero queda el pendiente del dinero, los bancos no nos van a prestar esa cantidad, -dijo mi madre-.
- Tomá, eso es mío y estoy dispuesto a darlo para salvar la empresa, estoy seguro que alcanzará para todo y sobrará, -le di un cheque firmado por cinco millones de dólares-. Los dos abrieron los ojos como platos…
- ¡Nene!, ¿de dónde sacaste este dinero?, ¿qué hiciste?, -expresó mi madre alarmada-.
- Nada ilegal quedate tranquila -le alcancé los papeles de la Lotería mexicana-, para eso viaje a México, no fue para traficar nada, me saqué más de cien millones de dólares en la Lotería y fui a cobrarlos, creo que con ese papel le cierro la boca a quien pudiera hablar al pedo de mí, eso sí papá, si querés hacer lo que se te canta las pelotas o metés al inútil de mi hermano en cualquier decisión, no contés conmigo ni con mi dinero, más claro no puedo ser.
- Claro, ahora que tenés dinero propio pensás que tenés derecho a agarrarme de las pelotas.
- Ese es tu error desde siempre papá, siempre te creíste que sos el dueño de la verdad y te negás a escuchar a los demás o a reconocer cuando estás equivocado, pues bien, esa actitud me llevó a apartarme y a que se te esté desmoronando la empresa del abuelo, sin contar de tus “preferencias” familiares.
- Te olvidás que es tu hermano y no se lo puede dejar “tirado”.
- Te volvés a equivocar, yo no pienso dejarlo “tirado”, tengo un cheque de tres millones de dólares para que él encause su vida, -también se lo di a mi madre-, aunque estoy convencido que es dinero perdido que gastará al pedo y no solucionará nada.
- Parece que lo odiaras a tu hermano, -dijo mi padre-.
- Para nada y, en todo caso, es lo que vos generaste dándole siempre más bola que a mí. Mamá, te propongo algo, él anda con problemas económicos, ¿no?, llamalo y preguntale que haría si recibe tres millones de arriba, poné al altavoz, si me equivoco, le doy el cheque en mano, si tengo razón te lo doy a vos para que lo administres, igual ya lo tengo determinado como gasto, -mi padre no quería y mi madre tomó el celular para llamarlo-
- Hola cariño, te voy a hacer una pregunta importante, es un tipo de encuesta, ¿qué harías si te regalaran de un día para el otro, tres millones de dólares?
- ¿Es una joda?
- No hijo es para una encuesta y estoy en la duda.
- Si los recibiera yo me compro una hermosa casa en un country, similar a la que tiene un ex compañero de la Facultad, también compraría un hermoso auto de alta gama, mandaría a los chicos a un colegio privado bilingüe, buenas vacaciones, vendería mi casa actual y trataría de poner un Estudio de Ingeniería con un par de conocidos. Tres “palitos” verdes es muchísimo dinero…
- Gracias hijo, voy a poner esa respuesta, luego nos vemos, -mi madre guardó el cheque en su cartera diciendo, “yo manejaré esto” y mi papá se agarró la cabeza dejándose caer como vencido apoyando los codos en la mesa-
- No hace falta que diga más nada, ¿no?…
- No hijo, no hace falta, ¿cómo podemos hacer para empezar a ver y solucionar el tema de la empresa, -expresó entregado-.
- Este fin de semana nada, pensaba ir a tu casa a repartir regalos, compré sólo para las mujeres y los chicos, de paso, ya que está, te voy a dar el tuyo mamá-Elena.
- ¿Qué me compraste?, a las mujeres nos encantan estas sorpresas…
- Una pavada, yo no soy de mucho regalar, -le entregué el estuché envuelto con su nombre y lo abrió apurada y expectante-.
- ¡Ayy nene no!, ¡Ayy nene no!, no puede ser, nunca tuve algo igual, es una belleza y debe ser carísimo, tendré que ir a una cena de gala para lucir estas joyas. No lo puedo creer, este regalo y todo lo que contaste parece un cuento de hadas.
- De hadas no mamá, de culo para elegir unos números y de estar al pedo para entrar a Internet y dejarme convencer por la chica que me vendió el ticket, la que, por otro lado, cuando llegué me atendió de maravillas y me alojaron en el hotel más caro de Ciudad de México, aunque como fui y vine no pude hacer turismo. Ahh, otra cosa, esa valija grande está llena de regalos para las mujeres, la chica me ayudó a comprar.
- Para mí no hay nada, -preguntó el “viejo”-.
- No, para los hombres no compré nada, pero ese “papelito” debería alcanzar, ¿no?…
- ¿Qué vas a hacer desde ahora en más?
- La “mía”, la que hice siempre y a ustedes no les gustaba y no pienso cambiar, cuando “tiré la bronca” el otro día todavía no sabía lo que había ganado, me enteré al volver a casa, eso sí, no pienso volver a estudiar.
- Pero, hijo, el Título es importante.
- No jodas con pavadas, la carrera en si no me gusta, ya aparté lo que puedo gastar en lo inmediato y, con lo que queda, voy a cobrar unos cincuenta mil dólares por mes solamente de intereses, ¿me podés explicar para que quiero un Título que no usaría nunca?, además, el Título no hace a la persona, no me hagas volver a tocar temas urticantes.
- Bueno, no se hable más, vos volvé para casa, yo me voy a poner al día con todo lo que Ángel tiene para contarme y, de paso, voy a revisar esa maleta, jajaja, en un par de horas me tomo un taxi para volver.
Mi padre se despidió resignado, pero antes le recomendé que no le dijera nada a mi hermano, mucho menos sobre los fondos que le administraría mi madre, además, mandalo de vacaciones a la casa de la Costa, no lo quiero cerca cuando comencemos con el tema de la empresa, puedo terminar muy mal con él, ya hay varias gotas que rebalsaron el vaso. Lo aceptó y se fue un tanto cabizbajo, había recibido una buena paliza y no le quedó nada por alegar en favor del inútil.
Lo había acompañado hasta la puerta de entrada del edificio para hablar tranquilo de ese tema y cuando regresé al departamento noté que estaba todo en penumbras, pocas luces y las cortinas corridas, enseguida imaginé como “venía la mano”. Elena apareció saliendo desde mi habitación y vestía solamente el conjunto de ropa interior celeste, la cara la vendía…
- Nene, no sabés como estoy, necesito que me hagas mimos, la valija puede esperar…
- Jajaja, sos terrible, vos lo que necesitás en una buena verga, aunque, te aclaro que hoy tu culito no se salva.
- Vos sos mi macho, cogeme por donde quieras, pero cogeme.
Me dio justo el tiempo para poner la traba de la puerta desde el lado de adentro, no quería ninguna sorpresa y aguanté a pie firme cuando corrió a abrazarme para besarme con ganas. Me encantaba verla tan caliente y desprejuiciada a mi mamá y más me encantaba que fuera conmigo. Luego del beso en que se movía como culebra y apretaba su pelvis contra mi cuerpo, la hice girar y metiendo mi mano por sobre el elástico de su vedettina, apreté sus nalgas moviendo el dedo medio en la zanja de su culo y la llevé empujándola despacio hacia la habitación.
Se sentó en la cama, me bajó el pantalón con premura llevándose el bóxer en la maniobra y besó mi glande con glotonería, poco tardó en meterse la verga en la boca, le faltaba experiencia y aparecían las arcadas, pero era un morbo y un placer especial ver a mi madre chupándome la pija con un cierto tinte de desesperación. Yo me saqué la remera, pisé los pantalones sacándolos de mis piernas y subí a la cama mientras ella se acomodaba poniéndose en cuatro.
Sin proferir palabras me urgía a meterla en cualquiera de sus agujeros, me estiré para tomar el gel y retorné a la posición para pincelar la zona con el glande que parecía latir apresurado. Los gemidos de mamá no se hicieron esperar, movía las caderas cuando lubricaba toda la zona arrastrando sus jugos en la maniobra y no se aguantó: “No puedo esperar más Ángel, metela, cogete a mami” pidió moviendo la mano con la que sostenía la ropa que recién se había sacado.
Entré despacio sin detenerme y escuché sus grititos en los que mezclaba dolor y placer, “agggg, ¡qué pija tremenda! sos un hijo de puta y me encanta ser tu puta”, me quedé quieto disfrutando del “acto de desaparición” de mi verga devorada por su concha pedigüeña y comencé a separarme despacio haciendo que volviera a aparecer y logrando con eso que me permitiera jugar con mis dedos embadurnados en su agujerito negro que latía exigiendo.
Fueron mis pulgares quienes abrieron y dilataron el esfínter rebelde y cuando ella se expresaba con otro de sus orgasmos chiquitos y húmedos cambié el destino del glande y forcé la entrada del recto. El grito apenas si logró ser amortiguado por la almohada cuando una cuarta parte de mi verga quedó alojada en su interior, “ayyyy, mierda, duele, duele carajo”, -expresó cuando dejó de gritar y me quedé quieto por unos segundo-, luego siguió cuando amagué con retroceder, “no la saques, metela toda, rompele el culo a mami, dame verga hijo, dame verga”, -exigió- y no me hice rogar.
Se la mandé toda de un empujón y “soldé” pelvis con nalgas, así quedé y no se podía mover porque mis manos se aferraban con fuerza y ganas a esas nalgas prodigiosas, “puta, puta, puta, me encanta ser tu puta, ¡por Dios!, no te muevas, dejame a mí” … Yo ni pestañeaba y ella comenzó a moverse como tanteando el terreno, fue incrementando sus movimientos y al rato parecía una coctelera que apretaba con fuerza, entraba, salía y se ladeaba hacia los costados. Ella sola se estaba cogiendo usando mi verga para eso, hasta que pude acoplarme a su ritmo y comencé a cogerla yo.
Grititos de dolor y placer, pedidos y exigencias para que entrara profundo e intercalando expresiones hablando del culo de mami y la verga de su hijo junto con orgasmos que contraían y apretaban aún más, me llevaron a una explosión que no quise contener. El culo de mami era completamente mío y ella se desplomaba feliz y agotada llevándome con ella para que sintiera el dolor-placer final.
Nos quedamos quietos los dos, no sé ella, pero yo sentí una placidez especial cuando pasé mis manos por delante de su torso, aferré sus dos tetas creadoras de mis primeros alimentos y apoyé mi rostro en su espalda transpirada. “No puedo más nene, es un placer enorme entregarme así, esperá un poco, si salís ahora me arrancás las tripas, tu pija no es joda me duelen hasta las pestañas, jajaja”, -dijo riendo-.
Estaba feliz, disfrutaba de su cogida y me hablaba con una mezcla de dulzura de madre y calentura de hembra. Ella sola expulsó al cuerpo casi inerte y llevó la mano hasta el agujerito palpitante, “jajaja, mi culo pasó la prueba con honores y creo que hasta podría meter mi mano allí, quiero más nene, quiero más”, -decía sonriendo complacida-. Luego de esto, haciendo gala de una plasticidad desconocida, salió corriendo hacia el baño con la mano en su trasero.
“Ufff, si no me apuraba enchastraba toda la cama”, -expresó con picardía cuando regresó a mi lado ya recompuesta-. “Andá a lavarte, yo voy a revisar la maleta”. La curiosidad pudo más y no me quedó más que reírme y levantarme para ir al baño, al salir me la encontré desnuda y tenía toda la mesa del comedor ocupada con cosas que sacaba de la maleta grande. No sé cómo había hecho Cynthia para acomodar todo lo que mi madre sacaba de allí, parecía imposible que todo aquello hubiese entrado, se había unido la capacidad de la maleta con la capacidad del que sabe acomodar.
- Quiero dos de estos conjuntos, ¡la puta madre, son carísimos!, en algún momento me los vas a tener que sacar con los dientes.
- Te desconozco mamá…
- Ni te imaginás las cosas que me pasan por la cabeza, ponete detrás de mí y apóyame la verga, necesito saber que está afuera, todavía la siento como si estuviera en mi interior, jajaja.
- Te apoyo con placer, pero no pidas más, me secaste.
- No, no, así está bien. Hay un vestido que creo que me quedaría bien, un par de remeras, chucherías, perfumes, ahh y esta cartera, me encanta esto, estoy en la gloria, bien cogida, amada y con regalos, ¿qué más puedo pedir?
- La idea era que se lo repartieran entre las tres, pero veo que, “la antigüedad es un grado”, jajaja.
- ¿Compraste cosas para Cynthia?
- Sí, para Cynthia y para Fernanda, no las iba a dejar afuera, siempre creí que la enemistad de Cynthia era una fachada y yo prefería hacerme el boludo.
- Ay, nene, mi instinto de mujer no falla, siempre pensé que esa chica estaba y está muerta con vos. Si te llega a probar, a la mierda el matrimonio de tu hermano.
- Tampoco creo que sea para tanto.
- Mirá, vamos a hablar sin tapujos, ella no me gustaba porque la veía interesada en el dinero o supuesto dinero de tu hermano, pero me demostró que no es una mala mujer y, además, es buena madre y tu hermano también demostró que no sirve ni para espiar, ya no tiene arreglo, ni en la cama debe servir, así que… mientras mis nietos estén bien…
- ¡Mamá, ya me estás emparejando con Cynthia!
- No tonto, en pareja no, pero, creo que lo único que falta es que vos te decidas y después que sean discretos, aparecerá otro cornudo como tu padre, pero, es mejor que todo quede en familia y no que tenga que cansarse y salir a buscar afuera, eso si ya no lo ha hecho. A mí no me importa compartirte, yo no soy tu novia ni tu esposa, apenas una mamá todavía cogible, jajaja.
- ¡Mamá, me sorprendés con lo que decís!
- ¿Por qué?, yo me callo, pero veo, observo, tonta no soy y ahora hasta he vuelto a coger, jajaja. También tengo mis culpas, los dos nos equivocamos poniendo todos los porotos en tu hermano y aunque ya me había dado cuenta, hoy nos diste una buena lección. Lo de él es un fracaso y una desilusión, no creo que tu padre le diga nada, pero no le dará la misma injerencia y no tiene que ver con el dinero que tengas o dejes de tener. Lo de la empresa ya lo veíamos venir y entre yo que no sé y tu padre que no sabe cómo hacer, se nos estaba yendo todo a pique porque no había nadie que pusiera las pelotas arriba de la mesa.
- Te entiendo, aunque yo no pienso trabajar en la empresa, puedo aportar ideas y que aprenda papá a delegar, pero no pienso trabajar allí, ahora no necesito trabajar y forjarme tal o cual porvenir, además, la empresa me importa, pero, ya sabés que tengo “la mecha corta” y si sigue con sus pelotudeces me es más fácil mandar todo a la mierda y hacer lo que a mí me interese.
- Por eso no te preocupes, las riendas siempre las tuve yo y tu padre lo sabe bien, por otro lado, no va a querer sumar el fracaso de la empresa a su vida y te dará bola en todo lo que le digas, sino, corre el riesgo de que lo ponga de patitas en la calle.
- ¡Mamáááá!…
- ¿De qué te asombrás?, hace mucho tiempo que lo nuestro es una fachada, lo quiero y no lo quise joder nunca, pero, lo único que me importa son ustedes y mis nietos, él es sólo un florero, lo lamento si te jode, pero nuestra situación hace que podamos hablar a calzón quitado y yo tampoco quiero soportar boludeces.
Luego de toda esta charla, a todas luces esclarecedora, tuve que aguantar, ¿aguantar? que mamá se arrodillara, me pusiera nuevamente la verga en condiciones con su mamada apurada y, apoyada en la mesa del comedor y parando el culo, se comiera varios pijazos por agujeros indistintos. Gritó en sordina mordiendo una remera nueva, tuvo varios orgasmos y volvió a secarme, era una fiera la “viejita” y estaba recuperando su tiempo perdido y… mientras yo pudiera y el cuerpo aguantara…
Puso todo lo elegido para ella en una bolsa aparte, volvió a acomodar todo lo de la maleta y tuve que ayudarla para bajarla y que la subiera en el taxi, me dijo que la nuera y su sobrina estaba en la casa y aprovecharían a elegir sus regalos. Yo subí desesperado por encontrar la cama y desquitarme con una siesta a deshora, estaba fusilado y me dormí sintiendo el perfume de mi mamá en la almohada.
Como a las tres horas me despertó el teléfono era mi sobrina Fernanda, hablaba a los gritos junto con su madre para agradecerme los regalos. Cynthia me decía que estaba anonadada por las joyas que le había mandado con mi madre, que le quedaban como “pintadas” y bla, bla, bla… Jajaja, la muy “guacha” no diría nunca que las había elegido ellas y ya se las había probado. Se notaba que tenían puesto el altavoz y mi sobrina aprovechó para pedirme que le comprara un reloj Smarband Inteligente, esto recibió el reto de la madre y de la abuela.
Les dije que no se pelearan, que en la mañana les llevaría uno a cada uno, no podía olvidarme de mi sobrino y, a pesar de lo de mi madre y su traqueteo, se me cruzó el culito de Cristian por la cabeza, tuve ganas de pedirle a la madre que me lo mandara para que se quedara conmigo esa noche, lo pensaba y la verga se me endurecía, pero no quise abusar, si comía apurado de distintos platos corría el riesgo de empacharme y eso siempre hacía mal.
Me había dado un hambre atroz y ya no era necesario cocinarme nada en el departamento, entonces salí a cenar afuera, no fui muy lejos, tampoco estaba para hacerme el exquisito e ir a algún lugar selecto, recordé que a tres cuadras de casa había una buena parrilla y pensé en darme el gusto de comer una buena carne. Vino tinto, mollejas de entrada y vació con ensaladas completaron la cena a la que le agregué un postre con dulce de leche, volví al departamento pipón y con ganas de mirar una buena película y acostarme a dormir, más sencillo imposible.
No había nada bueno para ver, intenté incluso con el Netflix y era todo de medio pelo, entonces se me dio por ver casas en venta, busqué en casas quintas, lo de los Country no me convencía, robar te podían robar igual y pagabas fortunas en Seguridad y expensas, además las propiedades se cotizaban el doble. Yo no era de figurar y, aunque tenía el dinero, no se lo iba a regalar a nadie. Una casa grande que podría armar a mi gusto, acceso rápido, rodeada de un paredón, buen parque, pileta y ciertas medidas de Seguridad que un amigo podía instalar a un precio razonable convendría más a mis intereses.
Había varias para elegir, pero una sola me llamó la atención, estaba en la zona de la Provincia a escasos minutos de la capital y en sentido norte, contrario a la casa de mis padres, de cinco que podían ser seis habitaciones enormes y con baños, tenía piscina grande, parque, arboleda, diez mil metros cuadrados y muro perimetral. El precio oscilaba en casi un millón y medio de “verdes”, aunque eso se podría pelear. Mandé un mensaje pidiendo turno para verla y parece que había un cierto apuro porque, a pesar de la hora, me contestaron preguntando si podría ser en la tarde de ese sábado, acordé vernos a las cuatro de la tarde y cuando me apretaba a dormir recibí un llamado de mi madre.
- Hola mi cielo, ¿estás solo?…
- Sí, mi mamá estuvo esta tarde haciéndome mimos, pero luego me dejó solo.
- Tonto, te llamaba para ponerte al tanto porque hay cosas de las que no te enteraste, hubo una pelotera grande entre tu padre, tu cuñada y tu hermano, menos mal que no me quise meter.
- ¿Qué pasó?, ¿cómo fue?
- Mientras yo estaba con vos, “mirando los regalos” en el departamento, tu padre se fue de boca y le dijo que vos podrías ayudar económicamente a la empresa y tu hermano la cagó porque comenzó a despotricar diciendo que el dinero que podías conseguir seguramente sería mal habido. Tu padre se aguantó y lo cortó afirmando que no quería discutir esas cosas con él. Según parece los dos se quedaron con la sangre en el ojo.
- Bueno, lo de mi hermano es lo mismo de siempre, menos mal que papá no la agrandó.
- No, el problema se agravó cuando llegué yo con la maleta y nos pusimos a ver los regalos que habías traído de México. Cynthia y Fernanda se enloquecieron y cuando le di las joyas a mi nuera, tu hermano se puso como loco, comenzó a decir que ese dinero era por las drogas y que la sangre, las víctimas y no sé cuántas pavadas más.
- Lástima que no le llevaste el papel de la Lotería.
- Sí, lo tengo yo, lo debo haber guardado con el cheque que sería para él, la cuestión es que no dije nada, cuando tu padre más enojado estaba diciéndole que se callara porque se iba a arrepentir, le di el papel para que se lo mostrara, Cynthia se acercó, vio el papel y estalló, -bastante pilla mi cuñada-. Entre los dos le dijeron de todo y él contestaba, ¿cómo cien millones?, pero cuando dijo, “estamos salvados”, a tu padre le faltó poco para echarlo de casa, aunque le dijo que desapareciera y se fuera unos días a la Costa, fue muy doloroso porque ni Cynthia ni los chicos quisieron irse con él.
- ¿Y ahora?, ¿qué va a pasar ahora?
- No lo sé, Cynthia y los chicos se pusieron mal, disimularon un poco para agradecerte, pero estaban mal, tu hermano se fue y no sé si se habrá ido para la Costa. Te aviso por si te llama, es bastante inconsciente como para hacerlo.
- Quedate tranquila, la sangre no va a llegar al río, me voy a dormir y mañana hablamos tranquilos, tranquilizá a los chicos y a tu nuera.
En realidad, no me importaba lo que pasara con mi hermano, cuanto existen demasiadas cosas en contra, los cambios no aparecen y los errores no paran de incrementarse, eso de que “la sangre tira” es una pamplina enorme. El único motivo por el cual no deseaba que le pasara nada era para evitarle un disgusto a mis padres, a mis sobrinos y, ahora que me importaba un poco más, a Cynthia. Mañana se vería lo que podría pasar.
GUILLEOS1 – Continuará… Se agradecen comentarios y valoraciones.
Excelente buena historia es muy excitante tiene mucho morbo y también erotismo, espero la continuación pronto.
Ese hermano forro que tiene, se merece una buena poronga por todos los agujeros, por lo demás me gusta la onda novelizada del relato, esperando la continuación
Caliente, morbo y buena trama👍A tu hermano rómpele el orto, que aprenda👍
que buen relato me tienen todos al 100
Me fascina esta historia, me encanta como está contada