Una Abuela degenerada y su nietita

Marta y Susanita. Una Abuela degenerada me mete a un mundo de incesto, degeneracion y pedofilia con una de sus nietas..
Soy Guillermo. Nací y me crie en un barrio de ciudad chica, prácticamente un pueblito, aca en una de las provincias de Argentina.

A los 18, me fui a estudiar a Buenos Aires, y estuve viviendo allá por mucho tiempo.
Pero luego de unos cuantos años, la cosa se puso mala con el pelotudo que tenemos de presi, y me tuve que volver al interior cuando falleció mi vieja.

 

Volví y comencé a vivir con mi viejo, un jubilado del estado.

 

Yo tenia una novia, una linda pareja en Bs As, pero eso también se arruino.

La flaca se volvió de esas feministas asquerosas, y le pinto cambiar de bando, asi que terminamos, ella se fue a la mierda sin darme explicaciones.

 

Aca en el barrio, tenemos a Marta, una vecina, viuda, que ronda los 60 años, quien era muy amiga de mi vieja.

Se quedo viviendo sola luego de que su único hijo falleciera en un accidente, hace como 5 años o algo asi.

Asi que dos por tres, mi viejo me decía que le de una mano a la señora. Especialmente porque a mi regreso me encontraba sin trabajo. Hace rato venia peleando a ver si conseguía algo, pero nada.

Y aunque tengo título de ingeniero, en este país de mierda no te sirve de nada.

Así que venía ayudándome monetariamente con pequeños trabajos arreglando cosas.

 

Asi es como fui conociendo más y más a Marta.

También conocí a una de sus dos nietas, Susanita y Danielita, de 9 y 11 años.

Al quedarse viuda, María, la madre de las nenas se la pasaba trabajando todo el día, y Marta, la abuela, le cuidaba a las nenas.

Claro que María no sabia lo degenerada que era su suegra. Ni yo tampoco.

 

La vieja, Marta, era astuta.
Poco a poco me iba buscando charla y sacando datos de mi vida.

Que si yo estaba en pareja, que me había pasado, si estuve con mujeres mayores, hace cuanto que no tenia relaciones…
También me solía repetir que yo le recordaba muchísimo a su hijo. Y fue por esta razón que no pensé mal cuando me hacia preguntas sobre mis deseos sexuales.
Pensé que la vieja me estaba investigando para engancharme con María, la nuera, o alguna otra conocida por ahí.

 

No soy un adonis, pero me defiendo bien. A comparación a lo que se ve en el pueblo, yo soy bastante atractivo.
Calculen que en el pueblo abundan muchos viejos, y poca gente joven. Y los que no están pelados y con un embarazo cervecero de 8 meses, son de esos tipos negros y feos.

Saque la belleza de mi madre, ya que mi padre era de esos viejos negros, petizos, arrugados y poco atractivos.

Yo tengo el pelo castaño muy clarito, una altura aceptable, no tengo músculos en el abdomen, pero no tengo panza.

 

La cosa es que paso como un año en que yo fui formando parte de la “familia”.

Conocí eventualmente a María, y me gusto. Se parecía a una compañera de la uni, y aunque no era hermosa, sino mas bien algo bajita y regordeta, no era para nada fea, y hasta su personalidad muy, muy simpática me atrajo al poco tiempo.

Asi que me deje llevar por la situación.

Marta me seguía llamando hijo, e incluso la menor de sus nietas comenzó a tratarme de tío.

 

Con el tiempo, me di cuenta de que estaba confundiendo la extrema simpatía de María, con interés romántico, ya que se puso a salir con un tipo que la misma Marta le presento.

No voy a negar que me lleve una desilusión.

 

Para colmo, llevaba tiempo sin sexo, y aca en este pueblito, había mucha escasez de mujeres solteras.

Las mejores, como María, ya estaban en pareja.

 

Marta consiguió comprar una casa grande cerca de la ruta, que estaba medio abandonada, y comenzó a arreglarla para crear una especie de mini motel para los viajeros.

Yo le ayude y me pagaba bien.

 

Fue una de esas tardes en que la cosa se disparó.

Hacia calor, solo estábamos Marta y yo, limpiando la casa. Yo estaba trabajando a torso desnudo por que estaba transpirando como cerdo.

Marta apareció trayéndome algo para tomar.

Y ahí, mientras paraba para refrescarme, Marte se ofreció a masajearme los hombros.

 

-Hijo, quieres que te de un masajito?

-No, te molestes, Marta…

-No es molestia, hijo mío. Estuviste toda la mañana levantando cosas.

-Bueno, no te voy a negar que si estoy un poco adolorido.

-Ya entonces.

 

Y se puso detrás mío a masajearme los hombros.

Era genial, se sentía divino. Comencé a relajarme cerrando los ojos cuando Marta paso de mis hombros a mi cuelo y mi cabeza.

Luego, sin que me diera cuenta en que momento, estaba masajeando mi espalda, mis brazos… luego mi pecho.

Para cuando me quise acordar, yo ya tenia una evidente erección.

 

-Uy se te paro, hijo…

-Perdon, Marta, no era mi intención.

-Tranquilo hijito, eso es normal. Hace cuanto que no estas con una mujer? Mucho no?

 

Ya tenia algo de confianza con ella, asi que le respondi.

 

-Si, como… bueno, bastante tiempo.

-Tenes muchas ganas guardadas.

-Muchas, si…

-Queres estar con una mujer? Queres coger?

-Si estaría genial.

 

En este punto, yo estaba tan caliente, y tan relajado que cai redondo en su trampa.

Cuando me gire, ya se había sacado la remera y el corpiño, mostrándome sus tetas. Estaban algo caídas pero eran grandecitas.

Me tomo del pelo y me guio suavemente a chuparle las tetas.

Tenían un sabor entre salado y dulce por su sudor.

Me entregue al frenesí de sus tetas. Devore sus pezones según se iban poniendo duros y puntiagudos.

 

Marta intento agacharse a chuparme la pija, pero no la deje. Yo estaba tan caliente que me la quería coger ya.

Asi que como pude, me desabroche el pantalón, pele mi verga y le ayude a sacarse el pantalón y los calzones.

Su sapo estaba peludo aun, con varios pelos canosos rodeando su raja mojada.

No termino de sacarse el pantalón que yo la tome de las caderas, y la atraje hacia mi, haciendo que se siente sobre mi verga y le entre toda.

Ambos dimos un grito de dolor placentero, por nuestra calentura.

 

-aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh

 

Mi pija no es monstruosa, solo lo normal para mi estatura, asi que Marta la sintió y le dolió.

Yo sentí el dolor de pelar mi verga, de que su concha jalara mi prepucio hacia atrás.

 

Ahí, desesperado por no coger hace rato, comencé a moverle las caderas, imponiendo un ritmo acelerado.

Ella me gritaba que espere, que vaya despacio que hay tiempo.

 

-Aaaay… Tranquilo hijo, no te apures, aaaaahhh tenemos tiempo…aaaaahhh

 

Yo no le hice caso y seguía moviéndola.
Pero quería mas.

Asi que la tome en mis brazos, me pare y comencé a bombearla adentro y afuera en forma salvaje.

Yo estaba hecho una bestia, y mi respiración era bufidos.

Marta en cambio, gritaba como loca, mezcla del dolor y placer de la cogida brutal de la que estaba siendo víctima.

 

4 embestidas brutales dieron salida a 4 chorros grandes de mi leche, entro de la concha adolorida de Marta.

Ella al sentir mis chorros, también acabo con un lindo gemido femenino de su parte.

 

-aaaaaaaaayyyyaaaaaaaaaahhh

 

Me sente con ella encima mio, aun ensartada por mi verga, que aún seguía dura.

Le volvió a doler cuando al posar su peso sobre mi verga esta le entro mas profundo, haciendo un beso con su útero.

 

Se abrazo a mi, mientras acariciaba mi pelo, y me decía cosas como “muy bien, mi hijito…” “que rico estuvo, hijo”, “eres todo un macho, mi hijo…”

 

Yo descanse y recupere mi aliento entre sus tetas, mientras ella seguía haciéndome mimos en la cabeza. Mi verga aún seguía dentro de ella, pero ya se iba aflojando.

 

 

Continuara…