Un sueño selvático con mi hermana
Nuesto refugio en el verdor de la selva.
Un sueño selvático con mi hermana
Hace unos años, cuando éramos jóvenes. Traje a mi hermana Susana aun paraje en la cual le contaba por celular cuando compraba víveres en el pueblito X, que había encontrado un buen lugar en el campo. Que construí una casa y pelado algo de terreno para cultivo con suficiente agua y algo cerca de una media catarata lo suficiente para llamarse un paraíso. “Andrés” me llamo cuando me vio en el paradero de buses. Nos besamos y abrazamos sin miedo alguno. Luego me di cuenta que casi no traía nada a excepción de una buena mochila. Nos fuimos del lugar y me dirigí con ella mi nuevo mundo. Embarcamos en una lancha y llegamos como las 5 pm de la tarde. Un viaje de casi 5 horas por el rio, pero para ella es nuevo y terminamos con dos horas de caminata. A tiempo para llegar a casa. Si que era lejos, pero era nuestro. No había empezado a prender la lámpara para iluminar la habitación ella me reventó en besos. “Te extrañé”, “me volví loca pensar que ya te olvidaras de mi” y otras reclamaciones mientras me desvestía. Yo la cargue y la tire a la cama. “Te demostrare que no te había olvidado hermanita”. Ahora ella entraba en calor desvistiéndonos. Ella me bajo el Bluejeen y la pieza de su delirio la saludo balanceándose arriba y hacia abajo, apuntándole a ella. Como un gran dedo acusador de quien es la culpable de estar así. Tomo el instrumento y se sirvió como ella sabía. Pelándolo y succionándolo con mucha más soltura en su intención que cuando estábamos en la casa de nuestros padres. Su boquita y lengua me arranco un suspiro mientras le acomodaba su cabellera negra que le llegaba hasta su espalda. Le había crecido el pelo y trataba de darle vuelta, pero era rebelde y me olvide de intentarlo. Y apoyé mis dos manos encima de mis glúteos para arquearme mientras ellas seguí lamiéndome el miembro cerrando mis ojos y arqueaba mi espalda de placer. AAAAhhhh me salió una satisfacción al eyacular en su boca. “Gracias por la cena” me dijo riéndose y yo me lance sobre ella terminando le de desvestirla y tumbado como Dios nos trajo al mundo. Hombre y mujer. Juntos acariciándonos, besándonos. Le besaba por todo su rostro le chupaba sus orejas su cuello mejillas pómulos frente ojos entre sus senos sus senos pezones que se paraban como recuerdo cuando se excitaba su vientre jugara con mi lengua con su ombligo y empecé a lamer su monte de venus hasta si clítoris y un sobre salto de ella me confirmo su orgasmo. En videos porno veo como los hombres abren las vaginas de sus parejas con sus dedos, pero en mi caso siempre me gusta hacerlo con la lengua. Su vagina me saludo chorreando su miel que engullí con gusto y saboreándolo con más tranquilidad y la abrí con mi lengua hasta oírla gemir y abriendo sus piernas mientras trataba de sujetarme por mis cabellos, pero no pudo y se tumbó de excitación de nuevo sujetando la almohada como consolación y mordisqueándola como si fuera una zombi. Sus senos se balanceaban sobre su pecho llenándome de excitación. Continúe pasando mi lengua lo máximo extendida alrededor de sus paredes internas y entre sus labios vaginales para terminar con su clítoris que la hizo arquear su espalda casi como una araña. No pudo más, se desquicio como drogadicta a la cocaína o gata sobre el ratón salto sobre mi falo y se lo ensarto Inicialmente poquito a poco y luego la mitad y completo al final. No bastándole sus gemidos libres se podían oír creo a 30 m, Pero me valía mierda quien nos oyera esta vez. Yo no escapaba tampoco. Mis gemidos se confundían con las de ella. Hasta me animé a gritar fuerte como nunca lo hice en el vecindario. Nos sentimos como si descargáramos nuestro estrés, inseguridades, En tanto ella seguía moviendo su pelvis delante hacia atrás con los ojos cerrados como ciego tratando de meter la llave en el agujero de la cerradura del placer dentro de su vagina. Ella apoyaba sus manos sobre las mías, exhalando y respirando por la boca. Que linda imagen de su rostro como toda una puta, ramera, arrecha y yo a punto de reventar. Y ella se dio cuenta y me pedía que se lo dejara dentro de su vagina. Claro, Pero a mi modo. Así que la abracé y me di vuelta sobre la cama con ella bajo mío con mi pinga dentro. Pero ella siguió moviendo su pelvis tratando de seguir frotando mi glande contra sus paredes vaginales. Y comenzó el mete saca. Entra sale entra sale mi falo le sacaba leche vaginal en cada bombeo que le arremetía. Sus gemidos y palabras entrecortadas me levantaban el ego del macho sobre la hembra. Es como sentir una sensación de dominio sobre otro ser vivo, entrega sumisión mi hermana de sangre y carne. Todo consentido y permitido por ella hasta lo más dentro de su mente de su corazón cuerpo alma y espíritu. Me hizo sentir su amo y dueño. “¿Amor, dentro o fuera?” le pregunte y su gemido de respuesta fue “aadentro…pree…ñameee…aaah!”. Sonrei y exclame “Tus deseos son órdenes” a mi esclava sexual sumisa. Seguía escuchando sus gemidos sus entre cortas palabras con cada embate que propinaba mi virilidad hasta que con un fuerte empujón que ella sintió algo calientito le abrigo más su vientre. “mi amor que lindo siento mi barriguita” dijo alegre. Ahora la puse en cuatro patas y proseguí bombeando su vagina. “¡¿Todavía no te hemos vencido?!!” pregunto riéndose al notar que el juego del amor NO FINITI. Luego le respondí. ” Son años de leche guardada que te tengo”, claro que era mentira. Que hombre se pone monje. Ni ellos creo. Así que me apoyé sobre mis pies y seguí golpeando su vagina. Fue como haciendo ejercicios tipo Kungfu. Solo que la sujetaba por su pelvis. Sentía sus posaderas chocando contra mi ingle y mis huevos golpeando su clítoris. Y sin remordimiento alguno le nalguee con mi mano que y se me fue la fuerza que chillo y le deje rosada la pompis. “Meetee méteme más!” gritaba y “Aaah…aaaaahhh Si más ..riega miii uutero Hoooy dormiré coooo ..n tu leche dentroooo nininiii me lavaaaree” trataba de comunicarse. “Sigue haabla” le pedí mientras seguí con la posición que exigía físico mantenerla. Sus palabras entre cortadas me levantaban el ego a mi quinto miembro con satisfacción. Satisfacción que en esta parte de la selva me convertía en Tarzan sometiendo a Jane. Mi primera lefa se escurría alrededor de mi pene con cada ímpetu. Sus tetas de balanceaban eróticamente y me incline para tocarlas ambas, pero solo logre alcanzar una como se debe y le pellizque su pezón. Parece que se le estrecho otra vez la vagina signo de otro orgasmo. Perdí la cuenta. Aunque yo, todavía no estaba lejos pero llegooooo!. Me tumbe sobre ella. En esta ultima de su vagina salió un poco de mi espeso y blanco semen. Le toque la teta al alcance de mi mano izquierda y luego su culo logrando alcanzar solo su ano. No importa pensé. Para la próxima. Le acaricie su torso y su brazo izquierdo cansado. Ella exhalaba cansada y sudorosa. Le bese su cuello. Ella trato de darme la cara echada y exhausta. Nos miramos como si fuera una ceremonia del tipo de entrega. De esas que las mujeres le dedican a la pareja que está en el altar con ella. Miradas sin palabras pero que comunican soy yo, me entrego a ti, te seguiré, con fio en ti, no me sueltes, te amare, te seré fiel, te entrego mi alma cuerpo y corazón son tuyos. Ese rito duró como una canción. Le acaricie su oreja derecha y brotaron unas lágrimas. Le pase dedo índice y pulgar para secárselo y me los lleve a mi boca. “No te preocupes mi amor, yo te protegeré” salió de mi boca. Y ella reacciono con una gran sonrisa y se me hecho encima abrazándome y besándome con más relajo o confianza. Acurrucando su cabeza sobre mi pecho. “Que cansado estoy” le dije y ella confirmo que también ella lo estaba. Que no quería moverse para descansar y para que no se salga mi lefa. Abrí mis pernas como si fuera hembra exponiendo mi virilidad cosa que ella aprovecho para colocar su pierna derecha junto a mi pene y sobre mi pierna derecha. En esa posición quise olerla Trate de acercar más mi nariz. Sentí su piel sudorosa cuando la acariciaba y no resbalaba fácilmente. Se pegaba. Bueno, Sudamos mucho y el clima es así, pensé. Seguí mirando el techo de una habitación a oscuras. Sin remordimientos por lo que hice. Tal vez, sí o no preñe a mi hermana. Pero no me importara. Ella vino a vivir conmigo y no para una visita sino para formar una familia de pies a cabeza. Así que, ahora y en adelante, esta mujer dejo de ser mi hermana para convertirse en mi hembra mi mujer mi esposa y madre de mis hijos. Y para ella, deje de ser su hermano de sangre para realizarme ante sus ojos en su macho su hombre su esposo y padre de todos sus chamaquitos. “Je je” me reí suavemente para que ella no despertara.
Y en medio de ese techo oscuro recordé. Cuando mis padres me echaron de la casa al descubrir nuestro amor. Pero para ellos, un libertinaje mío. He de suponer por el escaso equipaje que Susana se fugó. Y deben haber puesto en conocimiento a la Policía. Ellos dirán que ya es una mayor de edad. Y que esperen a que se comunique. Mañana se lo preguntare a Su´. Lo que me importa es acomodarla bien y tratar de conseguirle un par de vestidos bonitos y acorde a mi perversión y presentable ante la gente. ¿Qué clase de marido seria si no lo hago? Estar pensando en esos detalles me están poniendo duro. Mientras observo como se levanta la bandera de guerra de nuevo.
Le bese la cabeza y la acomode su cabeza sobre la almohada y me levante para cerrar la puerta y las ventanas. Cuando asegure todo me volteo y la veo que Susanita me observaba desde el lecho desnudo y con mi falo parado.
“Mi amor estas cansada” le dije “Sigue durmiendo ya te acompaño” y termine en colocar su mochila sobre un mueble de madera coronado con cojines. Tire una frazada polar en la cama y otra almohada. Ella procedió en desmontarlo para que nos cubra y ubicar la otra almohada para mí. Me acerque y monte sobre la cama desplegué el mosquitero me acurruque junto a mi mujer y nos dormimos.
Señores, no todo es sexo es necesario estar vivo para disfrutarlo. En este pequeño paraíso que halle y reclame. Mis tierras están a cubierto por dos salientes de cerro. Me hace pensar en la pose de una mujer sentada con las piernas abiertas y en su pubis baja un pequeño rio de 3 metros de ancho por un metro de profundidad. Idóneo para mis cultivos de arroz. Tengo dos buenas piscinas como los llaman donde siembran la gramínea. Cada piscina es de 180000 metros cuadrado. Y tengo que alquilar mano de obra para la siembra y maquina cosechadora para recogerla en cosecha.
Me hice de una reputación y en época de fiestas las familias querían emparejarme con una de sus hijas. Pero tenía entre ceja y ceja una mujer. Un pecado a los ojos de otros, Pero mi razón de vida para mí. A parte del Arroz tengo por las inclinaciones de los contrafuertes otra de café de 240000 metros cuadrados. No iba a traer a mi mujer a un lugar alejado sin un buen respaldo. Al menos desde el punto de vista de mi ubicación.
No me puse a criar animales por temor a encariñarme de ellos. Pero si tengo un perro que casi era mi hijo o compañero en tiempos de soledad.
Me desperté más tarde de lo que imaginaba. Por lo general son a las 6 am pero gracias a mi amor llegue a dormir con ella hasta las 10 am. Ella se comenzó a mover y desperté. Me puse a verla como se despertaba. Le acaricie su cabeza y le bese la boca. Tardó en reaccionar y empezó a despabilarse. “Buenas” dijo quitando la delgada frazada Polar y sin pudor alguno dejo florecer a mi vista sus majestuosos senos.
“Que frutos tan lindos” dije mirando sus tetas altivas. Le di un buen beso de con tiempo no como esos besitos ridículos. Un buen beso sin importar que digan los vecinos con metida de lengua y juguetonas. Intercambiamos saliva y microbios como un esposo con su esposa. Y babeando puse blanco contra sus pezones que la obligo a echarse sobre la cama boca arriba mientras ella levantaba sus brazos para hacer circular la sangre por sus miembros superiores.
” El desayuno está servido” Dijo sonriendo sabiendo que Andrés la estaba comiendo a punta de besos y lamidas hasta el plato fuerte. Un chillido femenino de placer se oyó por la casa mientras ella trataba de sujetar el cabello del amante que no paraba de lamer y succionar el clítoris y la vagina de la mujer que rendida soltaba todo esfuerzo de detenerlo cuando un eléctrico orgasmo circulaba por sus nervios hacia su cerebro. “La desarme” pensó el macho lujurioso que arremetió, como siguiente paso, con su falo en el interior de la hembra. “Como luchar contra ello” pensó Susana solo se dejó llevar, cosa que no estaba acostumbrada puesto tenían ambos que guardar las formalidades cuando vivían en la casa paterna. Pero aquí, es la ley de la selva, su libertad. Tenía que obligarse así misma a cambiar a un nuevo entorno sin restricciones de ahora en adelante. Así que ella empezó a mover sus caderas con el falo incrustado dentro y haciéndole frente hasta llegar ambos al clímax de su acto. Al final ella sintió la felación inundando su vientre alegremente mientras Andrés se desplomaba sobre ella para arrancarle varios besos pervertidos.
Todo concluido y ambos tendidos sobre su cama, Andrés comenzó a narrarle a su pareja los tiempos cuando se sentía solo. Las pajas que se tiraba en honor a su recuerdo. En cuanto se esforzaba para construir esto, Señalando con la mano y el brazo extendido hacia afuera. Lo que harían cuando estuvieran juntos. Como seria y sentiría el ver a ella con su panza de preñada ante sus ojos. ¿Qué pensaría ella de él? Y mientras seguía contando sus inquietudes Susana volteo su rostro en dirección de donde salían esas palabras que la atraían con la serenidad y tranquilidad del sonido. Cada significado que involucraba. Y cada una se relacionaba con ella como el dintel o el cimiento para este nuevo futuro. Sin ella el sueño cae.
Horas más tarde, ambos salieron al pueblo más cercano a comprar lo necesario para ella y demás cosas. Para Andrés, cuando la miraba. Ella parecía ver una cosa nueva, peculiar y curiosa. Como las miradas de los turistas al visitar un lugar en el extranjero acompañado con una sonrisa. Una visita rápida se tornó en varias horas. A pedido de ella fuimos de aquí para allá. Y tuvimos que almorzar en un pequeño comedor. No crean que era de lujo. El local era pequeño con dos mesas hechas de tablones como de 2 a 3 m de largo donde varios podrían sentarse a comer. Frejoles con hígado frito y sopa de sémola con carne de res. Fue lo que le gusto de la lista del menú. Los devoramos con gusto y pedimos dos raciones más para llevar para la cena.
Después de noches de placer tenía que llegar. Sin dispositivo de embarazo a la mano las señales naturales se hicieron notar. Cansancio sueño y vómitos mañaneros hicieron prender las alertas de Susan en todo su cuerpo que algo empezaba a cambiar en su cuerpo. Ella como asustada y alegre la insinuó a Andrés que era posible que estaba preñada y esperaba de él un abrazo caliente, efusivo tierno acompañado con besos caricias y palabras tranquilizadoras. Ella no se equivocó con él. Pronto la envolvió con toda su atención. Como primerizos se desnudaron y empezaron a explorarse y acariciar el vientre de ella. Andrés puso su oído en donde suponía que estaría su hijo dentro de su madre. Pero solo oyó contracciones intestinales, pero ella le aclaro que todavía era temprano para poder oírlo a simple oído. Ella le pidió a su pareja que quería tener una foto en perfil de ella cada Domingo desnuda. Quería tener grabado cada paso de su gestación en un muro blanco que ella había visto.
“Te voy a dar duro ahora” le dijo el macho a su hembra. Arrancándole a Susan una risa morbosa, pero le bajo los ánimos que no sería así puesto que ella ya estaba embarazada. Ella recordó que mientras pase la gestación más ninfómanas son las mujeres. Esas palabras le tranquilizo a Andrés.
Al día siguiente él la llevo a una posta médica y una hora después confirmaron su alegría. Era cosa de esperar y cuidarse en la posta. La alegría no termino allí sino que siguió la noche entera invadiendo dentro y fuera de la casa los gemidos de ambos con intervalos para un refresco.
Aaaaahhhhh!!!!, Mmmmmm!!!!!, OoooHHHHH!!! sonidos que competían con las canciones de los grillos y demás insectos sonoros. Dentro, el ritual se repetía con ecos de lengüetazos en la vagina y succiones al pene conjuntamente con cacheteos de posaderas de hembra contra la pelvis del macho. Él prácticamente la andaba empalando. Pero ella aun en el sube y baja con ocasionales movimientos circulares de su vagina no paraba. La lefa salía de su coño mientras seguía succionándolo con sus labios vaginales. Andrés pudo ver el esfuerzo que ella hacia al ejecutar sentadillas. Su sudor resbalaba por el surco de su espalda hasta llegar a su ano. El verlo se le hincho mas su falo. Sensación que ella noto por su vagina. Esa dureza es lo que ella recordaba cuando lo hicieron la primera vez en su casa paterna. “Ooohhh siiiii” gimió ella tocándose a la vez sus senos despacio morbosamente para excitarse y terminar en sus pezones apretarlos suavemente. Se froto su botón y siguió cantando su melodía de hembra en celo con cada embate del macho que cabalgaba. Dicen que las mujeres en esa posición saben dónde rascarse para llegar al orgasmo. Ellas mismas son. Con ojos entrecerrados con un baile de sube y baja andan como buscando la gloria. El punto mágico de su acto y llevarlas al Valhala del placer. Para luego caer rendidas sin fuerzas sobre su compañero. No dejemos solo a Andrés. Que excitado y cansado por no correrse. Él tiene que luchar en su mente la ganas de correrse y durar lo más posible con el falo en ristre. Hasta que, para los dos, el final es ineludible.
En casi 36 semanas después el álbum de fotos de Susana se llenó. Y sus pasos la llevaron a un lecho acompañada con Andrés y una asistente de obstetricia para ayudarla a parir en su casa. Los calambres eran recurrentes y había que masajearle las piernas y la baja espalda. En ocasiones ella se echaba de lado y su pareja la masajeaba llevándole una toalla para el sudor. Los dolores que antes eran ocasionales ahora eran casi seguidos. Ella se levantó con dificultad para ir al baño ayudada por su marido y la fuente se reventó mojándole las piernas y teniendo cuidado para no caerse. Ella siguió al baño y trato de cagar. Al terminar, él la regreso a su cama cargada. La asistente o comadrona la abrió las piernas y la limpio con una toalla húmeda tibia y la desinfecto. Susana estaba preocupada, lagrimeando, con dolor en su bajo vientre. “Me voy a partir” exclamó respirando con dificultad, pero no critica. “Bueno linda, vas a pujar, Ahora!” decía la comadrona. Susana al oírla mordió un ovillo de toalla y pujo. Con lo dilatada que tenía su concha pude ver algo negro. Como cabello mojado. “Bien nena, descansa un poco, relaja el cuerpo, ya no pujes” mando su comando a Susana. Pero la respiración de la parturienta era agitada. Andrés aprovecho para secarle el sudor de su rostro, cuello y pechos. Y animarla con un beso en su boca y manos. Las palabras de ánimo no estaban ausentes. Solo las formales. Puesto si estuvieran solos el lenguaje habría sido distinto y las caricias también. Después del tiempo de una canción el siguiente Round llego. “puja!” se oye en la habitación y la cabeza corona sobre la vagina. Una cabeza mojada por el líquido amniótico de la bolsa y algo de la matriz que envolvía al neonato salió y después todo. Un nuevo tipo de sonido se oyó. “Un niño nació” informo la comadrona. Dejando al bebe boca abajo sobre el vientre bajo de Susana para luego limpiarlo y envolverlo. El cordón aun lo unía con la madre. Y Susana estaba como aliviada del dolor. Mientras la obstetra limpiaba la madre dirigió sus manos para recibir a su hijo que tanto espero. Susan se paró sobre sus rodillas y cargando con su hijo y su no desaparecido dolor de parto dirigió su mirada a su esposo. “Mi amor, aquí está el hijo que te prometí y nuestro símbolo de una familia. Protégenos cariño.” Dijo ante un marido admirado por la fuerza de su mujer. Andrés lo recibió envuelto con el paño de limpieza y le dio las gracias a su mujer mientras el cordón aun colgaba del bebe y se curvaba hasta la vagina de la nueva madre primeriza.
Después de esa noche. Uno no es nada.
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